Perú: “La perspectiva estratégica que tiene Castillo ni siquiera llega a ser reformista”
En un contexto marcado por cuestionamientos e intentos de destitución del presidente Pedro Castillo, el investigador de la Universidad Federal por la Integración Latinoamericana, Sebastián Sarapura, analizó en FM De la Calle el trasfondo político y económico del Perú.
En 2021, varios meses después de celebradas las elecciones, Pedro Castillo fue consagrado presidente del Perú. No fue una elección cualquiera, derrotó a la hija del genocida, Keiko Fujimori, su coalición de gobierno “Perú Libre” logró poner fin a una continuidad de gobiernos neoliberales de al menos 3 décadas.
Castillo, docente y dirigente sindical, impensadamente llegaba al poder y generaba muchas expectativas.
Antes de cumplirse un año de gobierno, Castillo no paró de enfrentar embestidas por parte de la oposición y de los grupos mediáticos y económicos concentrados. Prueba de ello -y de su debilidad- son los constantes cambios de gabinete y los procesos de vacancia solicitados en el Congreso.
Es necesario tener en cuenta, como bien señala el investigador de la UNILA -Universidad Federal por la Integración Latinoamericana-, Sebastián Sarapura que “no es solamente culpa de la correlación de fuerzas, se trata del propio proyecto político que lleva adelante Castillo”.
“Lo que pasa en Perú es un capítulo de la crisis mundial que en principio tiene su expresión más definida en el conflicto bélico de Ucrania y ha reverberado en torno al alza de los combustibles y una tendencia inflacionaria dentro de los productos de consumo básico. Es el primer elemento para comprender la agudización de una crisis que, por cierto, está colocada desde antes de las elecciones que llevaron a Pedro Castillo a la presidencia. El encarecimiento del costo de vida es lo que está determinando las movilizaciones que se inician a finales de mes pasado y se prolongaron hasta hace unos días”.
- ¿Qué tipo de respuesta dio el gobierno a las movilizaciones?
Contrario a lo que podría suponerse en base a quién es Castillo y el partido con el cual llega –identificado con el espectro progresista- la respuesta fue más coincidente con la mayoría de las respuestas que han tenido los gobiernos de derecha de los últimos 30 años.
En primer lugar, se respondió con una fuerte represión, con al menos 6 muertes y, en segundo lugar, en términos de paliativos económicos, lo que se ha dado también es muy precario. Se suspendió un impuesto selectivo al consumo a determinados combustibles y también se quitaron algunos impuestos al consumo sobre determinados bienes de la canasta básica, pero que no arrojan una expectativa muy grande en que se traduzcan inmediatamente en los precios. Parece que beneficiaría más a los empresarios de esos sectores que a la población en general.
- ¿Castillo no es quien parecía ser o la fuerza que compone su gobierno le impone estos límites? ¿Por qué estas políticas?
En términos de correlación de fuerzas es cierto que tanto en el Parlamento como dentro del propio Poder Ejecutivo tiene condiciones adversas, la coalición de gobierno tuvo siempre muchas tensiones internas entre un sector identificado con una izquierda liberal al estilo del Frente Amplio uruguayo o a Boric en Chile, con el sector más radical que era el de Perú Libre. Esta tensión llevó a diferentes enfrentamientos y generó que el propio Castillo –que era un invitado de Perú Libre- se volcara a buscar alianzas con sectores de la derecha. Aquí no hay ingenuidad ni es solamente culpa de la correlación de fuerzas, se trata del propio proyecto político que lleva adelante Castillo, es decir, la perspectiva estratégica que tiene ni siquiera llega a ser reformista, ni siquiera el programa mínimo de Perú Libre, que apuesta por una Asamblea Constituyente, está siendo llevado a cabo y esto se debe a que Castillo vendría a representar a un sector de empresarios que no se ve del todo beneficiado con el orden constitucional actual.
- ¿Qué futuro puede tener el gobierno de Castillo?
Ha intentado aproximarse y conciliar con un congreso que tiene su propia agenda. Todavía parece estar dando manotazos de ahogado frente a una crisis que nadie podría resolver en verdad, justamente a raíz del contexto mundial y del propio ordenamiento legal actual que no permite una intervención en el control de precios.
Probablemente lo que se viene sea una arremetida de la derecha, que va a esperar a que la crisis cause sus efectos y va a intentar cabalgar sobre ella para terminar proponiendo la vacancia. Lo cual difícilmente consiga porque lo que se demostró en las últimas movilizaciones es que la inmensa mayoría de trabajadores transportistas, agricultores, etc., no tenía como prioridad la salida de Castillo y sí el cierre del congreso.
La mayoría de los trabajadores lo que quiere es que Castillo aplique el plan de gobierno original, incluso algunos sectores llamaban a la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
“La desaprobación del Congreso es probablemente superior a la de Castillo, quien está siendo identificado no por aplicar políticas de izquierda sino por llevar adelante las mismas políticas que ha venido aplicando la derecha. Lo interesante de este proceso es ver que la mayoría de los trabajadores aspira a la ejecución del plan de gobierno original de Perú Libre”.
“Ahorita en Perú se podría delimitar entre fuerzas políticas de derechas o de izquierdas según se posicionen respecto al pedido de vacancia. Quienes lo hacen a favor van desde el centro con Sagasti y Kuczynski, y la derecha liberal, hasta la extrema derecha. También hay algunos sectores de la izquierda que apuestan por esa salida pero con la convocatoria a una Asamblea Constituyente como se ha hecho en Chile hace poco, o como pasó anteriormente en Ecuador o Bolivia”, afirmó Sarapura.
Agregó que “la pandemia no genera sino que recrudece los efectos de la crisis y expone todas las deficiencias estructurales del sistema capitalista en el Perú, como en la mayoría de los países latinoamericanos”.
- ¿Qué sustento tienen las acusaciones concretas de la oposición al solicitar el proceso de vacancia?
Básicamente se plantea la “incapacidad moral” del presidente debido a investigaciones abiertas sobre Castillo y sus allegados en torno a licitaciones con empresas que han obtenido contratos con el Estado. De esto aún no se ha probado nada, entonces el principal motivo sería la proximidad del gobierno con gente que efectivamente ha estado involucrada en casos de corrupción y que, en su carácter de “colaboradores eficaces”, para bajar sus penas involucran al presidente, pero no de manera tajante y sin ofrecer pruebas.
Para muchos trabajadores Castillo ha sido una desilusión. También hay otras perspectivas que ya indicaban que de plano era inviable un proceso reformista.
Aún así, mientras la mayoría de los sectores progresistas quieren empujar a Castillo hacia la izquierda, este se va apoyando cada vez más a la derecha.