A raíz del auge de la serie “Poco Ortodoxa” y el documental “One of us”, acerca de la vida de judíos ortodoxos, FM De la Calle dialogó con Karina Finkielsztein -educadora y primera rabina en casar un matrimonio igualitario- acerca de su visión del mundo judío desde una mirada feminista.

Las series están situadas dentro de grupos jasídidcos y “no cualquiera sino dentro de los más cerrados. Una de las definiciones dentro de los jasídicos es que las familias siguen a ciertos rabinos y si vos no cumplís con las reglas de ese rabino quedás afuera. Los fundamentalismos los conocemos dentro de todas las perspectivas”, afirmó.

De familia judía de centro izquierda, nieta de inmigrantes de una Rusia Socialista con fuerte actividad comunitaria, Finkielsztein señaló que “la comunidad es el gran legado. Entendí que también las tradiciones espirituales dentro del judaísmo buscan crear un contado más humano”.

“No comprendo el judaísmo como una religión, porque así lo acotás a prácticas que ligan a lo sagrado. Me gusta definirlo como una pizza donde cada porción es una cosa. Una porción es la religiosidad, otra son valores e ideas, tradiciones y costumbres, festividades, historia, una tierra en común, un lenguaje y cada judío se va situando en esas porción según su legado familiar”, comentó.

Para Finkielsztein una de las tareas más importantes como feminista y judía es la producción cultural: “Muchos libros fueron escritos por hombres, por lo tanto, el lugar de la mujer está desdibujado. Poder rescatar las voces de las mujeres ocultas me parece un lugar de liberación, generar cultura de ley escrita por mujeres es muy importante”.

En cuanto al abordaje de las identidades disidentes afirmó que “es un proceso que se está construyendo ahora. Cuando empecé a trabajar con JAG -Judíos Argentinos Gays- el movimiento buscaba comunidades solo para ellos y lo que les decía es que tenemos que trabajar con comunidades integradas, que integren a los judíos en todas sus identidades”.

“Hay comunidades que están más abiertas a eso. En la que trabajé yo realicé el primer matrimonio igualitario judío, tiene que ver con el contexto mundial. Hay que decir que por más que el mundo judío sea más observante, en general, su cabeza es más de derecha que su práctica”, finalizó.

Maximiliano Cayuñir prendió fuego a su pareja. Cintia se encuentra en su casa pero tiene parte del rostro, pecho y manos quemadas. Familiares y vecinas que ayudaron a socorrerla denuncian que la familia del agresor las amenaza por redes sociales.

En la causa interviene la UFIJ Nº 5 a cargo de Jorge Viego. Esta tarde le tomarán declaración por videoconferencia a Cayuñir, quien se encuentra detenido.

“Él tenía a la beba en brazos, primero estaba arriba de la cama porque yo le había terminado de dar el pecho. Cuando la va a busca le digo ‘a la nena no te la llevás’. Me dijo ‘ahora vas empezar con que la bebé no es mía’. Yo le dije ‘yo se que es tuya’. Me dice ‘¿sabés lo que voy a hacer ahora? Te voy a rociar con alcohol y te voy a prender fuego’. Agarró el alcohol y me lo empezó a tirar encima, cuando va a buscar el encendedor tiró la primera chispa y se prendió todo fuego. Me saqué la remera como pude y salí corriendo, lo primero que hice fue mirar a la beba de tres años y vi que no la agarró a ella, la remera la tiré arriba arriba de la cama y fue ahí donde empezó a prender fuego todo”, relató Cintia.

Una vecina, Liliana, escuchó los gritos e intercedió: “Cuando vi que no abrían, empujé la puerta y me metí. Ahí la veo a ella salir de la pieza, toda quemada, prendida fuego, la cabeza, el cuerpo, la puerta. Ahí le preguntamos qué hiciste, ‘le dije que la iba a prender fuego, le tiré alcohol y la prendí’. Yo empecé a los gritos y llegaron los vecinos que llamaron a la ambulancia y la policía”.

“No me permitía que la lleve al hospital, me decía que la llevaba él, yo lo empecé a empujar, a gritar, y a decirle que la llevaba yo. Él sacó la moto y se fue. Ahí llegó la policía, la ambulancia. Estaba todavía el fuego en la cama, en el piso, la ropa, y lo apagamos”, relató Liliana.

Cintia convivió en el encierro con el violento: “Antes había habido golpes, nunca lo denuncié”. ¿Tenías miedo? “Sí. Ahora no tengo miedo, pero no sé lo que puede llegar a pasar después de esto. Estamos recibiendo amenazas”.

“Él no me dejaba salir a ningún lado, a donde iba me acompañaba, iba a trabajar me acompañaba, se quedaba en mi trabajo, era muy obsesivo, no me dejaba tener celular. Cuando estaban los dos (hijos) más grandes nunca pasó nada, pero cuando se iban ahí era donde siempre discutíamos y pasaban estas cosas”.

La víctima no tiene botón antipánico ni custodia policial. Las autoridades están al tanto de que esta recibiendo amenazas.

“Yo voy a seguir, no tengo miedo, así reciba amenazas yo voy a seguir con todo esto, porque me arruinó todo”, afirmó.

El Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación registró hasta ayer 97 casos de femicidio, de los cuales 10 corresponden a femicidios vinculados, 2 personas trans y 2 suicidios feminicidas.

De la investigación surge que las provincias que registraron mayor cantidad de casos son Buenos Aires con 35 (incluye 2 en CABA), en Santa Fé 12, Tucumán 7, Córdoba y Santa Cruz 6 casos respectivamente, Misiones 5 y Jujuy 4 casos.

También se puede asegurar que el 38,4% de los asesinatos fueron cometidos por parejas/esposos, el 25,3% por ex parejas, el 11,1% por desconocidos y el 31,3% incluye a padres, padrastros, tíos, hijos y nietos. En tanto que el lugar de mayor peligrosidad para la víctima es su domicilio o el domicilio compartido con el victimario.

El registro y sistematización de datos incorporado por este observatorio fue realizado a partir de un seguimiento exhaustivo de información periodística, tanto de medios nacionales como de medios locales y es por eso que se destaca la labor periodística, ya que ha hecho posible que, en este contexto de aislamiento preventivo y obligatorio, se hayan podido visibilizar estos hechos de violencia extrema hacia las mujeres.

En base a la medición elaborada por el observatorio, durante los últimos cuatro años se reflejó un número similar de casos entre los meses de enero a abril, con un resultado de 110 casos en el año 2017, 95 casos en 2018, 94 casos en 2019 y 97 en el 2020, teniendo en cuenta que aún hay casos del período actual que se encuentran en investigación.

Si bien la cantidad de femicidios se mantuvo a lo largo de estos años, se pudo observar un destacado incremento en la cantidad de denuncias efectuadas por mujeres en riesgo de violencia desde el período que comenzó el aislamiento preventivo, y también gran cantidad de denuncias de familiares y allegados de las víctimas que reclaman por falta de perspectiva de género en el tratamiento de los casos.

Respecto a lo anterior, resulta necesario que los responsables de intervenir ante estos hechos accedan a la capacitación en la temática de género y violencia contra las mujeres, permitiendo un buen abordaje y mejor manejo de sus funciones, el cumplimiento de la Ley Micaela debe ser efectivo para todas las personas que integran los tres poderes del Estado.

