(Por Astor Vitali) Acaba de cumplir 84 años y, luego de bajarse del escenario en la anterior función, uno de los músicos que trabaja con él le dijo: “hoy te escuché cantar mejor que en el ´83”. Llega a Bahía Blanca con Piazzolla Inmortal. En diálogo con FM De la Calle, el maestro explica cómo construyó este espectáculo durante el 2020, mientras no se podían llevar adelante actividades presenciales. Pero además, en esta conversación, exploramos sus ideas acerca de la cultura argentina contemporánea, el machismo, el trabajo de la voz como instrumento y la reivindicación del libro como herramienta para la libertad.

Activistas de diversos sectores exigen que durante la campaña electoral les candidates se pronuncien sobre “proyectos estratégicos y propuestas concretas en relación con la protección de los bienes comunes como el agua, los ecosistemas y el territorio”, que apunten a “reducir la pobreza estructural (tierra y servicios; techo y trabajo)” y contemplen “una agenda de […]

Desde la columna cultural de En Eso Estamos definimos oponer reflexión contra la reacción que genera la violencia organizada. Por eso, FM De la Calle invitó a debatir al escritor, poeta y docente Mario Ortiz, a la actriz y delegada general de la Asociación Argentina de Actrices y Actores Belén López, y al actor, director, integrante del Centro Cultural La Panadería y militante por los derechos humanos Alberto Rodríguez.

¿Qué análisis hacen a partir del atentado?

Belén López: Es algo que conmueve, o debería conmover, esto que sucedió, a lo que le doy el nombre de atentado. No cualquier atentado, porque por ahí hay chicos o chicas que salen o atentan contra la propiedad privada y escriben un grafiti… sino que esto tiene un tinte político más ligado a lo terrorista porque está estrechamente vinculado con un partido político, hacia un sector político y casualmente es el que está gobernando, al menos a nivel nacional y provincial. Y que acá en Bahía Blanca tendrá su trabajo en torno a la política.

Levantarme a la mañana y escuchar esta noticia me dejó perpleja. Es algo que no se puede permitir en democracia y no hay que minimizarlo diciendo fue un grupo de dos o tres loquitos que no saben en qué ocupar el tiempo y están enojados con la cuarentena. Hay que tomarlo con la seriedad que esto amerita porque vivimos en democracia, porque las ideas no se deben imponer mediante la violencia, porque para eso están las urnas: para decidir qué rumbos tome el gobierno que fuere.

Me dejó perpleja y a la vez con este estado de alerta que se expresa en el cuerpo; ponerse la piel de gallina, quedarte anonada. Nosotros conocemos del terrorismo de Estado, no queremos repetir. Estamos atravesando un nuevo período de juicios en Bahía Blanca y pensar en la posibilidad de que puede haber este tipo de atentados nos ubica en un lugar en que hay que tener mucho cuidado, hay que ser muy cauteloso y sobre todo no minimizar la situación.

En un contexto, además, de pandemia donde seguramente se tomen medidas que no son agradables para nadie pero que tenemos que poner por delante, preservar la vida de la gente. Sabiendo que la situación económica se viene atravesando y se arrastra hace más de cuatro años. Es una situación muy compleja en términos económicos y laborales, nadie lo discute, pero la salud y la vida de las personas tienen que estar por encima de cualquier mezquindad política, personal de algún sector. Creo que lo ocurrido tiene que estar profundamente analizado y que la sociedad tiene que tomar conciencia de que estas cosas no pueden ocurrir. Esto tiene un tinte mucho más político y profundo que no podemos naturalizar.

Mario Ortiz: Ante todo, coincido con Belén. Lo que hemos sentido, en primer lugar, ha pasado por el orden de lo corporal. Por esa sensación de escalofrío, de angustia. Porque, para los que ya peinamos algunas canas, esto nos hace retrotraer a viejas épocas. Yo lo primero que sentí es estamos retrocediendo cuarenta casilleros. Porque es pasar ya a la política por el hecho, a la política por el acto, a la acción directa.

Desde otro punto de vista, es la materialización, la puesta en acto de un estado de violencia que ya está instalado y lamentablemente muy instalado. Lo que pasa es que hasta ahora esa violencia es verbal, es simbólica. Por ahora no ha pasado mucho más allá de las palabras. Sin embargo, hemos estado viendo una escalada de violencia. Efectivamente, lo hemos visto ya en las pintadas del Frente de Todos el año pasado. Pero esto es algo que no se da solamente aquí, es algo nacional e internacional. Lo hemos visto en las pintadas en la escuela hebrea.

Pero esto es algo que estamos viendo cotidianamente en todos lados. En los comentarios de las redes sociales, en los diarios. No nos asombremos que ocurran estas cosas cuando los periódicos, los principales portales de noticias de Bahía Blanca habilitan sus espacios para que los lectores escriban las bestialidades más horrorosas que en otras épocas le hubiese valido la cancelación del diario o la apertura de un juicio por instigación a la violencia. ¿Cuántas veces hemos escuchado o visto carteles qué se muera la yegua o que hay que limpiar el país de kakarulos, etcétera? Esto está. Era cuestión de tiempo para que esto pasase a la acción. Y es lo que hemos visto.

Bahía Blanca lamentablemente siempre es como un laboratorio político del país. No sé si esto va a desaparecer tan rápido. Si en las próximas horas no hay un esclarecimiento completo y absoluto de la justicia eso va a ser una señal de que aquí va a haber un modus operandi al que lamentablemente vamos a seguir viéndolo en el tiempo.

No quiero ser derrotista o dramático con esto. Pero estos son lamentablemente los modos de hacer política que se están instalando en Latinoamérica y en el mundo. Ayer o antes de ayer, en México, mataron a una precandidata a intendente y, en los últimos años, ya llevan cien muertos políticos. Recordemos lo que ha ocurrido en Colombia. Esto es parte de un clima de recalentamiento social.

Alberto Rodríguez: Comienzo por adherir a lo que dijeron les compañeres. Mi solidaridad con los compañeros de La Cámpora. Y siguiendo con las reflexiones que termina de exponer Mario, creo que Bahía Blanca todavía no ha juzgado lo que sucedió hace más de cuarenta y seis años. Cuando la justicia no llega, deja el camino abierto a que esos grupos sigan operando con total libertad.

Acá se ha tratado de pasar al olvido y cuando una sociedad quiere olvidar hechos trágicos como los que nos sucedieron en Bahía, vuelve como un grotesco a reproducirse con los mismos métodos. Para colmo, en una situación donde escucho a políticos decir que ojalá haya sido un loquito. Otros que me sorprendieron diciendo que Bahía Blanca es una ciudad armoniosa, que no ha tenido nunca sectores fascistas. Entonces, si dos políticos de distintos lugares hablan de esta forma, yo ya me estoy preocupando y mucho. Creo que no va a ser con ellos con los que vamos a tener que contar.

Para colmo, la justicia federal, en un primer momento, dice que no tiene nada que hacer. Así que más me preocupo. Quien va a investigar es un fiscal con el cual evidentemente no tengo muchas garantías, un fiscal que ha dejado a los genocidas en libertad.

Y recuerdo que en la época, como decía el amigo Mario hace cuarenta casilleros atrás, voló el Teatro El Tábano, en calle Estomba, le pusieron otra bomba a la Caja de Crédito Bahiense. Hoy toca a La Cámpora. La justicia esperemos que lo resuelva. Todavía no ha resuelto lo de hace cuarenta casilleros atrás, pongámosle fichas para que este casillero lo pueda cubrir.

Yo tengo mis dudas porque esta es una ciudad donde los grandes sectores de poder han tenido mucho que ver con los atentados de otras épocas, han sido los que pusieron plata y pusieron ideas. Es más, yo tengo la certeza de que los alegatos de la defensa de los imputados en el juicio de la Triple A los escribió un ex juez e imputado también por pertenecer a esa organización. Por lo tanto, es muy difícil dar una sensación de seguridad a una sociedad que no ha sabido llevar adelante un hecho de justicia durante cuarenta y seis años, ni ha exigido como sociedad, no digo como organizaciones políticas que sí lo hemos hecho.

Es un llamado de atención a los sectores populares que todavía miramos de reojo a los compañeros que tenemos al lado. Creo que es un momento donde la necesaria unidad de los sectores que vamos a ser atacados estemos juntos.

Creo que hay que tener en cuenta a la Constitución, que dice que como ciudadanos tenemos derecho a defender la democracia frente al ataque que estamos teniendo. No confío en algunos políticos, no confío todavía en la justicia, en lo único que confió es en mis compañeros. Por eso los invito a conformar una unidad férrea para que podamos indicar y señalar dónde están los culpables.

Han señalado en distintas intervenciones la presencia de la violencia con un grado de plafón social. Pensando desde la cultura, que suele ser un lugar en el que se reflexiona con la mente, con el espíritu y con el cuerpo, donde se interviene en lo que va aconteciendo socialmente, una pregunta es recurrente ¿qué hacer con esta cuestión? Porque lo primero que aparece es la bronca ante la violencia y la bronca suele ser fuente de reacción que es el estímulo al que nos están llevando a jugar. A una reproducción de un modo de la política que va en sentido contrario a la necesidad de unirse en la diversidad. El interrogante abierto, una vez que hemos analizado qué significa este atentado es qué hacer en estas circunstancias y, obviamente, en una situación de poder muy dispar, situados en la cultura.

Belén López: Escuchaba lo que decía Mario con respecto a que son situaciones que no son aisladas o que no son privativas de nuestro país. Hay una escalada a nivel mundial de una ultraderecha que está queriendo pedir pista y que en algunos lugares viene aterrizando con efectividad, si lo pensamos en cuánto a lo que ocurrió hace poco en Madrid con la alcaldesa que ganó las elecciones. La ultraderecha hizo un trabajo muy delicado utilizando el discurso de la pandemia.

Yo creo que, como lo hemos venido diciendo desde el sector cultural en Bahía Blanca, la pandemia no es lo que vino a generar la crisis sino que la pandemia fue para muchos la excusa ideal para establecer desde allí un discurso del odio. Agarraron la idea de la pandemia para que estas ideologías de ultra derecha surjan con un discurso acerca de las libertades y de la democracia en estas épocas cuando en realidad ellos nunca fueron proclives justamente a hablar de libertad y a defender las democracias. Esta condición de pandemia es una bandeja de plata que vino para soportar y dar lugar a este tipo de discursos, donde la gente se envalentona y sale a replicar por las libertades individuales: yo en democracia hago lo que quiero.

Me parece que tenemos que pensar que en democracia tampoco es que se puede decir y hacer lo que se me antoja sin consecuencias. Porque lo que no se miden son las consecuencias. Yo hago y digo lo que quiero total no me hago responsable de lo que pueda provocar en el otre. Y ahí me parece que tiene que estar la justicia.

Lo estamos viviendo en la Argentina. Los medios de comunicación hegemónicos salen y dicen lo que se les ocurre. Inventan mentiras sobre las fantasías más impensadas en estas épocas y no hay consecuencias.

Pasamos cuatro años de un gobierno que contrajo la deuda más grande, que generó un quiebre total en la sociedad argentina, desde el punto de vista que lo mires, y no hay consecuencias de todo esto. El tipo que afanó se puede ir y no va a pasar nada. El tipo que quebró un país y se apropió de infinidad recursos y no pasa nada. Personas que salen en los medios a decir barbaridades y no pasa nada. Y este no pasa nada se replica socialmente, se reproduce en las diferentes clases sociales y no se reflexiona.

Entonces, desde el sector de la cultural, desde el sector de la educación tenemos también una fuerte responsabilidad en cuanto a cómo llevamos nuestro mensaje, en este caso a los adolescentes, a los chicos y chicas de las escuelas, a la gente en los espacios culturales. Me parece que en las futuras generaciones es donde tenemos siempre que aportar en la reflexión, en la construcción de un pensamiento crítico.

No podemos pensar que hacemos y decimos lo queremos sin que haya consecuencias. Las consecuencias son gravísimas y las estamos viviendo día a día con ese discurso del odio. No puede ser que pensemos en términos monetarios solamente. Lo que ocurrió con el decreto del presidente hace un tiempo atrás, que se lleva a la justicia, se judicializa la decisión de un presidente que tiene la facultad para definir destinos de su país en situación de catástrofe. Un intendente, viene y dice yo las escuelas las abro igual y me cago en lo que diga un presidente… me parece que estamos mirando de manera muy parcial y no hay responsables de las consecuencias de esas decisiones.

Culturalmente tenemos que llamar permanentemente al diálogo pero también a la firmeza: hasta acá se llega. Si no hay una reflexión desde el conjunto de la sociedad de ponernos a pensar que tiene que haber un límite a esta escalada de violencia y de discursos del odio, me parece que no nos va a alcanzar con que un sector salgamos y tratemos de abrir los ojos.

El individualismo se instaló y muy fuerte. Digo y hago lo que quiero, total yo pago mis impuestos. No puede ser todo gratuito. Hay gente que se está muriendo, que está pasando hambre, hay gente que no tiene trabajo. Hay que cuidar eso y hay que cuidar las fuentes laborales. Tenemos, como sociedad, que empezar a reflexionar que nuestras acciones tienen consecuencia y no podemos salir de esto solos. La salida siempre será colectiva o no será.

Mario Ortiz: Coincido completamente. Yo creo que a los que somos trabajadores, trabajadores intelectuales, artísticos, los que estamos en el campo de la enseñanza, de la educación, del arte, nos compete una responsabilidad y una tarea muy grandes. Porque precisamente en estos momentos de profunda irracionalidad –y el fascismo es tremendamente irracional, apela a lo peor, a lo más visceral, el odio del ser humano- nos toca la misión de llevar una cuota de racionalidad, de reflexión y de docencia.

Ayer, en las clases que tuve, lo primero que hice fue destinar diez, quince minutos a reflexionar sobre esto. Les decía: chicos, ustedes que son jóvenes tienen que empezar a agudizar el pensamiento crítico y no prenderse en la locura de los adultos porque los adultos están locos, estamos todos locos.

Desde la educación hay una tarea, desde el arte también. Pienso en Alberto que han hecho desde La Panadería obras de Bertolt Brecht, que hacía teatro didáctico, para hacer reflexionar a la clase trabajadora. Ellos hicieron la obra Arturo Ui, sobre como asciende el fascismo. Yo creo que una de nuestras principales tareas en estos momentos es precisamente la de movilizar la reflexión. Como bien se dijo, el primero impulso es de bronca, pero no. Porque eso es entrar en la lógica de ellos, es responder lo que ellos querrían que uno haga, entonces uno reduplica.

Ahora, al mismo tiempo hay que exigir también a la clase política que haga una suerte de pacto. Si no hay entre ellos un pacto de convivencia democrática, si ellos mismos no les hacen bajar los decibeles a sus referentes nacionales, vamos hacia un enfrentamiento cada vez peor. Y estoy pensando en las vociferaciones de los referentes políticos que ya conocemos todos. Basta con las arengas porque si todo sirve para hacer una mínima diferencia de voto, entonces la política está yendo muy mal. ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué volvamos a épocas antiguas en donde en la mesa de negociación política poníamos muertos arriba? No. Pongamos argumentos, pongamos intereses en pugna, en liza, pero no pongamos muertos en la mesa de negociación.

Alberto Rodríguez: Es así, partiendo de esto último que decís, entonces, falta decisión política. Pero ellos la tienen. Mencionabas México, Belén a Madrid, yo agrego Colombia. Entonces reflexiono, pienso, y digo Chile. Ese es el camino.

No quedan más caminos que buscar una nueva forma de pensar, no solo el pensamiento en la política sino también en la acción. ¿Cuál va a ser nuestro pensamiento desde lo político para la unidad y la unidad en acción para frenar a esta locura?

A la derecha no le importa: llamarlos a una reflexión, si no es con la gente en la calle no lo veo. La reflexión la podemos hacer en una mesa, en un ámbito de compañeres, donde analicemos y obtengamos cuáles son nuestros errores y cuáles son las virtudes de esta derecha fascista. Ustedes han puesto sobre la mesa las virtudes de ellos. Falta que analicemos cuáles serían nuestras virtudes para frenar esta situación. Creo que eso todavía no lo tenemos claro. Sabemos que somos buena gente, de todos mis compañeres, sé que cuento con excelente gente. Pero lo que nos falta es tener claro por dónde y con qué ideas llevar adelante la acción. Y creo que ahí es donde ellos nos van ganando esta batalla.

Espero que los muertos no aparezcan. Espero que los Facundo tengan justicia. Espero que los Watu tengan justicia. Y espero que aquellos que hoy están avanzando nuevamente, podamos frenarlo, pero que reflexionemos, que analicemos y que luego accionemos. De otra forma vamos a ser muy buena gente en las mesas de diálogo pero no vamos a frenarlos si no es en la movilización y en la unidad.

Les propongo hablar a aquellas personas que no se sienten politizadas, que laburan todo el día, que no están haciendo lecturas de la política, fuera de los microclimas, que están estudiando y no encuentran la vinculación entre su estudio y la política, el que está changuendo y el sonido de las tripas le resulta un sonido más fuerte que el estruendo de esta bomba o las resonancias de la discusión política.

Belén López: Hay que pensar en este juego del hartazgo al que nos están llevando, con esta reproducción constante en los medios. Pero no nos olvidemos que estamos en pandemia y hay que ser muy respetuosos de la vida del otro. Porque el contexto nos está también dando los tiempos para decir cuándo y cómo. Yo creo que el día que sea posible, nuestro pueblo va a salir a la calle. Pero también nuestro pueblo es muy consciente de lo que está pasando.

Creo que también la charla uno a uno, con el vecino, con la escuela, con el familiar, con el amigue, con quien nos vamos cruzando, permitirnos ese debate que a veces nos resulta desgastante.

Y también pensar en que no necesariamente está todo perdido. Quiero ser optimista, porque lo que ocurrió me tiró abajo un montón de estanterías. Me parece que es no bajar la guardia, tener una defensa de nuestros principios ante quien quiera venir a hablar en este contexto de pandemia.

Algo que a mí me sostiene es pensar en la defensa de la alegría. Siempre me queda en la mente tintineando esta frase de defender la alegría como trinchera, como bandera. Le agregamos la democracia, los derechos del pueblo, el arte, la cultura. Defenderlas como un destino que necesitamos, parafraseando a Mario Benedetti. Esta gente viene para instalar en nuestras mentes el cansancio, el hartazgo, la frustración. No nos olvidemos que Mauricio Macri quería crear el Ministerio de la Felicidad. Es muy retorcido lo que dijo. Manejan las emociones y las sensibilidades de la gente con sus manipulaciones.

Coincido plenamente con Alberto y con Mario con la idea de sostener una unidad. Llevarla adelante porque cuando se nos diga, el pueblo va a estar donde tiene que estar. Allí seguramente nos encontraremos, nos abrazaremos porque sabemos que esto es entre todes y no de manera individual.

