Alejandro Horowicz: “Esto se resuelve de abajo para arriba inventando otra cosa”

El ensayista, doctor en Ciencias Sociales por la UBA y autor de libros como “Los cuatro peronismos”, “El país que estalló”, “Las dictaduras argentinas” o “El huracán rojo”, dialogó con Astor Vitali acerca de su última publicación: “El kirchnerismo desarmado: la larga agonía del cuarto peronismo”.

“Efectivamente hay una referencia a Clausewitz (en el término desarmado). Clausewitz es el autor del célebre ensayo ‘De la guerra’ y plantea explícitamente que el objetivo de la guerra es desarmar al enemigo. Y se puede entender esto de un modo polisémico, de un modo elemental o un modo elementalísimo. De un modo elemental es quitarle el arma; de un modo polisémico es quitarle voluntad de combatir; de un modo elementalísimo es la versión de la dictadura burguesa del ’76 que es desarmar enemigo por enemigo en literalidad”, dijo el profesor respecto del título del libro.

El texto está dividido en dos partes, por un lado “El peronismo estallado” y por otro, “La democracia de la derrota”. Acerca de esto último, Horowicz sostuvo que “cuando vos mirás las elecciones del 2015 y mirás el balotaje del 2015 entre Macri y Scioli vos ves 26 millones de votantes. Cuando mirás la final entre Cristina Fernández y Macri ya se reduce a 23 millones de votantes. Si este balotaje supera los 21 millones va a ser un milagro. Lo que vos estás viendo es cómo decrece sistemáticamente la cantidad de votantes y se incrementa sistemáticamente el padrón”.

“Esto coincide con la situación objetiva de la sociedad. Cuando mirás los datos de la pobreza entendés perfectamente por qué la gente vota menos. Porque le queda cada día más claro que votando no se resuelve. En el 2015 tenías 30% de pobres. En el 2019, 35. Ahora hemos superado el 40 por cierto”.

“Está sumamente claro de qué estamos hablando. Cuando a alguien que nació en 1983 le hablan de democracia, le están hablando del estado actual de la cuestión. El estado actual de la situación es horripilante, por lo tanto, el argumento de Milei ‘la democracia es horrible, es terrible, es siniestra’, es absolutamente claro como experiencia directa para estos jóvenes que tienen menos de 40 o incluso algo más de 40”.

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En este sentido, refirió que “el modelo es terrible y está en expansión, los datos coinciden con la percepción y la valoración colectiva. No se trata simplemente de que son un conjunto de tontos que no entienden lo que pasa”.

“Cuando vos mirás una discusión presidencial ves un reality show. Creer que eso es una discusión, que la sociedad argentina debate, creer que hay una clase de debate democrático es una trivialidad”.

Acerca de la democracia de la derrota

Horowicz plantea: “Observamos algo. Fíjate cómo hemos descendido en nuestros objetivos. Después del 2001 el objetivo era salir de ese desastre. Y durante un momento pareció que ya no estábamos en ese punto de desastre. Ahora, en tanto y en cuanto todo lo que se modificó era salir del fondo del pozo, no es un programa. Para salir del fondo del pozo todos los colectivos te llevan porque van a alguna parte que no es el fondo del pozo”.

“Al mismo tiempo salir del fondo del pozo supone un programa político. Cuando Cristina te dice -después de haber sido presidenta dos veces, su marido un turno, haber elegido al presidente de actividad- que sería bueno tener un programa que no propone, te está diciendo que estamos desarmados, que ese movimiento carece de dirección y que la jefatura de ese movimiento simplemente, en el mejor de los casos, señala su propia carencia. En el peor de los casos tiene que preguntarse por qué durante los últimos dieciséis años el único programa en curso es el programa que sucedió”.

Para el escritor, esto lleva a una pregunta de fondo: “¿Esto se cambia votando? Está muy claro que venimos votando y lo que viene sucediendo es que cada día la situación se agrava hasta que estalla. Estamos en frente de una hiperinflación posible y de un default posible, que es la misma situación del 2019, que es la misma situación anterior a la explosión de 2001. Es decir, está muy claro que vamos por un tobogán degradado que no se resuelve electoralmente, se resuelve de abajo para arriba inventando otra cosa. El peronismo fue en un momento determinado, otra cosa. Hace un rato muy largo que dejó de serlo”.

“La angustia de la gente tiene una absoluta explicación y no es ningún disparate. Mirar a un señor como Milei no puede si no producir una angustia irrefrenable en cualquiera que entienda qué signo es Milei. Más allá de una pregunta que la sociedad de ninguna manera se hace y es por qué un hombre tan mediocre, tan elemental, tan básico, tan obvio, juega un papel tan descollante. Qué pasó en la sociedad para que tal cosa suceda. Esta es la pregunta. Y esta es la pregunta que nos hace saber que este orden político es catatónico y es incapaz de producir otra cosa que opciones en las cuales se elige entre la catástrofe indeterminada y la catástrofe conocida, y que hay que elegir en esos términos como si eso fuera el mix que nos resuelve la cuestión”.

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