De derecha a izquierda: Paola Quiroga, Charo Palacios y Rosario Sansone

Paola Quiroga, Charo Palacios y Rosario Sansone

Travesticidio de Rosario Sansone: “La mataron por odio a lo que representa y a su identidad”

La causa por el asesinato de Rosario Sansone fue elevada a juicio. Sin embargo, para su familia y las organizaciones que la acompañan, aún falta un paso crucial: que la elevación quede firme y que la justicia reconozca el crimen como un travesticidio triplemente agravado, una figura jurídica sin antecedentes en la ciudad.

Desde la organización Furias sostuvieron: “Desde un comienzo reclamamos que la carátula sea travesticidio, porque la asesinada es una travesti y eso tiene particularidades vinculadas a las vulnerabilidades que enfrentan las personas trans todos los días que es necesario visibilizar y que sean reconocidas”.

A pesar de que Rosario había accedido al cambio registral y la fiscalía la nombra por su identidad autopercibida, la falta de perspectiva de género en la investigación es, según Furias, una evidencia más de la desprotección institucional. “Tratar la causa con perspectiva de género implica reconocer que el género es opresor, binario, y que lleva a la domesticación de ciertos cuerpos. Rosario fue asesinada en ese contexto”, explicó Ana Paula, una de las integrantes de la ONG.

Micaela Romero, abogada de la familia, explicó que el imputado —menor al momento del crimen— será juzgado por su edad al momento de los hechos. Señaló también la dificultad de modificar la carátula de homicidio agravado a travesticidio, dado que no existen precedentes de este tipo en Bahía Blanca.

El temor y la desprotección que generó su muerte en la comunidad trans también son parte del reclamo. “Cuando matan a una figura tan importante como Rosario, una activista por los derechos de la comunidad, eso genera miedo, desamparo total. Si no hay organizaciones acompañando, la causa queda en la nada. Y las vidas de quienes siguen vivas se ven más desprotegidas todavía”, expresó.

Según estadísticas del 2021, el 36% de los travesticidios ocurre en viviendas particulares, en muchos casos donde las víctimas ejercen trabajo sexual sin condiciones mínimas de seguridad. Ese fue el caso de Rosario.

A lo largo de los años de militancia, Furias ya había advertido sobre el empeoramiento de las condiciones de vida en la comunidad trans. “Había muchas situaciones de salud mental deteriorada, falta de trabajo, adicciones. Veíamos que las condiciones estaban dadas para que ocurriera algo así”, activista de la organización. Y volvió a insistir en la necesidad de aplicar la ley de cupo laboral travesti-trans: “Es una herramienta que puede dar otra perspectiva de vida, pero no se está aplicando”.

Rosario Sansone
Rosario en el evento “Muestravesti”, por el Día de la Memoria Trans. Foto: Aurelia Mitre

La falta de respuesta institucional también se hizo notar. “Desde que se elevó a juicio no hemos recibido ninguna comunicación por parte de la Secretaría de Género. Es una oportunidad para demostrar que el acompañamiento puede hacer un cambio, sobre todo porque no hay antecedentes de que una causa así se haya investigado como corresponde”, expresó.

La historia de Rosario es también un reflejo de una expectativa de vida sistemáticamente vulnerada. “La expectativa de vida de una persona trans es de 35 a 40 años. No es un dato menor. Tiene que ver con exclusiones múltiples desde el nacimiento. Rosario no es un caso aislado: es parte de una estructura de violencia que se repite”, concluyó Ana Paula Vela.

Para sus compañeras, la justicia por Rosario no es solo un acto individual: “Es importante de forma colectiva para la comunidad, para el resguardo de las compañeras, para crear conciencia y medidas preventivas. También porque nuestras juventudes están expuestas a discursos de odio y violencias desmedidas”, expresó Sosa.

“Ahora nos toca a nosotros mantener viva la memoria de ella”, concluyó. “Creo que muchísima gente en esta ciudad no tiene ni idea de lo que pasó con Rosario. Fue un hecho sin precedentes. La mataron por odio a lo que representa y a su identidad. Ese es nuestro pedido: justicia y memoria”.

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