Los trabajadores, las trabajadoras y sus desafíos ante el “cambio”
(Por Laura García Vazquez) Este escrito comenzó hace unos días, en el medio sucedieron dos hechos que cambiaron la dimensión de lo que nos está pasando a los trabajadores. Un falaz anuncio sobre el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias (en un acto aplaudido por las CGTs ) y una “equivocación” en el porcentaje ofrecido a la paritaria docente nacional que llevó a situación impredecible el comienzo de las clases. Hechos, ambos, en lo que mi memoria me permite, inéditos en este tipo de negociaciones. Increíbles, también.
Impuesto a las ganancias
Mucho se difunde, desde diferentes poderes, el argumento de que el porcentaje de aumento que “faltaría” en el resultado de las paritarias se “compensaría” con una readecuación del impuesto a las ganancias. Más que una falacia esto se transforma en una enorme mentira, en primer lugar, porque la inmensa mayoría de los trabajadores NO TRIBUTAMOS GANANCIAS ya que nuestros salarios están muy por debajo del mínimo no imponible. Cualquier negociación mezclando el porcentaje de aumento con dicho impuesto entre el presidente Macri y los dirigentes de las CGTes es, en principio, profundamente injusta.
Valga aclarar que el impuesto a las ganancias sobre el salario de los trabajadores es una falacia, ya que el salario no es ganancia, pero además es una carga impositiva que recae sobre un sector (minoritario) de trabajadores que sufren los descuentos que debieran hacerse a las grandes empresas privadas y extranjeras. Por ejemplo las que practican la megaminería en la Argentina y que pagan 0 retenciones gracias a una medida de Cambiemos. Antes, pagaban muy poco.
Por lo tanto un cambio en Ganancias será una mejora sensible en los gremios con mejores salarios, pero con poco impacto en los gremios más populosos.
El descuento por ganancias llega a la totalidad de los trabajadores de algunos sindicatos y en otros apenas roza la masa de empleados, aquí algunos porcentajes:
Petroleros 100%, Bancarios 95%, Camioneros 85%, La Fraternidad 80%, Dragado 80%
En los gremios más populosos el tema es distinto el porcentaje de afiliados que pagan Ganancias: UTA 30%, ATE 15% , docentes 15%, Sanidad 10%, Gastronómicos 10%.
También es muy bajo el porcentaje que tributa Ganancias en Comercio y en UOM
Inflación y pérdida del poder adquisitivo
El origen último de la depreciación del salario fue la combinación de la devaluación del peso frente al dólar y la eliminación (y disminución en el caso de la soja) de las retenciones. Estas dos medidas resultan una transferencia brutal de recursos de los sectores asalariados hacia los exportadores. Recientemente se anunció la eliminación de las retenciones a las empresas mineras. Mientras, seguimos con una gran inflación en los productos de primera necesidad, aumentan las tarifas, el transporte, los impuestos y, también, de paso, el sueldo de los funcionarios.
Entre estos aumentos y los que logremos en los salarios siempre pasan muchos meses, y pareciera que esa pérdida no existiera. Por eso pensamos que los aumentos desdoblados son trampas, porque lo que hay que recuperar es lo que ya perdimos, y, en todo caso, volver a reclamar paritarias en cuanto los aumentos sean insuficientes. Estas son las negociaciones con mayor pérdida real acumulada de los últimos años, más allá de las cifras, cualquiera que administre su salario lo sabe.
Despidos
Los despidos en el estado no son los únicos que están sucediendo. Ya se habla de etapa recesiva en la economía y las consecuencias de esto son lamentablemente conocidas por los argentinos.
Un gobierno que se comprometió a pobreza 0 y a defender el trabajo toma medidas en sentido contrario. En el caso del Estado, en el nuestro no hay trabajadores de más, al contrario, como dice ATE en su consigna: “Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”, para garantizar todos los derechos a toda la población en cuanto a salud, educación y justicia.
Los llamados “ñoquis” (alguien que cobra sin concurrir al trabajo y sin tarea asignada) no deben
existir, pero su número real es escasísimo, por el contrario se han despedido a muchos trabajadores necesarios. Siempre se puede capacitar o readecuar funciones, pero los despidos
constituyen un gran daño y, lamentablemente, están ligados a amedrentar los pedidos de recuperación del salario. Así como la represión está dirigida a amedrentar la manifestación y participación popular.
Unidad, el principal desafío
Al terminar el escrito nos encontramos ante un primer paso hacia la unidad, el Paro Nacional de ATE anunciado para el miércoles 24 de febrero próximo y que ha tomado una importancia política significativa y al que han adherido no sólo las dos CTAs sino muchas organizaciones sociales y sindicales.
Ellos nos separan, nosotros nos uniremos.
Los trabajadores mejores pagos (al menos en teoría) que tributan ganancias, los que no tributamos pero cobramos en blanco que necesitamos un salario digno, los que cobran en negro (muchísimos) y dentro de ellos muchos no llegan al salario mínimo, o los desocupados cuyo número empieza a crecer. Situaciones de desigualdad pero un objetivo común: solidarios y unidos entre nosotros.
Los trabajadores y las trabajadoras tenemos que trabajar profundamente en la imperiosa UNIDAD ya que somos los que producimos los bienes materiales y culturales, nada justifica los sectarismos, las especulaciones ni las mezquindades, no es momento. Es momento, también, de reconocer las limitaciones pero también las cualidades de muchos honestos y capaces dirigentes sindicales. Es momento de protagonizar los que tenemos convicciones e intereses en común señalando que la plata que nos falta a los trabajadores alguien la tiene y
que priorizar intereses privados y extranjeros es perjudicar al pueblo.
Ilustración: “Obreros” de Tarsila do Amaral 1933