Llegar a la escuela… ¿Tanto pedir?

(Por Astor Vitali) En la tarde ayer, un grupo de estudiantes evocaron La noche de los lápices. El reclamo que despertó el espíritu represor del último gobierno de facto fue, entre otros aspectos, el boleto estudiantil gratuito. Desde la reinstauración de la democracia, la fecha es conmemorada por las organizaciones estudiantiles, de derechos humanos y toda persona cuyo vínculo con la memoria histórica permanezca activo. ¿El boleto?

El grupo de estudiantes que organizó la actividad en memoria los caídos y de las caídas muestra, en el documento difundido, mayor madurez que buena parte de la dirigencia política con representación institucional.

“En un escenario de crisis y bancarrota nacional, en donde se pretende descargar toda la crisis del capitalismo sobre les trabajadores y estudiantes, más que nunca debemos profundizar la batalla que libraron nuestres compañeres detenides desaparecides por el boleto estudiantil y todas nuestras reivindicaciones”. Mencionan a Jorge Julio López como contraposición ética del monstruoso Etchecolatz. Señalaron la continuidad de políticas represivas en democracia y los recientes episodios de Santiago Maldonado y Rafael Nahuél.

Atentes a la actualidad judicial, los centros de estudiantes señalaron que “este agosto se concretó un nuevo fallo a favor de los genocidas. El Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca, los jueces Luis Salas, Marcos Aguerrido y Oscar Albrieu dictaron sentencias vergonzosas, rechazando la acusación contra los dieciséis genocidas por delitos de lesa humanidad y desestimaron las acusaciones por delitos sexuales”.

Respecto del reclamo estudiantil específico, el documento sostiene que “la no implementación del Boleto Educativo Gratuito perjudica a toda la comunidad educativa, especialmente cuando tenemos uno de los boletos más caros del país, cercano a los $30 y que tiene una ´cláusula gatillo´ a favor de más boletazos en beneficio de las empresas concesionarias. Recordemos que todos los gobiernos municipales les han garantizado subsidios a estas empresas, incluso utilizando dinero del Fondo Educativo, cuyo destino debería ser el arreglo inmediato de las escuelas que se caen a pedazos”.

Luego historiaron acerca de los pasos dados hasta la sanción en 2015 de la ley del Boleto Educativo Gratuito. Al respecto, argumentan que “siguiendo al pie de la letra la política de vaciamiento educativo de Vidal, se han escudado en el decreto 863/16, por el cual la gobernadora boicotea la ley, dejando a merced de los municipios su total implementación”.

A nivel municipal, responsabilizaron al intendente Héctor Gay “y un complaciente Concejo Deliberante no han implementado el boleto gratuito, a pesar de que se votara por unanimidad la adhesión a la Ley Provincial en el año 2015”.

“El boleto gratuito se ha convertido en una necesidad de primer orden. Estamos en un contexto de una crisis nacional cada vez más explosiva. El poder adquisitivo del conjunto de la clase trabajadora ha disminuido por las políticas de ajuste de este gobierno hambreador. Las becas económicas para estudiantes que existen son pocas y una maraña burocrática aguarda a quien quiera postularse. Las familias y les estudiantes que trabajan han sido fuertemente golpeades por estas políticas hambreadoras, mientras se quiere seguir con el sometimiento colonial con el FMI y el pago de la deuda pública fraudulenta, ilegítima y usuraria”.

El estudiantado evidenció que “ante esta situación lamentable nos encontramos en un punto donde estudiar es un privilegio. La educación no será íntegramente pública hasta que todes podamos acceder a ella”.

En torno a las respuestas obtenidas por parte de las autoridades, el comunicado señala que “Gay ha optado por reforzar una respuesta represiva. Las detenciones, persecuciones y amedrentamientos contra estudiantes movilizades han estado a la orden del día. Así ocurrió en la manifestación del 9 de julio pasado: les dos compañeres s fueron liberades por la fuerte presión que ejerció el movimiento estudiantil y diversas organizaciones sociales, políticas y sindicales fuera de la comisaría”.

Luego enuncian el pliego de reivindicaciones.

De la lectura analítica de este documento se desprende que: a) el estudiantado tiene un análisis claro de su situación, mucho más realista que la perogrullada de campaña; b) que en este contexto económico y con la emergencia alimentaria reconocida, la educación es una prioridad desatendida  y debe constituirse en un privilegio (propio de un sistema de castas); c) que pese a los años de democracia, no habrá justicia en torno a los hechos impuestos en la noche de los lápices hasta tanto el objetivo que motivó a sus reclamantes no sea garantizado por el poder público.

Dicho en otros términos: la noche de los lápices no es un tema del pasado para recordar, tal como enuncian la mayor parte de los medios hoy, sino un reivindicación para luchar en este presente que aún no ve garantizado este derecho tan básico para el desarrollo de un sistema educativo público de calidad.

Llegar a la escuela, no puede ser un lujo.