Economía: ¿Se viene una mejora a cuenta de más ajuste poselectoral?
Mientras transcurre la mitad del 2021, año electoral y de negociaciones del gobierno nacional con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en contexto de pandemia, el economista Francisco Cantamutto realizó en FM de la Calle una evaluación sobre la situación actual de la economía argentina.
“El PBI, en la expectativa del mercado y en las estimaciones del Banco Mundial, está en 6,5%. Es una recuperación tibia, al lado de la caída de diez puntos del 2020. No alcanza para reponer lo que perdimos el año pasado. Hace casi una década la economía argentina está estancada”, expresó el columnista de En eso estamos.
En relación a los salarios, dijo que “no le están ganando a la inflación. Hemos estado perdiendo en esta disputa por quién paga la crisis. En los últimos cinco años, quienes vivimos de nuestro trabajo, perdimos casi cinco puntos de participación en el PBI, la crisis no se reparte parejo sino que la vivimos quienes vivimos de nuestro salario”.
“No se trata sólo de pérdida de empleo sino de calidad. Un cambio evidente tuvo lugar en las políticas impulsadas por el macrismo donde hubo un mayor pasaje al cuentapropismo. Ser monotributista es una forma de trabajo precario, más allá que sean profesionales. Según la Encuesta de Deuda de Hogares, en Bahía Blanca hay monotributistas que le facturan hace diez años a la municipalidad”, ejemplificó Cantamutto.
“Se deteriora el mercado de trabajo por aumento del desempleo y por pérdida de calidad de empleo. 10,2% de desocupación es un número elevado, teniendo en cuenta que falta que reingrese gente el mercado de trabajo. Según el INDEC, hay un 17% de desempleo en la juventud y 24,9% en mujeres jóvenes, una de cada cuatro que busca trabajo, no consigue. Estamos en un escenario de virtual estancamiento de la creación de empleo y no es mayor porque la gente no pudo volver al mercado laboral, no sale a buscar trabajo. Según Unidad Popular, si volviera a hacerlo, los números serían de 14/15 puntos aproximadamente”.
Cantamutto explicó que “existe una enorme presión por parte del gobierno para lograr una salida exportadora cuando en Argentina el 66%, dos terceras partes del producto, se explican por consumo interno. Si reanimás este sector, tracciona dos tercios del PBI. Sin embargo, no hay un impulso decidido para este ámbito ni para planes sociales ni salarios ni jubilaciones. La inflación para 2021 fue estimada en 48%, los únicos que se arriman a ganarle son camioneros y bancarios, el resto la vemos pasar”.
Asimismo, el economista agregó que “por el lado de la estrategia exportadora también hay problemas porque si bien el superávit comercial viene siendo récord, se explica por un aumento de las exportaciones. El campo ha tenido niveles históricos en los precios, pero está liquidando menos exportaciones que antes, adelanta importaciones y no entran esos preciados dólares”.
“A esto se suma el problema de la deuda. La semana pasada se pagaron 430 millones de dólares, casi la mitad del superávit comercial del mes anterior y se destinaron al Club del París que había vencido 2.400 millones”.
Cantamutto explicó que “los integrantes de este organismo de negociación son los mismos que controlan el FMI. Pagáme una parte como acto de buena fe, pateo el vencimiento hasta marzo y tenés que ir a negociar un acuerdo con el FMI”.
Al contexto de lobby interno y externo se suma que “en los medios de prensa local los bonistas que hicieron el canje el año pasado, empezaron a ejercer presión severa por un acuerdo de un plan de ajuste y de reformas con el FMI. El gobierno está tratando de debatir el arreglo en un momento post electoral, cerrar un acuerdo antes de las elecciones sería complejo frente al electorado”.
“No hace ni diez meses que se negoció el canje con los bonistas y ya están presionando por un plan de ajuste para garantizarle los pagos en 2024 y que se piense una nueva reestructuración para el año que viene o el siguiente. No hay manera de dejarlos contentos nunca. Quizá sea un buen escenario para pensar salidas alternativas”, analizó Cantamutto.
“3600 millones de dólares vencen antes de fin de año con el FMI, que aclaró que no aceptará acuerdos como con el Club de París. Si no acepta, ¿cómo se le va a pagar al FMI? No admite una quita, ni pagos parciales, ni discutir la legalidad… tampoco un plan a 20 años impulsado por el Frente de Todos. Está accediendo básicamente a reducir las tasas de interés por los sobre cargos y está en discusión cuál va a ser el panorama de las reformas”.
En relación a las políticas de ajuste, Cantamutto comentó que “hasta ahora el gobierno viene sobre cumpliendo las metas, hay un déficit fiscal que de enero a mayo fue del 0,1% del PBI, en los últimos cuatro años, el mejor indicador que se ha tenido en el déficit fiscal primario antes del pago de intereses. El Banco Central no ha estado emitiendo, sin embargo, la presión de la necesidad de resolver los pagos ante el horizonte de las elecciones ya hizo visible sobre el dólar paralelo, que en las últimas dos semanas ha estado subiendo”.
El economista concluyó que en “este escenario incierto, el gobierno no logra ofrecer una salida alternativa, sigue intentando la resolución con el frente exterior y desde el frente externo, FMI, Club y bonistas, insisten con una salida que vaya a más ajuste y reformas. ¿Qué aire nos queda de aquí a las elecciones? La posibilidad de que utilice este espacio fiscal ganado de sobre cumplimiento de la meta fiscal para salir a gastar de cara a las elecciones, de manera tal que de aquí a los próximos meses puede ser que obtengamos alguna mejora pero esto puede venir a cuenta de un ajuste mayor post octubre”.
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