Cuba: el turno de los demócratas
El viernes por la mañana el gobierno de Estados Unidos reabrió formalmente su embajada en Cuba. La bandera del terror se izó ante unas cientos de personas, entre las que se encontraban un número relevante de norteamericanos. En un gesto para nada desdeñable, los encargados de poner la bandera sobre la cuerda fueron los tres marines que la arriaron en 1961. Habían “jurado volver a izarla”.
El Jefe de Estado yanqui, John Kerry, luego de los saludos de protocolo, abrió su discurso con 60 segundos de intervención en castellano dudoso. “Sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante. No hay nada que temer”, dijo el funcionario del halcón negro. “Serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor, visitarse con más frecuencia, realizar negocias (sic) de forma habitual, intercambiar ideas y aprender los unos de los otros”.
Durante la tarde, en una conferencia de prensa que ofreció junto al Canciller cubano Bruno Rodriguez. “El Secretario de Estado y yo hemos sostenido un nuevo encuentro igualmente en un clima respetuoso y constructivo en el que abordamos temas bilaterales de interés incluyendo los pasos que ambos países debemos dar para avanzar en el proceso hacia la normalización de relaciones una vez cubierta esta primera etapa centrada en los vínculos diplomáticos”, dijo el dirigente cubano. Hugo acuerdo mutuo en “la importancia abrir nuevas áreas de diálogo, consolidar los mecanismos de cooperación bilateral ya creados y explorar o abrir otros en esferas diferentes desde el medio ambiente, la salud, la ciencia, entre otros”.
De esta forma, el viernes se creó una Comisión Bilateral para definir los temas a abordarse en lo inmediato. Temas pendientes desde hace más de 50 años. Según el anuncio oficial, el órgano se pondrá en funcionamiento en las “próximas semanas”.
Por su parte, Rodriguez se refirió a las diferencias que separan a los gobiernos. “Tenemos concepciones distintas sobre diversos temas y profundas diferencias. Por ejemplo, en relación con el ejercicio de la soberanía nacional, la democracia, los derechos humanos, los modelos políticos y las relaciones entre los Estados, en particular en el ejercicio del derecho internacional”, aclaró.
En respuesta a elementos expresados en el discurso de Kerry durante la reapertura de la embajada, el funcionario de la isla sostuvo que “Cuba se siente muy orgulloya de su ejecutoria en la garantía del ejercicio pleno de los derechos humanos, indivisibles, interdependientes, universales, libertades civiles, derechos políticos, económicos, sociales y culturales en igualdad de condiciones para cada cubano y cubana (…). Nosotros también tenemos preocupaciones en materia de derechos humanos en los Estados Unidos. (…) Es un principio el de salario igual por trabajo igual para las mujeres y los hombres y nos oponemos a cualquier discriminación. No es Cuba un lugar donde haya hechos de discriminación racial o de brutalidad policial (…) ni está bajo jurisdicción cubana el territorio donde se tortura o se sostiene a personas en un limbo jurídico”.
El jefe de Estado no esquivó el pelotazo lanzado en referencia a la necesidad de levantar el bloqueo para la normalización absoluta. En este sentido, Kerry reconoció que “esta administración aboga por el levantamiento del embargo. Cuando fuimos a la normalización con Vietnam, uno de los primeros pasos fue el levantamiento”, adelantó.
En otro sugerente pasaje de su intervención arguyó que “la normalización contribuirá a darle mayor empoderamiento a nuestros pueblos, ayudando a la población cubana para que pueda ser parte de la economía global”.
FM De la Calle entrevistó a la periodista y escritora Stella Calloni a través del programa Tarde Piaste que conduce Astor Vitali, en el intento de analizar las implicancias simbólicas y prácticas de la jornada del viernes.
Stella Calloni: Estuve viendo esa mañana los discursos. Me pareció muy importante el discurso del canciller cubano. Me pareció muy claro en cuanto a las cosas que son necesarias respetarse entre unos y otros, a lo que cada uno entiende por democracia. Yo creo que fue una intervención de las pocas que podemos escuchar en América Latina reivindicando todos los derechos que un país tiene de mantener relaciones con otro sin que éste otro tenga injerencia de ninguna especie dentro del territorio cubano, en este caso. Por su puesto que fue un momento histórico, pero lo que sí quedó clarísimo, porque ambos lo dijeron, es que es un camino muy largo. De ninguna manera puede un país mantener relaciones formales mientras se mantenga el bloqueo. ¿Qué relaciones podés tener con un país que está bloqueado, con una isla, con lo cual el bloqueo es más fuerte, más importante?
