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La nueva encíclica papal facilita y extiende un debate sobre la ecología, el medio ambiente, y especialmente sobre la crisis ecológica. Dirigida más allá del catolicismo, “Laudato Si” interviene en el debate público mundial sobre el planeta tierra, la naturaleza y sus usos productivos.

El cambio climático es un dato de la realidad y si bien, la naturaleza viva tiene un metabolismo de cambio propio, visibles en territorios hoy turísticos y fantásticos como Ischigualasto o Talampaya, expresiones de mutaciones naturales derivadas de procesos transitados por millones de años, la intervención más reciente de los seres humanos sobre la naturaleza a través de la historia contribuye seriamente en modificaciones que alimentan la crisis ecológica contemporánea.

La crisis ecológica se hizo visible a fines de los 60 y comienzos de los 70, tiempos de aceleración de la revolución científico técnica aplicada a la producción, incluso Paulo VI en 1971 así la denominó. Varias voces y movimientos estudian y llevan adelante acciones colectivas en defensa de la ecología ya hace medio siglo.

Ambientalistas o ecologistas nutren un entramado de activismo social que con variadas motivaciones asumen parcial o globalmente la defensa de la tierra, el medio ambiente y los seres vivos. No siempre se concentra la crítica en el modelo productivo del capitalismo hegemónico en expansión desde hace medio milenio. Para evidenciar el fuerte vínculo entre modelo productivo y metabolismo social interesa el debate sobre la ecología, el medio ambiente y el cambio climático.

El fenómeno y la crisis de los 70´

Desde la crisis mundial de los 70´, asociada a la crisis financiera y del dólar, o a la crisis petrolera de EEUU con impacto global, y a las tendencias acrecentadas de militarización de la sociedad mundial en un marco de liberalización económica, lo que llamó la atención fue la crisis ecológica. Aparecía así la cuestión ecológica como novedad en el análisis de la crisis mundial del capitalismo.

El desacople del dólar en 1971 modificaba los acuerdos de 1944 en Bretton Woods, y auguraba la disputa de la hegemonía que hoy se manifiesta como guerra monetaria. El cénit en las reservas petroleras de EEUU desató las guerras por el petróleo y las búsquedas de nuevas tecnologías que hoy se exponen con la producción de hidrocarburos no convencionales, la fractura hidráulica, y la vuelta de EEUU como primer productor mundial de hidrocarburos. Mientras, la crisis ecológica era la novedad en aquellos 70´.

Desde entonces se trata de cuestionar el impacto de la producción material en el metabolismo social, que incluye a los seres humanos como parte indisoluble de la naturaleza. El capitalismo es el problema, o viceversa, el problema es el capitalismo. El modelo productivo capitalista sustentado en la energía proveniente del carbón, primero, y luego del petróleo, exacerbó la afectación del metabolismo social, colocando en peligro la reproducción de la vida y por ende de la sociedad y la naturaleza.

La huella ecológica está afectada y la continuidad del modelo productivo en curso amenaza seriamente a la supervivencia de la generación actual y futura de la humanidad. Ya no es un tema de largo aliento, sino que involucra a nuestra generación.

Tierra, trabajo, valor, ganancia y acumulación

Si de producción y reproducción se trata, la tierra y el trabajo están indisolublemente imbricados. Hay que remontarse a los primeros estudiosos de la Economía Política, aun antes de la escuela clásica para identificar a la tierra y al trabajo como fuente de la riqueza. William Petty, economista inglés, un siglo antes que Adam Smith nombrará a la tierra como la madre y al trabajo como el padre de la creación de valores.

Eran los albores de la sistematización del pensamiento explicativo del orden social emergente, el capitalismo, que tenía en Inglaterra su territorio de avanzada. Por eso, Inglaterra se construyó en imperio ganando territorios (recursos naturales o bienes comunes) y poblaciones (fuerza de trabajo), para expandir las relaciones sociales capitalistas, libre comercio mediante. La aspiración por el progreso estimuló la expectativa por instalar el libre comercio en el Río de la Plata, base programática de los comerciantes, propietarios, burócratas e intelectuales que empujaron y propiciaron la Revolución de Mayo en 1810.