Mario Ortiz: A mí me parece que es el momento en que hay que hablarle mucho a la juventud, a los adolescentes. Hoy, lamentablemente, lo progresista, lo fashion es ser libertario, es Milei, es Espert. Cuidado con eso. Porque en su momento, no nos olvidemos, los muchachos de las camisas pardas también fueron muy populares en la juventud. No me refiero a los boy scouts: me refiero a las juventudes hitlerianas. Lo que pasó una vez, puede llegar a pasar.

Es decir, que el progresismo pase a la retaguardia, a ser lo conservador, y que lo progresista ahora sea Milei lamentablemente puede ocurrir. Tenemos que estar atentos a esto. Tenemos que hablar. En las juventudes tiene que haber un compromiso muy importante. De todos los partidos, porque todos los partidos tienen sus militancias juveniles. Si no hay un acuerdo político de base, que ellos mismos presionen a sus dirigentes, ahí sí estamos complicados.

Es como decir, bueno, marquemos una cancha, un territorio, los límites. ¿Cuáles son los límites dentro de lo que vamos a jugar y cuáles son los que no tenemos que pasar? Este tiempo he estudiado algunas cuestiones históricas de la masonería y tiene una cosa que se llaman los Landmarks, las reglas, los límites, qué es lo que define qué es masonería y lo que no lo es. Tenemos que definir en qué territorio, en qué cancha vamos a jugar: quien se pase de aquí, listo, este es el límite más allá del cual comenzamos a hablar otras palabras… ya no hablamos palabras sino que empezamos a hablar de acción.

Alberto Rodríguez: Las personas que hoy van cayendo en la acción individual, en el sálvese quien pueda, son el caldo de cultivo de aquel fascismo, del ascenso de Hitler, y también de la dictadura en nuestro país.

Hoy la dictadura no va a llegar a través de las fuerzas armadas, quiero pensar. Pero la metodología con la que se maneja esta gente tiene mucho que ver; endeudaron al país para someterlo económicamente y ahora comienzan pequeñas acciones de eliminación de aquellos que no van por el camino que ellos quieren.

Hoy es una bomba. Está bien, que investiguen, pero no seamos ingenuos. Yo le diría a mi vecino o a los jóvenes, que no seamos ingenuos: ellos no vienen para darte la libertad, ellos vienen justamente para atar tus pensamientos, para hacerte obedecer a aquellos que el poder pretende instaurar, que es un poder económico. No vas a salir beneficiado, monotributista, te vas a cagar de hambre, sos una herramienta de la mano de obra que ellos necesitan tener ahí afuera.

Van a venir por achicar el mundo sindicalizado. Vienen por el fin de los sindicatos, el fin de los trabajadores en relación de dependencia. Todo aquello que le va a dar mayor ganancia a los grupos más concentrados del poder económico.

Lo que pretenden los Milei y los libertarios no es libertad, es sometimiento. Estoy seguro que el freno no va a ser solo charlar sino unidad, con estos límites que planta Mario, en el pensamiento, con esta fuerza que plantea Belén, pero en la acción.

No sé cuánto tenemos que esperar. Yo no estoy loco ni quiero el contagio de mis compañeros pero en algún momento tenemos que decirle a nuestros dirigentes dónde están los límites, qué esperamos de ellos y que no se hagan los tontos en Bahía Blanca, por lo menos.

No se puede mirar al costado: hay que decir nombres, hay que decir de dónde viene esta bomba y qué es lo que pretende. Bahía Blanca no es una ciudad armoniosa, en Bahía Blanca el fascismo ha hecho escuela. Aprendamos, por favor.

En una nueva entrega de Asuntos Latinoamericanos, la historiadora Julia Giménez entrevistó a Pilar Troya Fernández, subsecretaria de Educación de Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa.

Dialogaron acerca de la modificación de algunos artículos de la ley que penaliza el aborto. A partir de esta reforma se legalizó la interrupción del embarazo por causales de violación o estupro.

“Lo que ha pasado a partir del ‘Vivas Nos Queremos’ contra la violencia a partir del 2016 es que han surgido un montón de colectivos feministas más jóvenes, un relevo generacional. Había menos organizaciones antes y la agenda era menos radical”, dijo Troya Fernández a FM De la Calle.

Explicó que “el aborto estaba penalizado por distintas causales, excepto riesgo de vida de la madre, y decía ‘violación o estupro de mujer idiota o demente’. Eso era el Código Penal del año 1934. Hubo una disputa interna dentro del partido, cuando estaba Correa, porque él estaba abiertamente en contra y el Código Penal quedó idéntico pero con una redacción que decía ‘mujeres con discapacidad'”.

“Hubo una serie de colectivos que presentaron una demanda de inconstitucionalidad respecto a esos artículos. La Corte reconoció que eran inconstitucionales y que no tiene sentido hacer discriminación entre mujer con o sin discapacidad respecto a lo que es una violación y atendiendo a los principios de derechos humanos y de la posibilidad de no revictimizar”, comentó Fernández.

Por último, señaló que “lo que pasó no es una legalización, la Corte dijo que son artículos inconstitucionales y que la Asamblea tiene 6 meses para redactar una nueva ley”.

En el contexto del 24 de marzo, FM De la Calle entrevistó a Pablo Stefanoni, doctor en Historia (UBA), jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad y autor del libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común.

Proponés tomarnos en serio a estas derechas y a su vez planteás que, por ahora, son marginales porque hay anticuerpos como “Nunca Más”. ¿Qué elementos de estas las derechas alternativas persisten de aquel viejo proyecto que implantó el terrorismo de Estado y de qué manera pueden ir socavando ese acuerdo social?

La idea del libro era hacer un mapeo de figuras, de grupos e ideas de extrema derecha o de derecha alternativa y cómo eso va a operando en el mundo. En el libro se habla más bien de un fenómeno político cultural y de una atracción juvenil de estas derechas que tienen un discurso transgresor hoy, que compite con la izquierda construyendo un discurso antisistema. Después se discute contra qué sistema están peleando.

América Latina es particular porque la única experiencia que hay hoy es la de Brasil y la particularidad es que hay alguna conexión en el caso de Bolsonaro con una reivindicación de la dictadura militar.

En Argentina hay un intento por construir una derecha del PRO, que no tiene conexión en sí con la dictadura ni con personajes de la dictadura pero parte de la trasgresión era poner en duda la cifra, los derechos humanos. Aparece por ese lado parte de ese discurso “transgresor”, poniendo en cuestión la política de los derechos humanos.

En este tiempo se mezcló con la propia grieta del kirchnerismo, ahí creo que es efectivo el discurso para atraer a muchos jóvenes. No son mayoría ni nada, pero empieza a ser un fenómeno político cultural que es importante mirar.

¿Esto viene en relación a espacios que cede la izquierda o los sectores progresistas? Por ejemplo, en cuanto a la corrección política, ¿ahí habilita el juego a esa rebeldía de derecha?

Sí, hay todo un debate si el progresismo se moralizó demasiado, qué es hoy la corrección política, si el progresismo se volvió un poco conservador en el sentido de que las imágenes de futuro son muy negativas, incluso distópicas. Esto no solo afecta al progresismo sino a las derechas o centroderechas convencionales. Fue claro el caso del Partido Republicano donde el trumpismo desplaza a los neoconservadores de la era Bush o Reagan. Algunos se reconvierten pero otros son desplazados y quedan con la sensación de que Trump les copó el partido. Las “víctimas” de estas nuevas derechas son el progresismo y las derechas más convencionales. Hay una imagen de futuro muy negativa y el progresismo en general trata de defender lo conquistado, el Estado de bienestar, la forma de trabajo que hay. Creo que en la era Trump se profundizó eso de defender el statu quo con el miedo a que lo que venga va a ser peor. Eso es un problema para la izquierda porque en muchos lugares el descontento social, el enojo, la crítica a la política convencional se canalizó con fuerza hacia la derecha.

Es bastante variopinto el mapa de las derechas alternativas. ¿Cómo sintetizarías las principales corrientes y qué tensiones hay entre ellas?

Si uno mira el mundo hay algunos clivajes: hay extremas derechas más neoliberales, otras más partidarias de un Estado de bienestar pero solo para los nativos. Por ejemplo, Marine Le Pen en Francia o Matteo Salvini en Italia o Los Hermanos de Italia que son partidarios de mantener el Estado de bienestar pero excluir a los migrantes. Pero hay otras fuerzas como Vox en España o Alternativa por Alemania que son más neoliberales. Hay otros más partidarios de la alianza con EE.UU. frente a otros que miran a Rusia o Asia como una posible fuerza que les permitiría luchar contra la Unión Europea. Hay antisemitas clásicos, al viejo estilo. Hay algunos que ven a Israel, sobre todo en la era Netanyahu, como una fuerza para luchar contra el islam. Algunos partidos que vienen de viejas fuerzas post fascistas mientras que otros son populistas de derecha sin conexión con el viejo fascismo europeo.

Es un mundo de fuerzas diversas, es verdad que en la medida que se acercan al poder algunos cambian posiciones, hoy casi nadie planeta salir de Europa, antes era una consigna fuerte.

En el caso argentino vemos un espacio a la derecha del PRO que va desde los libertarios –que son una corriente nueva- hasta Gómez Centurión y sectores vinculados al nacionalismo militar, pasando por derechas más católicas. Lo interesante es cómo hay un paraguas que hace que esa gente esté tratando de actuar en un terreno común  y construir una fuerza, con muchas divisiones pero sociológicamente existe un espacio de Argentina al que creo que le gustaría que hubiera una fuerza más claramente de derecha, más ideológica. Mientras que el PRO siempre era reacio a hablar en términos ideológicos.

No siempre escuchamos con atención a personajes como Javier Milei, quien dice cosas como estas: “Estoy fuertemente comprometido con la batalla cultural y la sensación que tengo como liberal libertario que soy es que cada vez que piso una baldosa escupe socialismo la Argentina. (…) Yo soy anarco capitalista, filosóficamente. Pero entiendo que el mundo por el momento tiene restricciones y, por ende, soy minarquista de corto plazo. Es decir, considero que el Estado para lo único que sirve es para seguridad y justicia. (…) Utilizan el monopolio de la fuerza para imponerte la esclavitud fiscal. De hecho, si yo tuviera que elegir entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia. Porque la mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente. Y sobre todas las cosas, la mafia compite”.

También aparecen Agustín Laje o Nicolás Márquez, dos personajes cercanos a Vicente Massot, ex director de La Nueva Provincia. ¿Qué otros elementos hay en esos libertarios locales o paleolibertarios?

Milei creo que es el que trajo al libertarismo de derecha a Argentina, que es una corriente que incluso en EE.UU. era bastante minoritaria. Plantea estos términos nuevos como anarcocapitalismo. Una especie de crítica radical al Estado.

Mientras Milei está muy presente en los medios con un discurso de la economía, Agustín Laje, que está en una batalla cultural contra el feminismo, tiene poco espacio. Eso tiene que ver con los espacios actuales: es más fácil discutir anarco capitalismo en los medios que invitar a alguien que es anti feminismo. Laje tiene muchos seguidores en internet pero lo invitan mucho en América Latina y da charlas. En el caso de Milei también hay cierta proyección a América Latina.

Paleolibertarismo es una corriente que articula una crítica radical al Estado, anarcoapitalista. Por otro lado, una defensa de valores morales conservadores. Eso explica porqué los libertarios están en contra de la legalización del aborto, que no es una obviedad porque el libertarismo clásico está a favor, porque si la idea es eliminar el Estado es para poner la libertad individual como un valor.  Mientras que el paleolibertarismo es mucho más conservador y se ubica más a la derecha radical.

Son dos figuras que tienen llegada a los jóvenes. Después tenés más dinosaurios. Milei desprecia mucho a los viejos liberales y esos viejos liberales cuestionan a Milei. Milei apela a armas retóricas no convencionales, apela a este tipo de imágenes donde la mafia es mejor que el Estado, que la justicia social es una mierda.

Instala dos ideas claves: la anti política y el derecho a no pagar impuestos. Eso hoy tiene un terreno en Argentina para expandirse.

También señalás en el libro el homonacionalismo y el ecofascismo. ¿Cómo los explicarías?

El capítulo de homosexualidad de extrema derecha se basa en cierto interés personal en ver por qué había muchos liderazgos en la extrema derecha europea que se asumían como homosexuales.

En el caso de los países de norte de Europa, no tanto en el sur ni en el este, hay una votación de poblaciones de gays o lesbianas hacia la extrema derecha. Hay fenómenos de “normalización” de la homosexualidad y de dejar de ser un grupo oprimido en las capitales occidentales. En el caso francés como Marine Le Pen fue muy hábil para usar a la minoría LGBT, contra la minoría musulmana o árabe y plantear una defensa de la laicidad.

En el caso argentino es menos fuerte ese fenómeno pero hace poco se conformó una agrupación que se llama “Puto Bullrich” que de a poquito está más visible. Terminó siendo un espacio pequeño pero significativo de apoyo de sectores LGBT a la ex ministra de Seguridad.

Y en el caso ecofascismo es un debate más filosófico. Es toda una corriente que intentó juntar ambientalismo y pureza racial. La pregunta es si en el futuro lo que va a predominar va a ser la idea de que todos estamos en el mismo barco, la idea de la nave tierra en la que o nos salvamos todos o no se salva nadie u otra lógica que algunos llaman la ética del bote salvavidas en el que no entran todos. Empieza a haber un discurso ambiental de extrema derecha.

Nos acostumbramos a que la extrema derecha es negacionista del cambio climático, es Trump. La idea del libro es: estemos preparados para otros discursos, que la extrema derecha sea también gay, que no sea solo homófoba, que tenga un  discurso ecológico.

Desde el progresismo y la izquierda a menudo se cae en cierta subestimación de estos discursos. Parecen “locuras” que no apelan a nadie, sin embargo, tienen plafón social. Lo mismo ocurrió con el fascismo. ¿Encontraste similitudes entre los discursos violentos actuales y los que construyó el fascismo como fenómeno social de masas?

Las derechas hoy no se organizan de esa forma, no construyen partido de masas. Hoy va más por un tipo de cultura de internet. Hay muchos debates sobre cómo nombrar esto. Algunos las nombran como derechas post fascistas.

Hay un italiano que vive en España, Steven Forti, que habla de extremas derechas 2.0 para señalar este aspecto de cómo cambió la lógica de reclutamiento, de difusión. No existe esa dimensión de masas al viejo estilo, es más post moderna. Riman pero reformulan cosas: hoy nadie habla de superioridad de razas pero se habla en clave cultural en ese sentido. Hay una defensa de la cultura occidental o cosas que remiten a ese tipo de discursos.

En el caso europeo el tema del islam es el vector para una serie de discursos. Yo puse una frase que dice la historia no se repite pero rima.

Un historiador, Sternhell, decía que el fascismo no fue simplemente una contrarrevolución, compitió con la izquierda por otro tipo de revolución y tenía una visión de futuro. Había un montón de fenómenos culturales que acompañaban el fascismo y le daban una dimensión de ruptura con el viejo orden que, en este caso, era la democracia liberal.   

Sí creo que hay una crisis de la democracia en un sentido más amplio, ahí es donde se meten estas cosas. Más que el peligro del fascismo es el peligro de otras cosas como la idea de Estado sin política, la división entre libertad individual y política, la idea de un tipo de capitalismo sin política. Era algo que existía como un fermento pero que algunas derechas lo están mirando, sobre todo los más utópicos, en Silicon Valley. Por ahora es una utopía pero a veces empiezan así y se vuelven más realistas.

Foto: Sebastián Freire.

Reynaldo Sietecase visitó Bahía Blanca y aprovechó la oportunidad para contactar a sus lectores y lectoras en una breve presentación de Periodismo, instrucciones de uso, un libro que prologó, compiló y para el cual escribió un ensayo. De la publicación participan Martín Caparrós, María O´Donnell, Hugo Alconada Mon, Ezequiel Fernández Moores, Cristina Alarcón, Martín Becerra, Leila Guerriero, Graciela Mochkofsky, Noelia Barral Grigera y Natalí Schejtman.

Entrevistado por Mauro Llaneza y Astor Vitali, el conductor de La inmensa minoría comentó en FM De la Calle los “ensayos sobre una profesión en crisis”.

Cansado de escucharme protestar contra algunas maneras en las que se hace el periodismo argentino, Raúl Carioli, director de Prometeo, me propuso escribir un libro. Lo pensé un poco y decidí convocar a una decena de periodistas a los que yo respeto, más allá de que con algunos tengo diferencias ideológicas pero los respeto por su trabajo riguroso. Y, además, elegí gente que hubiese escrito sobre periodismo. Creo que funciona como disparador para el debate. Hay textos que tienen que ver con la precarización laboral, con la concentración mediática, con la independencia, con el periodismo digital, el cliqueo, muchos aspectos. La idea es generar una especie de plataforma para la discusión con el eje central de que este laburo se puede hacer bien.

ML: En tu texto, y obviamente en la actividad cotidiana, hay mucha preocupación por el valor de la verdad, cómo se fue desfigurando el concepto y el rol de las audiencias. ¿Cuál es tu interpretación?

También lo toca Ezequiel Fernández Moores en el libro. Creo que se entró en una suerte de lógica bélica y, como dicen los corresponsales de guerra, cuando empieza una guerra la primera víctima es la verdad. En la Argentina pasó esto. Si bien no es un fenómeno local, eso termina afectando los contenidos periodísticos. Si uno deja de valorar la información solamente para afectar al otro, creo que hay una afectación de los contenidos. Y también del otro lado porque si se puede decir que la manera de comunicar está llena de mala praxis, hay una audiencia que en realidad no está muy preocupada por la calidad de la información que recibe sino porque esa información de alguna manera ratifique sus prejuicios y sus posiciones.

ML: ¿Por qué creés que esto es así? Comparando con otros momentos, ¿existía esa sanción al momento de cambiar de canal o de elegir otro diario cuando el producto periodístico perdía calidad?

Yo creo que se profundizó. Quizás existía antes pero no con este nivel de virulencia. Yo siempre recuerdo que Tomás Eloy Martínez cuando escribió su decálogo para periodistas, hace treinta años o más, en el primer punto decía que cuando un periodista trabaja mal él mismo es el principal afectado por eso porque pierde credibilidad, porque su nombre queda desprestigiado. Uno puede comprobar en los últimos años que no es así. Hay quien utiliza la información con algún objetivo político espurio, que informa más por su vinculación con gobiernos o empresas y les va bien. Tienen rating, ganan mucho dinero. Y logran eso, creo que con alguna complicidad de la audiencia.

Hay un sector de la audiencia que no le importa que le mientan, en este caso porque sus mensajes coinciden con lo que piensan. Es como un periodismo para la hinchada, son periodistas que trabajan para la hinchada, no la desafían.

Creo que cuando Tomás planteaba eso, en ese momento, un periodista que mentía no la pasaba tan fácil. Es un proceso que con el avance de las nuevas tecnologías se fue consolidando.

ML: Saliendo de los medios, ¿qué impacto ves en el propio debate público o democrático?