TP Esto decía Kerry también en entrevistas realizadas por los grupos de medios de su propio país, “no será de un día para otro, esto no funciona así”.
ST: Claro, nadie puede pensar eso. Pero no es porque no se quiera, como dijo el canciller cubano, cuando explicaba lo mismo que Kerry. Ahí hubo frasecitas dignas de estudiar, de analizar.
Fue un hecho que le cuesta mucho a Obama. Porque los sectores más fundamentalistas de EEUU no están de acuerdo. Y sobre todo el peso político y económico que tienen para los republicanos los grupos más duros de cubanos, los grupos terroristas de cubanos que están en Miami. Grupos, no toda la población de Miami. Precisamente, hay una gran presión de una parte joven de la población de Miami para cambiar esta situación.
El hecho de que algunos cubanos de los balseros que se iban de Cuba de EEUU se los llevaron a Guantánamo y de ahí los llevaron a distribuir, fue muy grave. Entonces, el hecho de que no se termine de concretar la soberanía de Cuba sobre su territorio en Guantánamo es otra de las situaciones más graves que afronta esta relación diplomática que ha nacido en estos días. Lo que crea la desconfianza en Cuba es que dicen, ‘bueno, sí, están abriendo relaciones con nosotros pero en este momento se están movilizando un gran aparato contra muchos países de Latinoamérica que son amigos de Cuba, y que tienen importancia en romper el aislamiento. Convengamos en que cuando decide Obama abrir esas relaciones, cuando se anuncia esto, a la vez hay una escalada de injerencia y de acción desestabilizadora ya abarcando una buena parte del mapa de América Latina. Lo estamos viendo en Brasil, en Venezuela, en Ecuador, en el Salvador, en Nicaragua, en Argentina, en Bolivia. La situación es muy grave para pensar de qué se trata esto. Por una lado una mano tendida y por otro lado una mano de garra.
Cuando Obama decide definitivamente que se abren estas relaciones diplomáticas es cuando ya Cuba ha dejado de estar aislada. Porque ya han tenido que aceptar que ingresara a la OEA, que Cuba no aceptó por su puesto. Pero su ingreso a todas las organizaciones de integración de América Latina y sobre todo la CELAC en el Caribe, donde incluso Cuba fue de los tres primeros países que trabajaron para armar exactamente todo el esquema de la CELAC. Entonces se había roto el aislamiento a tal punto que en Mariel, Brasil está construyendo un enorme puerto que va a ser clave para un nuevo período en Cuba. Ese puerto de Mariel ya también rompió el aislamiento. Entonces, cuando toma la decisión Obama la toma en un momento en que Cuba ya ha dejado de estar aislada y eso por la presión de toda América Latina.
TP Los temas del bloqueo y Guantánamo requieren de un consenso en la dirigencia política estadounidense…
SC: Sí, ahí está la traba esencial y es que hay dos miradas de ambas partes. En Estados Unidos los republicanos no quieren saber nada. Hay otros republicanos que también han intervenido en este proceso de reanudar las relaciones diplomáticas. Porque hay muchos empresarios estadounidenses que por una cuestión hasta de negocios decían ‘por qué nosotros nos tenemos que perder este mercado’.
Y está la otra parte, que son los demócratas que, además de que realmente muchos intelectuales que están con el partido Demócrata, que han votado a Obama, también tienen algo que decir. Ellos no quieren que simplemente se abran unas relaciones formales sino que se abran unas relaciones respetuosas hacia Cuba. Que se admita que ese país elige el socialismo como forma de vivir, o un camino hacia el socialismo. Y también están los demócratas más duros que piensan que esta manera de llegar a confraternizar, entre comillas, con Cuba, es una manera más fácil de cumplir el objetivo final y que desde adentro se puede vencer al gobierno revolucionario de Cuba mucho mejor que desde afuera y con un bloqueo. Porque también está eso. Hay una mirada de ese tipo en Estados Unidos.
Lo mismo en Cuba. Se acuerdan ustedes el discurso de Raúl Castro en la Cumbre Iberoamericana en Panamá, donde expuso todo lo que le había sucedido a Cuba a lo largo de más de medio siglo. Entonces, con qué confianza alguien un día se levanta y te dice ‘yo quiero ser tu amigo’, y de un día para otro vos no vas a olvidar todo lo que pasó. Eso está grabado en la Historia. En las pérdidas que tuvo el pueblo cubano. Todo eso está en juego.