Hoy como ayer, el capital hegemónico, transnacional, está ávido por conquistar territorios que le ofrezcan los bienes comunes, el agua, la tierra, los minerales, la biodiversidad y claro, la fuerza de trabajo barata de sociedades empobrecidas dispuestas a ofrecer trabajadoras y trabajadores a bajo costo.

Son los denominados países emergentes que ofrecen condiciones adecuadas para la rentabilidad del capital en tiempo de crisis. Ya no solo el capital inglés, sino el proveniente del capitalismo desarrollado y en las condiciones actuales de transnacionales de cualquier origen geográfico, sean propietario de la India que gestionan la producción de acero, o argentinos que producen golosinas.

Debates abiertos

Ahora con la encíclica papal se habilita un debate interesante, con voces que tratarán de explicar cómo los avances tecnológicos en despliegue disminuyen el proceso histórico de contaminación.

Ya se escuchan voces defendiendo la siembra directa o los silo-bolsas, como respuesta a los viejos métodos de roturación de tierras y almacenamiento que fomentaban el desgaste de los suelos y el derroche de energía, acero, materiales y maquinarias. En el mismo sentido se argumenta en defensa de las nuevas tecnologías de la extracción en la mega minería a cielo abierto, asociada a la búsqueda por aminorar el impacto ambiental y social, especialmente en la extracción de hidrocarburos no convencionales.

Para nosotros, en cambio, es la ocasión para discutir el irracional modelo productivo y de desarrollo que asocia y subordina las funciones económicas de la distribución, el intercambio y el consumo a una producción subordinada a la dominación de las transnacionales y su objetivo de ganancias y acumulación.

El orden capitalista se caracterizó desde su inicio por una inmensa capacidad productiva, lo que generó la posibilidad de ampliar la producción y reproducción de la vida. Es un proceso exacerbado con el desarrollo de la ciencia y la técnica que pone en discusión en este tiempo histórico el propio proceso de la vida, afectando a la Naturaleza y su capacidad reproductiva, por lo que generó la emergencia de tendencias promotoras del decrecimiento económico.

La sociedad incorpora como sentido común favorable el proceso de crecimiento económico y poco atiende las consecuencias del crecimiento sobre el la naturaleza y la propia sociedad. El decrecimiento es visto como recesión y estado anormal de la evolución económica. Son concepciones interesadas desde la dominación capitalista. La realidad es que el crecimiento está decidido por las empresas que dominan el proceso de producción y con ello definen la obsolescencia programada para acelerar el desgaste de los productos y estimular el consumo. El consumismo es derivado directo de la dominación monopólica y transnacional de la producción mundial. El consumismo es una cultura social aceptada e impulsada por las transnacionales.

Insistamos que la Producción es un proceso mundial. A solo efecto de ejemplo veamos que los principales productos que genera la Argentina son destinados al mundo. La Soja es mundial. Lo mismo ocurre con los productos de la minería o la industria automotriz. En todos los casos, la producción es definida por transnacionales de la alimentación, la biotecnología, la minería o las automotrices.

El monopolio transnacional define a la producción mundial y poco le interesa la calidad de vida de la población y mucho menos la afectación de la naturaleza. Alguna vez, John Kenneth Galbraith remitió el fenómeno a la “cultura de la satisfacción” de las clases dominantes del sistema mundial, a costa de la población, la sociedad y la naturaleza. Esa es la razón para que la sociedad discuta la producción y el patrón de consumo que genera. En rigor, no solo se trata de producir más o menos, sino de discutir qué se produce, para quién, cómo y con quién.

Para que se entienda, digamos que los pueblos aztecas cultivaron el maíz y hoy, como resultado de la ofensiva de la genética industrial y la liberalización comercial, un país como México se transformó en importados de maíz transgénico, perdiendo la huella originaria de la cultura y la producción de alimentos de sus poblaciones ancestrales. Vale interrogarse en la Argentina sobre lo acecido con la cultura productiva de la frutilla corondina, o de las diferentes variedades de papas balcarceñas; abandonadas ambas por producciones más rentables a los inversores hegemónicos que definen el modelo productivo.