Una cosa es que un político trabaje para su hinchada o para fidelizar a un sector de su electorado, eso es totalmente válido. A mí me hace un poco de ruido cuando en nombre de mi ideología, de pronto miento. Hay una falta ética. Yo no creo que un periodista sea mejor o peor que un albañil o un maestro. Sí tiene un compromiso ético mayor porque está trabajando con información que hace mejor o peor el sistema democrático.

ML: Mencionabas el tema de la precarización, que está muy bien planteado en el artículo de Noelia Barral Grigera, y es interesante cruzarlo con el de Natalí Schejtman y ver cómo impacta en esta nueva modalidad el periodismo digital, que a su vez viene con una gran cuota de precarización en cuanto a lo laboral. Ahí se habla del periodismo de escritorio, de otras formas de trabajo que también precarizan los contenidos. ¿Qué mirada tenés sobre eso?

Cuando armé la lista de nombres y de temas me di cuenta, charlando con Martín Becerra, especialista en medios de comunicación, que nos estaban faltando dos temas que ninguno de los periodistas que estábamos llamando podía tratar bien. Uno es el de la precarización laboral: acá necesitamos a alguien más joven que, además, haya vivido este proceso donde, de pronto para poder sobrevivir, para ganar un sueldo digno tenés que trabajar en tres lados, si tenés suerte de trabajar en tres lados. Eso implica trabajar mal en tres lados: no tener tiempo, que te sobrexploten, etc. Entonces se nos ocurrió llamar a Noe.

Y a Natalí porque también nos interesó mucho las redacciones digitales que en principio van lentamente remplazando las redacciones tradicionales, pero para mí con muchos vicios. Si vos me pedís que en una tarde escriba diez notas, es muy difícil que pueda ir a la calle. Entonces, termina escribiendo lo que lee en otros portales. Si hay una toma de una fábrica o un corte de ruta, no sé si lo va a contar por lo que lee o ve en la tele, por ejemplo. Ni siquiera llama a alguien y habla con un dirigente o con los afectados. Creo que es una situación muy delicada la que está pasando con la información de la redacción. Los periodistas ya no salen a la calle, no hablan con nadie.

Natalí también cuenta muy bien cómo se estructuran las noticias. No hay un editor que selecciona las noticias más destacadas del día, lo va decidiendo el cliqueo, que es otro fenómeno muy singular también. Lo cuenta muy bien Martín Caparrós: el periodismo clic. Ya no hay un editor que dice esto es lo importante sino que los algoritmos van decidiendo por palabras u otras cuestiones, van determinando qué es lo importante y qué es lo que encabeza un portal digital.

ML: ¿Sigue siendo periodismo eso o es otra cosa?

Y… a veces es difícil calificarlo así. Pero bueno, tiene ese paraguas de periodismo. Está bueno que lo podamos ver críticamente. Por eso el libro se mete con una mirada crítica sobre estos temas y el intento de debate. Que no pase de largo, tratar de transparentar: esto pasa así. Si uno revisa los portales digitales se da cuenta que la mayoría de las noticias no son las que uno publicaría.

Son desafíos grandes los que se vienen. En ese marco, hay una cantidad de medios alternativos que están generando periodismo de otra manera. Porque no es que el periodismo está en crisis sino que está en crisis una manera de hacer periodismo.

AV: Te suelen presentar como periodista y escritor. Solés decir que preferís pensarte como poeta, escritor y periodista, en ese orden. Por lo tanto, la pregunta no tiene que ver con tu artículo sino con algo que valorás que es la belleza. En el libro, Cristian Alarcón plantea que parte de los desafíos del periodismo están imbricados con en el tema de la belleza, con lo estético. Cada formato tiene su lenguaje y sus herramientas estéticas. ¿Cuánto de eso te preocupa, te ocupa en tu propia práctica y considerás que mejora el producto periodístico?

Eso es muy importante. Incluso en el libro les pedí a todos que estuviera escrito en primera persona –algunos ya lo venían haciendo- y en periodismo narrativo para que los textos, independientemente del interés que puedan generar a algún lector vinculado al tema de la comunicación, también sean atractivos en general.

Para mí el tema del cómo es muy importante, muy trascendente. Ahí la gente de Anfibia está haciendo una búsqueda, incluso una búsqueda perfomática, un laburo realmente muy interesante.

Siempre hay que estar atento a eso, no solamente a la verdad. Un título es importante, el formato. No importa si el compromiso es con la ficción o con algo verdadero. Me parece que nunca hay que descuidar lo estético.

AV: ¿Qué importancia tiene para vos que el periodista, la periodista, más allá de que esté escribiendo ficción o no, tenga al menos a la literatura como insumo? Es decir, que lea, que se provea de una cantidad de herramientas para su propia práctica…

Eso me parece fundamental. Yo recomiendo incluso la lectura de poesía. En principio leer todo, lo que se pueda. Pero la poesía es muy útil para un periodista. No para que se dedique a la poesía pero, por ejemplo, para uso de metáforas, comparaciones. Para mí es muy importante la literatura para cualquier periodista.

El texto de Guerriero habla sobre ese tema. Cómo contar una noticia. Porque si vos arrancás a la mañana contando que hay ciento ochenta y cinco muertos de Covid, no te mueve un pelo ya. Pero si vos contás una historia con nombre y apellido: María Pérez, cuarenta y siete años, estaba sana, salió a trabajar temprano, se empezó a sentir mal a la tarde… cambia la cosa. El tema de cómo narrar también es parte del laburo y es muy importante y trascendente.

Porque además tiene que ver con algo que es ideológico, que es la empatía con la persona que vive el drama: una inundación, un problema, un despido. El otro día leí una nota y me sorprendí. ¿Yo dije esto? Dije que el principal problema del periodismo argentino era el ego. Y está bien porque es lo que dificulta empatizar con la persona que sufre, con la gente que está sufriendo el hecho que se narra.

AV: Hablaste de los medios alternativos en general. ¿Qué mirada tenés de la comunicación comunitaria, de la radio comunitaria que se hace en Argentina?  

Me parece un fenómeno extraordinario. Yo siempre me siento más cerca de la radio que de cualquier otro medio. Me parece que son claves. Por eso cuando ustedes me convocan yo soy el primero en querer participar porque sé que cumplen un rol esencial en general porque están muy involucradas con la comunidad en la que están insertas y además porque en general hay un tipo de mensaje que no aparece en los grandes medios.

Por eso es importante, después que terminó desbarrancando la ley de medios, que se contemple claramente la importancia del tercer sector, de lo que no es ni privado ni público pero que cumple un rol esencial. Yo creo que un tercio de los medios de comunicación tiene que estar en manos de este sector.  

ML: Pensando en lo que fue la ley, había algunos aspectos que tenían que ver con el sostenimiento de los medios. Hay una reestructuración a nivel mundial con la aparición de plataformas y el libro adelanta un debate vinculado a la forma de regular el peso que tienen Google o Facebook en la filtración de estas noticias y también en la pauta y el recurso económico. ¿Estamos muy lejos de esa discusión en Argentina?

Creo que empezó. Me dicen que algunos sindicatos estaban intentando impulsar alguna legislación. Empieza a pasar que en algunos países como Australia, Irlanda, comenzaron a discutir acerca de por qué Google o Facebook u otras plataformas usan los contenidos de todo el mundo sin pagar nada y se quedan con la gran torta publicitaria.

Empieza a aparecer esto de algún tipo de legislación que obligue a que dejen una parte y, en lo posible, que esa parte sea capturada por los medios alternativos que quizá necesitan algún tipo de financiamiento extra para poder seguir funcionando y que eso ayude a la pluralidad de voces.

El delegado regional del Ente Nacional de Comunicaciones, Nicolás Bartolozzi, dialogó con FM De la Calle acerca de los proyectos y la política del organismo, el régimen de aumentos en relación a las prestatarias de cable e internet y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

“En pandemia lo que se desnudó es la posición que ya existía y se potenció, que la comunicación es un servicio esencial y la conectividad termina siendo un derecho humano, así lo entiende el directorio. Que la comunicación sea un derecho básico y que la conectividad sea un servicio público estratégico”, comentó.

Bartolozzi señaló que “estamos trabajando con dos barrios que son El Saladero y en Villa Talleres armando un proyecto colectivo y comunitario intentando fusionar una pyme local y una cooperativa de trabajo que se conformó en función de los técnicos que fueron cesanteados de BVC, estamos intentado terminar los papeles, llevarla adelante y que genere un convenio de trabajo con una pyme que es Boyetécnica”.

“A la brevedad podremos estar presentando este proyecto del ENACOM a nivel central, con carpeta administrativa, jurídica y económica”.

Comentó que “en Pedro Pico 2700 hay una antena de la REFEFO (Red Federal de Fibra Óptica), si llegamos a buen puerto esperamos poder hacer zanjeo de fibra óptica por el costado de la ruta, llegar al Saladero y tender postes para dotar de fibra óptica a todo el barrio. Estamos viendo la factibilidad en cuanto a la etapa financiera como para ver si podemos extenderlo hacia el barrio Villa Talleres”.

Por otro lado, Bartolozzi se refirió al decreto declaró públicos y esenciales los servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones: “Instruye a los miembros del ENACOM a tres funciones: que las tarifas de las telecomunicaciones (tv por cable, internet y telefonía fija y móvil) queden congelados desde el 31 de julio hasta el 31 de diciembre; del 1 de enero de 2021 hasta que se disponga lo contario lo que se hace es recuperar soberanía estatal, ya no va haber aumentos injustificados ni unilaterales, cada vez que la empresa considera que necesita hacer un reajuste tiene que presentar un plan de costos al ENACOM y los técnicos le dan autorización; y en tercer lugar se instruye crear una tarifa social”.

En cuanto a los últimos aumentos autorizados explicó que “ENACOM aceptó el pedido para una regulación asimétrica, las grandes compañías tienen autorizado un aumento del 5% en enero, a pymes y cooperativas se le da la posibilidad de aumentar 8% en enero, son empresas de menos de 100 mil suscriptores de lugares donde el capital privado no invierte. Están en el 64% de Argentina, son 266 localidades en 20 provincias. Hay 1200 pymes en todo el país”.

“Se armó una mesa de negociación, ellos revirtieron el viernes estas sumas indiscriminadas y se adaptaron a la normativa. Telefónica, Claro, Telecentro y Direct TV, van a devolver a través una nota de crédito lo que cobraron de más, un 12,5%”, mencionó.

Sin embargo, “Telecom, Cablevisión y Fibertel continuaron judicializando la medida, el grupo Clarín se toma de una presentación en una localidad muy pequeña de Córdoba, presentaron una medida cautelar sobre una situación particular. Ese fallo opera para una cablera 500 suscriptores, sin embargo, Clarín dice que le corresponde”.

El titular regional de ENACOM mencionó que “se intimó a la empresa devolver lo facturado más intereses. El miércoles pasado a través del conjunto de abogados de Clarín plantearon que no van a devolver. El ENACOM aplicó una multa y (ordenó) entablar las acciones judiciales pertinentes para que sea devuelto el dinero”.

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y pauta oficial

¿Hay en el ENACOM discusión para impulsar alguna normativa, visto lo que hizo el macrismo con la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, incluyendo los debates que se suscitan con los años?

No nos han informado del tema, la voluntad de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner es hacer foco en al Red Federal de Fibra Óptica, retomar la TDA y una lucha para generar dispositivos que ayuden la población, recuperar soberanía a través las tarifas y de la tarifa social. Tengo conocimiento que hay colectivos de militantes sociales y políticos que han llevado adelante propuestas para ENACOM y que serán tratadas. Es imprescindible que transitemos el camino hacia una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Foto: ENACOM

(Por Astor Vitali) Hace poco más de un mes –el 14 de enero- Morena Llanca Rosselló renunció al cargo de directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca. Fue una demanda que unificó a todas las organizaciones de la cultura de Bahía Blanca, buena parte del movimiento obrero y dirigentes de fuerzas políticas variopintas que integraron el Concejo Deliberante (honorable, él) desde el retorno de la democracia a la fecha, a raíz de su intento de derogar todo el marco normativo que colabora con el acceso a los derechos culturales. Sumado a esto –con excepción de los sueldos de privilegio que percibieron quienes detentaron cargos políticos-, decidieron no ejecutar el presupuesto en el dramático contexto de pandemia durante 2020.

Al día siguiente, el intendente Héctor Gay designó a José Ignacio González Casali al frente del área. Durante los años 2018 y 2019 fue coordinador de los Organismos Artísticos del Sur y, hasta este nombramiento, fue director de Cultura del Instituto Cultural durante la gestión Rosselló.

En esta entrevista con FM De la Calle, el abogado delinea sus prioridades, enuncia sus compromisos ante la comunidad y esboza una mirada de política cultural para esta etapa del gobierno de Juntos por el Cambio en la ciudad.

Las siguientes líneas ayudarán a nuestra audiencia a responder la pregunta que se escucha por allí, con estrujo de garganta, como el murmullo de los fantasmas de los teatros abandonados: ¿cambia la política cultural o cambia un funcionario?

Asumís en un contexto de mucha crítica al gobierno de Héctor Gay por parte del sector cultural. ¿Cuál es tu mirada de lo que debe ser una gestión cultural luego de todo lo que ha pasado estos años?

Comenzar por el diálogo que me parece que es fundamental y tener la mirada de los dos lados: la comunidad artística y por otro lado el vecino que recibe todo ese caudal de propuestas. No olvidar eso.

El 18 de enero fue la designación de mi persona como director del Instituto Cultural y me encuentro en la situación de tratar de volver al diálogo y recuperar la confianza del sector cultural que estaba totalmente rota. Yo creo que de a poco se va logrando, demostrando con acciones, viniendo de un año muy complejo que fue durísimo para todos los sectores. Para el sector cultural, yo creo que uno de los más castigados por el tema de las prohibiciones que fue lo primero y lo último en reactivarse. Es un complejo panorama que hay que tratar de desenmarañar entre todos.

Parte de la desconfianza surge del hecho de que vos venías funcionando como director del área de Cultura durante la gestión de Rosselló al frente del Instituto Cultural. ¿Qué te une y qué de diferencia de la mirada que tenía esta funcionaria para el cargo que hoy ocupás?

Fundamentalmente el ser la cabeza del Instituto, cuando yo asumo entiendo que la figura del Instituto hay que recomponerla, hay que fortalecerla y eso lo puede hacer quien tiene el mando, en este caso mi persona como secretario. Son cuestiones personales, miradas distintas. No es por criticar ni nada pero la decisión es del secretario y esta es una oportunidad muy importante para mí para tratar de revertir todo esto y mostrar el interés real que tenemos por el sector yo y mi equipo. A mí me brinda una ayuda muy importante.

El ámbito de la cultura de la ciudad es muy grande y es muy difícil atender a todos. Entonces, el haber conformado este grupo con gente que ya se encontraba en la municipalidad pero ahora con un papel desde el gabinete cultural, me parece que está bueno, la pluralidad de ideas y de miradas siempre ayuda muchísimo.

Hubo una serie de denuncias públicas, entre ellas la de la Red de Comunicadoras de Bahía Blanca, criticando la designación de Rubén García por “prácticas violentas en sus espacios laborales o en tareas relacionadas a su profesión” y por públicas “expresiones misóginas, violentas y xenófobas” en redes sociales. Había sido designado en la órbita de planificación urbana a cargo de Tomás Marisco y ahora lo has ratificado en tu gabinete. ¿Toman estas denuncias que, si bien no son judiciales, han tomado estado público?

Ese tema fue tratado, bastante conversado y como ya ha ocurrido en otros casos, si llegara a existir algún tipo de denuncia formal obviamente cualquier funcionario, no solamente él, sería apartado del cargo. Pero en este caso son denuncias que si bien son públicas, como vos decís, no alcanzan ese rango. No tenemos que dejar de mirar eso y seguir trabajando.

Él ya formaba parte, ocupa un lugar importante. Más en esta actualidad que la mirada va a pasar por el espacio público y su conocimiento me parece valioso. Es una opinión más al gabinete que me parece valiosa. Obviamente todo está supeditado a cómo se va desarrollando todo y a la labor de cada uno. Nadie está atado a su lugar pero me parece que hasta ahora venimos funcionando bien y es importante.

Desde tu designación hay una modificación, en principio desde lo discursivo, que implica decir “mi gestión se hará en torno de las ordenanzas y del fortalecimiento del Instituto Cultural”. ¿Esto implica, además de tu visión, una reflexión del intendente Héctor Gay acerca de lo hecho en el ámbito cultural desde el inicio de la gestión hasta aquí?

Seguramente, desde que Morena presenta la renuncia, se está trabajando en un grupo de personas de sus allegados como su secretario en la conformación de este organigrama y, cuando me convocan, terminamos de definirlo. Yo creo que sí, es una mirada distinta. Es un llamado de atención. Obviamente estar en conflicto con otra persona o con otro grupo de personas no es agradable. Entonces, la idea es entre todos hacer lo posible para revertir esto.

Y debo destacar que desde todos los lugares porque no solamente desde nuestro lugar sino desde las agrupaciones y asociaciones del otro lado recibimos eso. Que es momento de sentarnos, de hablar, de tratar de llegar a acuerdos y no requerir por ahí el todo sino ir por parte y construyendo juntos.

Luego de este verano –climática y psicológicamente hablando- se espera, por el espejo europeo y por análisis de situación sanitaria, que la coyuntura en abril o mayo nos vuelva a dejar en casa o al menos con dificultades para la presencialidad, lo cual implica la necesidad de concebir con mucha destreza cualquier planificación. ¿Cómo ves la posibilidad de tu gestión en este contexto pandémico? ¿Qué están pensando en ese sentido?

Hemos aprendido en el 2020, que a todos nos tomó por sorpresa. Recuerdo haber visto la primera comedia completa, en un ensayo general, y pensar que íbamos a cerrar por quince días y que íbamos a volver. Esa incertidumbre que vivimos durante el 2020 me parece que nos sirve para aprender y tener planes a, planes b e inclusive planes c.

Estamos pensando muchas actividades al aire libre, muchas en formato presencial hasta que se pueda con un aforo reducido y que está habilitado por la provincia. Y muchas en forma virtual. Hicimos la convocatoria de “eventos permanetes” de esa forma.

La comedia va a ser grabada para tener un respaldo para poder trabajar con las escuelas en el caso de que haya un cierre definitivo. Por suerte, aprendimos del año pasado y no va a ocurrir lo mismo que ocurrió.

Desde el punto de vista de económico, asumís con un presupuesto confeccionado por Rosselló,  claramente por debajo de los índices inflacionarios, más allá del fondo educativo. ¿Hay posibilidad de modificarlo, de pedir al intendente que revea alguna de esas partidas? ¿Cómo se puede hacer una gestión nueva interesada en la cultura con un presupuesto viejo desinteresado de la cultura?

En primer lugar, me interesa decir que tuve la seguridad de que las ordenanzas cumplían con su presupuesto, que eso me da una base y me da tranquilidad en ese aspecto.

Con respecto a lo extra, hay herramientas. Hoy estuve hablando sobre el tema de “Solidaridad cultural” y de ampliar el monto. El monto se triplicó al que existía. Es una herramienta que quiero darle otra impronta y que sea más fácil de utilizar porque es una muy buena herramienta y en ese caso tendríamos alguna ayuda.