Así también de necesaria y urgente debe ser la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral a nivel nacional. El cumplimiento de estas leyes permitirá encarar desde los distintos niveles etarios una problemática basada en una situación de desigualdad que históricamente ha priorizado al hombre en desmedro de la vida de la mujer.

A la luz de las denuncias efectuadas ante diferentes medios de comunicación, la Defensoría del Pueblo de la Nación, rechaza las recientes medidas adoptadas por Jueces que ponen en riesgo a las mujeres que han sido víctimas de violencia y pide a los mismos a rever cualquier decisión que las afecte directamente y que se extremen las medidas de control frente a cualquier tipo de amenazas a las que pudieran estar expuestas.

Una de las conclusiones centrales de la investigación para conocer para qué y con quiénes se endeudan los sectores populares de la ciudad refiere al rol preponderante de las mujeres en el sostenimiento de las economías familiares. Esta realidad conduce a que sean ellas quienes en primera instancia toman los créditos para invertir en consumos básicos como la compra de alimentos.

El documento, elaborado por  el economista Francisco Cantamutto y les estudiantes Aldana Benedetti, Julieta Giovannini y Nicolás Pérez señala que contra todo pronóstico o falsa idea de empoderamiento, la deuda contraída por las mujeres solo intensifica la precariedad estructural de las condiciones de vida que conduce, únicamente, a resolver lo urgente.

Debido a que la responsabilidad del cuidado de les hijes recae sobre la figura materna, son ellas las principales tomadoras de deuda a través de los créditos de la ANSES que luego serán descontados de los montos de AUH que perciben.

“Casi siempre las que se endeudan son las mujeres porque son las encargadas de llevar adelante la economía del hogar. No porque sean quienes ingresen plata al hogar, sino porque son quienes la manejan”, comentó Macarena Santamaría, integrante de Ser Comunidad.

Por su parte, Jorge Cascallar, coordinador de Envión, comentó que “las mujeres son las primeras que se endeudan. Los hombres son los que se deprimen si no consiguen trabajo por la cuestión del machismo. Las mujeres han estado 4 o 5 días sin volver a la casa para buscar trabajo debido a que se hace posible sustentar el pasaje del colectivo todos los días que hoy sale $40. Esta situación implica no poder comer, bañarse ni estar con sus hijos”.

Desde el Programa Nacional de Primera Infancia señalan que “estos créditos que sacan muchas veces son para comprar alimentos o para comprar útiles escolares para sus niños o niñas. O para estas tareas que se derivan de la responsabilidad de cuidar a un hijo o a una hija”.

El informe reconoce que “en los barrios la mayor parte de los hombres participan del mercado laboral, insertos en oficios de baja calificación, con formas precarias de contratación y escasa continuidad. Las mujeres tienen una inserción menor en el mercado laboral, debido a su carga en las tareas de cuidado en el hogar, pero participan de la búsqueda. En Bahía Blanca, mostraban para 2019 una tasa de actividad un tercio más baja que los hombres”.

“En la mayoría de las familias, si se tiene una pareja, es el hombre el que trabaja más y generalmente él trabaja en el ámbito de la construcción. Él es el que hace changas, mientras que la mujer es la que se queda en la casa haciendo las tareas domésticas, cuidando a sus hijos, y al no estar remunerado eso, ellas no tienen un ingreso. Pero sí son quienes manejan la economía de los hogares. Es más, si te tendría que tirar un número, diría que el ochenta o noventa por ciento de las personas que van a tomar créditos para materiales de construcción (que es lo que nosotros brindamos) son las mujeres. Ellas se acercan porque tienen tiempo, ellas son las que tienen la iniciativa aunque quienes después encaren la construcción sean los varones. Ellos lo encaran porque son los que tienen el conocimiento y la práctica en este rubro”, afirmó Santamaría.

En último lugar, las mujeres son quienes se encargan de resolver el abasto cotidiano y los cuidados, y por lo mismo, son las que más circulan por los barrios, son más conocidas. “Esto compone un vínculo más sólido, que habilita fuentes de crédito basadas en la reputación”.

“El hombre está menos acostumbrado y le cuesta más el hecho de no tener trabajo. En cierta forma creo que lo sufren más, les da más vergüenza ya que la sociedad es muy machista. La mujer puede dejar el orgullo un poco más de lado o la vergüenza y salir a buscar una solución”, apuntó María Soto del Movimiento Evita.

Una mujer que está sufriendo una situación de violencia se ve condicionada a irse del hogar si es que es la titular o responsable de un préstamo. También son las mujeres las que primero restringen sus consumos, ‘dejo de comer para darle a mis hijos, dejo de compararme ropa o cosas personales para comprarle a los chicos’. Y, por otro lado, centra la discusión entorno a qué mundo habitamos, dado que es el propio Estado quien ejerce violencia económica contra las mujeres de sectores populares y las obliga a endeudarse mientras realizan doble o triple jornada laboral. Parafraseando a la investigadora Verónica Gago, la deuda organiza la obediencia.

La directora de Políticas de Género del Municipio, Ana Meceratesi, habló con FM De la Calle sobre la situación que atraviesan las mujeres que conviven en aislamiento con sus agresores. Además, se refirió al abordaje de la oficina en casos puntuales y al funcionamiento de los dispositivos existentes.

“Tengo la información de que aumentaron los casos (en provincia), no nos consta que acá en la ciudad hayan subido. Manejamos un número bastante grande de consultas, en los últimos tiempos va en aumento. Si el momento de emergencia fuera en un horario de 9 a 14 se puede llamar a nuestros teléfonos, le vamos a brindar esta contención, si es en otro horario hay que llamar al 144, nos van a informar a nosotros y la vamos a poner en contacto”.

“La situación de violencia es un proceso, va a pasar por varias instancias, es importante la contención, es fundamental que la persona pueda tener este contacto, tener un espacio de escucha, un nombre, un referente”, comentó Maceratesi.

No hay política específica para atender los casos de reparto de alimentos y asistencia municipal a mujeres jefas de familia. “Entra dentro de la red que se armó en relación a la entrega de bolsones, se trabaja desde las trabajadoras sociales del equipo, que se ocupan de estas cuestiones y, por ahí, ver con qué recurso cuenta cada mujer. En esos casos donde hay personas que tienen menos recursos, ahí están las trabajadoras sociales haciendo el nexo, como para que esa ayuda llegue”.

En relación al funcionamiento del refugio, apuntó que “siempre es mucho mejor contar con alguien, recurrir a algún referente, irse a la casa de alguien que no sea una institución, un amigo, un familiar alguien que pueda contener en esta situación. Lo que sugiero es que la persona que conviva con algún agresor es que pueda tener agendado el nombre de alguien de confianza y que esa persona pueda hacer el puente. Que cuente con alguien y que sea una manera rápida que tenga esa persona de conectarse con ese referente ante la emergencia”.

Respecto de la situación de contratación del personal del refugio comentó: “Hay diferentes situaciones. No me parece que sea un tema para tocar en esta nota, sería un tema para plantearlo en otro espacio”.

