“Está en juego lo que queda de democracia en Brasil”
Desde San Pablo, la doctora en Ciencias Políticas Julia Giménez analiza el clima electoral de la primera vuelta de las presidenciales. “Hay una cierta esperanza de que Lula gane las elecciones, se está armando un frente muy amplio en defensa de la democracia en torno al ex presidente”, afirmó.
“Lo que está en juego este domingo es lo que queda de democracia en Brasil, después del golpe, el impeachment a Dilma, el Lava Jato que acabó no solo desestructurando lo poco que quedaba de democracia en Brasil y de poner en vigencia esa Constitución del 88 sino que también paró la economía, estamos viviendo un desastre en términos humanitarios no solo en desocupación sino del hambre”, dijo.
Explicó que “hay una cierta esperanza de que Lula gane las elecciones, se está armando un frente muy amplio en defensa de la democracia en torno al ex presidente. Existe una chance, no está dada, de que sea electo en un primer turno aunque iría en un segundo”.
“Se están dando varias disputas electorales, por un lado lo que tiene que ver con el entramado de Bolsonaro y su entorno para buscar lo que ya había funcionado, que es deslegitimar el propio proceso electoral, en este caso con las urnas electrónicas. Hubo un armado grande y peligroso, también la justicia está encima de eso, es parte de la manipulación que lo llevó al gobierno a Bolsonaro”, dijo Giménez.
“Está el peligro de todo lo que ha generado el gobierno de Bolsonaro en términos de aumento de violencia pero, por otro lado, el partido militar. No el partido como una sigla electoral, sino la posibilidad de estructurar un grupo interno dentro de los militares que no es total, pero que tampoco encuentra oposición dentro de la fuerza y está consolidado en base a unas generaciones de militares formados en la academia militar Agulhas Negras, que son las generaciones del 70 y 80, formadas bajo la Doctrina de Seguridad Nacional y todo lo que fue la nueva agenda hemisférica del final de guerra fría”.
“Esta generación de alguna forma sale victoriosa en la dictadura en el sentido de que logra aniquilar otros proyectos políticos como también dentro de las propias fuerzas. Ahí hay algunas diferencias entre la historia argentina y la de Brasil, que tiene que ver con que existieron procesos dentro de las fuerzas militares de levantar las banderas del comunismo, es un campo politizado. No significa que en este momento el proyecto de gobierno esté apoyado completamente por la fuerza sino que habría un riesgo mayor a como se podría llevar a cabo este proyecto electoral. Esas narrativas buscan generar más miedo”, explicó.
- ¿Quiénes son parte del proyecto bolsonarista? ¿Qué se modificó en estos años de gobierno?
Los grandes medios de comunicación empresariales que fueron funcionales y partícipes han sido abiertamente opositores, tanto que Bolsonaro elaboró un conflicto con ellos. Esto ha puesto a la izquierda en un lugar complicado, porque O Globo aparece no sé si como aliado pero en defensa de un mínimo de la estructura democrática. Lo mismo con sectores liberales. Bolsonaro no ha llevado totalmente aquella agenda de reformas, entonces no fue tan efectivo para los sectores del gran capital. La justicia se está manifestando, hay un conflicto muy grande entre la familia Bolsonaro y el Supremo Tribunal Federal. Ex ministros del Supremo se han manifestado a favor de Lula. Hay una serie de actores institucionales que se han posicionado frente a la amenaza.
Lo que muestran los datos es que hay una confusión muy grande, hay un apoyo del gobierno Bolsonaro. Hay que ponerle atención al armamentismo. Y al mismo tiempo sectores que no están alistados en una fuerza específica y que son difusores de discursos de salir a matar, uso de armas. No están organizados en una institución pero se vienen manifestando no solo en redes sino actos de violencia, asesinatos, discusiones que terminan en el uso de armas y la muerte de alguien. Se entiende que esto no va a terminar con la elección, esto es parte de la fantochada de la democracia representativa.
- ¿Qué se puede esperar de un futuro gobierno de Lula?
Hay una noción, una conciencia y una visión pragmática. Ninguno de los sectores de izquierda que están apoyando a ese frente, que vuelve a ser amplio, va con ojos cerrados, hay un posicionamiento frente a la necesidad y de la falta de otros cuadros políticos que puedan ocupar el lugar de Lula en la unificación de esto que es urgente.
Por un lado, no se puede esperar nada desde la experiencia. Desde los movimientos sociales se está dispuestos a hacer el enfrentamiento con el gobierno de Lula, con un Estado que es burgués para avanzar en esos puntos donde no hubo avances y que son claves para entender el Brasil de los últimos años: reformas en los medios, cómo se reparten las ganancias, qué va a pasar con las empresas públicas. Tiene que ver con cómo se va a posicionar la izquierda organizada delante de este gobierno.
La renovación viene por parte de los legislativos, en las cámaras, en el Senado. Si bien encuestas muestran que no va a haber un gran recambio dentro del Senado, sí es interesante cómo se ha comenzado a construir una serie de frentes legislativos que vienen con pautas que hasta entonces estaban silenciadas en el legislativo, eso es un llamado del propio PT. Hay una serie de propuestas parlamentarias interesantes, en caso de conseguir una renovación va a ser importante.
- En relación a la pobreza, ¿Lula qué modelo propone?
Un punto central es volver a la institucionalidad de los años anteriores en términos de políticas sociales, de repensar el país en esa estructura nacional e internacional. Pero se habla poco del plan económico. Tiene que ver con hacer propuestas generales, esa es la estrategia electoral, la necesidad de convencer a los indecisos.
La propuesta es hacer lo que ya se ha hecho, en políticas de educación se vuelve con los mismo elementos, la ampliación al ingreso no así con la permanencia de los alumnos que lograron ingresaron a universidades. Fortalecer el sistema de salud, fortalecer los planes sociales para las familias que no están percibiendo ingresos.
Cuando cuestiona el agronegocio la cantidad de disparos en contra es grande, entonces prefiere colocarse lo menos conflictivo posible frente a este panorama dejarle a Bolsonaro la respuesta más agresiva.