Después está la ayuda privada. He mantenido algunas reuniones y algunos eventos van a ser apoyados también desde ese ámbito.

Si bien nunca es suficiente, creo que este año, como viene planteando vamos a poder cumplir y mejorar lo que veníamos haciendo.

¿Qué va a pasar con el presupuesto que no se ejecutó el año pasado?

Yo pedí un informe a Economía e inclusive el propio secretario lo explicó al Consejo Consultivo. Se habla de un número supuesto que puede llegar a ocurrir y que durante el 2020 no se dio por dos temas: por ingresos menores y por redistribución del ingreso a la municipalidad. El presupuesto es dinero que se presupone que va a ingresar a la municipalidad y que por emergencia sanitaria y económica el año pasado no se dio de esa forma.

Lo que tenemos la certeza es que lo que este año está presupuestado se va a cumplir. Se va a cumplir con las comedias municipales que, en este caso, van a ser tres porque venimos reprogramando la del segundo semestre del año pasado e inclusive lo que me pone muy contento es que la obra del primer semestre se va a estrenar en el club Tiro Federal, también cumpliendo con el primer semestre que se cumplió en lo económico con los actores pero por ahí el vecino no pudo disfrutar, que es muy importante y que nos hace valorar que estas instituciones tengan más fuerza, que el vecino las defienda.

Uno de los temas más conflictivos desde diciembre de 2015 hasta aquí fue el cierre de los talleres, en los que tomaron definiciones Rosselló como subsecretaria de Educación y Ricardo Margo como director del IC. Cerraron unos cien talleres barriales y la Orquesta de Miramar cerrada durante tres años. Había en la ciudad una grilla de talleres que respondía a las necesidades barriales en función de una distribución geográfica y eso fue devastado. ¿Cómo pensás el tema educación informal en la ciudad y qué harás en tu gestión?

Estamos terminando de armar un informe interno nuestro sobre los talleres, junto con los delegados y espacios de los barrios para poder tener nueva oferta y llegar a la gente con talleres nuevos aunque hay muchísimos talleres que se van a seguir realizando porque son talleres históricos.

Lo más complejo en este sentido es el tema pandémico. Estamos viendo alternativas para que los talleristas que no puedan darlo de manera presencial lo lleven adelante en forma virtual.

Va a haber una convocatoria en unos días para talleristas, para que se presenten con sus proyectos. En el mismo sentido, cuando veamos qué talleres van a funcionar, publicidad a los vecinos para que puedan disfrutar de esos proyectos.

Has dicho que las ordenanzas existentes en Bahía Blanca son importantes para tu gestión ¿por qué?

A mí me brindan una base importantísima y una seguridad para seguir trabajando durante el año. El resto es siempre es importantísimo y es sumar más y tener nuevas ideas e ir implementando nuevas políticas. Éstas específicas de la ciudad, me refiero a eventos permanentes, al Fondo municipal de las Artes y Espacios Culturales Independientes, son tres muy variadas. Reconozco que estoy en contacto con municipios de otros lugares y que no existen de esta forma. Se ocupan de sectores distintos pero muy valiosas y que me brindan a mí tranquilidad.

Yo contando con ese presupuesto puedo determinar que durante el año se realicen actividades que son importantísimas para la ciudad en lo cultural, en lo económico y en el movimiento de la ciudad, en el turismo. Lo mismo con los Espacios Culturales Independientes para trabajar con ellos en un circuito. Lo mismo con el Fondo Municipal de las Artes fomentando el crecimiento en los artistas locales.

Un punto que me interesa resaltar y que es importante en mi mirada: todo va a pasar a través del artista local y de cuidar lo nuestro y de fomentarlo y hacerlo crecer. Me parece que –y hago un mea culpa en este sentido- no quiero que pase lo mismo que a mí me pasó, que yo descubrí actividades en la ciudad que tanto viví, de grande. Yo no quiero que eso ocurra. Desde el primer momento que me empecé a involucrar con esto lo quise mostrar a través de algunas acciones que realizaba yo cuando estaba fuera del ámbito público. Hablando del vecino común, me parece que hay mucho desconocimiento y me importa que el vecino se involucre y se acerque. Así va a ser más fácil todo tanto para el artista como para mí en mi gestión, para defenderla internamente.

¿Qué quisieras agregar a modo de cierre de esta primera entrevista?

Vengo de hacer una pequeña conferencia de prensa junto con el nuevo director de Dos Museos, Christian Díaz, sobre el salón de arte que se va a realizar en conmemoración de los noventa años del museo. Me parece que es un hito de este año junto con la reapertura del teatro y con los setenta años del Museo Histórico, en que nos vamos a enfocar este año.

Esta muestra se va a realizar dentro de la municipalidad, rememorando ese primer salón de 1931 y se van a entregar premios importantes, que son premios adquisición, o sea que son obras que después pueden ser parte del museo.

Esperando que todo continúe en forma normal en cuanto a que la obra de teatro pueda terminarse en el mes de agosto, que es como está planificado, y podamos tener la reapertura que tanta gente está esperando.

A partir del aniversario número cien de la Cooperativa Obrera, FM De la Calle entrevistó a su Gerente General, Héctor Jacquet, abordando temas de impacto social como el rol del cooperativismo en el contexto económico actual, el vínculo entre trabajo y tecnología, las posturas ante los proyectos especulativos, la concentración en mercados virtuales y las propuestas alternativas posibles, los vínculos con la economía social y solidaria, el salario y las condiciones de trabajo en el marco cooperativo, y la propuesta cultural de la entidad.

¿Cuántos proyectos cooperativos pueden dar cuenta de esta larga vida en el país?

Suelo definir lo nuestro como una experiencia cooperativa exitosa, en el sentido de que pudo transcurrir cien años de historia en un país con tantas vicisitudes. Y digo una experiencia porque fueron muchas.

A fines del siglo XIX y principios del XX, hubo toda una corriente importante de trabajadores fundamentalmente, de usuarios, consumidores, que se decidieron por la vía cooperativa para poder resolver algunas necesidades.

El mundo atravesaba un año muy difícil en el año en que nació la Cooperativa y eso fue parte del motivo. Había terminado la Primera Guerra Mundial. Los campos de siembra de toda Europa habían sido campos de batalla. No había cereales ni oleaginosa ni carne suficiente para alimentar a tanta población. La guerra había hecho un estrago muy grande. Eran época de caballería, sable y aparecieron las primeras armas de fuego semiautomáticas, con lo cual el poder de destrucción y la matanza fue extraordinaria.

En este lado, muchos de los inmigrantes que venían a buscar otro modo de desarrollar su vida, de formar una familia, se encontraron entre otras cosas con dificultades económicas a partir de tener un país todavía con una legislación laboral incipiente, con largas jornadas de trabajo, con precios de los productos básicos muy caros –justamente, a raíz de la primera posguerra- porque los valores internacionales del trigo, maíz, la oleaginosa y la carne eran muy altos, Europa compraba a Australia, Estados Unidos, Argentina, Canadá, y eso hacía que los productos tuvieran un precio internacional muy alto y en constante crecimiento, o sea, inflación.

El valor del cereal de la época se iba cotizando en los diferentes mercados permanentemente en alza a raíz de la escases. Y cuando se producen esos movimientos de precios es como un tren donde la locomotora tira con los precios hacia arriba pero todos los que vienen atrás empiezan a empujar. Cuando digo los que vienen atrás me refiero a todo una cadena que se supone que es de valor pero en realidad es de especulación. Entonces, como el trigo dentro de cuatro o cinco meses va a ser más caro, por las dudas, el que vende trigo en la Argentina dice: bueno, vamos a ponerlo más caro para el mercado interno porque si no me pierdo la oportunidad de venderlo al mercado externo, y comienza a aumentar.

Y comienza a aumentar especulativamente porque es todo una especulación el mercado. Los mercados son una especulación: se especula cuánto va a valer en función de cómo se dan las cosechas y otros elementos. Y también es una especulación el precio del molinero que va a comprar el trigo y como no sabe bien cuánto va a costar dentro de cuatro o cinco meses, él también va aumentando la harina, un poco por lo que aumenta y un poco por lo que podría llegar a aumentar. O sea, tiene una carga especulativa el costo otra vez. Y luego el panadero hacía lo mismo. Y al final de la cola el consumidor es el que paga el pato. Pasaron cien años y esta historia se repite hasta el cansancio, sobre todo en países como los nuestros.

En aquel momento, lo que ellos vieron, los pioneros de la Cooperativa, en su gran mayoría obreros ferroviarios, es que organizando una cooperativa podían defender mejor la economía familiar a partir de producir pan. Pensaban una cooperativa obrera, panadera, molinera y anexos. Buscaban moler el trigo, hacer la harina y producir el pan. Nunca pudieron hacer eso.

Se dieron un gran debate de entrada, un debate importantísimo porque fortaleció democráticamente a la organización y porque nos dejó una enseñanza a todas las generaciones que seguimos y tiene que ver con lo siguiente: tomar decisiones en el presente pero pensando en el futuro.

El gran debate era: un grupo quería alquilar una panadería, producir pan rápidamente más barato y el otro grupo decía esperemos un poquito más, hagamos un esfuerzo. Hacían mítines, reuniones, volanteaban en los lugares de trabajo, en los talleres, para sumar más asociados a la cooperativa y que todo el mundo pusiera una cuota de capital para construir una panadería y por eso recién en 1922 sacan el pan… pero en una panadería propia. ¿Y qué es lo importante de eso? Les dio autonomía.

Los industriales panaderos, que estaban organizados en una cámara en la época, salieron con los pies de punta contra la Cooperativa. Un poco lo que le ha pasado al banco cooperativo estos días que a través de un supuesto ataque a su presidente Heller en realidad están atacando al banco por ser una cooperativa. En aquella época existían esos ataques y fueron furibundos. Si nos alquilaban la panadería nos hubieran agarrado de un puño. Como la Cooperativa encara su propio proyecto y está pensando en el futuro y dice: no, vamos a hacer pan para diez años, para veinte años, el primero de mayo de 1922 la Cooperativa levanta su persiana y comienza a distribuir pan.

El otro tema importante es que lo hace un primero de mayo, es todo un mensaje a todo el mundo, podría haber sido cualquier día. En aquella época el primero de mayo era una jornada de lucha de los trabajadores; por las ocho horas laborales, por el sábado inglés, por el descanso laboral del día domingo. Era una jornada de lucha. Y ese día salen con el pan. Reivindicamos eso como gesta de los trabajadores de Bahía Blanca y también como enseñanza de cómo encarar las cosas pensando en el futuro. Y siempre nosotros hemos dado esos pasos de inversiones o de crecimiento de la Cooperativa, no pensando en los próximos seis o siete años sino a futuro, a largo plazo.

Hoy se habla mucho de los capitales financieros que especulan para ganar en el menor plazo posible, en proyectos que no aportan a las sociedades donde intervienen. En este caso, además, el crecimiento se da desde un lugar del país hacia una región, a diferencia de los modelos trasnacionales que supuestamente son más efectivos pero ¿cuánto dejan a la economía concreta de los lugres? Podríamos poner el ejemplo de Waltmart que, en su momento aparecía como un nuevo modelo. Hoy mismo, uno va, y ve que no hay trabajadores en las cajas, lo cual es paradójico porque otros trabajadores van a lugares donde no hay pares. ¿Cuál es la opinión de la Cooperativa respecto de la automatización en los supermercado?

El problema no es de la tecnología: el  problema es qué hacemos con la tecnología. El sistema capitalista, en términos generales, ha permitido que grandes sectores del planeta, generalmente países poderosos desde lo militar y que son fuertes respecto de los demás, se han desarrollado y se han industrializado. Pero tienen una falla de origen y es que es un sistema que no redistribuye la riqueza que se genera. Por el contrario, la concentra. Y en las últimas décadas eso se ha agravado enormemente.

Una cosa es el capitalismo como se entendía hasta la década del cincuenta, del sesenta del siglo pasado y otra es el doy que está en manos del capital financiero, que es mil veces peor. O sea, aquel defecto de origen en el sistema capitalista, fue potenciado por mil por el capitalismo financiero que pretende rentas rápidas, urgentes, y donde no hay ningún miramiento, ya no solamente por el ser humano que tengo al lado que está trabajando, produciendo riquezas, sino que tampoco tiene miramientos por el medio ambiente y así es como sin problema destruye el planeta, es terriblemente extractivo de las riquezas naturales.

Ahora bien, ese desarrollo ha permitido un desarrollo tecnológico extraordinario del cuál uno debiera alegrarse siempre y cuando esté al servicio del bienestar de la gente. El problema es cuando eso se aplica de un modo tal que permite maximizar la rentabilidad, olvidarse de la gente y perder de vista que si no hay trabajadores que reciban una paga justa y que tengan empleo no hay manera de llevar adelante un futuro posible y olvídate del consumo.

Hay una vieja enseñanza. La primera huelga grande, grande que hubo fue de los anarquistas en París a principios del mil novecientos. Fue a partir de que comenzaron a incorporarse automóviles a combustión como taxis. Los anarquistas manejaban el gremio de los choferes. Eran los choferes de los carruajes que llevaban a la gente. Incendiaron todo e hicieron una revuelta fenomenal.

El primer gran debate que hubo ahí es qué hace el hombre frente a la tecnología que termina subyugándolo, dejándolo sin empleo, lo amenaza, etc. Lo que se produjo es una transformación y hoy el mundo sería impensable sin los autos. Para traerlo hoy al tema de las cajas registradoras: yo no sé si se irá a imponer o no el sistema. Porque hace unos años atrás uno pensaba que sólo se podría extraer dinero del cajero del banco y después aparecieron los cajeros automáticos. El tema es si el sistema puede darle la posibilidad a los trabajadores de que tengan jornadas laborales más justas, no tan largas. Para poder subsistir se tiene que trabajar muchas horas extras, muchas horas de trabajo. Si la tecnología nos permitiera que el mismo trabajador tuviera una productividad mayor con menos horas de trabajo, el mundo incorporaría más mano de obra para hacer lo que hay que hacer.

En segundo lugar, así como hay nueva tecnología que reemplaza mano de obra hay que generar más fuentes de empleo para ir ocupando la mano de obra.

Hace tres años estuve en Alemania en una feria muy importante donde se estaban comercializando de manera masiva estos sistemas de auto cobro. Y en la Cooperativa lo analizamos y lo que nos planteamos fue: por ahora, no. Porque no estamos en condiciones de asegurar empleo con otras actividades que pueda ocupar a la gente que desocupa la tecnología. Bueno, esto habla de una responsabilidad social que las cooperativas tenemos. Y por ahí una gran empresa que necesita tener un lucro urgente, un excedente rápido, una ganancia fácil de obtener no piensa en eso y se desembaraza de los trabajadores.

No estamos de ninguna manera en contra de los avances tecnológicos. Estamos a favor de que esos avances tecnológicos sirvan para mayor bienestar para la mayor cantidad de trabajadores posibles. Y eso sería un modo virtuoso de aplicación de la tecnología.

Hay ahí otro elemento que tienen que ver con ser parte del lugar…

Sí, porque ahí hay un compromiso mayor porque trasciende la propia empresa que uno está administrando, es con el lugar, con sus compañeros de trabajo. Hay una visión que tiene que ver con el desarrollo regional. Se entiende y se comprende que nos salvamos juntos o no se puede salvar nadie. Cuando dijo juntos: los trabajadores, los consumidores, los jóvenes profesionales que se desempeñan, las PyMES. Sabemos que somos un conjunto de ciudadanos que lo que nos une es compartir un determinado territorio y a ese territorio hay que sacarlo adelante, hay que desarrollarlo.

A mí me gustaría un mundo sin banderas, sin fronteras pero mientras eso no suceda el primer compromiso que tenemos, si somos gente de bien, es con el lugar que habitamos. Eso de algún modo nos ubica en la obligación de hacer reinversión permanente. Los excedentes son repartibles; la comunidad sabe que una vez al año pasa por una caja de la Cooperativa Obrera y se retorna parte de ese excedente y el resto se reinvierte.

Por ejemplo, el jueves 29 con la visita del gobernador Kicillof inauguraos una planta frigorífica muy importante para la distribución de productos frescos y fraccionamiento de quesos y fiambre, que nos costó muchísimo dinero, fue un enorme esfuerzo para la Cooperativa y ocupa a cincuenta personas que ya están trabajando. Es un aporte al mercado laboral. Por ahí, es humilde, pero es un aporte que las cooperativas hacemos sin prisa y sin pausa, todas en general.

Hablando de la actualidad, uno de los actores que ha crecido y se ha enriquecido es Mercado Libre. Esto también tiende a la concentración. ¿Cómo se vincula la Cooperativa con este tipo de fenómeno contemporáneo que hoy se expresa como un actor importante?

Quiero diferenciar lo que es un sitio de venta por internet (eCommece) y lo que es un mercado virtual (Marketplace). Mercado Libre es un mercado virtual. Imagínense una plaza de una población hace ochenta años atrás, se acercaba la gente con su producto a ofrecerlo en una feria. Se denominaron siempre ferias francas: primero, porque el productor le vendía directamente al consumidor. Segundo, porque era una determinada plaza que los municipios la ponían a disposición, sin costo.

Ahora veamos la diferencia. Un marketplace por internet, como Mercado Libre, es la posibilidad de que alguien que tiene un producto lo pueda ofrecer directamente al que lo va a comprar o consumir. Pero hay un detalle: para poder estar allí tenés que pagar. Ya no es la feria romántica; para estar allí, tenés que pagar. Y eso genera ganancias extraordinarias a quien administra ese sitio.

Y, por otro lado, entre la publicidad, la propaganda, la cultura que eso genera, pareciera que no hay otro modo si no es estar ahí. Eso es parte de la capacidad que tiene el capitalismo de imponer nuevas formas. Lo hizo siempre y lo seguirá haciendo.

La pregunta es cómo nos paramos frente a eso. Creo que, por un lado, las organizaciones pueden tener sus propios sitios de comercialización por internet. Segundo, al hacerlo directamente desde el propio sitio uno asume un nivel de responsabilidad, sobre lo que está comercializando, mucho mayor.

La Cooperativa está en ese camino: también estamos inaugurando el primer centro de distribución de comercio electrónico de todo el sur argentino que ha incorporado unas treinta personas, inicialmente, para poder operarlo, en el camino de acceso a puerto. Es el más novedoso porque es el primero que hay desde La Plata, Buenos Aires, hasta el sur argentino.

Ahí, cuando yo decía al principio que la cooperativa toma decisiones en el presente pensando en el futuro, es porque eso es el futuro. ¿Y por qué es el futuro el comercio electrónico? Porque el consumidor lo está demandando. Un poco porque hay mucha propaganda. Pero, por otro lado, porque las nuevas generaciones están privilegiando un modo de vida mejor, entonces no se quiere perder tres horas en un supermercado, en un hipermercado; prefiere salir a caminar, ir a jugar al fútbol, tocar la guitarra, dedicarle tiempo al ocio… y lo bien que hace.

