Calidad democrática 0
(Editorial*) Ayer debería haberse llevado a cabo la apertura de sesiones ordinarias del Honorable Concejo Deliberante con la presencia del intendente Héctor Gay. En cambio, el oficialismo decidió no llevar adelante el normal funcionamiento de esta instancia de vigor institucional.
El presidente del cuerpo deliberativo, Nicolás Vitalini, dijo que “no estaban dadas las condiciones” para llevar adelante la sesión y atribuyó esa supuesta falta de condiciones a la presencia de organizaciones y gente de a pie que fueron a reclamar por diferentes cosas.
La primera cuestión a señalar es que, si Nicolás “doble voto” Vitalini se refiere a las condiciones de seguridad, no se entiende que esboce este aspecto a modo de reclamo ya que no es otro funcionario que él mismo el responsable de arbitrar los medios en tal sentido. Por lo que, en una lectura literal, se desprende que, según lo dicho por Vitalini, la responsabilidad de haber suspendido la sesión es del propio Vitalini.
El segundo elemento versa acerca de la calidad democrática que padecemos en Bahía Blanca. Las mentadas “condiciones” no son otra cosa que presencia de diferentes reclamos ante quienes ofician de representantes del pueblo. Gente que reclama a quienes deben representarles. Esas eran las “condiciones” que según Vitalini no le permitieron sesionar. Hablamos de la participación política directa. Para quién preside el cuerpo político por excelencia a nivel local la participación política y la organización son condiciones que no le permiten sesionar. Una clara expresión de la falta de cintura, incapacidad de resolución política y pobre formación cívica del sujeto.
Pero peor aún, la ceguera absoluta de no reconocer que si toda esa gente estaba ahí levantando la voz para ser escuchada fue centralmente porque el oficialismo no dio respuesta a ninguna respuesta por vía institucional. Porque se cagan en todo lo que no les diga “sí, señor”. Porque ejercen el mandato de origen democrático de manera autoritaria: sólo escuchan a sus socios y a quienes están afines políticamente.
El tercer aspecto es que sólo una mirada obtusa puede atribuir al “kirchnerismo” o a “grupos de izquierda” lo que en rigor fue presencia de los más diversos sectores sociales con reclamos genuinos. Es una estigmatización consciente y macartista construida y forzada para evitar asumir la responsabilidad política concreta que tienen las acciones de gobierno y del legislativo. Muchos de los reclamos y demandas de ayer tienen que ver con acciones tomadas por la actual gestión.
Un capítulo aparte merece el tratamiento mediático. Cada vez más se diferencia en las prácticas periodísticas bahienses una “grieta” perversa: por un lado, la cobertura que dan quienes se desempeñan como trabajadores/as de prensa muchas veces refleja lo que ocurre en el lugar de la crónica. Pero el rol de los editores, que responden a los intereses de las empresas de comunicación, desvirtúan los materiales enviados, mintiendo, difamando y escribiéndole las primeras líneas de justificación al oficialismo, sobre las cuales luego desarrollan sus defensas. Una verdadera militancia del proyecto oficialista. Nunca hubo un periodismo tan militante en esta ciudad.
Miremos si no dónde pusieron el foco. Habiendo decenas de expresiones de reclamo decidieron enfocarse en un fragmento de menos de un minuto en el que un dirigente gremial expone, ante la falta de presencia del intendente a quien se le iba a entregar una nota, que debería estar ahí.
Ayer no hubo ningún hecho de violencia por parte de la ciudadanía organizada. Esto hay que recalcarlo. Sí hay violencia institucional cuando a un pibe o a una piba les dejan si su orquesta. En cambio muchos editores decidieron poner el foco ahí. “Tal vez el reclamo sea genuino pero no es la forma”, dicen. ¿Y cuál es la forma? ¿Cuál es la forma cuando todas las vías institucionales son desoídas y por respuesta hay ignorancia y maltrato?
Lo concreto es que ayer el jefe comunal debía hacerse presente ante el órgano de representación parlamentaria de la ciudad. En cambio, se escondió el pueblo. Ayer debería haber dado un discurso en el ámbito público. En cambio, esta mañana fue a refugiarse entre las cuatro paredes custodiadas del medio privado que financian sus aportistas de campaña.
Y que quede claro: a espaldas incluso de su electorado. Por nadie votó a este gobierno para que cierre orquestas, para que apriete docente, para que eche talleristas o para que pisen a los más débiles. ¿Pobreza cero era el lema de campaña? “Calidad democrática 0” es la acción concreta. Están a contramarea de su propio electorado. Como están dadas las cosas, el faltazo de ayer de Héctor Gay a la apertura de sesiones en el HCD mostró a un dirigente político cuya actitud concreta no representa ni siquiera la voluntad de sus propios votantes.
*Por Astor Vitali