El discurso frustrado
El intendente Héctor Gay publicó este viernes en la web municipal el discurso que evitó brindar en la frustrada apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante. Recordemos que ante la confluencia de manifestantes que con diversos y desatendidos reclamos, el presidente del cuerpo, Nicolás Vitalini, levantó la sesión porque “no estaban dadas las condiciones”.
En la nota, el jefe comunal se dirigió a sus “estimados vecinos” y destacó que “el inicio de sesiones en el Concejo Deliberante, además de ser un acto administrativo, es un momento importante para poder compartir lo que hicimos el año pasado y contarles las cosas que vamos a hacer juntos durante los próximos meses”.
“Sé que falta mucho camino por recorrer y que el cambio aún no llego para todos, pero a la vez quiero agradecerles por el apoyo que nos brindan en cada barrio o casa que visitamos y me comprometo a seguir trabajando junto a mi equipo para tener la ciudad que todos queremos”, agregó.
Luego, presentó “el discurso que iba a compartir ayer con los concejales y todos ustedes”.
“Señor presidente, señores concejales, funcionarios, vecinos.
Las primeras palabras de este mensaje anual son de agradecimiento. En principio para este cuerpo deliberativo, con el cual hemos podido trabajar muy bien el último año, consensuando proyectos que significaron una gran ayuda para la tarea del municipio. Más allá de las lógicas diferencias, hubo en la gran mayoría de los ediles una predisposición a facilitar la gobernabilidad. Y ello no es un dato menor. Que mucho valoramos.
También quiero expresar públicamente mi agradecimiento al señor presidente de la Nación y a la señora gobernadora de Provincia, pues gracias a su apoyo y a su decisión de posicionar a Bahía Blanca como uno de los lugares claves para el desarrollo del país hemos logrado cerrar un año histórico en materia de obra pública y proyectar al distrito como receptor de importantes inversiones que iremos viendo en los próximos meses.
Y el tercer agradecimiento, y el más importante, es para los vecinos de Bahía Blanca, que nos brindaron su amplio apoyo en los recientes comicios legislativos, lo cual refuerza nuestras convicciones de cara a la segunda parte de nuestro período de gestión, que acabamos de iniciar.
La magnitud de La obra pública encarada permite ratificar que juntos estamos cambiando Bahía. 2017 fue el año de mayor cantidad de obra pública en la ciudad. Se finalizaron más de 90 proyectos de envergadura, muchas de ellos en sectores vulnerables y largamente postergados. El programa Hábitat en Vista Alegre y Villa Nocito, con más de 70 millones de pesos de inversión es un claro ejemplo de ello. Pero también las cloacas en Harding Green y Grünbein, los desagües pluviales en el Bajo Rondeau, la obra de asfalto en el boulevard Juan B. Justo, el moderno centro de Salud en el barrio 9 de Noviembre o el puente peatonal en Villa Rosario, donde además se destinaron más de 10 millones de pesos a la limpieza integral del arroyo Napostá.
La continuidad de este plan de obras permitirá poner a la ciudad en el nivel apropiado para sostener la mejor calidad de vida que deseamos y merecemos. Hoy tenemos en marcha otras 34 obras en distintos sectores. En una clara señal que las obras no solo se hacen en años electorales. De hecho, más de la mitad del amplio programa de repavimentación del macrocentro se efectuó después de octubre. Y lo continuaremos este año proyectándonos a los barrios.
Las inversiones en infraestructura vial nacional y provincial, las importantes mejoras en la red de abastecimiento de agua potable, la ampliación de la red de cloacas y la construcción de la planta de tratamiento de efluentes cloacales se ven complementadas por obras municipales articuladas públicamente y ejecutadas en forma mixta por vecinos y municipio. Una confluencia de esfuerzos para dar un salto adelante.
Ver como se termina la tantas veces prometida obra de la autovía de Circunvalación o como se trabaja en la autopista de la ruta 33, que se viene reclamando desde hace treinta años, estimula a seguir adelante. Porque como dice nuestra gobernadora, obra que se anuncia es obra que se termina. Y hoy podemos decir con satisfacción que todo lo que se fue anunciando en materia de obras se está cumpliendo.
La mejora de los servicios públicos tiende a una mayor sostenibilidad. Un ejemplo reciente es la adjudicación para la operación del sistema de disposición final de residuos sólidos urbanos, en el que por primera vez no habrá personas trabajando en el frente del relleno y se ponen en marcha mecanismos imprescindibles para avanzar en la separación en origen, el transporte diferenciado, la consolidación y venta de los productos en condiciones de trabajo digno. Es el criterio que continuará aplicándose en la progresiva renovación de los servicios públicos.
Estamos muy esperanzados para los tiempos que vienen. En este momento hay cinco proyectos privados ingresados al municipio para realizar inversiones importantes en la ciudad. Al margen del privilegiado posicionamiento del distrito en materia de energías renovables, con un parque eólico a punto de entrar en funcionamiento y cuatro más adjudicados y próximos a construirse.