Ahora bien, las organizaciones que ponemos al servicio del consumidor estas soluciones tenemos que hacerla de un modo tal que tengamos autonomía, que no caigamos en la trampa del sistema; vos te tenés que plantear como alternativa, pero si vos te sumás a la misma corriente donde están ellos, el manejo de la situación lo tienen ellos. Uno tiene que hacerlo desde la vereda de enfrente, como lo hemos hecho desde hace cien años. Como lo hace la banca cooperativa, plantándose frente a la gran banca nacional e internacional o como hacen las cooperativas de servicios públicos plantándose frente a las grandes distribuidoras de energía.

No es posible tapar el cielo con un pañuelo o sea que hay determinadas situaciones que efectivamente producen cambios muy importantes en los consumidores, en los usuarios y uno tiene que estar a la altura de las circunstancias. Ahora bien, hay que hacerlo del modo cooperativo, del modo que los excedentes que se generan sean parte del capital social.

Todo ese enorme capital que hoy tiene la Cooperativa con tantas sucursales, depósitos, instalaciones… qué bueno es poder decir que es de cada uno de los asociados. No hay un José Pérez que es el dueño de todo eso y el día que quiere lo vende y se va a vivir a Honolulu. ¡No! Es de acá. Estamos acá. Cada ladrillo que se pone quedará como patrimonio de los propios bahienses, o la gente de Punta Alta, o de Pigüé o de Coronel Suárez, de donde sea. Eso creo que hay que rescatarlo, es la gran diferencia cooperativa, independientemente de cumplir cien años que es muy lindo y uno lo celebra.

¿Qué vínculo tiene la Cooperativa con la economía social, con la economía popular?

Es muy fuerte y en los últimos años, hablo de unos doce, hemos crecido muchísimo. Hoy más de mil millones de pesos por año lo compramos en mercadería a empresas cooperativas, recuperadas. Yo estuve muchos años en la Gerencia de Compras, y con el gerente de la época, Juan Carlos Deambrosi, estuvimos con algunas de las empresas recuperadas que empezaban a aparecer en el país. Veíamos por la televisión, por la radio, trabajadores que recuperaban empresas, allá por el 2007, 2008. Muchas nos empezaron a hacer marcas propias. Otras comercializábamos sus productos. Hemos llegado a puntos de comunión muy importantes.

Allá por el 2014, se volvió a poner en marcha lo que era la planta industrial de Aurora Grundig. Lo hizo una cooperativa que se llama Renacer. Tuvo muchas dificultades para poder arrancar porque no tenía crédito de Acindar o de Aluar para la producción de hornos de microondas. Del gobierno nacional, fundamentalmente desde el ministerio de la Producción de la época, se hicieron algunas gestiones para ver quiénes podían dar una mano.

La presidenta de la nación de la época fue a inaugurar la planta. Ese día de inauguración, la planta estaba produciendo hornos microonda, entre otras cosas, con una orden de compra que sirvió de aval por cerca de dos mil microondas que le compró la Cooperativa. Esa orden de compra sirvió como un aval bancario para comenzar a tener algo de crédito. Junto a subsidio y crédito que le dio el estado, se puso en marcha.

Pasaron los años y hemos tenido idas y vueltas propias de las dificultades que presentan las empresas recuperadas ya que los trabajadores se tienen que volver cooperativistas de la noche a la mañana. Es todo un aprendizaje.

Para el último mundial de fútbol, la Cooperativa comercializó unos televisores con la marca Coop. Es un convenio con la Cooperativa El Hogar Obrero que nos cedió el uso de marca. Y es un convenio con Renacer en el que la Cooperativa importa todos los elementos necesarios para hacer un televisor desde China, ellos hacen el ensamblaje y determinadas partes que estamos en condiciones de fabricar en el país (entre ellos, control remoto, embalaje, parte del gabinete, las patitas) y nos hacen un televisor con la marca Coop.

En otro ejemplo, Fecoagro es una federación de cooperativas agrícolas de San Juan. Fundamentalmente producen semillas para el INTA Pro Huerta. Pero tienen un problema: para obtener la semilla, desechan el zapallo. Comenzaron, sobre todo las mujeres de las cooperativas de base, a producir dulce. Hicimos un acuerdo con la Cooperativa Obrera para comercializar los dulces de Fecoagro.

Dos veces al año, entre ellos en julio para el día de la cooperación sacamos un folleto, un folder exclusivo de productos cooperativos, todos los años. Financiado por Coope Plus y Cabal e impreso en los talleres de Gráfica Cooperativa. Es decir, un folder cien por ciento cooperativo.

COTAGRO es una cooperativa de comercialización de maní de los pueblos del sur de Córdoba. Empezaron a comercializar a granel, en silos. Iba a importación y en algún momento se les ocurrió poder incursionar en el mercado local, dominado absolutamente por la multinacional PepsiCo. El mercado de los snack. Hablo de cuatro o cinco años atrás.

Nos traen unas muestras de un maní espectacular. Era tan premium que lo embazaban en un frasquito de vidrio. Seleccionaban las mejores partidas para el mercado local; primera gran diferencia. Nos parecía imposible de comercializar porque estaba muy caro. Entonces surgió la idea de hacer un potecito de plástico. Es el que hoy se ve en las góndolas.

Se comercializa: con la marca Cooperativa, en la obrera;  con la marca Primer Precio en alrededor de veinte supermercados en el país; con la propia marca de COTAGRO en el resto del país. Se han convertido, en cuatro o cinco años, en un actor importantísimo en la góndola de los snacks. Y en la Cooperativa son el número uno indiscutido.

Alguien puede decir ¿hacen mucho o poco? Yo no sé si es mucho. Lo que hacemos es poner a disposición parte de la góndola para que ofrezcan sus productos. Ese el aporte que hacemos.

¿Cómo se piensa la cuestión salarial? Se suele decir que en el sector privado se gana mejor que en el universo cooperativo…

Siempre al mismo puesto nosotros estamos por encima del CCT. Siempre. A la misma antigüedad y al mismo puesto porque la Cooperativa tiene reconocimientos especiales que el resto del mercado no tiene. Una vez al año también tenemos un reconocimiento que tiene que ver con la Ley de Cooperativas que dice que dice que un cinco por ciento de los excedentes debe ser destinado a un premio estímulo o acciones a favor del personal, también.

La Cooperativa tiene varios beneficios que no tienen que ver exclusivamente con lo salarial. Por ejemplo, un descuento permanente en las compras que los empleados hacemos en la entidad. Y la posibilidad de acceso a un crédito súper especial, no solamente para la compra de los productos sino también para encarar construcción o una reforma. No son grandes sumas porque están acotadas a los ingresos. Pero sí es cierto –aunque en lo cooperativo tenemos esa precaución de que los trabajadores no debieran endeudarse en un país que es especulativo, dañosos- que se puede acceder a créditos sumamente económicos.

Después, dentro de Empleados de Comercio, si no somos la única… no sé. La Cooperativa amplió la licencia por paternidad, entendiendo que es una demanda de los trabajadores y que nadie la está atendiendo. Mientras el convenio tiene previsto que la licencia por paternidad es de sólo dos días para los trámites, en la Obrera es de siete días. Y en la medida en que podamos seguiremos creciendo en cantidad de días, pero ya hemos marcado así una diferencia.

En otras cosas, por ejemplo, la Cooperativa celebra los veinticinco años de antigüedad del personal, los treinta, los cuarenta. La cantidad de gente que se jubila en la Cooperativa y que después quedan agrupadas en una organización autónoma de exempleados de la Cooperativa que después se reúnen tres veces al año en las asociaciones de empleados de comercio y tienen actividades solidarias.

Y el otro tema, tal vez el más importante de todos, es que nosotros estamos en una actividad que no es que sea ingrata pero no es de las mejores actividades. Estar sentado en una caja no es una actividad sencilla ni fácil y menos en los tiempos que corren. O reponer. Pero en la Cooperativa todos los años tenemos indicadores que miden que estamos arriba del noventa por ciento de cobertura de puestos de responsabilidad con personal propio. Eso significa que si se necesita una supervisora de caja, sale de las propias cajeras. Se necesita un encargado de depósito, sale de los propios repositores. Se necesita un encargado de sucursal, sale de ese grupo. A punto tal que nuestro gerente regional de toda la zona del Valle hace solo veinte años atrás era el verdulero de la sucursal de calle Paraguay. El supervisor de zona del alto Valle de Río Negro es un chico que se incorporó a la Cooperativa cuando abrimos la sucursal de Guatraché en la Pampa.

Tampoco creemos en eso del sueño americano, ni mucho menos. Lo que sí creemos es que, trabajando con responsabilidad, la organización tiene dos obligaciones para con la gente: brindarle todas las posibilidades de capacitarse y, una vez que lo está, brindarle todas las posibilidades de ejercer el cargo.

En mi caso personal, soy maestro de escuela y entré a la Cooperativa en el área de Educación y Cultura. Éramos tres personas. Pasaron los años, pasé por distintos lugares, toda mi capacitación fue en la Cooperativa Obrera, no tengo familiares en la Cooperativa, no era de Bahía Blanca y soy el Gerente General de la Obrera. Soy una muestra viviente de que es una organización que da esas oportunidades.

Entonces, dos cosas: en la medida de lo posible, estar por encima de la media en cuanto a los beneficios a los trabajadores y, en segundo lugar, que esos trabajadores tengan la posibilidad de crecer dentro de la organización.

Hacías referencia a la gerencia de Educación y Cultura de la Cooperativa que tiene un enorme trabajo institucional, territorial. Claramente –aunque la cultura no ocupe la centralidad de los medios de comunicación comerciales- es una diferencia de cómo se vincula con la comunidad toda a través de diversas iniciativas, más allá de espectáculos. ¿Cómo se vincula este sector de la economía con los sectores culturales?

Luego del acto institucional, todo asociado pude ver, vía streaming un espectáculo conducido por Julián Weich, Radagast y Abel Pintos. Es extraordinaria la reflexión cultural que hace Abel Pintos sobre la actividad cultural de la Cooperativa y qué ha significado en su vida pasar por el Coro de Niños de la Cooperativa Obrera, cómo lo ayudó a encontrar un camino que hoy es su vida.

Ese reconocimiento de Abel es una síntesis de algo que podrían decir miles de chicos que pasaron por el coro y que los regocijó compartir, ganarse amigos, realizando una actividad cultural que alimenta el alma, que alimenta el espíritu.

En la Cooperativa es un eterno aprendizaje. En Cultura arrancamos con actividades como la proyección de cine gratuita, gimnasia y algunos cursos de manualidades. Yo veo con mucha satisfacción cómo los chicos que están a cargo del área de Cultura hoy han ido creciendo enormemente y hay un entendimiento de la cultura mucho más abarcativo y contemporáneo.

Y todavía hay mucho más para hacer, porque todavía tenemos la administración cultural de metrópolis; como Roma era para su dominio o como fue París para el mundo. De Bahía Blanca irradiamos cultura y aparecemos en las poblaciones vecinas con nuestra propuesta cultural. Lo que hay que hacer desde Bahía Blanca es incentivar y promover las expresiones culturales de cada lugar.

¿Qué puede hacer la Cooperativa de extraordinario? Mi sueño sería que Bahía Blanca, que la ciudad de Neuquén, Mar del Plata, podamos hacer eventos trayendo la cultura de los pueblos hacia la ciudad y hacer un intercambio con los artistas locales. Esa cultura que uno lleva es un camino de ida y vuelta, es una autopista que lleva y trae.

Estamos en ese camino, todo lo que es cultural lleva tiempo. Creo que en dos, tres o cuatro años podemos hacer cosas hermosas entre la Cooperativa y las organizaciones culturales –que las hay muy buenas-. Y en aquellos casos donde las autoridades municipales comprendan la importancia de eso, hacerlo también con los gobiernos, y poder hacer una movida cultural que sea de mucho intercambio porque va a ser absolutamente enriquecedor ese ida y vuelta entre Bahía Blanca y su región, entre Neuquén y su región.

Por último, quiero decirle a los asociados que no dejen de estar cerca de la Cooperativa y de aprovechar todas esas otras alternativas. De sugerir, de pedir, de gestionar, muchas cosas que van más allá de los productos y de los precios. Felices cien años a todos y que sea por muchos años más y más sucursales que generan más empleo.

La licenciada en psicología Adriana Taboada, integrante del Centro de Investigación sobre el Genocidio de la Universidad de Tres de Febrero, que dirige Daniel Feierstein, analizó en FM De la Calle las diferentes respuestas sociales frente a la pandemia. Sostiene que es necesario construir políticas flexibles que se basen en las necesidades de cada etapa, difundir mensajes claros que no relativicen la situación sanitaria y comprender que el virus impacta en el cuerpo pero la enfermedad es social.

Estamos inmersos en una situación planetaria. Nuestro mundo, todo el mundo está atravesado por una situación, por un problema que trae aparejado un vivir bajo estado de amenaza, sufrimiento, pérdidas –no solamente tiene que ver con las muertes, sino en un sentido general, de trabajo, de afectos, de proyecto-, hay niveles de frustración enormes y además todo esto se extiende en el tiempo. No es una situación puntual, intensa, pero que pasa. Llevamos meses y no sabemos cuánto tiempo más vamos a tener que estar viviendo de esta manera.

No todo el mundo puede enfrentar una situación como esta con las conductas más adaptadas, que son las que permitirían poder cuidar y cuidar a otros. Se ponen en juego mecanismos sicológicos que son inconscientes pero el resultado es este, atravesado por la negación, va de un abanico de conductas que pueden resultar locas -como ir y quemar un barbijo- a otras que uno llamaría, como sicólogo, conductas maníacas -como no pasa nada y se abrazan, y agarran la cerveza y toman todos del mismo pico-.

Hay un mecanismo del que niega “este virus no existe y es una cosa conspirativa” a otro mecanismo que es un sí pero no: “existe, pero a mí no me va a pasar”. Ahí entra a jugar un pensamiento mágico. ¿Por qué no me va a pasar a mí? No se sabría. Los seres humanos funcionamos de esa manera pero aquí se masifica una conducta como esa y el resultado es que no se puede cumplir con absolutamente las únicas medidas que se pueden poner en juego para protegernos del virus. No existe otra, no es que a alguien se le ocurrió que esto caprichosamente. En ninguna parte del mundo es posible cuidarse del virus salvo que uno mantenga la distancia, use tapaboca y mantenga la higiene de sus manos. Hasta tanto no haya vacuna que sería una barrera material no existe otra manera que estas.

El tapaboca, la gente cree, en general, que está protegida y en realidad protege al prójimo: no me protege a mí. Yo estoy protegida por el tapaboca del otro. Aquí hay una matriz de la relación con el otro que tiene que ver con la solidaridad, con la colaboración con la cooperación. Cómo yo tengo la posibilidad de cuidar que otro no se contagie. ¿Cómo? Con el tapaboca. “No es salgo sin el tapaboca porque de última si me enfermo, me enfermo yo”. No, no es así. Salir sin tapaboca es exponer al prójimo. Y esa información no logra ingresar.

Respecto de la información. Hay actitudes irresponsable, sí. Pero también hay muchas actitudes no solo responsables sino solidarias. Los y las profesionales de la salud haciendo horas con salarios que no representan su esfuerzo. Comederos que llevan a delante sus actividades con medidas de cuidado. Gestos simbólicos, artistas. Una enorme parte dela comunidad que sí cumple con las medidas de distanciamiento. ¿Dónde debería centrarse el mensaje para que influya positivamente desde el punto de vista de la sicología social? ¿En aquellos mensajes censurables (y evidenciar su carácter reprochable) o centrarse en aquella agenda positiva que refleje todo ese universo que está pensando en el prójimo?

No tengo la respuesta y no hay nadie que la tenga. Es una respuesta a construir porque estamos ante una situación nueva y desconocida, compleja. Uno va ensayando y a veces las respuestas son correctas -por lo menos por un tiempo- y luego hay que ajustarlas. Y hay respuestas que no sirven.

Efectivamente hay comunicadores, políticos y personas interesadas que no trabajan para la vida.

Lo otro que diría es que el mensaje debería ser diferenciado. Yo tengo que pensar en a quién me dirijo para tratar de construir ese mensaje. El problema hoy no son los adultos mayores. Entonces, al adulto mayor yo le tengo que hablar como a cualquier ciudadano pero ese no es el problema que yo tengo hoy en términos sanitarios porque el adulto mayor está cumpliendo. Entonces, quienes no están cumpliendo, de lo que uno ve, es la gente más joven.

Hay que ver también cuáles son los comportamientos en función de las clases sociales. Hay que adaptar el mensaje a quién se lo dirijo.

En cuanto al tema de la solidaridad, hay cantidad de cosas que han podido funcionar en estos seis meses porque hay mucha gente que ha puesto el cuerpo, cuidándose. Los comedores siguen funcionando, la gente sigue alimentándose, cuidándose porque todo ese trabajo social y militante se sostiene. Los profesionales de la salud están pidiendo a gritos el cambio de conducta pero la tarea la cumplen y a veces el riesgo que corren es enorme.

Sí es bueno poder mostrar todo esto pero también creo que hay que poder mostrar -y que no se muestra claramente- la gravedad del problema en que estamos metidos. Porque cuando uno escucha este mensaje: “hay un nivel de contagio alto, amesetado. Se amesetó. Es alto pero se está manteniendo estable”. Lo que la gente escucha no es que el número es alto, lo que la gente escucha es que está controlado. ¿Está mintiendo? No, no está mintiendo. Pero hay algo ahí que está faltando o no está dicho correctamente porque la gente en el marco de la angustia y la negación escucha que hay algo que está controlado.

En Bahía Blanca contrastaron, hasta el regreso a fase 3, ese mensaje claro desde las asociación de profesionales que decía “estamos al límite de la capacidad de internación” y el mensaje del gobierno municipal que decía “está al límite pero está controlado”. Eso da una sensación de no estamos tan mal…

El mensaje es: está controlado. Y no es cierto, no está controlado nada porque tenemos trescientos muertos diarios. ¿Cómo va a estar controlado? Hay que mirar los muertos. Hay un montón de personas que se han recuperado y eso es muy bueno. Pero tenemos trescientos muertos diarios y quién sabe a quién le toca. ¿Quién dice quién va a morir? Si es grande, es cierto, se ha mostrado que hay una situación que facilita la complicación de la enfermedad, pero no solamente eso. La gente cree ahí, nuevamente la negación, como bien lo definió Bolsonaro, la “gripezinha”…

O aquello de que “hay mucha más gente que muere por gripe”…

Todo eso que en un punto es falso. No es que es falso que puede morir mucha gente por gripe. Pero la gripe es una enfermedad conocida. Si requiere terapia intensiva, demanda mucho menos al sistema de lo que demanda esta patología donde se necesita mucha gente para atender a alguien por largos períodos de tiempo. Hay características propias. Es esto que están diciendo los médicos que preferirían una terapia intensiva llena de otros enfermos que de esto. Por el nivel de exigencia. Hay que cuidarlos, hay que estar, no puede ser cualquiera, si ellos no están no puede ir alguien a reemplazarlo.