Sobre los botones antipánico mencionó que hay 46 funcionando: “Está la posibilidad de adquirir nuevos botones, la posesión es dinámica, las personas lo tienen en un momento y pasado un tiempo, pasada la situación de violencia ya no es necesario porque no es tal la gravedad de la situación. Hasta ahora nos manejamos bien con el número de botones que tenemos.

Consultada por la intervención en casos como el femicidio de Susana Melo, el caso de Rosalía o la denuncia de abuso sexual realizada por dos chicas contra soldados del ex V Cuerpo de Ejército, Maceratesi señaló que “es prudente no hablar de casos puntuales, por una cuestión de resguardo de privacidad por ahí preferiría no hablar, me parece importante hablar de generalidades”.

“Atendemos y abordamos todos los casos que nos puedan llegar por demanda directa de la persona afectada o de familiares y allegados que nos demandan,la persona que pasa por una situación de violencia puede no reconocerlo. En estos casos de violencia de género en el ámbito familiar o no, como puede ser violencia sexual, que sean en el ámbito familiar o no, vamos a tener intervención si nos piden. En ese sentido vemos el acompañamiento”.

Susana Melo, de 53 años, fue asesinada este fin de semana. El principal y único acusado es Raúl Gregorio Costa, su pareja, quien confesó haberla matado, se negó a declarar y permanece detenido desde entonces.

En reiteradas oportunidades la familia de Susana denunció a Costa por violencia machista. La última fue en enero cuando producto de los golpes la víctima terminó internada. Ni la justicia ni la policía actuaron a tiempo. El sábado, luego de que una amiga alertara a la familia, encontraron su cuerpo sin vida en un camino vecinal.

“Ese día recibo un mensaje de la amiga de mi mamá en el cual me decía que Costa andaba divulgando que la iba a matar”, comentó Rosana, hija de la víctima, a FM De la Calle.

“Hace 6 años que estaba con él, tenía denuncias previas de mi parte, lo denuncié cuando mando a mi mamá al hospital. Mi mamá dijo que se cayó, cuando había sido que él la agredió, tenía tibia y peroné con los huesos triturados por dentro. Para nosotras le pasó la camioneta por encima”, expuso Rosana.

Comentó que acudió en aquella oportunidad a la Comisaría de la Mujer “el mismo día que la internaron”. “A la semana tenía que ir yo con una testigo que era amiga de mi mamá y la testigo no quiso ir porque mi mamá se lo pidió. Así que cuando fui me dijeron que si no se presentaba la testigo ni mi mamá quería hacer la denuncia, quedaba archivada porque no era fehaciente. Les dije lamentablemente si esto no se para esperemos no tener una desgracia, y a los dos meses la desgracia sucedió”.

Costa tiene otros antecedentes para con la familia Melo: “Tiene una denuncia porque manoseó a mi hermana más chica, que también quedó en la nada, se apareció en mi casa, estaba yo sola con mis hijos. Me fue a apretar con cinco personas más. Esa denuncia también está hecha. Tiene denuncias por violación y la justicia nunca hizo nada”.

“Conociéndola a ella, para nosotros estaba siendo amenazada, nosotros queríamos ayudarla y ella nos alejaba, para nosotros él la tenía amenazada con que nos iba a matar”, agregó.

Rosana dijo que su mamá “era una excelente persona, todos los que la conocieron saben la persona que era, muy laburadora, buena, ayudaba, te brindaba hasta lo que no tenía. El último tiempo por ahí pasaban días que no aparecía, le escribíamos y siempre decía que estaba bien, por ahí aparecía más de una vez con el ojo negro y decía que se había caído. Nosotros la queríamos sacar pero ella estaba siendo muy amenazada”.

La presidenta del bloque del Frente de Todos en el HCD, Gisela Ghigliani, se refirió a una serie de proyectos vinculados a la perspectiva de género incluidos en la Agenda 2020 de Mujeres, Género y Diversidades.

“Lo que queremos con esto es ponerlo a consideración, que se discuta, que lo ampliemos y lo mejoremos. No podemos detenernos a recolectar números porque sino hacemos política publica a posterior. Estas son distintas líneas en las cuales vemos cómo abordar la problemática”, dijo a FM De la Calle.

La concejala comentó que “la ordenanza del Cupo Laboral Trans no se implementa, ni siquiera estamos discutiendo la reglamentación, eso también lo vamos a reclamar. Tenemos ordenanzas sobre soluciones habitacionales para víctimas de violencia, está promulgada y reglamentada, nos falta información sobre cómo se está implementando”.

“Para mí es un clásico que los presupuestos de Cambiemos son horribles y es obscena la subejecución, no por eso vamos a dejar de insistir en estas temáticas. No es aprobar por aprobar, preferimos que nos digan que no”.

Son diez ítems de propuestas: un Programa Mujeres Conductoras del Transporte Urbano de Pasajeros, un Protocolo Interno de Actuación en Situaciones de Violencia de Género y/o Discriminación. Además, la creación del Programa de prevención y erradicación del acoso callejero y de una  comisión permanente de “Mujeres, Género y Diversidad” en el Concejo Deliberante.

Por otro lado, le solicitarán al Ejecutivo el cumplimiento de la Ley Micaela, la pronta respuesta del expediente referido al Programa de Prevención del Acoso a Mujeres en bares y confiterías y propondrán la creación de una guía de lenguaje no sexista para las comunicaciones oficiales.

Se incluye, además, la creación de Centros de Atención Integral y Territorial de las Violencias por motivo de Género en Cerri, Ing. White y Cabildo; la modificación en el reglamento del HCD para licencias por nacimiento y adopción; y, por último, un homenaje a  María Luisa Cosentino de Pastorino, primera concejala mujer de Bahía.

Este lunes se realizó la audiencia para pedir la prisión domiciliaria para Rosalía. El Tribunal Criminal Nº3, a cargo de la jueza Daniela Castaño, Eugenio Casas y Alfredo D´Empaire, deberá en los próximos días definir si hacen lugar a la petición solicitada por la defensa.

Durante la audiencia solo estuvieron presentes Castaño y Casas, con la particularidad de que la sala que brindó el Tribunal tenía capacidad solo para la familia de Rosalía. Durante esta instancia ni las organizaciones que estaban acompañándoles ni la prensa pudieron presenciar el debate debido al espacio restringido.

Recordamos que Rosalía parió sola en su casa de Argerich en 2005, se desvaneció y la criatura murió. El Tribunal Criminal Nº3  la condenó a ocho años de prisión por homicidio calificado.  

En la audiencia, Rosalía comentó a los jueces que está muy angustiada y preocupada por estar lejos de sus hijes, en particular de su hija más chica de 9 años. Y que su accionar fue para proteger a las criaturas en todo momento.

Según la abogada defensora, Fabiana Vannini, el tribunal estuvo abierto a escuchar a Fernanda, hermana de Rosalía, quien la recibiría en su casa junto con su hija menor, en caso de que el pedido sea favorable.

Por su parte, el fiscal Viego se mostró reacio a aceptar el pedido de prisión domiciliaria argumentando que la mujer estuvo 15 años  fugada.

La defensa solicitó el pedido de 7×60, es decir, que en caso de continuar en prisión Rosalía permanezca 7 días en Bahía Blanca y 60 en Azul para posibilitar la visita de la familia.

