“Fuerzas vivas”: una fuga de película
En julio del 76 Guillermo Quartucci se fugó de los genocidas que lo habían secuestrado junto a un grupo de profesores. Corrió una fría noche por los campos pampeanos de Jacinto Arauz, caminó seis días y llegó a Bahía Blanca. Permaneció en la clandestinidad por tres meses y emprendió el exilio mexicano.
Juan Pablo Felix y el bahiense Esteban Garelli dirigen la película “Fuerzas vivas” en la cual relatan la historia del Operativo Arauz. Se podrá ver a partir de mañana en el festival del BAFICI de manera presencial en CABA y estará disponible online durante 72 horas.
“Conocí la historia de Guillermo hace mucho tiempo y siempre fue increíble. Fue secuestrado en el Operativo Arauz, logró fugarse y la fuga es un relato apasionante pero hay mucho más detrás de eso. Surgieron cosas muy interesantes, no solo sobre lo que pasó sino por qué sucedió ese operativo”, comentó Garelli a FM De la Calle.
Señaló que “Guillermo, antes de salir del país, estuvo clandestino tres meses, durante muchos años borró este episodio de su vida. Hasta que a principios del siglo, cuando se reabrieron los juicios, se metió de lleno en la investigación de lo que pasó con su detención. La película también cuenta cómo llegó a descubrir estas denuncias que hicieron las fuerzas vivas del pueblo”.
El largometraje se grabó en abril del 2018 y estuvo listo para estrenarse el año pasado pero la pandemia cambió los planes. Durante el rodaje “sucedieron muchas cosas fuertes”, dijo el director.
“Los profesores secuestrados de las aulas del colegio frente a sus alumnos fueron ocho. Algunos fueron liberados el mismo día, quedaron cuatro en un puesto caminero. Tres estuvieron presos blanqueados en Santa Rosa y Guillermo se escapó. Ninguno había vuelto a la escuela, Guillermo pudo volver, reconocer el aula de dónde fue sacado por los militares y hablar con los alumnos actuales del colegio. También pudo visitar el puesto caminero de la Ruta 35, en el límite entre Buenos Aires y La Pampa, donde estuve en cautiverio una tarde y de allí se escapó”.
1La historia de persecución estuvo oculta durante mucho tiempo: “Si se contaba era como una anécdota, pero nunca se iba a contar a fondo por qué pasó. Eso es lo que plantearon como querellantes, ir más allá, entender que los militares llegaron a ese pueblo con un operativo desmesurado a raíz de denuncias de vecinos que decían que en ese colegio se estaba contaminando las mentes de la juventud”.
“Hay diferencias en las visiones de acuerdo a las diversas generaciones. Ahora los chicos están recibiendo otra información sobre eso que pasó y están pudiendo construir una nueva mirada. Seguramente sigue habiendo resistencias a que se destape el tema, en la misma escuela y en el pueblo, hoy conviven familiares de denunciantes y de denunciados. Siempre fue difícil hablar del tema porque fue una herida abierta”.
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