Y tienen que cumplir un estricto protocolo, además…

Además, con todo el miedo. Y van a su casa. Hace unos pocos días aquí en Buenos Aires falleció una docente. El marido es médico en terapia intensiva y la que falleció fue ella. La enfarmedad circula, el virus hoy está dando vueltas por la patria. Está de paseo por todos lados.

Uno asocia negación con los bares llenos de pibes, la cerveza. Pero hay situaciones de negación mucho más acotadas que no parecerían negación, que tienen que ver con los pequeños encuentros. Uno dice: “bueno somos cuatro, cinco, siete, nos mantenemos a distancia, usamos tapaboca”. Lo que ahí no estamos viendo es que los seres humanos somos gregarios y estamos viviendo hace meses solos, aunque podamos vivir con una familia o con una pareja. Estamos hablando de otra cosa, esta posibilidad de encuentro con otro distinto. Cuando nos pasa esta posibilidad de encuentro tan deseado uno se pone contento. Cuando uno está feliz hace chistes, se ríe, aparece la carcajada, eleva la voz, se empieza a exaltar. Eso es algo natural y espontáneo no es que uno se prepara por estar así. Es una conducta que se nos despierta junto con los otros. Y en ese intercambio espontáneo lo que se va a producir posiblemente en algún momento también tenga que ver con la exposición al virus a través de la saliva porque te bajaste el tapaboca, hiciste un chiste, te reíste, la carcajada. Ahí empieza a circular el virus. Entonces, no hace falta irse al bar. Hay situaciones donde cualquiera de nosotros, en las que yo supongo nos estamos cuidando, podríamos de cualquier manera llegar a una situación de exposición.

Claro y cada encuentro se multiplica por cientos de miles…

Y como estoy contento me acerco porque nosotros necesitamos eso. “¿Y qué nos va a pasar?” Y ahí viene el sí pero no. “Somos poquitos, el tapaboca, la distancia”. Bueno, los encuentros con los afectos no funcionan así.

Se habla mucho de salud, tanto en medios como en mensajes de gobierno, pero no tanto de salud mental. ¿Cuánto se ha hecho y qué se podría hacer, desde el punto de vista de las políticas públicas, para no sólo centrar el mensaje en lo que es el cuidado de salud física sino también al acompañamiento en lo referido a la salud mental de la población?

Para mí hay un gran déficit. Yo llego a esta entrevista a partir de cierto movimiento que se generó por una publicación de Daniel Feierstein con quien trabajo en el Centro de Estudios sobre el Genocidio de UNTREF. Cosas que decimos desde las ciencias sociales pero que hasta aquí no se pudo escuchar que es que el virus es un tema médico –biológico- pero no la enfermedad. Porque el virus impacta en un cuerpo y el cuerpo no es solamente un cuerpo biológico. El virus es uno pero la gente no se enferma igual.

El virus es uno pero acá parece que el problema está en el tipo de conducta social que desarrollamos. Entonces, no es sólo un tema médico. Cuando prendes la televisión o la radio no escuchás a alguien que no sea médico. Sé que ahora entre el grupo de asesores del presidente y en algunas jurisdicciones empiezan a haber otras profesiones. Gente que viene de las ciencias duras porque aquí hay que hacer proyecciones. Están los cientistas sociales, los sicólogos. Ha costado.

Efectivamente, por un lado, hay un tema hoy que es la necesidad de estas otras disciplinas para pensar cómo lograr ser más efectivos en esa prevención que hoy está fracasando en algo. Es parte de eso que fracasa y es tratar de mejorar la respuesta para eso. Pero hay otro tema que es, para poder darle pelea al virus además tenemos que vivir en determinadas condiciones que hacen al aislamiento. Entonces, de eso también hay que ocuparse. No solamente porque lleva a negaciones, por ejemplo, sino por lo que venga después también. Entonces es muy importante poder desarrollar alternativas, propuestas, miradas mucho más integradoras que es un déficit. Porque no solamente el mensaje debería ser diferencial sino ir identificando cuál sería la propuesta para cada momento. En abril estábamos de una determinada manera y ahora en setiembre emocionalmente estamos de otra. Porque llevamos muchos meses así y vamos a tener que estar muchos más. Yo no sé cómo vamos a estar en noviembre o en diciembre.

Las respuestas de abril pudieron ser unas. Las que tendríamos que tener ahora tal vez son distintas. Y tal vez para diciembre deberíamos pensar alguna otra cosa también. Esto es muy complejo y no hay una respuesta o dos respuestas. Hay que estar con mucha flexibilidad y todo el tiempo observando si lo que pasa hoy es lo que estaba pasando el mes pasado.

Cuando lleguen las fiestas y el verano ¿te imaginás? A mí hoy me parece un delirio esto de ir de vacaciones. Uno ve las playas en el mundo y decís: es una locura. Es como si estuvieran viviendo un tiempo normal, que no lo es. Ahí está Europa de nuevo con serios problemas.

Creo que hay que pensar que el tema es complejo, que no hay una sola respuesta, que si se encuentra alguna es ahora y habrá que ver después si sigue sirviendo y seguir pensando junto con otros.

(Por Astor Vitali) Dicen desde oriente que la mente debe ser como el agua y adaptarse a los cursos de la montaña para vencer los obstáculos. A uno se le ocurre que la cultura, tal vez, sea como el aire. De esta forma introdujimos la conversación con el artista y docente Juan Falú, quien transmitió a FM De la Calle los conceptos que guiarán su gestión en la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina, cargo público en el que transitará los próximos años.

Cuando pusiste la zamba, Como el aire, y dijiste que el tema de la cultura también sea como el aire, yo asocié con algunas experiencias que yo tuve como músico en otros lugares del mundo. He tocado una zamba, pero también tocando una milonga o una vidala, en definitiva música de raíz de nuestra tierra, recordé que en algunos momentos se dieron situaciones de una comunicación y de una devolución del público que para mí fueron las experiencias más gratas de esos viajes, que fueron muchos. Consistía en que alguien del público se arrime y me diga: usted me hizo conocer su tierra, su país. Eso tienen un valor impresionante porque uno no está mostrando el país desde el estereotipo o desde la expectativa que se tiene de un determinado país sino sobre lo que no está visibilizado. Y si eso puede emocionar y eso puede ser una carta de presentación de las múltiples expresiones culturales de un país, bienvenida sea.   

Lo que estoy contando es como una metáfora que me guía a mí como un norte en cualquier accionar, sea ocupando un cargo o tocando. Esta es mi carta de presentación.

Es un país con diversidad cultural, ritmos, matices que el mercado en general ya no registra. ¿Eso implica una complejidad?

Sí, hay pertenencias que no las registra el mercado pero están registradas en el colectivo de nuestros pueblos. Están ahí, son marcas muy fuertes, son huellas de la memoria y están vivas esas pertenencias. Desde el estado hay que hacer todos los esfuerzos para que, si el mercado no lo pone visible y en valor, lo va a tener que hacer el estado.

En otras épocas había una industria discográfica que editaba y exportaba determinada cantidad de producciones de raíz folclórica y hoy no. Recuperar ese rol del estado resulta fundamental, sobre todo en un continente donde hubo progresismos que no siempre repararon en la cuestión cultural como una cuestión de primer orden.

Yo la comparto porque nosotros tenemos una marca extraña cultural. Lo que se refiere a la tradición fue apropiado por la derecha y el conservadurismo. Y el progresismo se encargó de la modernidad pero se olvidó de la tradición. Ahí hay un tema muy serio sobre el cual es necesario debatir y reflexionar porque para mí no se puede aspirar a transformaciones sociales y objetivo libertarios ignorando los orígenes de la cultura, de los territorios, de los tiempos, de los pueblos. Es algo muy inimaginable para mí. Pero también sé que apegarse a la tradición de un modo conservador, defendiendo el estatus quo de la tradición, que no se mueva, eso tampoco es un camino transformador, menos aún.

Entonces ese es un dilema de la cultura nacional. El progresismo yo creo que adolece de una cierta ignorancia y el tradicionalismo se ha apropiado de las pertenencias, las usa como símbolo, las defiende, pero al defender eso defiende lo viejo y se opone a todo lo nuevo. Así que es un tema muy serio de la cultura nuestra. Hay que pararse en un lugar donde se puedan establecer términos de unidades, síntesis, a partir de valores que sean indiscutibles.

Yo me imagino en esta gestión, si una va defender un federalismo o visibilizar las culturas provincianas –no como un eslogan, porque yo eso lo defiendo en serio y además incluyo a la provincia de Buenos Aires y a la ciudad de Buenos Aires con un fuerte protagonismo en la cultura nacional, por supuesto-, va a tener que hacerlo desde la excelencia. Y hay mucho ejemplos que uno puede dar y no sólo de la música porque mi obligación va a ser velar por todas las manifestaciones. Yo te puedo mencionar escritores admirados en el mundo y que acá no son conocidos como Daniel Moyano. Para citar un ejemplo, hay mucho más. Ni hablar de los poetas que están por todos los rincones de la patria, de los pintores, del teatro.

Yo me acuerdo de la gloria que tenía el teatro de Tucumán, con unas figuras tan extraordinarias. La plástica que yo vi en mi provincia con maestros como Spilimbergo, Alonso, Timoteo Navarro enseñando allí, formando.

Es un país de una diversidad cultural que hay que aprovecharla. Me parece que la diversidad entre las regiones nuestras tienen, al mismo tiempo, una semejanza con culturas de países vecinos. El nordeste forma parte de una unidad cultural con Brasil y Paraguay, parte de Uruguay. Ni hablar de nuestro noroeste con todas las culturas andinas. Me parece que más allá de lo que uno pueda hacer, esas cuestiones son cuestiones muy serias, muy importantes, que tienen que estar en la agenda no solo de una dirección de cultural de una cancillería sino de la clase política.

¿Tomaste contacto con tu antecesor, Sergio Baur? ¿Qué balance hacés?

Muy positivo, muy amable. Con una disposición absolutamente solidaria para recibirme y yo tengo que retribuir en ese sentido diciendo que hay profesionales en serio en esa área con una vocación por valorizar y defender la cultura nacional. Yo espero apoyarme en esas capacidades y al mismo tiempo ir sugiriendo algunas líneas que tienen que ver con lo que estamos conversando.

En general estos cargos los ocupan quienes hacen la carrera diplomática. En tu caso se trata de alguien que viene de la práctica cultural

Las expectativas no son que, como tituló un medio, venga un ´folclorista´ –yo a esto me lo imagino con comillas- a ocupar un área que pareciera que requiere de un glamur especial. Es como si hubiese un estatus en las manifestaciones artísticas. ¿Qué viene a hacer un folclorista donde se espera un cineasta, un plástico, un especialista en arte que se consideran más aptas para hacer vitrina de un país ante el mundo? Cuando uno elige qué pone en la vitrina también está dirimiendo ahí cómo lo vive al país, cómo le duele, cómo lo siente, cómo lo conoce. Yo estoy ahí para llevar mis vivencias, mis pensamientos y no voy a generar tensiones con lo que se hizo sino que voy con una idea de sumar a lo que se viene haciendo. Una mirada de poner en valor todo lo que se pueda poner de un país tan rico culturalmente.

No estás desligado de la militancia política ni de la gestión con eventos como Guitarras del mundo, la carrera docente, el trabajo en el Fondo Municipal de las Artes.

Ya lo vengo pregonando y haciendo. En ese sentido me siento absolutamente jugado en determinados roles. Lo más parecido a lo que voy a encarar ahora ha sido en todo caso integrar el directorio del Fondo Nacional de las Artes, que lo hice durante once años. Yo renuncié cuando ganó el macrismo las elecciones, a pesar de que me habían propuesto que continúe. Decidí renunciar, no es necesario explicar por qué.

Fueron once años en una institución de cultura que se parece bastante solo que esta otra muestra al afuera lo que hay adentro y el fondo muestra hacia adentro lo que hay adentro. Pero hay una dirección común que es fomentar, poner en valor, visibilizar, dar oportunidades, igual en derechos a las ayudas del estado a toda la población que está trabajando en el campo de la cultura. Espero poder coordinar con el fondo algunas cosas.

Ya estoy pensando en algunas propuestas que las tengo que conversar con el ministro de Cultura. Yo sé que vamos a tener un buen diálogo, no me cabe la menor duda de eso. Pero también sería bueno abrir esos diálogos a los organismos de cultura de las provincias y de los municipios para ver si podemos encolumnarnos a través de algunos ejes temáticos de tal manera que las políticas sean más certeras y tengan mejores resultados.

Con los municipios también…

Sí, yo creo que hay que hacerlo. Por lo menos trasladar las inquietudes y las propuestas. Yo tengo mucho respeto por los organismos de cultura que se debaten generalmente en tremendas limitaciones presupuestarias y están a cargo de personas muy comprometidas del quehacer cultural. Terminan siendo militantes en cargos públicos y haciendo muchas cosas importantes.

Me parece que hay que, en medio de la crisis o de las limitaciones económicas, lo mínimo que habría que hacer es establecer esas comunicaciones.

Foto de portada: Telam

En diciembre de 2013, con su título de médico en mano, Matías Murano, partió desde el barrio Avellaneda en un viaje por Latinoamérica. Su objetivo, contactar colegas que trabajasen en lugares alejados de las grandes urbes y conocer las culturas originarias.

En el camino registró sus experiencias y aprendizajes en una bitácora inspirada en los diarios del Che. Hoy, esos textos pueden leerse en su libro “Notas Migrantes”.

Matías conoció a la dra. Mariana Mampaey en Misiones y aceptó su invitación para trabajar con comunidades guaraníes en la zona de San Pedro, cerca de Brasil.

“Esa búsqueda encontró un lugar donde me di cuenta de otras formas de ver la vida, de comprender la medicina. A partir de esa experiencia decidí formarme más en la utilización de plantas medicinales y elementos de la colmena. Me fui a Cuba a hacer unos posgrados de medicina tradicional China, acupuntura y ese tipo de tratamientos, y el uso de plantas medicinales dentro del sistema de salud”, contó Matías a FM De la Calle.

En Cuba, producto del bloqueo y la caída del bloque soviético, “se quedaron sin insumos ni recursos médicos y fueron formándose en la utilización de plantas medicinales y medicina china”.

Allí permaneció tres meses y luego migró a México, donde le propusieron trabajar como voluntario “en comunidades donde hacía años no llegaba un médico de universidad”.

“Esa primera experiencia me permitió acercarme a sus medicinas y eso se convirtió en una forma de vida durante un tiempo. Decidí regresar a Argentina, pero por tierra, en un viaje de más de un año de duración, fueron 12 países, trabajando de esta forma, con un intercambio como médico voluntario”.

En el camino conoció los territorios que dan nombre a cada capítulo del libro. Indagó en la utilización de plantas enteógenas: son especies que “trabajan en el sistema nervioso central, son psicoactivas, producen una distorsión de la realidad, no la trasforman sino que nos la hacen ver distinta. El acercamiento a este tipo de plantas es una forma de emprender un camino hacia el interior de uno mismo”.

“Por ejemplo, la utilización de la ayahuasca en Colombia, cerca de la selva amazónica, te lleva a una introspección donde uno empieza a cuestionarse muchas de sus seguridades, pensarse cómo vive y, en mi caso, cómo ejercer la medicina”, agregó.

Matías destacó que “están emparentadas con otras formas de sanar, no únicamente desde lo biológico como muchas veces hace la medicina occidental y hospitalaria”.

En términos de interculturalidad, teniendo en cuenta la plurinacionalidad existente en nuestro territorio, opinó que es necesario compatibilizar la medicina tradicional con la ancestral.

“Es un objetivo y una lucha que hay que dar. No es únicamente la cultura blanca, cristiana y europea, que llegó a América y se impuso durante tantos años, la que está dominando en el mundo. Hay otras formas de vivir que muchas veces están representadas por los pueblos originarios. La lucha es política y los intereses son muy fuertes”.

En cuanto a las patologías que atendió en los pueblos y ciudades que visitó, Matías comentó que “en Misiones y en varias comunidades indígenas de América, más alejadas del consumo de alimentos industrializados, observaba que no había personas con diabetes, con obesidad, hipertensión, enfermedades del siglo XXI, que están emparentadas con la alimentación a las que estamos sometidos”.

“Desde la medicina se piensa que hay que decirle al paciente que salga a correr tres veces por semana, cosa que está bien, pero también hay que actuar a nivel global y con políticas alimenticias donde no tengamos únicamente la opción de comer este tipo de alimentos”, afirmó.

En la actualidad, el médico bahiense pasa sus días en Carolina del Norte (EE.UU.) junto a su pareja, María, a quien conoció en el viaje. Allí espera que le otorguen una visa de trabajo.

Para adquirir “Notas Migrantes” podés enviar un correo a [email protected] o comunicarte al 291 4261314

Las protestas por el asesinato de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis continúan en decenas de ciudades de los Estados Unidos y enfrentan la amenaza de Donal Trump de desplegar a las fuerzas armadas para intensificar la represión. El rechazo al racismo se conjuga con la crisis sanitaria y económica que impacta con mayor fuerza entre afroamericanos e hispanos.

La escritora bahiense y activista por los derechos humanos, Alicia Partnoy, dialogó con FM De la Calle desde la ciudad de Los Ángeles, donde se desempeña como profesora de Lenguas Modernas en la Loyola Marymount University.

Participó del encuentro durante la emisión de En Eso Estamos, Jenae Lien, actriz y fotógrafa de la revista “These streets”. Lien interpretó el papel de la propia Alicia en una adaptación teatral realizada en Nepal de su libro “La Escuelita”, testimonio de su cautiverio en el centro clandestino de detención, torturas y exterminio que funcionó en nuestra ciudad durante el terrorismo de Estado.

“Yo estoy en casa porque tengo 65 años pero siguiendo de cerca con gran preocupación y, al mismo tiempo, con mucha emoción por lo que se está movilizando la juventud aquí.

-Las manifestaciones no solo se dan tras el asesinato de George Floyd sino también como consecuencia de la crisis desatada por el coronavirus en un país que ocupa el primer lugar del mundo en cuanto a cantidad de contagios y víctimas fatales.

A: No es casual. El sistema de salud de los Estados Unidos es un gran negocio y la gente de bajos recursos, la gente que está en las calles ahora, son en gran parte las minorías que han sido afectadas por la crisis que se ha agudizado por la situación del coronavirus, se han perdido muchísimos empleos.

Si bien se mandó un cheque que parece gran cantidad de dinero en términos argentinos, es un pequeño paliativo que no alcanza a cubrir las necesidades. Es la última chispa que encendió, es una larga historia de discriminación, de asesinatos a manos de la policía de jóvenes afroamericanos.

Las manifestaciones, en general, han sido pacíficas. Aquí se las quiere pintar como violentas. Ha habido saqueos pero la prensa, los grandes canales de televisión, la prensa comercial tradicional, si tenés estómago vas a ver que lo pintan como los subversivos que vienen a destruir todo, estos anarquistas que vienen a destruir todo.