Asimismo, la abogada señaló que se reunió con Lucía Portos, subsecretaria de Igualdad y Diversidad Sexual del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad Sexual, que se mostró atenta a continuar acompañando el proceso judicial.

Vannini destacó que hay tres medidas judiciales que corren en paralelo: una es la solicitud de la prisión domiciliaria; otra recurrir el Habeas Corpus; y por último, apelar la condena.

(Por Giuliana Crucianelli) Ser mujer, pobre, madre sola de cuatro hijes, trabajadora precarizada y vivir en una zona rural como Argerich se vuelven condición para la justicia al momento de firmar sentencia condenatoria. Las doctoras en Historia Graciela Hernández y Jessica Visotsky analizaron en FM De la Calle la realidad sociocultural en la cual estaba inmersa Rosalía desde una perspectiva de género.

“Creemos que hay un mandato de la maternidad y de la ‘buena madre’ que se le está exigiendo. Es un fallo con una fuerte impronta moral y patriarcal. Ahí tenemos la doble vara con la que se mira a las mujeres: o no sabemos nada o somos capaces de todo”, señalaron.

La mujer parió sola en su casa de Argerich en 2005, se desvaneció y la criatura murió. El Tribunal Criminal Nº3  la condenó a ocho años de prisión por homicidio calificado.  

El informe de las historiadoras está elaborado a partir de entrevistas a familiares de Rosalía y da cuenta que “las múltiples violencias que ha atravesado en su vida Rosalía, la violencia acumulada, las intersecciones de opresiones que ha sufrido e incluso su relación con los partos, con la crianza inmediata posterior, se explican en gran medida por aspectos vinculados a factores sociales y culturales”.

“Pudimos ver como las condiciones de ruralidad casi impensadas en ese lugar, con semejante aislamiento, han naturalizado cuestiones que a cualquiera nos parecerían una epopeya y a ellas les parecía normal. En Argerich no alcanzaba a llegar la ambulancia, el primer hijo de Rosalía lo atendió el papá de ella, el abuelo. En el campo se acostumbraron a esas condiciones y lo consideraban un experto al papá de Rosalía porque atendía el ganado”, apuntó Hernández.

Las investigadoras se detuvieron en la responsabilidad que recae sobre la Universidad Nacional del Sur por tratarse de una trabajadora precarizada del frigorífico La Gleba. “Esto nos involucra directamente a la universidad. Mencionamos la dimensión subjetiva de trabajadoras en contexto de precarización laboral. Muchas investigaciones dan cuenta de estrategias de resistencia, que la negación y el ocultamiento son formas de resistir a los estigmas”.

“Otra de las cosas que mencionamos es cómo las condiciones de vida en contexto de ruralidad, de precarización laboral, de jornadas laborales extenuantes y, asimismo, con cuatro hijos, hacen que se ejerza una ciudadanía débil y que no se vayan exigiendo derechos que tiene que ver con la vida digna”, argumentó Visotsky.

Por otro lado, las investigadoras se refirieron a la mirada de la justicia ante el caso: “El fiscal dice qué mujer no sabe atar un cordón. Ella tendría que haber sido lo suficientemente ‘madre’ como para ser capaz de parir sola, cortar el cordón, atarlo bien, todo con su hija de 12 años al lado que estaba asustada”.

“Es como que las mujeres saben, a pesar de todo, lo que tienen que hacer. Como un instinto, se está pensando que si lo hacen las perras y las gatas por qué no puede hacerlo una mujer como si tuvieran la misma condición”, dijo Hernández.

Por último, Visotsky comentó que en el informe se refieren al “policiamiento de las familias”. “Estamos ante un Estado que tiene una relación con las mujeres del tipo policial, que nos judicializa pero que está ausente para darnos lugar a una vida digna”.

Hace ya unos meses con gran fuerza de voluntad algunas compañeras tomamos el desafío de poner en funcionamiento la Secretaría de Mujeres y Géneros de la CTA Autónoma Bahía Blanca. Luego del escenario que acontecía por el Tercer Paro Internacional de Mujeres del pasado 8 de marzo de 2019, muchas nos vimos ante la necesidad de juntarnos y expresar la perspectiva de las trabajadoras en el amplio movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y de ser parte de su vocación de construcción transversal e interseccional, es decir, poner de manifiesto cómo el feminismo propone una comprensión múltiple de lo que acontece en la vida social, política, económica y cultural; y de una manera, donde el género, la etnia, la raza, la clase también son componentes de sus debates. Esta secretaría se compone hoy de mujeres trabajadoras de diferentes sectores y edades, y su vocación será siempre de ampliar esa diversidad.

MUCHAS GENERACIONES POR UNA VIDA DIGNA DE SER VIVIDA

El feminismo que queremos es aquel que pelea por la legalización del aborto, que está en la calle en los paros, que discute el sistema capitalista, colonialista, racista y patriarcal, que le dice no al pago de la deuda externa pero que a su vez piensa las herramientas de la economía feminista para comprender las implicancias de lo que decimos. El feminismo que queremos es el que también participa en los espacios sindicales, disputa su lugar dentro de las organizaciones, discute con las dirigencias, reclama las responsabilidades que le corresponden al estado pero que a su vez se mantiene autónomo de los gobiernos; es el que entreteje marcos de articulación para potenciar nuestras reivindicaciones, pero además es el que no le teme a discusión política y a las diferencias que allí se puedan expresar. Nuestro feminismo no es homogéneo y tampoco pretendemos que lo sea.

Las compañeras y les compañeres que nos precedieron, nos homenajearon con la conquista del derecho a votar, a estudiar, a divorciarnos, a abortar, a tener propiedades, a subsidios por maternidad, a organizarnos, a la patria potestad compartida, a la paridad, a jubilarnos como amas de casa, a penalizar los delitos contra la integridad sexual, a parir dignamente, al matrimonio igualitario, a ser tratadas según nuestra identidad de género autopercibida, a que los asesinatos que cometen contra nuestros cuerpos se tipifiquen como femicidio, travesticidio, transfemicidio, al cupo laboral trans, a la educación sexual integral y laica, a parar. Nuestras compañeras fueron audaces y pensaron horizontes políticos cuando talvez las condiciones objetivas no eran las más favorables; sin embargo, aquí están con nosotras, no hay vuelta atrás. Quizás nuestro mayor desafío es pensar cómo toda esta historia se transforma de manera conjugada en la propuesta política del feminismo para construir mundos nuevos.

UN APORTE (EN CONSTRUCCIÓN) A LA DISCUSIÓN SOBRE LOS TRABAJOS QUE HACEMOS

Por nuestra parte decidimos en este camino avanzar despacio, pero firmes. Fue así que nos propusimos descubrir puntos en común en la vida de las mujeres trabajadoras, en nuestras vidas, desde sus infancias hasta la adultez. Entendimos por trabajo aquel que contempla el formal, el informal, el registrado y el no registrado, pero también el doméstico, el trabajo reproductivo. Y allí nos encontramos con los datos que pacientemente han recopilado nuestras economistas feministas De esta manera visualizamos que durante los primeros años de nuestras infancias las niñas realizamos un 3,3% de las actividades domésticas de sus hogares mientras que los varones representan un 2,0%; y que a la hora de jugar el 40% de la oferta de juguetes destinados a niñas solo refuerza la estadística anterior, ya que todos están destinados a las tareas de cuidados. El mandato de femeneidad es claro: ser madres, buenas cocineras y bellas.