Los monopolios y la genética dominan la producción tradicional de la agricultura familiar y comunitaria con que se alimentaron históricamente nuestros pueblos. Son variadas las tesis que sostienen la concepción del decrecimiento, y nosotros afirmamos que no se trata de producir más, o producir menos, sino discutir quien decide sobre la producción.

Lo que se requiere es modificar las relaciones sociales de producción gestados desde la emergencia del capitalismo, que en Nuestramérica significa sumisión y dependencia a la dominación mundial del orden del capital. La propuesta está asociada a la recuperación en las condiciones actuales del Vivir Bien o el Buen Vivir, tal como sostienen las Constituciones de Bolivia y de Ecuador.

Es una propuesta que se orienta a definir el curso de la producción para satisfacer las necesidades del metabolismo social, lo que supone una concepción del ser humano como parte de la naturaleza y el ciclo productivo y reproductivo de la vida más allá de los seres humanos.

En los últimos años y especialmente en Nuestramérica apareció el debate sobre el progreso ininterrumpido sobre la base del incontenible desarrollo de las fuerzas productivas y el regreso a formas tradicionales de vínculo entre la tierra y el trabajo; entre la industrialización exacerbada, especialmente de la agricultura, o la búsqueda por recrear condiciones productivas de etapas pasadas, asociadas al modelo productivo y de desarrollo de los pueblos originarios. Aunque el debate existe, los extremos ocultan procesos intermedios necesarios para encarar, la transición entre una producción dominada por las transnacionales a otra sustentada en objetivos de satisfacción de necesidades respetuosas del metabolismo social, local, continental y mundial.

Convengamos que ello solo es posible con un gran debate sobre cómo atender las necesidades del conjunto de la población, a contramano de respuestas rápidas convocando a inversores que solo atenderán su necesidad esencial de ganar, acumular y dominar. Algunos piensan que regulando a los capitales inversores se pueden lograr desarrollos alternativos, incluso anti capitalistas.

La realidad nos dice que eso no ha ocurrido hasta ahora, que el capital acepta las regulaciones como mecanismo de ingreso a determinados mercados, para luego, con el solo efecto de la aplicación de las leyes de mercado, es decir, de la ley del valor, la lógica de la ganancia y la acumulación se abre paso.

En tiempos electorales de renovación presidencial en Argentina no alcanza con identificar políticas simplistas para atender y resolver necesidades socio económicas extendidas, si no se señala que el problema es el capitalismo y su modelo productivo, depredador y explotador.

En consecuencia, solo habrá soluciones para la mayoría de la sociedad si se decide confrontar con el orden capitalista, descubriendo que es un régimen que reproduce hasta el ocaso final y autodestructivo la desigualdad social, de riquezas e ingresos, que depreda la naturaleza y explota a la fuerza de trabajo; y que en su afán por satisfacer egoístas objetivos de clase, se lleva puesto al planeta y a la vida.

Por Julio Gambina. En estos días y en simultáneo se realizaron las Jornadas monetarias y bancarias del BCRA, el 4 y 5 de junio; y la 1° Conferencia Internacional sobre Deuda, Bienes Comunes y Dominación, entre el 3 y 5 de junio.

El día viernes 5, mientras cerraban las Jornadas del BCRA el Ministro de Economía y el Presidente del Banco Central, y en la Conferencia Internacional se escuchaba la palabra del titular del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, CADTM, y de la Presidente del Parlamento de Grecia informando sobre la Comisión de la verdad relativo a la investigación de la deuda griega; en Nueva York, el Juez Griesa daba las razones a parte de los acreedores no ingresados al canje de deuda por unos 5.200 millones de dólares.

Es una cifra que se adiciona a la sentencia por 1.330 millones de dólares a manos de fondos especulativos, los denominados fondos buitres. Todo es parte de los titulares de bonos por 7.000 millones de dólares no ingresados a los canjes del 2005 y 2010. La duda es la cifra final a que pueda escalar esta deuda si se le suman los intereses reclamados por los tenedores de esos bonos. El gobierno argentino respondió rechazando la sentencia, como era de esperar y proyecta una conflictividad asociada a la negociación y pago a que aspiran las clases dominantes en el país o a la confrontación con la dependencia y la dominación, solo posible desde la suspensión de los pagos y la modificación del modelo productivo y de desarrollo que reoriente la definición por beneficiarios y perjudicados del orden económico.