Todo ello significa empleo genuino y crecimiento. Pilares esenciales para ir avanzando en una ciudad más inclusiva y equitativa. La economía está creciendo y los distintos índices tienden a mejorar. Pero falta mucho camino por recorrer y sabemos que esa mejora no ha llegado a todos.
No obstante, hay señales estimulantes. Una de las primeras audiencias en 2016 fue con la conducción de la UOCRA. Nos plantearon que tenían 3000 afiliados sin trabajo. Y requerían asistencia social. Hoy la gran mayoría de esos convecinos está trabajando. Y es lo mejor que nos puede pasar como comunidad.
Pero también somos conscientes del momento complejo que vivimos como sociedad. En las últimas semanas hemos sido noticia a nivel nacional por cuestiones bien diferentes: la posibilidad de fuertes inversiones o la ocurrencia de hechos policiales fuera de la común.
Todos estamos dolidos y preocupados por esto. En nuestro caso, como autoridad política de la ciudad, también ocupados.
Sin duda esta gestión ha sido la que mayor inversión ha ejecutado en el área de Seguridad. Y lo seguiremos haciendo. Más allá de las responsabilidades que tiene cada jurisdicción.
En el último año hemos podido dar respuesta a una problemática que lamentablemente se ha ido extendiendo: la violencia de género. Bahía Blanca, como muy pocas ciudades, cuenta con un centro especializado para alojar a las víctimas de esa violencia. Pero además tenemos abocado en forma exclusiva a un grupo de agentes para dar respuesta inmediata a las víctimas y este año vamos a capacitar a la totalidad de los efectivos de la policía local en el protocolo de respuesta a la emergencia. Ningún efectivo debe desconocer la forma de dar contención y ayuda a una víctima. Más de 400 uniformados recibirán esa capacitación.
Con la ayuda del gobierno nacional invertiremos para ampliar el centro de monitoreo, de forma de abarcar el seguimiento del transporte público, los comercios y la mayoría de los barrios y que la policía tenga la mayor colaboración posible para su labor de prevención.
La lucha contra el narcotráfico sigue siendo una bandera de la gestión que no arriaremos. Solo a modo de ejemplo, en la última semana el secretario de Seguridad ha radicado diez denuncias sobre lugares en los que se vende droga en Bahía. Siempre protegiendo la identidad de los vecinos y acompañando a la justicia y a la policía en cada procedimiento.
Está claro que hay cosas que no funcionan bien en nuestra sociedad. Creciente cantidad de casos de pedofilia, menores abusados, casos de torturas, violencia de género, abuso de drogas y alcohol, nos están diciendo claramente que la problemática excede lo policial. Es una cuestión sociológica profunda que debemos considerar de una vez por todas.
Y nadie debe deslindar responsabilidades. Sin caer en el facilismo de decir que esto es un problema de todos. Nosotros tenemos la mayor responsabilidad y la asumimos.
Los últimos cambios en estamentos policiales y judiciales tienen que ver con esta postura. Pero necesitamos un mayor compromiso generalizado. Hay que abordar de una vez por todas, con seriedad y decisión la problemática de los menores que delinquen. Los presuntos responsables del lamentable homicidio del martes habían sido aprehendidos tres veces en el último mes. Y es solo un ejemplo.
El Estado tiene, decíamos, la mayor cuota de responsabilidad. Y la asume como tal. De hecho nadie puede desconocer el frontal ataque a las mafias de la droga que encara el gobierno de María Eugenia Vidal. Pero no alcanza. El Estado no puede suplir a algunas instituciones básicas en las que se advierten fisuras indisimulables, como la familia. Ni hablar de la educación, sector en el que la Argentina ha retrocedido como pocos países en el mundo en las últimas décadas.
En este marco, el Municipio está acelerando un mecanismo de articulación de los programas sociales para actuar integralmente sobre poblaciones clave por su ubicación geográfica o su grupo etario. Tenemos la convicción de que el Estado debe ayudar a los que menos tienen a salir adelante y no a que permanezcan en condición de vulnerabilidad y asistencia.
Para urbanizar y erradicar ranchos, para contener a los niños en las escuelas, para que la alimentación sea saludable y no un factor adicional de discriminación, para que la familia se consolide y recree sus funciones básicas. Aquí también estamos juntos cambiando Bahía…
Apreciamos conmovidos como la convocatoria a sumar esfuerzos ha promovido la incorporación de cientos de voluntarios que, proviniendo de diferentes espacios de Fe, han decidido expresar su amor en acciones concretas, articuladas y concurrentes, como la erradicación de los ranchos y casas precarias de chapa. Se está renovando la ayuda solidaria que ha sido una tradicional característica bahiense.
Estamos iniciando un trabajo consistente de mejora del espacio público. Tanto en el dialogo creativo con el vecino para captar su aspiración, como en la concreta ejecución de mejoras para que la infraestructura, el equipamiento y la seguridad permitan un uso pleno de los espacios abiertos de la ciudad. El compromiso es que las plazas y parques adquieran mayor relevancia desde 2018.
