Carlos Rozanski: “No es una reforma total, es un comienzo”
Para el ex juez federal, el proyecto enviado por el gobierno “no es una reforma total, simplemente es un comienzo” porque “la reforma judicial de un poder que fue conservador durante cien años no se va a lograr con una ley. La reforma es un proceso”.
Según sostuvo en diálogo con FM De la Calle, “decidir mejorar la Justicia es un proceso que va a ser muy duro” porque habrá resistencia de la familia judicial. “Por ejemplo, en vez de doce juzgados va a haber cuarenta. La creación de nuevos juzgados con jueces nuevos, seleccionados como corresponde entre gente decente, automáticamente, entre otras cosas, va a licuar el poder que actualmente tiene Comodoro Py. Y al poder no le gusta ser licuado. ¿Cómo les va a gustar si van a perder privilegios? Esa es la gente que se queja”.
Para Rozanski, a partir del hecho de que, en caso de ser sancionado el mencionado proyecto, vayan a aumentar la cantidad de jueces y fiscales nombrarlos desde cero, podría llevarse adelante un proceso para disminuir el poder acumulado. Pero, a su vez, “eso no va a alcanzar. Va a tener que ser complementado, a mi entender, con otro tipo de medidas. Porque yo no me puedo olvidar de que hay una parte del poder judicial que colaboró, como ocurrió durante toda la historia, con los peores momentos. En este caso, durante los anteriores cuatro años, con una mesa judicial que persiguió opositores y que saqueó el país. La parte del poder judicial que colaboró con eso tendrá que ser revisada”.
El proyecto busca “transferir los juzgados que se llaman nacionales, del ámbito penal federal, pero que hoy no son federales sino que se llaman nacionales, que son los delitos ordinarios (robo, homicidio, violación), al ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Lo cual no solamente es lógico sino que sino que además es un mandato constitucional”.
Muchos de los argumentos expuestos durante las reuniones plenarias en la cámara alta disimulan “la verdadera razón por la que se oponen” ya que “al senado vinieron integrantes de la Cámara del Crimen de Buenos Aires”, durante el proceso de discusión, “que hacen una encendida defensa de quedare donde están. Pero no se dice que se les mantiene el sueldo, el cargo, la antigüedad, el sistema previsional y la obra social. No se cambia nada. ¿Y por qué no quieren entonces? Porque su nombre no va a ser ´jueces nacionales´. Lo cual es absurdo porque son jueces de la ciudad de Buenos Aires. Lo digo porque también tiene un tufillo ideológico espantoso”.
Refiriéndose a la composición actual del poder judicial, el abogado señaló que “nuestra justicia fue siempre aristocrática. Diría más que aristocrática, porque ha sido conservadora y reaccionaria. Ustedes tienen algunos ejemplos también en la provincia y especialmente en Bahía Blanca. Todo el país está atravesada por una justicia que tiene una esencia reaccionaria, que además es patriarcal, es machista, y eso se traduce lógicamente en las decisiones”.
Carlos Rozanski fue designado por concurso con el mayor puntaje. El ex presidente Fernando de la Rúa había prometido nombrar al primero dispuesto en orden de mérito. Previamente había sido juez de la Cámara de Crimen de Río Negro durante diez años. “Después el tiempo fue mostrando cómo empezaron a modificarse esos criterios” de selección de magistrados.
“Es horrible que no haya participación popular, no sólo de los jueces si se pudiera, pero al menos de los consejeros”, refiriéndose a quienes integran el Consejo de la Magistratura.
Recordó el reciente intento propiciado por Cristina Fernández, quien “propuso una ley de democratización de la justicia que se sancionó y se promulgó. Esa ley preveía que los consejeros -que pertenecen a tres corporaciones, jueces, abogados y académicos-, iban a ser designados por votación popular. Son los que se encargan de designar las ternas y eventualmente iniciar juicio político”.
Es ley fue declarada “inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es decir, en esa integración de la corte, había tres de los actuales jueces de la Corte Suprema que consideraron inconstitucional la participación popular en la designación de consejeros. Eso es ideología pura. Eso es lo que necesitamos modificar. No porque sea mala la ideología. La ideología es imprescindible. Lo que estoy diciendo es una ideología conservadora que lo que busca es que las cosas sigan como están, es decir, que se sigan designando jueces pertenecientes a un sector social específico, que es lo peor que nos puede pasar porque vamos a seguir teniendo una justicia clasista”.