¡Seguridad! ¡Seguridad! ¡Seguridad!

(Por Astor Vitali) Por estos días, los medios masivos de comunicación están dando cuenta de una gran cantidad de maniobras y especulaciones acerca de tres grandes sectores y su posible suerte electoral: el macrismo, el kirchnerismo y una alternativa peronista a la fórmula Fernández&Fernández. Se da cuenta de declaraciones y se infieren posibles posicionamientos. A esto se suma la figura de un Massa que espera los últimos números para decidir dónde apostar sus fichas.

Jamás tal vacío de política. Fórmulas sin programas. Nombres sin ideas. Esquemas sin contenidos. Esta es la triste nomenclatura que tiene como eje transversal toda la discusión política argentina.

En este contexto, hay dos sectores del electorado bien definidos: los que quieren que no continúe la trituradora macrista y aquellos que son capaces de poner la mano en la “máquina de cortar boludos” (citando a Tato) con tal de no votar una opción de apariencia peronista.

En este juego, las opciones socialdemócratas y de izquierda, hasta el momento, parecen aspirar sólo a cosechar legisladores para las futuras luchas. No parece haber lugar para más fórmula que la continuidad de este espanto social o una fórmula que logre romper dicha continuidad.

En ese contexto, más allá de la figura de Alberto Fernández, que nada tiene de progresista, no están claros los programas. Sólo hay generalidades de oposición a las actuales políticas aberrantes.

Para saber lo que viene es necesario conocer la opinión de las fuerzas que se proponen alternativas sobre algunos temas clave. ¿Qué plan tienen entre manos para enfrentar el feroz endeudamiento? ¿Cómo se generará trabajo? ¿Se dará continuidad a la timba financiera o se gravará al sector financiero? ¿Qué se hará con las tarifas? ¿Habrá plan para recuperar los servicios estratégicos o sólo se buscará subsidiar a quienes nada han invertido? ¿Ser recuperará el salario de los jubilados? ¿Se recuperará el salario? ¿Se enfrentará al narcotráfico? ¿Qué política de derechos humanos habrá? ¿Se impulsará el Ministerio de Cultura? ¿Qué tipo de modelo laboral se estipula? ¿Y la reforma laboral? ¿Y la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?  Sin chamuyos: ¿qué harán con la salud y la educación públicas? ¿Y con el campo?

Son preguntas que hasta el momento nadie responde porque todos los sectores especulan con las encuestas en la mano en lugar de con sus ideas en un texto. Es muy difícil para la política contemporánea tener que adivinar qué harán los candidatos, en general por portación de apellido y apariencia, ya que hace rato que en la política argentina y en esta pegajosa pos modernidad casi nadie dice lo que piensa por temor a cuánto mide y si mide mal dice lo contrario.

Aquella trillada frase de Groucho Marx respecto de que “tengo mis principios y si no le gusta también tengo otros” es la triste bandera de una dirigencia política más preocupada por su continuidad laboral que por la conducción real y el ejercicio del bueno gobierno.

Seguridad. Hace falta seguridad. Para votar a alguien necesito que me diga qué piensa, qué va a hacer y cómo. Seguridad. Esta nube gris de resultados de focus group no es la política. Seguridad. Seguridad. Seguridad. El candidato que pueda con esto estará haciendo política.

Es esto o la fe ciega en las creencias propias. En cada altar cada quien pone la figurita del santo que le place. Pero aquí no hay lugar para milagros.

 

Imagen: 010media.es