Que no piensen que la política exterior de Cuba va a variar en su permanencia y apoyo y hermandad con el resto de los países de América Latina. Y los países de América Latina están siendo golpeados fuertemente como hoy mismo podrás ver. Digamos que en Brasil la presidenta retomó con fuerza su posición. Porque a medida que pasan los días también en Brasil se van enterando de que lo que intenta la oposición del congreso es que PETROBRAS deje de ser una empresa estatal para siempre, se formen varias empresas pequeñas que puedan ser vendidas, privatizadas.
Entonces estamos en una serie de procesos de desestabilización de nuestros gobiernos en América Latina para golpear la integración y eso sería como hundir a Cuba en el desierto. Dejar flotando la isla en un desierto. Si lograran acomodar nuevamente a América Latina a este proceso de recolonización y de expansión global que lleva Estados Unidos adelante.
TP Cuba fue una fuente de inspiración para los sectores progresistas y de izquierda en la década del sesenta y durante la del noventa un lugar…
ST De resistencia…
TP Exacto…
SC Parece una leyenda histórica, si uno lo contara de alguna manera. Que una isla tan pequeña a 90 millas de la potencia hegemónica del mundo y más armada que ha tenido la humanidad, haya resistido más de medio siglo y siga siendo una voz para el mundo, para los sueños de independencia y liberación. Nosotros mismos estamos trazando un camino para independizarnos recién a esta altura del siglo XXI, no estamos todavía independizados nosotros…
TP En este sentido hoy el mundo progresista y de izquierda está mirando (o debería estarlo) lo que sucede en Cuba. No solamente por la apertura de la embajada sino por este proceso que ya lleva algunos años y así lo han anunciado el Partido cubano y el gobierno. ¿Cuál es tu percepción respecto de lo que puede pasar en términos económicos y la solidez ideológica y cultural existente para resistir los embates de propaganda?
SC Yo creo que eso que vos dijiste en un término muy correcto, la solidez política, la solidez de conciencia de una población que también está de acuerdo en su mayoría. Por supuesto que hay grupos, sectores que creen que todo puede alivianarse y que es un peligro. Pero como también era un peligro el turismo ¿te acuerdas? Cuando Cuba tuvo que abrirse al turismo como única forma de subsistencia, de que subsistiera la educación gratuita, la salud, todo lo que hoy son valores registrados por el mundo entero. Inclusive sus programas médicos, sus vacunas. Estados Unidos quiere comprar un montón de cosas de Cuba porque han sido extraordinarios los avances.
Por otra parte, estamos en problemas en otros aspectos. Cuando Obama dijo ‘después de años hemos gastado millones de dólares y no hemos podido lograr nuestro objetivo’. El objetivo era derrocar definitivamente la revolución cubana y volver a hacer una especia de Puerto Rico de Cuba. Entonces uno se pregunta ¿ellos piensan en trabajar desde adentro como un caballo de Troya? Es comparable con el tema de Troya en este caso.
Creo que hay una posición de una izquierda seria. También tenemos que empezar a hablar de lo que está sucediendo hoy en Ecuador o en Brasil con alguna izquierda, que le decimos izquierda no sé por qué, porque están trabajando codo a codo con la derecha para tumbar a nuestros gobiernos. Los que son izquierda de verdad no pueden considerarlo como sus pares. Pero más allá de eso estamos en una situación muy especial en este momento en Cuba.
Y Cuba va a seguir siendo un símbolo. Creo que ahora tiene que haber una solidaridad muy inteligente hacia Cuba. Se trata, como decías vos, de qué van a hacer las izquierdas frente a esta nueva situación en Cuba y yo creo que lo que tienen que hacer es estar atentos y acompañado todo lo que se haga para seguir resistiendo, con otras formas de resistencia frente a algo que ha tramado Estados Unidos.
Pero volvamos a una situación. ¿Qué te parecería que haya un golpe en Ecuador o en Brasil o cualquiera de nuestros países? Ellos creen que esto funciona como un dominó y se va a caer todo. Y ahí si Cuba, con ellos adentro, queda en una situación muy difícil.
Estamos viendo también las resoluciones que se toman en el mismo momento que entran a Cuba y ponen la bandera y dicen ‘vamos a respetarnos mutuamente’, que en realidad nunca han respetado a nadie. En ese mismo momento están pidiendo sanciones para Rusia. Entonces estamos como en medio de un tramo de una guerra fría que regresó al mundo y se calienta cada vez más. Aquí hay armas de todo tipo.
Estamos ante una situación muy interesante y que más que nunca se requiere de una gran inteligencia sobre cada paso que vamos a dar de ahora en adelante.
Fotos: Mónica Rivero