Pero, la vida continúa y las imposiciones patriarcales también, por eso durante la adolescencia las mujeres seguimos dedicando más tiempo a las tareas de cuidado que los varones, su variación solo está determinada por el nivel socioeconómico. Mientras que el 44% de las adolescentes mujeres de nivel socioeconómico (NSE) bajo asumimos esta tarea, el de los varones representa el 33%. En los casos de NSE alto el porcentaje es el 24% para nosotras y solo el 9% para los varones. Durante esta etapa el vínculo que el capitalismo ha forjado con el patriarcado se ve materializado en dos puntos. El primero es que para algunos jóvenes de este mundo la educación no es prioridad, por el contrario, el capitalismo les tiene reservado que a temprana edad salgan a trabajar, en esta premisa no hay diferencia de géneros. El segundo punto reside en que su alianza con el patriarcado se expresa en lo que el sistema tiene pensado para cada uno de ellos/as porque en cuanto a las actividades que generan bienes o servicios (con valor económico en el mercado) los estudiantes varones (15,2%) trabajan más que nosotras, las mujeres (8,9%). ¿Por qué sucede esto? Porque la preparación es para la próxima etapa, para la de mayor rentabilidad, para el momento de la vida donde somos para este sistema “más productivxs”. La adultez.

En la adultez la complejidad es notoria, porque aquí es cuando la mayoría de las mujeres damos vuelta la estadística, pero no necesariamente para bien, porque nuestra participación en el mercado de trabajo aumenta muchísimo, el problema radica en que el trabajo reproductivo también; ósea tenemos una jornada laboral circular. Mas simple: el 75% de las mujeres en Argentina realizamos tareas domésticas sin remuneración. ¿Más simple?: 9 de cada 10 mujeres hacemos estas labores, trabajemos fuera del hogar o no, mientras que 4 de cada 10 varones no realizan ninguna, aunque estén desempleados. Parte de la complejidad que mencionábamos antes es que además somos parte del mercado formal de trabajo donde tampoco los números nos favorecen, no sólo en representatividad sino respecto a nuestros salarios y oportunidades. La brecha salarial, es decir aquello que las mujeres ganamos haciendo el mismo trabajo que los varones, siguen siendo del 27% y se profundiza al 34% en el sector informal; nuestros ingresos aún están en injusta desventaja. Y sobre las oportunidades laborales las mujeres encontramos más obstáculos porque mientras que el 8,1% de los varones tienen cargos de dirección, solo un 4,7% de las mujeres ocupadas ejercemos puestos de estas características. Si a todos estos números que pueden sonar fríos pero que son necesarios por ejemplo para demandarle al estado igualdad de condiciones, le sumamos los mandatos patriarcales que arrastrábamos desde la infancia, nuestra situación es aún más adversa. El caso de las mujeres trabajadoras madres no es alentador: 5 de cada 10 mujeres con hijes tenemos un trabajo precarizado y 4 veces más probabilidades de vivir en hogares pobres y la licencia por paternidad es simbólica en nuestro país.

Hasta aquí el recorrido ha sido de las mujeres. No es casual, las hermanas travestis y trans poco aparecen en los números oficiales. Sin embargo, hay algo que con certeza sabemos y nos duele: su expectativa de vida sigue siendo de 35 años. A ellxs les abrazamos y les agradecemos por llenar aún más de debate y diversidad al feminismo y al Movimiento de Mujeres. Tampoco son contempladas en estos datos las situaciones de las lesbianas y bisexuales, cómo atraviesan las exigencias de la heterosexualidad obligatoria desde la niñez, qué dificultades particulares enfrentan a la hora de conseguir empleo, cómo llegan a la adultez mayor, los tipos específicos de violencias que padecen, cómo viven los mandatos de la maternidad o escogen ser madres, entre muchas otras situaciones. Todos los datos que se relevan globalmente no consideran para las mujeres otra opción fuera de la heteronorma, por lo tanto, también consideramos fundamental poder enriquecer nuestro análisis con las perspectivas y vivencias de ellxs.

Los relevamientos oficiales tampoco consideran las diferencias de raza y etnia en las condiciones de vida que evaluamos. Creemos que el hecho de vivir en un sistema de opresión que también es racista da como resultado que las mujeres negras, marronas, de pueblos originarios y de otras etnias sufran inequidades en la cotidianeidad que, en conjunto con las que sufrimos todas las mujeres, dan lugar a formas de opresión específicas en las que se conjugan el capitalismo, el patriarcado y el racismo; otra vez.

Para las mujeres que sí llegamos a la adultez mayor esta etapa no representa el descanso que el mundo debería desearnos, aún en este período el trabajo no remunerado no desciende: para los varones es de 5 de cada 10 y para nosotras 8 de cada 10. Tampoco dejamos de sufrir violencia, representamos el 78% de las personas de esta edad que la padecen y el ámbito doméstico es el lugar donde más ocurre, mayoritariamente de la mano de nuestras parejas o ex parejas. Sufrimos diagnósticos de depresión dos veces más que los varones y nuestra actividad sexual desciende en importancia incluso para nosotras mismas según las estadísticas, ya que representa un 60% y en los varones un 80%.

Aún cuando en la Argentina la mayoría de las personas jubiladas somos mujeres, se sigue manteniendo una brecha de ingresos. A partir de los 65 años cobramos un 8% menos que los varones llegando hasta el 17% cuando nos acercamos a los 69 años. Es cierto que la Ley de Moratoria 26.970 para quienes no contaban con aportes realizados o eran insuficientes respecto de los 30 años requeridos, pudieron jubilarse con un plan de pagos que les eran (y les son) descontados de su haber jubilatorio. Quiénes resultamos beneficiarias de esta ley fuimos en un 87% las mujeres, razón por la cual se le llamó popularmente “jubilación de amas de casa”; sólo el 13% representó a los varones.

A pesar de que las mujeres trabajamos todas nuestras vidas llegamos a estas circunstancias por diversos motivos, los más comunes han sido que nuestros empleadores no nos hicieron los aportes correspondientes, que hemos tenido trabajos no registrados, que nos hemos dedicado al trabajo reproductivo y de cuidados no remunerado, entre tantas otras cosas. Sin embargo, el rasgo distintivo de todas es que habíamos quedado fuera del sistema y con esta ley pudimos jubilarnos con la mínima para continuar aportando en cuotas deducidas de nuestros haberes. A pesar del bajo monto respecto de la canasta básica familiar, la posibilidad de cierta autonomía económica había significado un importantísimo logro y las consecuencias de la suspensión de las moratorias como ocurrió el año pasado, nos pone nuevamente en una mayor situación de vulnerabilidad y dependencia.

LA SOLIDARIDAD ES NUESTRA ARMA

Sabemos que es mucho en pocas líneas, es que es mucho lo que nos atraviesa la vida. Esa vida que debería ser justa; está permeada por injusticias y por eso nos organizamos entre mujeres, lesbianas, trans, travestis, no binaries; así como también lo hacemos como trabajadoras integrantes de diversas organizaciones del movimiento popular. Peleamos por un mundo libre de violencias, por un ambiente sano, por derechos laborales, por mejores condiciones de vida en el más amplio sentido que podamos construir. Y el feminismo a medida que avanza, ensaya pasos de cómo ejercerlo y qué proponer; allí nos encontraremos.