J: Era una demostración pacífica, la cosa más frustrante es que el alcalde estuvo implementando toques de queda y el domingo estuvo incrementándolo. Nos llegaban mensajes que primero es a las ocho, después a las seis, ayer lo teníamos a las cuatro de la tarde. 

A: Esto es ostensiblemente para ilegalizar las manifestaciones y protestas pacíficas.

J: Estuve ahí, los reclamos eran pacíficos, estuvimos tratando de parar a las personas que querían tirarle cosas a la policía. Cuando llegué éramos como unos cien y después, cuando se juntó otro grupo de gente que venía a manifestarse, la policía se volvió violenta.

A: Estaba muy militarizada la policía. Este es un problema muy serio aquí. Ustedes saben que Estados Unidos vende y regala armamentos a todo el mundo, que el complejo industrial armamentístico se está alimentando de conflictos armados mundiales que ellos generan para poder enriquecerse. En este caso, la policía tiene gran parte del armamento que no les sirve en otros lados, se los regalan. Entonces, esta policía está altamente militarizada, altamente impunizada y es un peligro y lo han demostrado con los miles de asesinatos de gente inocente como el de Floyd.

-Donal Trump calificó como tibios a los gobernadores que no reprimían las protestas. ¿Cuál es la postura del gobernador de Los Ángeles? ¿Esta descripción que ustedes hacen corresponde a la de uno de esos “tibios”?

A: En teoría sería uno de los tibios. Es un gobernador muy progresista, que ha apoyado a los inmigrantes que están indocumentados, les ha dado servicios, ha implementado cosas muy progresistas. El alcalde de esta ciudad también supuestamente es alguien tibio según (el presidente). Aunque Trump amenaza que va a enviar las fuerzas militares a los estados que no cumplan con la represión, constitucionalmente todavía se está viviendo en una democracia. Es decir, se está usando un lenguaje dictatorial pero no creemos que los militares se plieguen a ese tipo de llamado, el sistema tiene otras formas de manipular y de reprimir.

Por ejemplo, (el alcalde Eric) Garcetti cerró los centros de test de coronavirus. Es un castigo y es mostrar un cuco, dijo que era porque tenemos miedo que haya violencia, es para proteger a la población. La violencia en este momento es la pandemia también, porque la gente va a las manifestaciones, es consciente de que se está arriesgando por estar con otra gente manifestando y necesita los test. Yo tengo una persona muy querida que testeó positivo y ahora no puede ir a hacérselo para saber si puede volver al trabajo.

– ¿Cómo ven las manifestaciones en cuanto al reclamo contra el racismo?

A: Hoy supuestamente yo no tendría que estar hablando con ustedes porque es Black Out Tuesday. Quiere decir que nos callamos en los medios, es en medios como instagram, ponemos una foto en negro para amplificar las voces de la gente afrolatina, afroamericana.

Aquí hay una variedad de respuestas, diversidad. Vas a encontrar gente afroamericana que dice acá no podemos estar usando ningún tipo de violencia y hay grandes sectores también que dicen ‘no nos digan a nosotros cómo demostrar, la violencia se ha ejercido sobre nosotros’. Esas cosas me recuerdan mucho a la lucha nuestra, de la Argentina, esto de que la violencia del pueblo no es violencia, es justicia. Cuando hay impunidad hay sectores, que no son necesariamente anarquistas, pero apoyan cuestiones violentas y hay grandes sectores que dicen ‘nos estamos arriesgando’. Cuando todo pueblo es reprimido hay una variedad de respuestas.

J: Quiero agradecerte por tomarte el tiempo para hablar de estas cosas porque venís de una experiencia de mucha lucha y tu voz es muy importante no solo para tener esperanzas sino para tener una mayor imagen…

Alicia y Jenae tras la entrevista con FM De la Calle.

A: Quiero mandar un abrazo gigante a mi gente en Bahía Blanca porque está preocupada por mí. Les mando un gran cariño, estoy bien, hay cosas que de pronto decimos ‘este es el lenguaje que se usaba en la dictadura’. En Atlanta, que hubo mucha resistencia, la alcaldesa dijo ‘acá viene gente de afuera a provocar’. Oh, es la misma cosa. Pero siempre hay que poner en contexto las cuestiones, no es exactamente lo que se vivió en ningún otro país.

– Están en medio de un proceso electoral, ¿hay alguna alternativa que surja de todo esto?

A: Yo creo que el problema es que se destruyó la alternativa de estos sectores marginalizados, empobrecidos, de la población y la juventud. Su expectativa se destruyó cuando el Partido Demócrata destruyó la candidatura de Bernie Sanders. De maneras ilegales, no podían tolerar que fuera elegido.

(Joe) Biden es un problema muy serio, no sé dónde está ahora, no se lo escucha decir mucho contra la represión pero tiene una historia bastante problemática y es el status quo. Obama de algún modo también, estuvo ocho años en el gobierno. Lo que te demuestra… nosotros tenemos experiencia con Isabelita que fue presidenta y mujer y no quiere decir que respondiera a nuestros intereses. Tenemos un afroamericano que estuvo y algún cambiecito pudo hacer, pero todo este problema policial que viene de antes de esa época, el de la intervención, del complejo carcelario, esos problemas no los intentó solucionar Obama y menos va a intentar Biden. Por mi parte no puedo votar por Biden.

J: No sé qué hacer, cuando empezás a hablar de esto te das cuenta de lo jodido que está el sistema. Esta democracia de dos partidos políticos no es una democracia.

– ¿Cómo fue interpretar a Alicia en La Escuelita?

J: Gracias por preguntar, todavía me faltan palabras para expresar lo que fue esa experiencia.  A través de ello pude entender más del mundo que conocía y que estamos viviendo en Estados Unidos pero hay problemas en todo el mundo, no podía creer lo que Alicia tuvo que atravesar. No podía creerlo. Que haya podido volver de eso, construir una familia en Estados Unidos, tener una hija con la que somos mejores amigas y ser una persona tan amorosa y dedicarse a la docencia. Eso me muestra que es tan fuerte que no importa lo que hayan hecho, no cambiaron quien era.

Fue una experiencia realmente maravillosa y aprendí mucho, no importa lo que tengas que atravesar, tenés la opción como ser humano de dar un paso más y eso me da mucha esperanza.

(Por Nacho Urruspuru) A más de dos años y medio de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, conversamos con Sergio, su hermano mayor. Desde su cuarentena en Bariloche brindó precisiones sobre la causa judicial y compartió parte de las experiencias acumuladas durante este tiempo en el cual su vida cambió de manera definitiva.

El Vikingo, así lo llaman quienes lo conocen, nos avisa que ya tiene preparado el mate y, por ende, está listo para empezar a contarnos quién era Santiago. Ese joven de 28 años que un primero de agosto en el Pu Lof en Resistencia de Cushamen, cercado por el río Chubut de un lado y por un operativo plagado de gendarmes desde el otro, “mágicamente” desapareció.

A partir de todo esto empecé a conocer otros aspectos de Santiago, porque había un montón de cosas de las cuales yo no estaba al tanto. Así me enteré del caso en que ayudó a construir una casa con adobe. En todos los lugares en los que él paraba estaba vinculado con la tierra. Es más, hace poco en una pizzería de acá de Bariloche empezó a trabajar un mozo que cuando me reconoció se acercó para contarme que había conocido a Santiago en Mendoza haciendo un curso sobre hierbas naturales. Pero más que un amante, él era un defensor de la naturaleza. De hecho, en el lugar donde lo desaparacen estaba acompañando un reclamo por tierras. Él tenía la convicción de que a cada persona al nacer se le debía adjudicar una porción de tierra. Son todas cosas que se van sumando sobre ese Santiago que yo no conocí y un poco me perdí por la diferencia de edad y esta cuestión de estar en distintos lugares.

Para muchos, Santiago fue una figura que los alentó a comenzar una carrera, a militar, o incluso a ir a una marcha por primera vez en sus vidas; para otros era sólo un artesano, un tatuador, un simple hippie sucio, un vago. El año pasado comenzaron a difundir algunas canciones que él había hecho donde puteaba a todos: a Cristina, a Néstor, a Macri y al Papa; eso lo hizo la derecha porque en ese momento le servía. Los mismos que decían que era un hippie sucio, reflotaron sus canciones y ahora lo trataban de artista. Recuerdo que en ese momento Lorena (compañera de Abuelas de Plaza de Mayo) me dijo “pero si Santiago era anarquista, ¿qué pretenden, que cante la marcha peronista?”. Él era eso pero cada persona le puso el rótulo o etiqueta que quiso,. Para mí Santiago era mi hermano.

Desde casi el momento mismo de la desaparición, el caso de Santiago Maldonado despertó en la sociedad expresiones muy contrapuestas. Por un lado, enormes muestras de solidaridad, empatía, compromiso y acompañamiento inundaron masivamente las calles de todo el país. Por el otro, potenció expresiones dolientes e irresponsables impulsadas por el odio que tienen muchos hacia las personas que se revelan. ¿Qué cosas pasan por la cabeza de alguien que, habiendo perdido a su hermano en circunstancias tan extraordinarias, se le presentan en simultáneo estas dos caras de nuestra sociedad? ¿La seguirá viendo de la misma manera?

Una cosa es cuando lo ves de afuera y otra cuando lo vivís en carne propia. Me acuerdo del asesinato de Nora Dalmaso en Córdoba, no estoy seguro en qué año fue, pero no existían como ahora las redes sociales. Se llegaron a hacer remeras con la leyenda: “Yo no estuve con Norita”. Fue de una bajeza terrible, esa deshumanización se me emparenta mucho con lo vivido con Santiago. Hay una porción muy grande de gente con saña y también tenés a los que incluso han conocido a Santiago de chico, pero sabés la clase de discurso que tienen. En esas personas pesa esa cosa de “mejor no me meto” o “algo habrá hecho” o “no opino para no quedar mal”. Todo eso al principio es doloroso y provoca indignación, te dan ganas de decirle: “che, acá estoy, soy de carne y hueso y lo que digo lo digo de verdad, no es que está inventado que Santiago no está y lo estamos buscando”. Acá hasta hubo una diputada nacional que dijo que Santiago estaba en Chile con la RIM (en referencia a la RAM) y que, cuando apareció el cuerpo, llegó a bromear con que estaba conservado como Walt Disney. Esa persona, a días de haber dicho esto, obtuvo el 50% de los votos en Capital Federal. Entonces, hay cierto sector de la sociedad que necesita de ese discurso. De hecho, yo sé que el día de mañana, cuando se pueda llegar a saber la verdad, esa misma gente va a seguir pensando igual. ¿O escuchamos a alguien decir “que idiotas fuimos los años pasados cuando decíamos que no queríamos tanto Estado”? Y ahora, si no hubiera un Ministerio de Salud qué estaríamos haciendo. El año pasado, cuando salimos a apoyar al personal del Hospital Posadas, del Garrahan, eran todos unos vagos. Ahora salen a aplaudirlos puntuales a las nueve.

Acerca del limbo y del loop Judicial

Hoy la causa está paralizada. Pero la verdad es que a pesar de todo ese letargo de la justicia, yo creo que hemos logrado cosas que quizás hoy no se ven pero van a dejar un precedente. En este proceso hubo tres rastrillajes en el lugar, pero el cuerpo recién aparece en un cuarto rastrillaje casualmente dos días antes de las elecciones. Ahí existe un sinfín de responsabilidades, desde el juez Guido Otranto, a quien el día de mañana le cabrá un juicio político como corresponde; al juez Lleral que después de más de un año sin hacer absolutamente nada cerró la causa un día antes de que Argentina sea anfitriona del G-20 y a muchos otros. En el gobierno de Macri todo era pura burbuja, necesitaban hacer aparateadas y cosas infladas como cuando hicieron ese mega operativo con 400 efectivos que estuvieron en el mismo lugar donde después apareció el cuerpo pero no vieron nada. Ahora, en concreto, ningún perito, ni siquiera el Equipo de Antropología Forense, pudo determinar ni cuándo, ni dónde, ni cómo murió Santiago. Eso en la autopsia no está. Tampoco se pudo explicar cómo el cuerpo de Santiago, después de 77 días, aún contaba con cuero cabelludo, uñas y huellas digitales, cuando, de haber estado realmente sumergido en esas aguas, debería haberlos perdido en el lapso de 16 a 35 días.

Hasta este momento el expediente no ha parado de girar dentro de un loop judicial. Primero se cerró, se reabrió cuando vino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, luego se volvió a cerrar.  Se volvió a reabrir, pasó de un juez a otro, ese otro juez no la aceptó, pasó a Cámara, luego a Casación Penal, luego volvió a Cámara hasta que por tercera vez volvió a caer en manos de Lleral, cuando está demostrado que no puede sostener imparcialidad y hasta él mismo se inhibió de tomar la causa nuevamente. Hoy pedimos simplemente que la causa tenga un juez y tenga un fiscal.

Al escuchar a Sergio hablar sobre los golpes bajos y canallas que desde el poder intentaron asestar contra él y su familia o relatar los artilugios de los distintos funcionarios judiciales para congelar la causa, cualquiera puede percibir su grado de determinación. No se exaspera nunca pero su voz no vacila. Relata hechos dolorosos y traumáticos con una naturalidad y aplomo que, mientras me sigue contando lo que piensa del gobierno macrista y del actual, me lleva a preguntarme si este tipo habrá sido siempre así. Enseguida, como si estuviera leyendo mi mente, Sergio suelta: “No es que yo esté en contra de un gobierno en especial, yo estoy en contra del Estado”. Personalmente, yo no sé nada sobre la vida de Sergio antes de toda esta locura, pero esa frase, tan anarquista, me da indicios de que efectivamente algo en él cambió. Por un momento se escucha hablar al Lechuga en la voz de su hermano, el Vikingo.

Mientras yo divago, Sergio sigue hablando. Hace instantes le había preguntado si el cambio de gobierno le generaba algún tipo de expectativa en lo que respecta al avance de la causa. Había empezado con una rápida descripción de cómo el régimen macrista presionaba y se inmiscuía sistemáticamente en la administración de la justicia. De ahí pasó a explicar el hecho de que si bien tiene buena relación con muchos de los actuales funcionarios, incluso amistad con el actual secretario de Derechos Humanos de la Nación, si lo tiene que putear a la hora de llevar un reclamo no va a dudar en hacerlo. “Así como te dije que valoro que hoy tengamos nuevamente Ministerio de Salud, tampoco puedo mirar para otro lado cuando las fuerzas de seguridad de la provincia de Buenos Aires a cargo de Berni reprimen como el otro día, más allá de que Berni haya sostenido y expresado que lo de Santiago fue una desaparición forzada. Eso no impide que yo cuestione, no quiero ser obsecuente, y no me gusta el grupo de aduladores. Cuando hay que llamar la atención se hace, cuando hay que felicitar o agradecer también se hace.

Ya pasó más de media hora de entrevista así que me dispongo a hacer mi pregunta final, la cual encerraba una respuesta de las que más me interesaba conocer. Luego de repasar el accionar vulgar y mafioso de la ex ministra Patricia Bullrich o de la ex diputada Elisa Carrió, entre otres, quienes incansablemente se encargaron de confundir a la opinión pública, de sembrar pistas falsas, de presionar, de extorsionar y de calumniar, no puedo dejar de pensar en la condición de víctimas por partida doble de Sergio y su familia, a quienes nunca dejaron vivir su dolor en paz. Resumidamente, lo que pretendía era que Sergio me dijera si para él alcanzaba con un fallo condenatorio a los responsables de la desaparición y muerte de Santiago, o si, además, esta debía alcanzar a aquellas altas esferas del poder que tanto habían jugado a embarrar la cancha. Después de todo lo vivido, ¿qué sería para vos lograr Justicia?

Tras un breve silencio, por primera vez Sergio respira hondo antes de responder. Que se logre Justicia sería que Santiago esté nuevamente con vida. Entonces, parto de la base de que no hay Justicia porque es imposible que eso suceda. Ahora, algo que se asemeje a eso sería llegar a la verdad. Me gustaría conocer la verdad y creo que a todos los que acompañan el reclamo, y a los que no también porque hay una necesidad de verdad. Yo quiero saber qué le pasó a Santiago, quiero saber dónde está Julio López, quiero saber qué le pasó a Luciano Arruga, quiero saber qué le pasó a Daniel Solano. Eso es la necesidad de la verdad. Porque la desaparición forzada es más que un título o una carátula. Es algo horrible porque sentís que se te cagan de risa en la cara. Estás en un lugar dónde todos saben lo que pasa y, mientras vos no te enteras, hay un montón de gente que sí sabe lo que le pasó a Santiago, dónde estuvo. Hay genocidas que están con vida y saben dónde están los y las desaparecidas y no lo dicen, se lo llevan a la tumba.

Después de esa necesidad de la verdad por supuesto que me importa la condena. No sólo para los que lavaron las camionetas, los que rompieron las fajas de seguridad, los peritos que firmaron y después recibieron subsidios, no solo toda esa cadena sino también para los de arriba, Macri, Bullrich y todos los que están en esa línea.

Mentalmente doy por finalizada la entrevista, Sergio ya me respondió todo lo que me interesaba y más. Sería bueno que empiece a pensar en algún tipo de saludo y agradecimiento antes de que termine de hablar. Pero de repente escucho: “Sentís que todos te mienten, el juez te miente, el fiscal te miente, los gendarmes mienten, todos mienten y nadie investiga nada porque a nadie le conviene. Es como dice la canción de Sara Hebe: “nadie se suicida en una comisaría y los cuerpos no aparecen flotando río arriba”. Pero el otro día apareció una chica que oh casualidad! se suicidó en una comisaría. En Gesell, días antes de lo de los rugbiers, apareció en la puerta de la comisaría un chico de 38 años que pesaba 85 kilos ahorcado con un buzo. Todo eso queda tapado. Me parece que hay que hacer un trabajo de fondo y los que lo tenemos que impulsar somos nosotros. Si yo me quedo reclamando sólo por lo de Santiago, me quedo en la cómoda mía. Hay que involucrarse. A mí me llena un montón poder hacer de puente para un pibe en Tucumán que no sabe cómo llegar a pedir ayuda. No me dedico a eso y tampoco quiero en mi vida esa mochila de hacerlo todo el tiempo, pero no me puedo quedar sólo con lo de Santiago, de hacerlo estaría mirando mi ombligo y nada más. Si todas las personas empezamos a avanzar un poquito, todo ese Poder Judicial, todos esos Cané, todos esos Bullrich se van a terminar cayendo.

En sus palabras encuentro, y estoy seguro de que ustedes también, un altísimo grado de compromiso, dignidad, humanidad y empatía. El mensaje que transmite Sergio no se circunscribe a un reclamo de justicia por una pérdida personal. Bien podría ser así y absolutamente nadie podría reprocharlo. Por encima de ello, su mensaje toma una dimensión colectiva. Él lo dice bien clarito y simple: Santiago no es el primero ni será el último en desaparecer forzadamente. Y comprender esto no parece llevarlo a ninguna resignación, más bien parece conducirlo al entendimiento de que la de Santiago, como tantas otras, es una causa colectiva.