Las acciones que se han puesto en marcha generan la plataforma para pensar en un futuro deseado, en la aspiración compartida, en el desarrollo de una visión común que nos proyecte para transitar las próximas décadas con orientación hacia un desarrollo armónico y el posicionamiento de Bahía Blanca en un escalón superior en el contexto nacional.
Es una tarea que no puede realizarse sin el aporte de todos los que amamos a Bahía Blanca, los que investigan y estudian, los que quieren invertir, los que trabajan por una mejor calidad de vida, de los que tienen vocación por lo público y de quienes se desempeñan con eficacia y compromiso en la actividad privada. Es una tarea que debe orientar la producción de conocimiento, la generación de proyectos públicos estratégicos, la orientación de la inversión y la canalización del esfuerzo individual y asociativo.
En los próximos meses lanzaremos una convocatoria para pensar Bahía con proyección a 25 años. Un cuarto de siglo por delante como faro para lo que hoy proyectemos y hagamos. Lo hemos llamado Bahía + 25.
Sera un disparador clave para la mejora continua. Sera un proceso que cada dos años, desfasados de los años electorales, conduzca a revisar y condensar nuestra visión colectiva. Una mirada que esté por encima de las diferencias instrumentales que cada expresión política proponga a la ciudadanía.
Hablamos de un proceso, porque el contexto cambia vertiginosamente y también lo hace nuestra realidad económica y social. En consecuencia, propondremos revisar y actualizar ese trabajo cada dos años, para que periódicamente, con convicción, ratifiquemos el rumbo y con humildad rectifiquemos aquellas apreciaciones que se desactualizaron o demostraron ser erróneas. Es la noción del cambio permanente.
Los frutos tempranos de ese trabajo podrán ser capturados en acciones inmediatas públicas o privadas, ejecutivas o normativas, pero siempre con orientación a ese futuro de referencia. Habrá años con mayores posibilidades y otros más restrictivos, pero sin perder el rumbo que nos tracemos como sociedad.
Queremos pensarnos no solo como asiento de inversiones decididas a partir de los atributos con que la naturaleza y la sociedad nos beneficiaron, como el suelo, el estuario, el ferrocarril, los gasoductos o el viento. Es un momento inmejorable para pensar entre todos qué queremos hacer desde Bahía Blanca y qué tenemos como oferta para invitar a quienes quieran venir y también para poner en valor la producción local.
La tecnología ha derrumbado la histórica barrera de la distancia. Desde la ciudad podemos ofrecer productos y servicios al país y al mundo. Servicios financieros, educativos, de ingeniería, de salud, de diseño, de investigación. Podemos competir en nichos de producción variados. Para ello tenemos que diseñar en conjunto las plataformas comunes que hagan pensar a todo potencial cliente global que en Bahía Blanca puede obtener lo que necesita.
Es, como decía, un excelente momento para trabajar juntos bajo el paraguas del desarrollo de Bahía Blanca. Bahía + 25 debe ser el ambiente en el que procesemos las ideas y desarrollemos herramientas para generar diversidad de oportunidades.
Los protagonistas de este trabajo serán todos los actores sociales comprometidos con el futuro, especialmente este CD, la expresión democrática más acabada del pensamiento, los deseos y los intereses de los bahienses.
Bahía Blanca necesita más líderes para pensar e intervenir en la construcción de una nueva etapa de crecimiento que se vincule a paradigmas actualizados. Esta idea, que hemos comenzado a conversar con algunos referentes de la ciudad, se basa en que las instituciones tradicionales, que han cumplido un rol histórico en la consolidación del actual modelo de desarrollo, necesitan una renovación. Y en que, además, aún están vacíos espacios productivos atravesados por nuevas áreas del conocimiento y la comunicación.
La potencialidad de los jóvenes de la ciudad se verá incrementando en la medida en que dispongan de oportunidades acordes con la transformación que el mundo está encarando. Y esta responsabilidad recae en buena medida en los referentes institucionales, públicos y privados.
Los vecinos de Bahía Blanca saben de nuestro compromiso y dedicación. Desde que asumimos, todas las semanas, por la tarde, voy a los barrios. A las sociedades de fomento, a las instituciones o a la casa de vecinos que nos abren sus puertas con un mate y muchas inquietudes. Quiero agradecer ese gesto y decirles que seguiré con esa agenda, porque gobernar es hacer y estar cerca.
Señores concejales: tenemos por delante un año para trabajar en conjunto por los problemas de la ciudad. Pero sin descuidar la planificación de lo que queremos para los próximos años. Tengan la certeza de que contamos con un Municipio absolutamente equilibrado en sus cuentas, con excelentes relaciones con los poderes nacionales y provinciales, consciente de los grandes desafíos que tenemos por delante y absolutamente comprometido con el mandato otorgado por la ciudadanía.
Muchas gracias”
Héctor Gay.