Nélida Deluchi

Nélida DELUCHI fue secuestrada entre el 1 y el 5 de agosto de 1976 alrededor de las 5.30 horas de su domicilio, Pasaje Podestá nº 1017 de la ciudad de Bahía Blanca. Allí vivía con su madre y sus tres hijos menores de edad, de nombres Adriana, Claudia y Axel GUERÍN, que en el momento del operativo se encontraban en la casa.

Luego de exigirle su documento, y revisar entre la correspondencia, le ordenaron a DELUCHI que agarrara un abrigo ya que se la llevarían a la Comisaría, para declarar.

Seguidamente, la subieron a un vehículo en cuyo asiento trasero le hicieron apoyar la cabeza sobre uno de ellos y mientras circulaban los secuestradores la interrogaron amenazándola de muerte. La trasladaron hacia un galpón.

Fue sometida a diversas sesiones de tortura (en las que mayormente utilizaron picana eléctrica). Varias veces terminó inconsciente. Todo ello le ocasionó un cuadro de invalidez a DELUCHI que luego la incapacitó en forma permanente para trabajar.

En otra oportunidad, le vendaron los ojos, la metieron en un vehículo y bajo amenazas de muerte la golpearon hasta que perdió el conocimiento. Cuando volvió en sí, estaba atada de una de sus manos a una cama en “La Escuelita”, donde escuchó que torturaban a otra gente que estaba alojada en el mismo lugar que ella.

A poco menos de un mes de haber sido secuestrada, volvieron a trasladarla en un vehículo que recorrió un trayecto corto hasta un galpón, dentro del cual fue interrogada por “el tío”, en presencia de varias personas más.

Se debe agregar que la víctima declaró en la causa 11 C, sobre los abusos sexuales de los que fue objeto en “La Escuelita”. Al respecto, contó que en esa construcción la desnudaron y la ataron a un elástico, le colocaron una toalla en la boca y comenzaron a torturarla con picana eléctrica. Dijo que allí uno de los interrogadores “hizo referencia al físico de la víctima, mencionando que eso hacían las que hacen teatro, para que después ellos se lo hagan pelota”.

Además, DELUCHI contó que cuando eran llevadas al baño por los guardias, éstos ingresaban y permanecían con ellas: “Cuando estaba Zorzal y Chamamé, yo les pedí que no entren al baño, porque enraban al baño con nosotras, entonces me dijeron que mientras no estuviera Jabalí, porque Jabalí cuidaba, afuera, y entraba de golpe, por la puerta uno escuchaba que entraba y salía, entonces mientras no estuviera Jabalí, o no estuviera Manuel, ellos se iban a quedar afuera. Pero si estaban ellos o cualquier otro, pero Manuel así (hace el gesto de ‘mano dura’), porque era un hombre que inspiraba miedo”.
En ese marco, relató lo siguiente: “[c]uando tengo el infarto, [el guardia “Calandria”] está en el baño, porque él se metía en el baño, es así que me muestra la cara y me dice que no tiene la capucha y qué sé yo, y ahí se puso a besarme y que se yo, y por eso me parece que, el chico se sentía muy mal, además me fui desmayando, y me quedé ahí en el suelo”.

El 30 de agosto de 1976 la víctima fue liberada, alrededor de las 22.00 horas.

Durante el cautiverio de DELUCHI, su madre realizó gestiones en forma personal ante el Comando del V Cuerpo de Ejército, pero nunca tuvieron éxito.

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