En mi cabeza comienza a trazarse un paralelismo entre el caso de Sergio y el de la enorme Nora Cortiñas, a quienes casualmente -o no tan casualmente- conocí un mismo día. Fue en el Centro Cultural La Panadería, el 27 de marzo de 2019, donde me encontré compartiendo una mesa con Norita, “la Madre de todas las Batallas”, acompañada por el “Vikingo” Sergio Maldonado: “el Hermano de todas las Luchas”.

La mujer que denunció por abuso sexual al cura católico Mauro Enrique Cantanhede Ferreira contó a FM De la Calle que la causa judicial no registró avances y que continúa sufriendo presiones mediáticas y de integrantes de la comunidad de la Parroquia San Roque.

El 13 de noviembre se presentó en la Comisaría de la Mujer. Luego declaró en Fiscalía y, desde entonces, está a disposición de la justicia. Sin embargo, las pericias fueron programadas recién para este mes y finalmente suspendidas por la feria. Tampoco se peritaron pruebas materiales como celulares, mensajes, fotos, videos y correos electrónicos.

En una extensa entrevista, la cual puede escucharse en el audio que acompaña esta nota, la víctima señaló que hay otros dos casos de abusos de chicas que no se animaron a denunciar. “Cuando me enteré dije no soy solo yo, hay otras. Él sabía que no iba a poder hablar, no necesitaba ponerme un arma en la cabeza para que yo haga o diga una determinada cosa”.

La joven manifestó que en primera instancia no le quisieron tomar la denuncia en la comisaría: “Me decían que vaya a Fiscalía, que se movía mucho más rápido. Sin embargo, la hice. En Fiscalía me tocó hacer la ampliación y fue revictimizante por el tipo de preguntas que me hicieron. ¿Vos sabés si tiene una contextura diferente? ¿Si es más flaquito? ¿De qué manera te amenazó? Un abuso no se da si a vos te gusta o no o si la persona es más flaquita que vos, tiene que ver en el poder que ejerce sobre uno”.

A pesar de las recomendaciones en sentido contrario, la mujer decidió avanzar también en la búsqueda de justicia en el ámbito eclesial. Los juicios canónicos son procesos institucionales donde autoridades de la Iglesia Católica escuchan a la víctima y deciden -sin ninguna garantía ni devolución hacia ella- si corresponde sancionar o no al acusado. Las “condenas” van de “castigos espirituales” a la excomunión. Aunque la historia suele terminar en algún archivo secreto.

“El proceso eclesiástico quedó detenido. Me llamaron a declarar en una habitación chiquita, yo sola, con un cura de Italia especialista en derecho canónico y el padre hindú era el notario, es el que oficia misa en San Cayetano y San Roque. Me hicieron preguntas tremendas porque fue relatar todo nuevamente”.

“Hablo de vulneración de derechos porque no te permiten acompañamiento del abogado, en este caso sabían cómo estaba yo, no me dejaron entrar ni con psicóloga, ni psiquiatra, ni acompañante. Salí muy mal, temblando. Lo único que se me dijo es que se iba a analizar si dejan todo archivado o no”, relató sobre la audiencia realizada en la Curia bahiense.

Agregó que contó “todo delante del obispo, llegué a mostrarle las imágenes y conversaciones que me mandaba y él mismo obispo se tapaba la cara. No creo que la conducta se haya dado solo conmigo. Evidentemente si la iglesia lo respalda, está respaldando este tipo de conductas. Por eso digo que no quiero que le pase a más nadie, no quiero que nadie más salga dañado”.

Para la denunciante notas como la publicada semanas atrás por La Nueva en abierto apoyo al párroco cuando aún ni siquiera se realizaron las pericias a víctima y victimario, son un mensaje para acallar a otras personas abusadas.

“Las notas diciendo que él va a seguir siendo cura, que él sigue siendo normal, que ya va a poder hablar… para quienes fuimos víctimas es tremendo. Y para quienes no denunciaron les da más miedo, esa sensación de impunidad, de que si hablan no va a tener sentido. Sumado a que con esto del encierro yo tengo que estar 24 horas donde ocurrió el hecho”.

La mujer recibe tratamiento psicológico y psiquiátrico: “Duermo pocas horas y me despierto con pesadillas donde vuelvo a revivir esto. Vivo con miedo constante, cualquier estímulo que vea en una imagen, un sonido, una sensación táctil me da miedo, asco, me quiero bañar y sacarme la sensación de asco y suciedad. Quiero que esto se sepa para que se pueda actuar y que reciba la sanción necesaria, a nivel de la justicia y de la iglesia”.

El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor y ex concejal, Ricardo Pera, fue denunciado por su ex pareja por lesiones agravadas y amenazas.

Laura Trespando se presentó en Fiscalía el 20 de diciembre junto a su hija de 22 años para dar cuenta de la violencia machista que padecía su familia y solicitar una medida de protección, la cual le fue denegada por el dr. Juan Pablo Schmidt.

“No me hagas enojar negra”, decía el acusado luego de golpearla, maltratarla o insultarla. Los “coscorrones” alcanzaron incluso a uno de los hijos -menor y con trastorno autista- de la mujer. Fue el fin de la relación.

La denunciante y su hija trabajaban en Bahía Transporte Sapem de donde fueron despedidas “sin causa”. El presidente de la empresa, Tomás Marisco, el gerente Federico Harfield y el propio intendente Héctor Gay estaban al tanto de la situación y, sin embargo, acataron las órdenes de Pera.

“Mi despido fue el paso final de todo este manoseo político y gremial, de todos estos meses para que yo no denunciara antes de las elecciones. Esto fue acordado por todas estas personas que yo nombro en esta denuncia”, afirmó Trespando.

La víctima manifestó, además, que fue obligada por directivos de UTA a renunciar al sindicato y a la mutual que cubría costosos tratamientos médicos que necesitan sus hijos.

El ex concejal será juzgado en agosto por las amenazas y golpes denunciados por otros dos ediles tras una sesión para tratar un aumento del boleto de colectivos en 2015.

Laura Trespando brindó su testimonio a FM De la Calle.

“Quiero denunciar lo que estoy viviendo para poder darle también ayuda a las mujeres que vienen atrás mío”, dijo. Su relación con Ricardo Pera comenzó en diciembre de 2012 y duró casi seis años.

Yo venía de una separación, de perder a mi papá, me había mudado a una casa más pequeña que la que estaba. No teníamos muchos recursos, estábamos bastante solas con mis hijas, que son las que siempre me acompañaron en todo. Él salió de la galera y empezó a ayudarnos. Primero aparecía con un telefonito, después empezó a venir a cenar, con sus risas y sus cuentos. La verdad que me inundó de amor y de ilusión. Pensé: al fin, después de tantos años de estar mal, conozco a mi compañero y a la persona que va a caminar conmigo y ya no va a ser tan pesado.

Todo empezó porque por ahí yo tendría alguna reunión familiar con mi mamá o con mi hermana y él ya no quería que fuera. O si iba a algún lado era una discusión o ‘te la pasás en la calle, ¿qué tenés que hacer? ¿qué necesitas? ¿no te alcanza con lo que te doy?. Era imposible tener una reunión de amigas porque para él no era necesario. Si iba a su casa no podía agarrar el teléfono -yo iba fin de semana por medio- y si mis hijas me necesitaban o querían decirme una mínima cosa yo no podía contestarles.

Si necesitaba ir al mercado iba pensando ‘que no me llame, que no me llame’. Y si me llamaba me decía ‘yo siempre te tengo que enganchar en la calle’, me decía ‘por qué no te organizás mejor, salís del trabajo, pasás por la leche y no tenés que andar dando vueltas’. No quería que estuviera en la calle para nada. Mi vida empezó a ser el trabajo, mi casa y la suya. No tenía otra cosa. Ni siquiera cumpleaños de mis hermanos ni de nadie. Todo era una discusión si yo quería hacerlo. Y si iba a algún lugar de esos lo hacía sin que se entere para evitar una pelea, para evitar… cualquier cosa.

¿Eso lo tornaba más violento?

Sí, obvio. Empecé a evitar todas esas situaciones pero cuando por ahí no me daba cuenta o no la podía evitar, venía el “coscorrón” -como él le llamaba- o un castigo laboral o empezaban los gritos y las amenazas constantes.

No recurrí nunca a ningún lado porque si yo hablaba era una desagradecida, una mal parida. Cuando estuvimos bien fuimos construyendo mi casa para ir en algún momento a vivir juntos. Cuando terminé de construirla, él no vino a vivir conmigo. Pero como me ayudó mucho en lo económico -en realidad no me ayudó porque la casa era para los dos- cuando se enojaba me decía ‘bueno, vendé todo, te vas a alquilar’. Y yo pensaba a dónde voy a ir, otra vez pierdo todo. Por ese miedo seguí sosteniendo mi relación. Además, siempre me dijo que me iba a ver de rodillas, que él no iba a parar hasta verme de rodillas.

¿Vos estabas trabajando en Bahía Transporte Sapem y tenías un rol como delegada de UTA?

Sí. Fui durante tres años delegada de UTA, hasta que me hicieron renunciar cuando yo decidí separarme.

¿Estabas rodeada tanto en lo privado como en lo laboral?

Totalmente.

¿Cuándo terminás con esa relación y decidís hacer la denuncia?

Yo rompo con eso porque en una de las últimas peleas él me pegó en casa y estaban los nenes. Estaban en el living y no vieron la situación, pero estaban. Por el miedo, no solo a que ellos vieran sino a que siguiera, presioné la alarma para que sonara, tiene un botón de emergencia. Empezó a sonar, él se asustó y se fue. Pensé para mí: esta es la última vez que tengo que permitir esto en casa.

Uno de mis hijos tiene autismo y él en dos ocasiones lo golpeó. Hasta ahí era. No solamente venía sufriendo en daños o amenazas permanentes o en maltrato, que ya era nuestra forma de relación. No me di cuenta, llegó un punto en que pensé que era así la forma de relacionarse, venía de dos fracasos y empecé a pensar que era yo.

Conversando con amigas, con gente que quiero, o con mi hija que en algún momento se enojó conmigo por las cosas que yo permitía, vi que eso no es natural, normal. Pero cuando estaba viviendo eso no… seguí nada más.

¿Cómo es tu situación laboral y económica hoy?

Perdí el trabajo, perdí todo sustento. Además, ella (Ndr: su hija) que también fue despedida comenzó a trabajar en una heladería y Ricardo llamó al dueño para que la despidan. Y así pasó.

Fui a ver al intendente con la denuncia en la mano para que me reciba. Está al tanto de toda esta situación porque Sapem es en su mayoría municipal. No me recibió porque supuestamente para él esto es una cuestión personal. Yo creo que excedió lo personal, todas las personas de mi empresa sabían lo que estaba pasando y vieron las veces que iban y me retiraban de mi oficina y me obligaban a renunciar a mi cargo o a la mutual o a la afiliación.

¿Eso cuándo ocurrió?

Yo decido separarme de él y lo primero que hace es hacerme renunciar a mi cargo de delegada del gremio. Un par de meses después despide a Maite. Como yo sigo sin querer volver con él, me hace renunciar a la mutual. Yo dependía de eso para los costos de mi hijo. Después me hace renunciar a la afiliación. Quedo totalmente desprotegida en mi lugar de trabajo. En Sapem si no sos afiliado al gremio quedás afuera casi inmediatamente, así funciona. Yo coordinaba el sector de monitoreo.

¿Cómo te hacen renunciar?

Estaba sentada en mi oficina y aparecen dos compañeros suyos, el secretario adjunto y el secretario gremial. Me piden que renuncie con una hojita y yo les dije que no quería renunciar, que me quedaba sin cobertura para F.. Ellos lo conocen, hacemos un tratamiento en Buenos Aires de estimulación magnética transcraneal en INAC. Me dijeron que no, que ellos tenían que llevar esa hoja firmada y que no había opción, que no tenían explicación que darme y que hasta ahí había llegado mi momento. El secretario adjunto me dijo: ‘firma calladita así no te pasa nada’. Firmé y se fueron.

Yo siempre trabajé del lado del gremio, representando a mis compañeros, no les había faltado nunca. Siempre trabajé a la par de ellos, a pesar de que no me permitían estar en asambleas o convocatorias por mi condición de mujer.

Y así fue…

¿Y de Sapem te echaron?

Me quisieron hacer renunciar. Ricardo me obligaba a renunciar pero no quise. Me empecé a asesorar, el gerente y el presidente me decían que no renuncie. Me derivaron a distintos sectores, a Tránsito y Transporte…

¿Federico Harfield y Tomás Marisco estaban al tanto de toda la situación?

Claro, obvio, ellos estaban al tanto de todo. De hecho, Marisco en una de las venidas del gremio a la Sapem me vio demasiado sensible y me derivó al Departamento de Género. Me recibieron tres veces y también estaban al tanto de todo. Creo que no pudieron cuidarme. Tomás en cierta forma hizo lo posible para derivarme y no dejarme sin empleo pero finalmente no quedó otra, todos acataron su orden.

¿Renunciaste?

No, me despidieron sin causa.

¿Cómo te sentís hoy?

¿Cómo me siento hoy? Totalmente sola. Cuando cuento que se trata de Ricardo Pera todas las personas que podrían ayudarme no pueden. Porque tienen miedo o por intereses creados no me pueden ayudar. Fui a hablar con mi abogada y me dijo que si estaba fuerte me acompañaba.

¿Tuviste algún tipo de consecuencia?

Sí, él me mandó a decir por terceros que desestime la denuncia, que los muchachos me van a hacer mierda. Esas fueron las palabras que me llegaron. En esta denuncia presenté audios, fotos, pero bueno, no me dieron la perimetral.

¿Con qué argumento?

Que los golpes eran viejos.


Si vos o alguien que conocés vive alguna situación de violencia, llamá gratis al 144 o contactate con la Red Local de Violencia de Género [email protected]

“Hace diez años la experiencia del aborto en la clandestinidad venía asociada a una cantidad de afectos que tienen que ver con el secreto, la culpa, el miedo, consultorios clandestinos donde las mujeres se exponían a maltratos. Quizás ahora con acompañantes, el activismos de profesionales del sistema de salud, los medicamentos, ya podemos escuchar relatos de mujeres que tuvieron una gestación no deseada y pudieron abortar y salieron con una sensación de alivio, que tuvieron una buena atención. El movimiento no solo ha tenido nuevos argumentos sino también en nuevas experiencias de vida”.

Nayla Vacarezza es socióloga y se dedica a estudiar el carácter político de los afectos en la subjetividades de quienes abortan. Publicó un libro junto a July Chaneton: “La Intemperie y lo Intempestivo: Experiencias del aborto voluntario en el relato de mujeres y varones”.

Esta semana expuso en la Cátedra Libre por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.

El aborto al Congreso

Debemos seguir reflexionando sobre ese enorme acontecimiento político que fue el debate legislativo producto del trabajo obstinado del activismo. Creo que el debate parlamentario dio una oportunidad para poder palpar qué significa un debate legislativo, fue una gran acción pedagógica que nos permitió como sociedad incorporar saberes y, a nivel microsocial, abrió nuevas posibilidades sobre un tema tan estigmatizado y silenciado que de pronto se hablaba a flor de piel.

Aspiramos a la transformación legal pero lo que tenemos que transformar es la cultural. La batalla se gana en el plano de la ley pero también la tenemos que dar en el plano de los afectos, de la salud, de la educación, de las imágenes.

Las imágenes del aborto

Dentro de las formas en que está estructurado el debate, las imágenes y los afectos tiene un rol protagónico, cada vez se usan más para las discusiones y a veces no prestamos atención. Lo cierto es que los antiderechos tienen una política visual y afectiva muy articulada que vienen importando de los Estado Unidos y tiene que ver con asociar el aborto con el terror, con la culpa, con los pánicos morales.

De manera reciente logramos articular nuevas imágenes que pueden hablar del dolor del aborto clandestino, de la humillación de no poder hablar en voz alta cuando estás llevando adelante un embarazo que no podés soportar. No es solamente el dolor y la victimización, el aborto puede articular solidaridades entre mujeres, puede traer conciencia política. Podemos pensarlo como una afirmación vital.

“Estructura del sentimiento”

Es un concepto de un teórico marxista, Raymond Williams. En su formulación nos invita a pensar que son algo que está estructurado, no natural que sentimos al azar. Cuando se habla del aborto como algo terrorífico se está imponiendo una estructura de sentir, como un vestido de seda mojado, no es algo elegido ni natural sino que viene estructurado socialmente. Las estructuras del sentir son algo que los movimientos estamos batallando por cambiar. Las estructuras de sentir son un ámbito de batalla política.

“En enunciación, el Estado Argentino es laico. Si bien hay libertad de culto, no hay igualdad. Hoy se vulnera gran parte de la libertad de conciencia de la ciudadanía”, argumentó Fernando Lozada, fundador de Ateos y Ateas de Mar del Plata y de la Coalición Argentina por un Estado Laico.

Disertará esta tarde sobre “Laicismo para ser iguales en la diversidad”. Desde las 19 en Colon 80.

“La idea es hablar de cómo construir una sociedad diversa viendo la diversidad como un valor positivo. Como ateos no queremos un mundo de personas iguales, quien quiera ser creyente que lo sea como hacemos en una sociedad diversa para convivir y tener igualdad de derechos y de garantías”, dijo en FM De la Calle.

La charla apuntará a recorrer las tensiones entre laicismo y clericalismo durante los últimos 200 años. “El propio Estado está formado sobre una estructura clerical: tenemos como una santísima trinidad, los tres poderes. La propia estructura se hermana con el clericalismo porque tienen un origen en común. Pensemos que el monoteismo trajo la idea de poder verticalista que las instituciones terminan heredando”.

Lozada comentó que “cada golpe de Estado nos trajo retrocesos en ese sentido, los privilegios de la Iglesia son de esas épocas, cada golpe de Estado fue clerical. Eso nos dejó un residuo importante en legislación: que un obispo gane el 80% de un juez nacional de primera instancia, que los curas de frontera cobren sueldos o que toda la curia tenga viáticos pagados por el Estado dentro y fuera del país o que los seminaristas tengan becas.  Son todos privilegios que hemos heredado de las dictaduras y que ninguna democracia ha tenido el valor de quitarlos”.

Lozada se refirió al crecimiento del evangelismo neopentecostal en Latinoamérica: “Es un movimiento que parte de la instalación en el sentido común a través de algo que se llama teología de la prosperidad, el neoliberalismo”.

“Hay una estrategia diferente entre la Iglesia Católica y estos grupos: la Iglesia infiltra el Estado, no tiene participación de los partidos políticos. Abandona ese proyecto para, a través de la infiltración que en Argentina hizo a través de las dictaduras, enquistarse en la cosa pública y de ahí influir en las políticas”.

“Los movimientos neopentecostales vienen a atravesar la política, a tener funcionarios elegidos por el pueblo que obedezcan a estos movimientos. Cuando la Iglesia no tiene tanto poder dentro del Estado ahí pueden avanzar los derechos humanos”.