La defensora de Rosalía presentó ante la Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías un Habeas Corpus reclamando la inmediata liberación de la mujer. “Consideramos que mantener a Rosalía privada de su libertad es arbitrario porque se encuentra prescripta la acción penal”, señaló Fabiana Vannini.

Los jueces Guillermo Petersen, Alfredo Hernán Mones Ruíz y Guillermo Emir Rodríguez deberán decidir en 24 horas si hacen lugar a lo solicitado por la defensa.

Rosalía parió en soledad en mayo del 2005 en Argerich, partido de Villarino. Llamó a los gritos a sus hijas para que la ayudaran y  cuando las vio corriendo y asustadas, se desmayó. Permaneció inconsciente durante horas y cuando despertó notó que la criatura había fallecido. El pasado 19 de febrero el Tribunal Criminal Nº3 la condenó a 8 años de prisión por homicidio calificado por no haberle brindado a su hija recién nacida los cuidados necesarios. Está presa en Azul desde junio de 2019.

“Habeas Corpus significa que se solicita la libertad inmediata de la persona, se considera que el encarcelamiento es ilegal o arbitrario”, comentó a FM De la Calle la abogada.

Señaló que ya plantearon la prescripción y “el Tribunal nos resolvió desfavorablemente con un argumento bastante cuestionable. Ahora planteamos esta cuestión ante la Cámara, si nos hacen lugar Rosalía puede recuperar la libertad y si no iremos con recurso de Casación para discutir la resolución desfavorable”.

“El delito por el que se la condena está prescripto, pasó el plazo que el Estado tenía para condenar que es 12 años. El Tribunal entendió que plazo es de 15 años, en base a una interpretación bastante forzada”.

En el recurso presentado, la defensa argumentó que “parece innecesario tener que recordar la raigambre constitucional y convencional que posee la actuación del Estado respecto de minorías desprotegidas en el complejo aspecto de la pobreza y de género que resulta el marco de la supuesta comisión del hecho que se imputa. Por ello, la única solución justa y adecuada a derecho y a la perspectiva de género que corresponde al caso es admitir la presente acción de Habeas Corpus, declarando prima facie prescripta la acción penal”.

Por otra parte, la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur exigió al rectorado que se presente cómo amicus curiae en la causa de forma inmediata para exigir la liberación de Rosalía. “Nuestra Universidad es directamente responsable de la situación de precariedad laboral de Rosalía, cabe aclarar que el temor a perder el empleo fue la causal del estado anímico por el que atravesó su embarazo y parto”, comentaron en referencia a la ex trabajadora del frigorífico La Gleba. La Comisión Provincial por la Memoria interpondrá el mismo recurso.

Por último, Vannini comentó que “Rosalía está tranquila, bastante angustiada pero lo que quiere es que salga lo antes posible la orden de traslado a Bahía para estar cerca de la familia. El traslado depende del servicio penitenciario y el cupo que tenga la Unidad 4. Contestaron que no tienen lugar. Eso es cierto, en el pabellón femenino están con algún problema de sobrepoblación”.

Organizaciones feministas se concentraron frente a Tribunales para pedir la absolución e inmediata liberación de Rosalía.

Al acercarse al hall de entrada del Palacio de Estomba 34 para manifestar sus demandas, un oficial de guardia las frenó y cerró la puerta: “Silencio que los jueces están trabajando”, afirmó.

Rosalía está presa en Azul desde junio y el 19 de febrero -mientras ocurría el primer pañuelazo- el Tribunal Criminal Nº3 la condenó a ocho años de prisión por homicidio calificado por no haberle dado los cuidados necesarios a su bebé recién nacida.

Recordamos que fue en 2005 cuando, luego de parir en su casa, se desmayó y no pudo atender a la criatura. La mujer cumplía extenuantes jornadas laborales en el frigorífico La Gleba perteneciente a la UNS y ocultó su embarazo por temor a perder el trabajo.

“Desde la asamblea de ADUNS le exigimos al rector de la UNS a que la universidad se presente como amicus curie. La Comisión Provincial por la Memoria también se presentó. Rosalia era una trabajadora precarizada, con todo lo que implica. Ella tenía cuatro hijos, temía que al anunciar un nuevo embarazo pudiera perder el trabajo. Vivía en una zona semirural, las condiciones del parto fueron sumamente precarias. El fallo judicial es machista y clasista. Desde la UNS hemos realizando un informe técnico desde la perspectiva sociocultural a partir de entrevistas de la familia donde se ven las condiciones en las que trabajaba”, comentó la docente Jessica Visotsky.

La integrante de Socorristas en Red, Griselda Cifuentes, señaló: “Otra vez la justicia patriarcal disciplina la vida y nuestros cuerpos, siempre con la movilización en la calle y dejando ver que los mandatos patriarcales pesan en la justicia que se presenta como objetiva. El mandato de la maternidad obligatoria y del instinto maternal como si todas estuviéramos preparadas para la situación que vivió Rosalía. Hay que exigirle a la justicia que sepa que la vida de las mujeres es más compleja y que muchas veces no podemos tomar las decisiones que queremos para nosotras y nuestros hijos”.

“Rosalía es mujer y es pobre y no debería estar en prisión con una violación de derechos humanos elementales. Las mujeres estamos hartas, por eso el lunes hay un paro internacional, vamos a seguir reclamando el derecho a  vivir en libertad y sin violencia”, finalizó Verónica Bajo, militante de Acciones Feministas y Desbandadas.

La asamblea de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur exigió al rectorado que se presente como amicus curiae en la causa de forma inmediata para exigir la liberación de Rosalía.

“Nuestra Universidad es directamente responsable de la situación de precariedad laboral de Rosalía, cabe aclarar que el temor a perder el empleo fue la causal del estado anímico por el que atravesó su embarazo y parto”, manifestaron sobre la ex trabajadora de La Gleba condenada a ocho años de prisión.

Este miércoles la defensa oficial apelará el fallo y pedirá la libertad en compañía de diversas organizaciones que se sumaron a la demanda de “ni una presa más por la justicia patriarcal”. Será a las 12 en Estomba 34.

El gremio ya realiza los trámites para participar bajo la misma figura legal, la cual le permitiría “aportar información o conocimiento generado y proporcionado, ya sea de modo escrito con una opinión legal, testimonios o informes”.

Rosalía fue condenada por la muerte de su bebé, al cual no pudo cuidar tras parir sola por haber sufrido un desmayo. “Nuestra Alta Casa de estudios debe reparar el daño que causaron las condiciones laborales en que tenía a esta trabajadora”.

“Tenemos como ADUNS y como UNS un deber moral de aportar en esta situación que ha afectado no solo a Rosalía R. sino también a sus hijos, quienes son víctimas de las violaciones a los derechos fundamentales de Rosalía, dos de ellos menores de edad y toda una familia, oriunda de Argerich y de una historia de ser trabajadores de la UNS, como lo fue el propio padre de Rosalía”, afirman en la nota dirigida al rector Daniel Vega y a la secretaria de Derechos Humanos, Andrea Montano.

