Córtenla con Sarmiento
(Por Astor Vitali) Es curioso: cuando una persona quiere destacar las virtudes de otra suele decir: “¡este es un maestro!” Sin embargo, la sociedad argentina, a través de sus gobiernos, no pone a los maestros ni a las maestras en un lugar de prestigio social sino que, desde hace varias décadas, subvalora su tarea en la evidencia de sus salarios magros y estigmatiza al sector cuando lucha por mejores condiciones para la educación pública.
En este sentido, este país manifiesta doble moral: está todo bien con la maestra mientras atienda a mis hijos y sea cariñosa. Ahí se merece la manzana. Pero si se manifiesta como un ser humano con necesidades básicas y posiciones políticas en el marco de una sociedad dividida en clases… Ahí se pudre todo.
Para colmo, el viejo debate acerca del espíritu vocacional de los maestros y de las maestras está saldado en la legislación pero no totalmente en el inconsciente colectivo. Apenas una maestra se posiciona en reclamar salen a lucir los trillados pseudo argumentos de “no perder días de clase” y que “Sarmiento nunca faltó”. Pura doble moral. ¿Un paro es perder días de clase? ¿Qué días de clase? ¿O acaso no están perdidos muchos días de clase aun asistiendo a las mismas si el sistema educativo está detonado? ¿O lo que quieren esos padres y esas madres que se quejan con esta doble moralina en rigor es depositar a les pibes en algún lugar y les importa entre poco y nada la calidad educativa por la que los y las docentes luchan? Quienes sostienen este argumento lo que reclaman no es un sistema de educación pública que tenga “todos los días de clase”. No. Buscan un depósito o guardería sin importar la calidad educativa y por ende la calidad de sociedad próxima inmediata.
Respecto del famoso “Sarmiento nunca faltó”. Córtenla con Sarmiento. Sarmiento, liberal como era, tenía una visión sobre la educación pública que no se parece un ápice al devaluado sistema actual. Desde el punto de vista conceptual: ¿estaría Sarmiento de acuerdo con defender el sistema educativo deficitario actual o su postura asemejaría más a reclamar por un modelo educativo de excelencia y acceso público como reclama el sector docente?
Pero además, córtenla con Sarmiento porque ningún otro trabajador es tan presionado para que asista a trabajo cuando no cobran por meses, o cobran mal o las escuelas se caen a pedazos. A ningún camionero se le ocurría que debe tener el valor moral de asistir a trabajar cuando las condiciones de laburo no están dadas. Parece que Sarmiento al volante no garpa. ¿Por qué se le exige eso a un maestro o a una maestra? ¿Perder la dignidad pero “con los chicos en las aulas”?
La doble moralina que opera contra la lucha docente hizo escuela y se repite por doquier. Sin embargo, como ciudadano uno se siente orgulloso de ver siempre en pie de lucha a los maestros y a las maestras porque en el fondo nunca de dejan de enseñar con su mensaje de no bajar los brazos y pelear por lo que es justo.
Los malos alumnos miran para otro lado y confunden escuelas con guarderías. Mejor sería sumarse masivamente a un reclamo que a todas luces beneficiaría al conjunto: educación pública de calidad.
Feliz día del maestro y de la maestra será aquel en que quienes hemos pasado y quienes pasan por las aulas aprendamos la lección.