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(Por Astor Vitali*) Sin duda el dato político de mayor relevancia por estas horas a nivel local es la renuncia de Dámaso Larraburu a su candidatura para el cargo de intendente municipal, a la que suma la de los cinco primeros candidatos a concejales de la lista massista más votada.
Desde el punto de vista de la política nacional, horas atrás, La Nación publicó que Sergio Massa tomó la decisión de pedir la renuncia a diferentes candidatos a jefes comunales, basado en mediciones que le acercan sus asesores. Según la publicación de los Mitre no conviene tener un candidato que mida 10 puntos para otro candidato, Massa, que tiene un 58 por ciento de imagen positiva en la ciudad, en una rara mezcla analítica entre imagen e intención de votos. Sin embargo, según este análisis, no termina de comprenderse qué candidato mediría mejor para la propuesta del Frente Renovador.
Por otra parte, a nivel local, la jugada del histórico armador de listas parecería tener como principal beneficiario al candidato peronista Marcelo Feliú. A su vez, Larraburu adelantó que votará por el candidato del Frente para la Victoria.
El Frente Renovador obtuvo más de 20 mil votos en Bahía Blanca, de los cuales 16 mil fueron emitidos en favor de Larraburu. Parte de la respuesta al interrogante de los motivos profundos de la dimisión larraburista deberían encontrarse en la especulación, un tanto temprana, del destino de esos votos que el candidato ahora renunciado supo cosechar.
Sin demasiados datos duros, imposibles de obtener si pensamos en decisiones tomadas en reducidas mesas, la decisión de Dámaso Larraburu no parece diferente a la conducta histórica del dirigente peronista. Esto es, el juego a varias puntas, la capacidad de articulación con diferentes sectores para, en última instancia, alinear la dirección del barco a como dé lugar con el objetivo de que no sea otra la tripulación que lo dirija. En otras palabras, los lugares de poder real no deben ponerse en riesgo por aspiraciones electorales. Y en Bahía Blanca existe la posibilidad cierta de que el candidato Gay ocupe el lugar de tripulación en el barco institucional. El peronismo que aspira a la continuidad a través del candidato Scioli, si no hace las cosas bien, perdería el gobierno de esta importante ciudad en términos económicos y políticos.
Importancia que Scioli se ocupó de destacar en la jornada de hoy, rememorando viejas promesas de trabajo y prosperidad a través de las inversiones a cargo de empresas trasnacionales. Iguales promesas recibió la comunidad bahiense treinta años antes. Sin embargo, los datos duros muestran de manera insoslayable que la riqueza que generan esas inversiones son mayormente capitalizadas por las mismas multinacionales, dejando un pasivo ambiental flagrante, ofreciendo a cambio en concepto de puestos de trabajo un número que no supera el dos por ciento del total.
Mención aparte merece la actitud rastrera del intendente Bevilacqua quien no sólo recibió hoy, como protocolarmente corresponde, al embajador de Estados Unidos en Argentina, Noah Mamet, sino que además le entregó una copia del Decreto Oficial que lo declara Huésped de Honor de la Ciudad de Bahía Blanca. Es decir, el Jefe Comunal decretó que esta ciudad, y sus representados y representadas, consideramos que el embajador del Estado Multinacional Terrorista es merecedor de ser recibido como Huésped de Honor.
Cabe un juego de palabras. Tan al revés está el mundo, o tan cada vez es el mundo del revés nuestro medio, que se menciona como Huésped de Honor a quien forma parte de las Huestes del Horror.

* Editorial Programa Tarde Piaste (14 09 15)