El FMI tomó nota ¿Nuestro pueblo?

(Por Astor Vitali) Entre carpetazos y carpetazos, entre declaraciones delirantes del presidente del País del No Me Acuerdo, hoy, la economía tutelada argentina dio signos de alerta: alerta para la salud del sistema de derechos de la población.

Según La Nación de hoy, en su portada virtual durante la tarde: “el Fondo Monetario Internacional (FMI) avaló un margen mayor para subir el gasto social en unos $20.000 millones, pero advirtió que será necesario un mayor ajuste del gasto público para lograr la meta del déficit cero prevista para este año”.

Fue Roberto Cardarelli, la cabeza de la misión para la Argentina y gobernantes locales quienes hicieron el anuncio de un acuerdo para avanzar en la tercera revisión del acuerdo vigente con el país. A partir de allí entregarían unos US$ 10.800 millones. “El giro más alto del año, y el segundo más alto de todo el programa”.

No nos vamos a meter en el asunto económico y las apreciaciones respecto de cómo evalúan los capitostes fondomonetaristas a la política monetaria del gobierno. Señalamos en cambio un aspecto destacable de la política de “contención” de la institución carroñera.

Todo mundo recuerda que en 2001, al margen de la gasolina que el PJ cargó sobre el helicóptero presidencial, el ánimo social estaba desbordado por la situación insoportable a la que las políticas de ajuste, entonces también tuteladas por el fondo, llevaron a la Argentina.

Desde el día cero en que Macri decidió volver a tocar las puertas del infierno, el Fondo insistió en otorgar recursos para “políticas sociales”. Es decir, herramientas de contención social para quienes están afuera de los derechos laborales.

Esta política es inteligente para el País del No Me Acuerdo. Porque van conteniendo a quienes quedaron afuera del acotado mercado laboral mientras quienes se encuentran dentro se siente intocables agraciados por su toque de clase media a la que la crisis no les va llegar. Insisto, es inteligente para el País del No Me Acuerdo.

La política se centra en: asignar recursos en quienes están afuera mientras destruyen políticas de estado que deberían ser derechos universales (salud, educación, cultura, justicia) y por supuesto avanzan con las reformas laboral y previsional de hecho, sector por sector, sin necesidad de instrumentar una ley general.

No cabe la sorpresa cuando el anuncio del fondo dispone mayor cantidad de recursos para “ayuda social” pero más ajuste en otros sectores. Es producto de la debida nota que tomaron de 2001.

Por abajo, en las calles, y quienes aún conservan algún derecho de los que la constitución consagra pero los gobiernos desangran, perdieron la memoria a cortísimo plazo (¡¡¡2001!!!) y no parecemos haber tomado nota de esta jugada.

Capítulo aparte para la dirigencia política de los movimientos sociales. A más de dos décadas de desarrollo del movimiento piquetero cabe el interrogante de cuánto han sembrado en perspectiva crítica y de empoderamiento social y cuánto como herramienta de contención.

El FMI tomó nota. ¿El pueblo argentino?