Recuerdan que Rosalía “criaba sola a sus cuatro niñxs, trabajaba en jornadas de más de 12 horas diarias, totalmente precarizada, sin acceso a derechos sociales que gozamos las y los trabajadores. Cabe destacar que el lugar de residencia, Argerich, es zona semi rural, sin salas médicas, ni ambulancia”.

El intendente Héctor Gay negó haber estado al tanto de la situación de violencia machista padecida por Laura Trespando. La mujer denunció en diciembre a su ex pareja y titular de la UTA, Ricardo Pera, por lesiones agravadas y amenazas.

“No sé en el caso de Marisco, no en mi caso, nunca me llegó eso, no conozco a la persona y nunca me llegó. Es una decisión que está en la justicia”, dijo el jefe comunal tras la apertura de sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante

La denunciante y su hija trabajaban en Bahía Transporte Sapem de donde fueron despedidas “sin causa” por presiones del acusado.

En su declaración en Fiscalía, Trespando aseguró que el presidente de la empresa, Tomás Marisco, el gerente Federico Harfield y el propio intendente Héctor Gay conocían el contexto de violencia. Los primeros, ofrecieron asistencia desde la oficina de Género comunal y posibles traslados aunque le soltaron la mano tras la victoria de Cambiemos en octubre.

“Mi despido fue el paso final de todo este manoseo político y gremial, de todos estos meses para que yo no denunciara antes de las elecciones. Esto fue acordado por todas estas personas que yo nombro en esta denuncia”, afirmó Trespando.

La víctima declaró que el 3 de diciembre Harfield la convocó a las oficinas de Bahía Transporte Sapem donde junto a un abogado y una escribana le notificaron su despido. “Que no existía otra opción. Que solo recibían órdenes”, le dijeron.

Firmó en disconformidad y se dirigió a la Municipalidad: “Concurrió al despacho del intendente Héctor Gay, donde Rubén Gómez -secretario de éste- le manifestó que no la iba a atender porque era un tema personal y no se iba a involucrar”.

“No es así, nunca habló conmigo, nunca me llegó la denuncia. Es posible que esté en la Sapem porque es un organismo autárquico pero respetuoso absolutamente de la justicia”, respondió Gay ante la pregunta de la periodista Virginia Pascual.

-¿No estaba al tanto de lo que ella estaba padeciendo?

-No, en absoluto.

Rosalía fue condenada a ocho años de prisión por la muerte de la bebé que parió sola en el baño de su casa, tras una extenuante jornada laboral en el frigorífico La Gleba en Argerich.

Las precarias condiciones de trabajo la obligaron a ocultar su embarazo para no perder el empleo en la firma, la cual pertenecía en un 99% a la Universidad Nacional del Sur.

El Estado que hoy condena a Rosalía en sus tribunales la desamparó junto a sus cuatro hijes quince años atrás, cuando era explotada por la empresa de la universidad estatal.

El hecho ocurrió en 2005, a pocos años del cierre definitivo de la planta por apuestas comerciales fallidas y un manejo de fondos poco transparente que se pretendió excusar por el supuesto aporte educativo de la iniciativa.

La Gleba fue fundada en 1997 con aportes de la UNS y su Fundación. Hérnan Vigier, según su CV, presidió el “Directorio de la Empresa ‘Emprendimiento Productivo y Educativo La Gleba S.A.’, empresa propiedad de la Universidad Nacional del Sur, designado por los Departamentos de Ciencias de la Administración y Economía“, desde septiembre de 2004 hasta la asunción de su actual rol de rector de la UPSO en septiembre de 2006.

“Si bien los empleados entran en un régimen privado, tienen sistema de control o auditoria similar o igual a los que tiene una institución pública porque al tener la mayor parte del patrimonio de la UNS y siendo esta un ente nacional, existen un montón de cuestiones muy similares en cuanto a los conceptos de control de las entidades públicas”, decía años atrás.

Para la ex consejera superior Gabriela Eberle, con aquel testimonio que consta en actas, el representante de la UNS “se hace cargo de los empleados que tenía en La Gleba. Si fuera Rectorado estaría muy preocupado porque lo que le pasó a Rosalía yo estoy convencida de que es clara responsabilidad de ellos”.

Eberle dijo a FM De la Calle que Vigier en 2006 “se presentó a pedir 50 mil pesos de entonces. Se nos explicó que lo iban a devolver en un año.  La plata no la devolvieron finalmente”.

La suma, equivalente a más de 16 mil dólares, habría sido destinada a realizar las inversiones necesarias para exportar la producción del frigorífico. Si bien se logró la habilitación de SENASA, según informó luego el secretario técnico Miguel Lliteras, “cambió el mercado europeo de conejos porque entró una fuerte competencia por parte de China”. Por ello, el directorio resolvió el “cierre ordenado del emprendimiento”.

“En aquel momento hicimos una presentación muy lógica donde decimos que en Argerich no había ni torre de celular y en los expedientes aparecían facturas de celulares del año 2004 por un monto de 107 mil pesos y deudas de luz de 48 mil pesos que terminó absorbiendo la Universidad”, dijo Eberle.

Agregó que “evidentemente fue un curro grande. En una sesión del Consejo Superior cuando yo hablo de malversación de fondos públicos nadie se ofendió ni me denunció. 12 años después -porque esto fue en 2008- qué terrible que la universidad siga gobernada por esta gente. Claramente había empleados precarizados, gente que trabajaba en malas condiciones. Fue un desfalco terrible, después se disolvió y las 50 lucas no aparecieron”.

“Nos preguntamos por el derecho al cuidado, qué es lo que implica el derecho a cuidarse uno mismo y a cuidar de sus hijos. Nos planteamos quién llegó tarde para cuidar a Rosalía y a sus hijos o quién no estuvo al lado de ella para cuidarla”, dijo a FM De la Calle Nora Dinoto.

Desde la Red Local de Violencia de Género rechazaron la sentencia que condenó a Rosalía a ocho años de prisión por homicidio por no haberle brindado a su hija recién nacida los cuidados necesarios, ocasionando con ello su muerte.

“Es una historia de vida con muchas precariedades, con muchas miserias sociales y culturales y no sé si estamos en condiciones de emitir un juicio, a priori, para decir es culpable. Está inmersa en un sistema que ha sido producto de condiciones de existencia que la han ido delimitando en todo su ejercicio como mujer y madre, para cuidarse a si misma y a sus hijos”, señaló Dinoto.

Respecto al accionar de la justicia, comentó que había “pericias psicológicas y psiquiátricas donde señalaban las imposibilidades que tenía esta mujer para asumir esta realidad. No lo quisieron  captar y optaron por un fallo que deja satisfechos a los supuestos sociales y culturales de esta sociedad patriarcal. En este caso, la perspectiva de género no estuvo y fue una mirada clasista y misógina”

Dinoto mencionó que “este tipo de realidades llega a la consulta de distintas organizaciones o servicios que plantea el Estado y desde esas gestiones municipales o provinciales se desvaloriza ese reclamo. Se la juzga desde ese lugar, si va se la juzga y si no va también. Esa situación, de alguna manera, condiciona esa mirada social sobre estas realidades”.

