Ajuste municipal: sin datos no hay leche
Otra institución ve condicionada la continuidad de ayuda municipal por la entrega de datos personales de las familias de las niñas y los niños que la reciben. Se trata de tres cajas de leche que intentan complementar los desayunos y meriendas que envía la provincia.
Gabriela Delfino, dirigente de SUTEBA y asistente social del lugar, explicó a FM De la Calle que la exigencia proviene de la Jefatura de Gabinete a cargo de César Tomassi: “No tiene nada que ver con estudiar cómo podemos mejorar la entrega o distribución de los recursos porque eso lo hace quien está preparado para eso”.
“A partir de ahora para seguir recibiendo esa ayuda debemos cargar, en el caso nuestro como son menores de edad no a los niños, pero sí al responsable adulto con todos los datos de toda la matrícula, o sea, toda la familia de toda la matrícula que pasan a ser beneficiarios de un recurso que en realidad es una copa de leche”, dijo.
Los datos deben ser cargados en una web en la cual cada organización del sector tendrá su usuario y su contraseña. “Lo que se intenta es cruzar los datos para redireccionar los recursos”.
“Las ayudas se dan a las instituciones y no a las personas, entonces, en ese registro web cada persona va a aparecer más de una vez. Obviamente la lectura que se puede llegar a hacer de manera muy peligrosa es que esa persona recibe más de un beneficio, cuando lo que están recibiendo sus hijos es una copa de leche a la mañana en un lugar y tal vez, si va a la escuelita de fútbol, una copa de leche a la tarde”.
En el barrio se abrieron en los últimos años casi una decena de merenderos que son sostenidos solidariamente sin colaboraciones estatales.
“Esto habla de la creciente demanda de alimentos porque la plata no alcanza, porque se han perdido trabajos y, en vez de tratar de ver cómo se sostiene a los sectores más vulnerables en estos momentos tan críticos, es ajustar y achicar más, controlar más los pocos recursos que hay para estos sectores en consonancia con lo que planteaba el presidente de sacar partidas de desarrollo social, de salud y educación para darlas a las fuerzas de seguridad como si eso fuera una necesidad fundamental”, afirmó Delfino.
Agregó que “como trabajadora social siempre planteamos no entregar certificados de pobreza porque bastante terrible es vivir en estas situaciones y mucho más es tener que exponer en cada institución donde se va, cuál es tu tipo de vida no porque vos quieras sino porque te condena un sistema”.
Si la institución acepta otorgar los datos exigidos por Tomassi debería sortear la falta de acceso a internet enviando a alguno/a de sus trabajadores/as a las oficinas comunales para cargar toda la matrícula. “Tenemos un doble o triple trabajo para recibir tres cajas de leche para sostener lo que debería estar haciendo la provincia”.