Víctor Benamo

Al momento de su secuestro, Víctor BENAMO tenía de 45 años, y era objeto de investigación por parte de los organismos de inteligencia, desde varios años antes a su secuestro.

A principios de abril del 76, mes en que se produjo su secuestro, BENAMO había tomado conocimiento que se lo había involucrado con la organización “Montoneros”, en una conferencia de prensa de la que participó el Gral. VILAS y personal de la Policía Federal Argentina Delegación Bahía Blanca.

Ante esto, BENAMO optó por presentarse de manera personal ante la Brigada de Avellaneda de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a los fines de obtener mayores datos al respecto, como también obtener información e indicaciones acerca de dónde debía de presentarse para de esta manera poder aclarar y regularizar su situación.

No obstante esa presentación espontánea, al poco tiempo de ello y sin dársele mayores explicaciones, la víctima fue secuestrada de manera intempestiva por miembros de la “Brigada Avellaneda”, el 23 de abril, en Banfield, provincia de Buenos Aires, en la salida de un juzgado penal de esa jurisdicción, mientras trabajaba. Fue trasladado a la Brigada de Avellaneda. Desde allí, personal de la policía bonaerense se encargó de trasladarlo hasta un aeródromo –según la propia víctima en La Plata-, en donde lo subieron a un avión que ya lo estaba aguardando. Fue obligado a realizar el viaje en el piso, vendado y esposado por la espalda todo el trayecto, sufriendo la presión que su propio cuerpo ejercía sobre sus muñecas, lo que derivó en su desmayo para cuando el avión aterrizó en Bahía Blanca.

Una vez en esta ciudad, la víctima fue conducida al CCDyT “La Escuelita” en donde fue sometido a varias sesiones en las que se le aplicó tortura física y psicológica, ya sea mediante la utilización de picana eléctrica, colgándolo de alguna estructura, o incluso propinándole fuertes electroshocks en las sienes.

Otra de las torturas a las que se vio sometido BENAMO fue el haber sido “estaqueado”, a lo que se sumaba la percepción de los gritos y lamentos por el sufrimiento que se le causaba a personas que estaban también siendo sometidas a sesiones de torturas; también los guardias del lugar, tras esposar a otras víctimas del cautiverio, los obligaban a simular peleas de boxeo, entre risas y burlas de quienes fingían trasmitirlas.

Un mes después de haber sido detenido e ingresado a “La Escuelita”, el 26 de mayo de 1976 BENAMO fue trasladado a la Unidad N° 4 de Villa Floresta. Allí ingresó en muy malas condiciones de salud, incluso le resultaba casi imposible mantenerse en pie.

BENAMO permaneció poco más de dos meses en la UP 4, ya que el 2 de agosto de 1976 se lo trasladó a la Unidad Penal de Rawson junto con otros detenidos.

El arresto dispuesto por decreto Nro. 571/76 del PEN, fue modificado por el decreto Nro. 484 del 26/02/79, que dispuso el arresto de BENAMO bajo el régimen de libertad vigilada, cumpliéndose el mismo en la localidad de Coronel Dorrego, provincia de Buenos Aires.

Finalmente, sobre finales del año 1979, comenzó su exilio en el exterior, en ejercicio de la opción de salir del país, conferida por decreto P.E.N. Nº 2799 del 05/11/1979.

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