“El presupuesto del Conicet son migajas”

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El director del Conicet por el área de Ciencias Sociales y Humanidades, Mario Pecheny, afirmó en diálogo con FM De la Calle que “no hay país posible sin investigación ni desarrollo tecnológico”.

A principios de junio, luego de un año de haber sido elegido por sus pares, Mauricio Macri firmó el decreto que lo designó como sucesor de Dora Barrancos entre las autoridades del organismo.

“Estamos con un presupuesto del 0,23% del PBI para ciencia, son migajas. Esperemos que el próximo gobierno, sea cual sea, comience invertir”, agregó. Pecheny disertará desde las 18 en la Casa de la Cultura de Bahía Blanca en el marco de las VIII Jornadas de Investigación en Humanidades de la UNS.

El doctor en Ciencias Políticas afirmó que “en el Conicet la diferencia que había era la previsibilidad, que la gente sabía que en tal época era el concurso de becas, en tal época el ingreso a carrera, más o menos se sabía qué se pedía, siempre fueron muy competitivos, muy meritocráticos, eso está bien porque se supone que los mejores son los que se dedican a esto. Dentro de los vaivenes de este país, ahora se cambiaron esas expectativas, quien se inicia en una carrera universitaria podía pensarse como científico, hoy en día es casi una quimera”.

“De la plata de administrativos el 60% gana 35 mil pesos en bruto o menos, el 40% gana 30 mil pesos o menos. Tenemos una cantidad de trabajadores que están por debajo de la línea de pobreza, es imposible sostener un organismo así. Es voluntad política de que el país se dote de científicos”.

Respecto al impacto de las políticas neoliberales sobre las ciencias sociales Pecheny comentó: “Todas las ciencias están en situación compleja, están más afectadas las ciencias sociales que a veces son criticadas o tomadas en sorna. Quienes hacen medicina, por ejemplo, los insumos están dolarizados, entonces el dinero llega poco o no llega. Los sociales nos podemos dar maña pero si alguien necesita un reactivo o microscopio no lo consigue”.

Pecheny fue uno de los expositores a favor de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso, a un año del rechazo a la media sanción del proyecto, dijo que “es una locura amenazar con la cárcel a una mujer que decide interrumpir un embarazo, obligarla a la clandestinidad. La legalidad y clandestinidad no limita el número de abortos, hace que sea insegura y se ponga en riesgo la vida de las mujeres. Ninguna mujer va a abortar por capricho, la clandestinidad hace que las mujeres de clases media altas recurran al pago y las de clase baja recurran a cualquier método”.