(Por ¿Quién te juna?) Históricamente se conocía al acto de adoptar como una obra de caridad, sin embargo, mediante fueron pasando los años el significado fue cambiando, hasta el día de hoy, que es conocido como el acto que realizan muchas parejas, como también padres/madres solteros, cuando no tienen la posibilidad de concebir o ya tienen un hijo y deciden cuidar de otro niño. Para poder tener la tenencia de un menor, los padres deben atravesar una etapa, donde el juez, analiza si poseen los requisitos para brindarle el amor y contención necesario en su crianza.

En el año 2015, Marcelo Feliú impulsó una nueva ley que puso como eje principal el agilizar el proceso de adoptabilidad, con un plazo fijo de seis meses para que los jueces analicen los expedientes, donde se cuenta desde que se toma la primera medida de protección del menor que se encuentra en un estado de vulnerabilidad, y con el resguardo de las debidas garantías del debido proceso para todas las partes involucradas, para que el juez decida si están dadas o no las condiciones de “desamparo moral o material” y así resolver la situación de adoptabilidad del menor cuyos derechos se vean afectados.

Con respecto a los postulantes para adopción, algunos de los requisitos fueron modificados, entre los que se encuentran la diferencia de edad entre adoptante y adoptado que antes era de 18 años y ahora bajó a 16. También se permite que adopten las uniones convivenciales, algo que antes no se consentía y se mantiene la posibilidad para personas solas y matrimonios. En este último caso se extiende la posibilidad también a los matrimonios igualitarios.

Este nuevo código, se enfocó principalmente en los tiempos del proceso, el cual implica tres etapas: un estado de adoptabilidad del niño; una guarda provisoria; y el juicio de adopción.

Todos estas reformas fueron pensadas a favor del niño, para evitar que generen lazos afectivos con guardas provisorias con las que no puedan mantener el vínculo a futuro y con el objetivo de garantizarles una estabilidad emocional.

El amor más allá del deseo

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En nuestra ciudad se encuentra la agrupación “M.A.M.A.-Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes” la cual brinda apoyo desde 1985, con los objetivos de dar información y contención psicológica para a aquellos que todavía no se iniciaron el proceso de adopción, también a las personas que se encuentran en lista de espera, como también los casos que se encuentra vinculado con algún niño o las que ya tienen un menor por la vía de adopción.

Con respecto a los temores que enfrentan los padres antes, durante y luego del proceso, Carolina Recalde directora de MAMA explica “hay muchos miedos, incertidumbres. Hay un poco de idealización en los pretensos adoptantes, en que cuando llega el niño ‘bueno llegó y ya se termino todo, y le damos para adelante’ o la historia de ese niño y ya está. No, hay que respetarla, uno adopta con la historia, entonces hay que estar preparados. Lo que nosotros tratamos es que los papás estén lo mejor preparados para cuando llegue ese niño a la familia”.

Por otra parte, refiriéndose a la otra cara, en que los padres que adoptan, luego de un periodo junto al niño los devuelven a la justicia, Recalde afirmó: “el tema es que la gente necesita pedir ayuda. Porque esto tiene que ver con la idealización. Vos idealizás un chico o una nena y después no cumplen esas expectativas que vos tenes, entonces decís bueno, al primer berrinche lo devuelvo. Entonces, ante esa situación, hay que pedir ayuda”.

“Si estuviste idealizando a ese niño, tal vez, ese niño también idealizó a sus padres “¿cómo serán mis papás cuando los encuentre?”. Entonces, creo que cuando uno tiene el deseo y cuando llega el hijo, ya el hijo es para siempre” agregó.

Respecto al hecho que muchas parejas deciden adoptar bebés y no niños de dos años en adelante, explicó que “para muchos implica, que tiene menos historia, lo amoldo a mi manera…le puedo dar la mamadera, cambiar los pañales y lo puedo llevar al jardín. Básicamente es eso. Bueno, bárbaro… sí. Pero, cuando vos adoptas un niño más grande, no le cambiaste los pañales, no le enseñaste a caminar, pero le podés enseñar otras cosas. Hoy por hoy, el 95% de los matrimonios o los homoparentales quieren niños menores de 3 años. Pero la realidad, es que la mayoría de los niños que hoy están en estado de adoptabilidad son mayores de 6 años”.

En cuanto a la relación del chico con el padre adoptivo el psicólogo Alejandro Osorio aseguró: “Uno ve diferentes relaciones con los padres adoptantes, mucho tiene que ver la postura y la actitud de estos padres hacia esos hijos. El hecho de transmitirle la verdad. El poder haberle dado amor, seguridad, contención, puede transformar el hecho de haber sido adoptado en algo no necesariamente traumático. Porque estamos constituídos desde lo psicológico desde el cariño, el amor, nos identificamos a partir de ahí, entonces cuando nos encontramos con adultos contenedores y que saben dar amor, que saben poner este deseo, no desde el narcisismo, sino desde construir una familia. Uno observa que no necesariamente debe quedar una huella en ese hijo adoptado”.

También recalcó: “La familia, no viene dado desde lo sanguíneo. La familia es quien te da amor y quien te cuida, entonces se sienten realmente hijos y adquieren características propias de la familia, estilos familiares. No así, que he tenido también pacientes a los que se les ha ocultado la verdad hasta la adolescencia, pueden tener una huella más traumática”.

Con referencia a los temores que enfrentan “están el no poder dar amor, no congeniar con el niño y en esto entra el secreto de la adopción. El amor es libre, no ata, no prohíbe. Es desde la libertad que uno se relaciona en el seno familiar o en las amistades, como en la pareja. Y la condición de la libertad es necesaria también con los hijos. Un papá, sean hijos adoptados o biológicos, no puede coartar la libertad de este hijo. Acompaña, aconseja, habla desde la experiencia, pero nunca puede dirigir la vida de ese hijo, entonces ahí se necesita un acompañamiento hacia el adulto, ese papá y esa mamá para que puedan sentir esa seguridad, de que si han creado en vínculo, pueden ir con la verdad”, aclaró Osorio.

Para finalizar, al hablar sobre los prejuicios que se les tiene a los matrimonios igualitarios afirma “me parece que va por la capacidad de brindar esta contención, este apoyo, amor. Pero por otro lado, a mi entender, la sociedad le falta evolucionar, lamentablemente, porque no está preparada para aceptar esto”.