Debates del BCRA

La convocatoria del BCRA, de carácter oficial, convocó a académicos y especialistas de la economía y las finanzas para analizar la situación mundial y específicamente la cuestión de las reestructuraciones de las deudas soberanas.

Realizadas en  el Hotel Alvear, congregó a especialistas de la UNCTAD y la OIT, de EEUU, Canadá, Inglaterra, Italia, Austria, China, India, México, Brasil y Uruguay.

Como dato destacable debe mencionarse, más allá de las discusiones, el acuerdo entre los bancos centrales de la Argentina y Uruguay para avanzar en el intercambio comercial en monedas locales, tal como hace tiempo se suscribió con Brasil, todo para intentar eludir el uso del dólar. Es una práctica que tiende a incrementarse en el comercio mundial y que afecta a la hegemonía irrestricta del dólar. No es menor resaltar que China es quien más acuerdos en ese sentido suscribió en el último tiempo.

El debate popular

Por su parte, en la Conferencia Internacional sobre la Deuda, los bienes comunes y la dominación, reunida en la sede de ATE, estuvo organizada por una red de organizaciones y redes de movimientos populares del país y el mundo, participantes de Haití, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Paraguay Perú, México, Bélgica, Francia, España y Grecia (vía video conferencia) se congregaron para considerar el impacto de la deuda y la mercantilización de los bienes comunes sobre los pueblos, al tiempo que se consideraron las resistencias en curso, con el fin de delinear una campaña popular por la suspensión de los pagos, la realización de auditorías integrales con participación popular, al estilo de la ecuatoriana del 2008 y la actual griega. En el horizonte se propone construir un movimiento por una consulta popular que ponga en debate en la sociedad la defensa soberana de los bienes comunes y la construcción de alternativas de carácter civilizatorio.

Presidieron el cónclave Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, evidenciando que la cuestión trasciende a la economía y se proyecta en defensa de los derechos humanos y de los pueblos; Pablo Micheli de la CTA Autónoma en la convicción de que son las trabajadoras y los trabajadores los principales afectados de las restricciones derivadas del sistema de la deuda eterna. Junto a los mencionados, la CTA Autónoma, el Foro de la Deuda Externa, Dialogo 2000, ATTAC-CADTM de la Argentina, entre otros, fueron parte esencial de la animación de la actividad desde la Argentina.

Los tratados bilaterales de inversión fueron discutidos, especialmente el TISA, al que Uruguay acaba de ingresar y que reabrió la discusión sobre potenciales acuerdos bilaterales de países del Mercosur con Europa. La presencia de delegaciones de redes intelectuales como la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico, SEPLA, de la Red de Estudios de la Economía Mundial, REDEM; del Encuentro Sindical Nuestra América, ESNA y de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores Estatales, CLATE, facilitó el diagnóstico de situación relativo al impacto sobre los pueblos y los trabajadores, como la consideración de campañas continentales y globales de esclarecimiento.

Un dato relevante estuvo dado en la entrevista de los participantes internacionales de la convocatoria popular con la Comisión bicameral de investigación de la deuda, con presencia del oficialismo y la oposición en su seno. Interesante el diálogo, donde se les reclamó a diputados y senadores que la lógica indica que mientras se investiga debieran suspenderse los pagos. Un razonamiento que fue desestimado por los congresistas del oficialismo del Frente para la Victoria y de la UCR por estar fuera de las atribuciones de la bicameral. Los visitantes recordaron que según la Constitución de la Argentina, la deuda corresponde ser arreglada por el Parlamento, cuando la realidad pone de manifiesto que se trata de un asunto que se decide desde el poder ejecutivo.

Vale rescatar que en la inauguración de la Conferencia Internacional estuvo presente Sacha Llorenti, el Embajador de Bolivia en Naciones Unidas, quien preside la Comisión sobre reestructuración de deuda soberana a instancias del G77 + China y con la oposición de los 11 países capitalistas más desarrollados, no interesados en la generación de cualquier restricción al sistema de dominación capitalista que tiene al sistema de la deuda entre sus ejes para enfrentar la crisis en curso.

