El sistema de salud y la herencia de la dictadura

Horacio Romano, médico y columnista de FM De la Calle, repasó cómo funcionó la salud pública durante el terrorismo de Estado y sus consecuencias en el presente.

“La Revolución Libertadora empieza a aplicar en el ’55 la descentralización del sistema de salud, lo que es darle el manejo de los hospitales y la salud a las provincias y a los municipios pero no los fondos”, recordó.

Explicó que con esto “generan una situación de inequidad terrible a nivel nacional”.

En ese camino, puntualizó que “en el ’72, (Domingo) Liotta, el cardiólogo que inventó el primer corazón mecánico fue médico de Perón, era secretario de Salud -no ministro- y dice que la idea de Perón era de alguna manera volver al plan de Carrillo. Lo que genera es un Plan Nacional de Salud (SNIS) que convoca al que después va a ser ministro de Salud de Alfonsín”.

“Generan el SNIS, que aparece boicoteado por los propios sectores sindicales que no querían ceder. La idea era que agrupara a todos, una salud pública muy fuerte con las obras sociales colaborando. Este plan nunca se termina de aplicar bien, hay algunas provincias que sí lo aplican. En el año ’78, un almirante, pediatra, Irán Campos, tristemente célebre en aquel momento, con el ideario del liberalismo de la época destruye todo ese plan y desregula todo lo que se había regulado”.

“Le abre la enorme puerta a la medicina privada en detrimento de la salud pública, ahí comienza el éxodo de profesionales, empieza el desfinanciamiento de los sectores públicos que vuelven a ser resortes de los municipios y de las provincias con un grado de inequidad que es enorme”, añadió Romano.

El origen de muchas de falencias que presenta el sistema en la actualidad “empezaron en la dictadura, que le dio una impronta al sistema de salud descapitalizando el sistema público, un sistema de seguridad social que se basaba en el empleo pleno y la destrucción económica, gran parte de esa gente que tenía una obra social y más o menos funcionaba, dejó de tenerla entonces el hospital se hizo cargo de todo eso y se sigue haciendo cargo hoy porque eso que pasó ahí se continuó en el ’91 con Cavallo”.

“Al desregular todo el sistema de asociaciones gremiales y permitir que cualquiera pueda ir a una prepaga, el sector de prepagas creció muchísimo en detrimento de la seguridad social y sector público”.

“Esto ha generado un sistema tipo Frankenstein que tenemos ahora que nadie entiende con un vaciamiento de sectores profesionales a nivel público y probablemente a nivel privado, porque lo que planeaba SNIS en ese momento era la dedicación exclusiva”, aseveró.

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