(Por Giuliana Crucianelli) “Yo de joven me rebelaba a estas cosas que las y los jóvenes están manifestando, me tuve que enfrentar a un mundo y ahora veo que mi sueño es realidad. Espero que este año la ley salga”, comentó Haydé, “una señora grande” como prefiere llamarse por coquetería.

El primer pañuelazo en las calles del país tuvo su capítulo en la Plaza Rivadavia el miércoles pasado. El centro bahiense se tiñó de verde ante el pedido de la legalización del aborto.

Entre carteles de perchas y con mucho glitter, Malena de 20 años se animó a decir que “me enteré de grande cuando le pregunté a mi mamá y me dijo que había acompañado a mi tía a abortar”.

“No es una problemática solamente de las mujeres, hay muchísimos cuerpos gestantes, he visto distintos tipos de maternidad a lo largo de mi vida. No se puede decir que es solamente porque no queremos ser madres, es mucho más complejo que eso”, comentó Julieta, de 20 años.

Su amiga Faustina agregó: “Mi papá me dijo que es re importante que yo salga a la calle, él se crió en dictadura, no existía la posibilidad de manifestarse”.

Mariela, de 44 años, acompañó a sus hijas al pañuelazo y comentó que su generación “estuvo muy poco movilizada. Es una deuda pendiente de nuestra sociedad, esto es un reclamo nuestro y estamos encabezando una nueva forma de gestionar nuestras necesidades y entender la política”.

“Llevo 45 años trabajando como licenciada en salud, he visto morir miles de mujeres por abortos clandestinos. Como profesional de la salud estoy a favor del aborto porque no quiero ver sufrir a nadie más”, dijo Guillermina. Junto a Haydé y Marianela armaron un conversatorio alrededor del micrófono de FM De la Calle.

Marianela, Maggie para sus nietos, expresó que siente “muchísima emoción de ver tanta juventud, esto no lo para nadie. Nosotras siempre estuvimos a favor del aborto pero no pasaba nada. Esta generación lo va a lograr”

“Yo pasé por dos dictaduras, la de Pinochet y la de acá, que no se nos vaya a ocurrir hablar de aborto ni de nada porque inventaban un enfrentamiento en aquella esquina y nadie se enteraba de nada. Si te manifestabas por tus derechos, eras una loca. Hoy no, hoy está mi nieta, mi hija”.

La riqueza del feminismo radica en la heterogeneidad de sus sujetas políticas. La marea verde arrastra a hijas, madres, abuelas. Ya no solo tiene que ver con los cuerpos feminizadas. Se transformó en un debate amplio que problematiza la autodeterminación de las identidades de quienes habitamos el mundo.

“Lo que se lee entrelíneas de la sentencia es que se tendría que haber dejado morir. Es la única manera de que no hubiera ido presa. Si ella hubiera muerto y sus cuatro chiquitos hubieran sido desparramados en distintos hogares junto a la recién nacida, ahí sí sería ‘R. la heroína’: qué madre, cuánto amor, murió por sus hijos. La exigencia es esa”, señaló en FM De la Calle la defensora oficial Fabiana Vanini.

R. fue condenada por el Tribunal Criminal Nº 3 a ocho años de prisión por no haber auxiliado a su bebé en el parto tras haberse desmayado. Fue un fallo unánime a partir del voto de la jueza Daniela Castaño, con la adhesión de sus pares Eugenio Casas y Alfredo D´Empaire. R. está presa desde junio del año pasado en Azul.

“Utilizaron la declaración de ella para condenarla. Usaron las partes que les servían a los jueces para condenarla y desecharon aquellas partes que eran exculpatorias”, dijo Vanini y agregó que “claramente el reproche es moral, ético y clasista”.

En el 2005. R. dio a luz a su hija en la soledad de su casa y luego de una jornada de trabajo extenuante. Desesperada, llamó a sus hijos menores de edad quienes la asistieron y luego se desmayó. Permaneció inconsciente durante varias horas y cuando despertó la bebé había fallecido.

Desde la defensa pidieron la prescripción de la causa por el tiempo transcurrido desde los hechos. “A ella la juzgan en 2006 y se va un día antes de que concluya el juicio porque el riesgo de la prisión perpetua en ese entonces era absoluto. Tenía 4 hijos menores de edad, se va, le dictan una orden de captura. Ella creía que ya estaba, que la justicia se había olvidado de ella. En junio del año pasado por un reconocimiento de rostro de una cámara de Retiro, se detecta que tenía pedido de captura y, a partir de allí, comienza esta pesadilla”.

Vanini afirmó que “el fiscal (Jorge Viego) la acusa por no haber atado el cordón de la recién nacida y haber atado el suyo. En la sentencia hay un pasaje curioso que muestra la absoluta falta de perspectiva de género: que la defensa no puede plantear que ella no sabía qué tenía que hacer porque R. es una mujer que tuvo 4 hijos y que ya estaba bastante experimentada en el tema. El planteo es un disparate: ¿cómo una mujer madre de 4 hijos no sabe qué hacer en un parto?”.

“El fiscal decía que decir que se había desmayado era ponerse en una mejor situación cuando él no pudo probar lo contrario. Los jueces concluyeron que sí  -lo que es aun más grave- que el desmayo existió pero que de todas formas ella debía haber auxiliado a su hija”.

La hermana de R, Andrea, dijo en FM De la Calle: “Soy enfermera profesional y no sé cómo hacer para atar un cordón. En ese momento que nace el bebé no sé qué te provoca un parto, me parece muy machista lo del fiscal. Yo como profesional no sé hacerlo, me parece muy injusto”.

La víctima trabajaba más de 12 horas por día, con un contrato precario en el frigorífico La Gleba de Argerich, dependiente de la Universidad Nacional del Sur.

“R. tenía 4 nenes, siempre estuvo sola, la luchó, trabajaba un montón de horas, oculto su embarazo por miedo a perder su trabajo. Cuando tuvo a uno de sus hijos le dieron 15 días, no tenía licencia por maternidad y, de repente, de nuevo embarazada. Ella se fue por miedo a que la condenen. Ella nunca se olvidó lo que había pasado, tuvo a su nena, que tiene ahora nueve años y la está pasando muy mal”, contó Andrea.

La defensora agregó que “la pericia decía que era muy probable que ella no pudiera comprender la criminalidad del acto ni dirigir sus acciones. Solicitamos al Tribunal que la sobresea en virtud del art. 341, que dictamina esta posibilidad antes del juicio si surge una nueva prueba”.

“El Tribunal nos dijo que no porque de las pruebas no surgía evidente el estado de inimputabilidad sino que era probable. Sumado a que la pericia no se expedía sobre la peligrosidad y que el Código Penal exige que antes de la declaración de inimputabilidad se tiene que analizar si la persona es peligrosa o no”.

Vanini adelantó que apelarán la condena ante la Cámara de Casación. “Vamos a insistir y solicitar el arresto domiciliario. Estamos recibiendo mucho apoyo de organismos y redes feministas para colaborar en la presentación. Nos contactaron desde el Ministerio de la Mujer de la provincia. Conseguir la libertad de R. es el próximo paso. Vamos por eso”.

“Que se haga justicia”, reclamó Andrea.