¿Cómo serán los próximos cuatro años?

(Por Astor Vitali) Durante el gobierno de Héctor Gay, las organizaciones sociales han realizado una serie de planteos con la esperanza puesta en el ejercicio institucional de la vida democrática. Sin embargo, no fueron escuchadas. ¿Cómo serán los próximos cuatro años para quienes trabajan con las problemáticas sociales más complejas?

Este es un interrogante que tiene dos ámbitos de respuesta: la perspectiva del ejercicio del poder político y la mirada de quienes trabajan en las bases. Una y otra parte desplegarán sus tácticas. La primera tiene la responsabilidad política de velar por el cumplimiento de las leyes y derechos constitucionales (o debería tenerla). La segunda no detenta poder político pero sí cuenta con legitimidad emanada de los espacios que representan.

El jefe comunal convocó a los candidatos a intendente que quedaron en el camino de la competencia electoral. Este gesto supondría la voluntad de diálogo hacia quienes representan las diferentes miradas existentes en la vida cívica. ¿Es un gesto basado en la reflexión de su gestión? ¿Buscará el intendente una práctica de gobierno con disposición a la escucha de las miradas que difieren de su enfoque político?

A la luz de los cuatro años transcurridos -ya no de la gestualidad sino del ejercicio concreto, es decir, de lo constatable., las señales no son positivas. La táctica oficialista, en el ámbito legislativo, a la hora de dar respuesta a requerimientos de las oposiciones, fue la de que los concejales propios dieran cuórum y votos para todos los pedidos de informes fueran aprobados pero, como contrapartida, muchos de esos pedidos de informes no fueron contestados o presentaron un grado de dilación en la respuesta que quitaba sentido al efecto concreto de los requerimientos.

A su vez, muchas organizaciones sociales han presentado pedidos de audiencia sin que hayan sido respondidos. Para más, cabe recordar que los pedidos de emergencia en niñez y la negación de dar lugar a la audiencia pública para conducir a la declaración de emergencia social fueron desestimados. Todo esto es lo que ha ocurrido en la realidad. ¿Héctor Gay modificará esta actitud de no diálogo? ¿Es su gesto de hacia los candidatos una autocrítica o apenas la puesta en escena del mentado más no aplicado diálogo para lavarse la cara frente al próximo período?

Desde el punto de vista de lo popular, es claro que muchas expresiones con raigambre barrial intentaron su apoyo a electoral a la fórmula que quedó en segundo lugar más, pese a haber conseguido buenos resultados electorales, no alcanzó para hacerse de la intendencia.

Si las políticas en materia social del gobierno actual serán las mismas que se aplicaron hasta el momento: ¿cuál será la búsqueda de estos espacios hacia el cumplimiento de las demandas de sus bases?

Una mala señal para el devenir de la vida institucional se expresa en que, según el resultado electoral, la nueva conformación del Concejo Deliberante variará en los nombres de su composición pero no en su mecanismo de funcionamiento: nuevamente la correlación de fuerzas permitirá que los hechos políticos a dirimirse en la cuerpo legislativo puedan ser resueltos con el mecanismo de doble voto.

Esto genera una sensación de desaliento hacia las organizaciones que ya encontraron, durante el anterior período de gobierno, una pared impermeable en cuanto al intento de penetración de sus demandas a la hora de acudir al órgano.

¿Cuáles serán las tácticas que adoptarán, entonces, las organizaciones sociales que no encuentran respuesta en las herramientas institucionales y cuyas urgencias no pueden esperar dado el punto límite en que se encuentran la vulneración de derechos de los integrantes de dichos espacios?

El desafío para las organizaciones es buscar qué tácticas darse para actuar en conjunto y lograr llegar a una gran parte de la población bahiense que no ve en Cambiemos a los ejecutores de políticas nocivas para ciudadanos y ciudadanas que tienen legalmente iguales derechos que el conjunto pero que son tratados como ciudadanía de segunda en la práctica concreta de la acción de gobierno.

A menudo, hay oposiciones que responden “hay que esperar hasta la próxima elección”. Es decir, no se podría “hacer nada” en tanto el aparato del estado está en manos de la fuerza política victoriosa. Sin embargo, esta lectura reduce la vida política, cívica y social al hecho electoral. Y la vida política no funciona de esta forma.

Todos hacen política. Todos los espacios institucionales de la ciudad hacen política: las cámaras empresariales, los holdings mediáticos, los colegios presionales, las cámaras comerciales, las asociaciones cooperativas, gremiales y civiles. Todo el mundo tiene su apuesta. Hasta el momento, sólo una minoría con detentación de poder fue escuchada.