Para pensar

Varias veces hemos señalado la importancia y vigencia del flagelo de la deuda. Se trata de un cáncer que atenta contra la calidad de vida de los pueblos, y sea en la Jornadas del BCRA o en la convocatoria popular, como en la Justicia de EEUU, la deuda vuelve a nuestra agenda y a condicionar la cotidianeidad de la economía y la política.

Nada de esto aparece en la campaña electoral de renovación presidencial, o solo marginalmente, por lo que se necesita instalar en la sociedad la necesaria discusión para que la soberanía popular ejerza el derecho de encauzar discusiones superadoras del orden vigente que solo contempla el interés de la hegemonía capitalista.

La Asamblea por la suspensión de los pagos y la investigación de la deuda, la defensa del patrimonio nacional y los bienes comunes de Argentina convoca a la Primera Conferencia por la Deuda, los Bienes Comunes y la Dominación. La misma se llevará a cabo entre los días 3 al 5 de Junio de 2015.

El economista y titular de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, Julio Gambina, dijo a FM de la Calle que “a principio de 2014 parecía que la deuda pública era un tema del pasado. En la Argentina el gobierno se había instalado el verbo desendeudar. Y parecía un tema relativamente menor porque cada vez incidía menos en el producto bruto. Y eso aparecía como una panacea: Argentina cada día debía menos. Y de la noche a la mañana irrumpió el juicio en EE UU de los inversores llamados fondos buitres y el tema cambió absolutamente de calidad, no sólo para la Argentina sino en el plano mundial. Porque empezó un debate económico, político y cultural. A tal punto que en Naciones Unidas se aprobó una comisión que está presidida por Bolivia nada menos, para discutir las re estructuraciones de deudas soberanas. Porque Argentina argumentaba que cuando un país re negociaba, como lo hizo en 2005 2010 a los acreedores que no ingresaron al canje (un 7% en el caso argentino) debía imponérsele las condiciones de la mayoría que aceptó. Ese debate sumó votos mayoritarios en Naciones Unidas”.

El encuentro tiene un amplio programa del que participarán personalidades de todo el mundo como “Sacha Llorenti, embajador boliviano en las naciones unidas, es decir, quien preside la comisión para discutir el tema de la deuda soberana”, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel, Nora Cortiñas de Madres de la Plaza de Mayo Linea Fundadora, el Secretario General de la CTA Autónoma Pablo Micheli, el ex Ministro de Política Económica en la República de Ecuador, Diego Borja, entre otras.

Según Gambina, “hay un dato de coyuntura muy interesante que es que Argentina ya terminó con el verbo desendeudar y se está volviendo a endeudar. La semana pasada la Argentina tomó nuevos 5 mil millones de pesos de deuda. Hace muy poquito para la expropiación parcial de YPF se asumió nueva deuda por 5 mil millones de dólares. Este viernes que pasó se pagaron 683 millones de dólares al Club de París, una deuda claramente odiosa porque la mayoría fue asumida por el último gobierno militar”.

Por Julio Gambina, Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA (IEF-CTA).

El debate sobre las paritarias transita en simultáneo con el conflicto sindical y en esta semana fueron noticia los trabajadores aceiteros, los docentes universitarios, los bancarios, del transporte, entre los más visibilizados.

Pero también intervino el gobierno corrigiendo las deducciones del impuesto a las ganancias sobre la cuarta categoría, con una clara señal orientada a negociaciones salariales en torno al 25%, la inflación estimada para el 2015 según el propio Ministro de Economía.

Al mismo tiempo se asegura desde el gobierno que las paritarias son sin techo, algo que discuten los mercantiles que no lograron la homologación de un acuerdo de actualización por el 30% y que, negociación mediante con el Ministro de Economía, podrían cerrar en 26% más adicionales, redondeando el 28%. Algo similar podría ocurrir con el gremio de la construcción.

El conflicto está vinculado a la distribución del ingreso y de la riqueza, especialmente con la lógica argumental de Daniel Yofra, el Secretario General de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso de la República Argentina, que dice que “acá siempre se habla de cuánto quiere ganar un trabajador y nunca se habla de cuánto gana una empresa. Lo que nosotros proponemos es que pongamos todos los números sobre la mesa a ver si la empresa puede pagar el sueldo que reclamamos. Seguramente va a significar que los empresarios ganen menos, bueno, esa es la historia.”[1]

Yofra confirma que “acá hay una lucha de clases de la que nadie quiere hablar. ¿Por qué una empresa que en 2014 facturó 26 mil millones de pesos como Cargill, o 20 mil millones como Dreyfus no quiere dar un aumento?”.

