El fin del gradualismo de Macri
Luego de la escalada del dólar que llegó a superar los 23 pesos, el gobierno se vio obligado a salir a calmar las aguas mientras que el Banco Central efectivizó un paquete de medidas para subir la tasa de política monetaria al 40%. Eduardo Lucita, integrante del Colectivo de Economistas de Izquierda, analizó la situación en el aire de FM De la Calle.
Afirmó que el problema financiero “corrió el velo sobre la debilidad de los fundamentos del programa económico del gobierno. En esta disputa ganó el mercado internacional porque la presión fue muy fuerte luego de que Estados Unidos decidiera subir la tasa de interés”.
También aseguró que la idea que quiso dar el gobierno “es que finalmente se acabó el gradualismo. Hasta ahora era un ‘gradualismo sui generis’, porque en las tarifas se utiliza una política de shock (la antítesis). Hay una embestida muy fuerte de los poderes financieros internacionales y de los gurúes de la city de que hay que aplicar una política de shock fuerte en general”.
Sobre los dichos del secretario de Comercio, Miguel Braun -“subestimamos el pase de la devaluación a la inflación y el impacto de las tarifas”- aseveró que “se va a transmitir rápidamente a los precios –especialmente en alimentos– pero también en la industria y sectores que son importadores. Quizás en uno o dos meses también se refleje en precios mayoristas”.
Respecto a cómo afecta esto a los salarios manifestó que “el ministro Dujovne ratificó hoy que no van a mover la pauta inflacionaria del 15%. Si hasta ahora se pensaba que la pauta del 15 se iba a cumplir en agosto, y los últimos 4 meses los salarios iban a perder… van a empezar a perder desde ahora”.
Lucita aseguró que “el promedio de datos que hace el Banco Central periódicamente ya hablaba de una inflación del 20%; con la situación actual, si está por debajo del 25% hay que descorchar champagne. Los salarios si siguen así van a perder más”. Y, si bien el presupuesto plantea un crecimiento de la economía del 3.5, “varias consultoras hablan de que el crecimiento va a estar por debajo del 2; si uno no crece al 4% no crea empleo real”, indicó.
“Si un Estado –que se precie– no le mete mano a la banca y al comercio internacional, no hay forma de eludir la salida de capitales. Le pasó al gobierno anterior que controlaba el tipo de cambio y administraba reservas pero se le iban dólares por todos lados. El mercado lo doblegó en el 2014 y obligó a una devaluación que se les fue de las manos pero que pudieron recomponer por los controles estatales que tenían”, explicó el economista.
“Ahora todo el poder está en los bancos y en el capital financiero. Frente a eso el Estado es un colador, no tiene forma de controlar los movimientos. Todos los que entraron para aprovechar la bicicleta financiera decidieron irse porque Estados Unidos subió la tasa al 3% y están todos mirando para allá porque hoy se anuncia cuánto es la tasa de desempleo (si la tasa de desempleo baja, los salarios aumentan, la inflación va a aumentar y la reserva federal va a aumentar de nuevo)”.