La lucha de clases no es una cuestión teórica pasada de moda, como sostienen muchos. La lucha de clases alude a la concreta contradicción entre capitalistas y trabajadores en la disputa por el ingreso y la riqueza socialmente generada.

Es curioso como pretenden los ideólogos de las clases dominantes hacer creer que la categoría sustentada por Carlos Marx para explicar el motor de la historia y de los cambios en el marco del régimen del capital es una antigüedad. Aun cuando nieguen la realidad conflictiva de la relación de explotación, en el lenguaje directo del dirigente sindical se expresa con crudeza la lógica distributiva del capitalismo.

Empresarios y trabajadores disputan históricamente el producto del trabajo humano y el Estado capitalista interviene en esa disputa, con su política fiscal, cambiaria, monetaria, de ingresos, en fin, con el conjunto de la política económica para sustentar el funcionamiento del capitalismo.

Por eso, la intervención del Ministro de Economía anunciando ajustes en el impuesto a las ganancias y la resolución 3770 de la AFIP publicada y difundida el jueves 7 de mayo, asume la demanda de actualización del mínimo no imponible para quienes perciben salarios entre 15.000 y 25.000 pesos mensuales. Según Axel Kicillof, ello supone una mejora de los ingresos actuales entre el 4 y el 6%, con una resignación de ingresos tributarios del orden de los 6.000 millones de pesos anuales.

La lógica del anuncio apunta a morigerar la demanda salarial por lo menos en esos porcentajes, algo que las patronales en negociación paritaria ven con agrado. El acuerdo de los mercantiles y albañiles parece darle la razón.

La disposición de la AFIP establece 6 categorías de mínimos no imponibles en la franja salarial entre 15.000 y 25.000 pesos mensuales. Es una actualización que supone mejoras de ingresos para los trabajadores involucrados en esa franja de salarios, claro que son actualizaciones previas a los acuerdos paritarios que se obtengan en las negociaciones en curso.

Ello significará a futuro mayores aportaciones al ente recaudador y no resuelve la cuestión de fondo, la que remite al necesario ajuste de ingresos salariales y del mínimo no imponible desactualizado desde hace años, y más aún, a una reforma tributaria que elimine lo que se considera un impuesto al salario.

Por otra parte, desde los trabajadores se insiste es que no se trata de ajustar los salarios a la inflación pasada, presente o futura, sino de aumentar los ingresos salariales de los trabajadores, asociado al costo de vida en condiciones satisfactorias para el trabajador y su familia. En ese sentido recurrimos nuevamente al dirigente de los aceiteros cuando señala que: “No hay razones para aceptar un techo. El supuesto argumento es que la inflación no va a superar el 24 o el 30 %. Pero eso, en la medida en que vos tengas un sueldo digno. Si tenés un sueldo miserable, le aplicás la inflación y seguís teniendo un sueldo miserable”. Sobre esa base, los aceiteros cerraron paritarias en el 2014 por 38% y ahora demandan un “aumento del 42,5 % lo que equivale a llevar a 14.931 pesos el sueldo de un peón sin calificación que ingresa a una planta”, mientras las empresas ofrecieron un 24 %, lo que llevó al conflicto actual de paro por tiempo indeterminado.

Ante la falacia de que los aumentos de salarios generan inflación, Daniel Yofra se interroga si “¿La plata en el bolsillo de un empresario no genera inflación y en el bolsillo nuestro sí? Son pensamientos, ideología, obviamente. Nosotros no coincidimos y reclamamos lo que es nuestro.”

El conflicto sindical es una realidad y escala en la perspectiva de un nuevo paro nacional que incluye a dirigentes enrolados en el oficialismo, caso de los dirigentes metalúrgicos, atravesados por el reclamo de la base trabajadora y las conciliaciones obligatorias para mediar en la distancia entre demanda sindical y oferta patronal.

 

Fuente: http://www.agenciacta.org/