Irene Ruth: Fuga de capitales
(Por Astor Vitali) Irene Ruth es tecladista y cantautora. A principios de noviembre editó Fuga de Capitales, un disco con obras propias.
La producción amanece con una canción vespertina, sonidos que atrapan a quien se dispone a escuchar una nueva obra: hay una autora que tiene algo para decir y está dispuesta trabajar con los sonidos para hacerlo.
Luego, mira a través de unos lentes filosóficamente críticos, en Cóncavo. Toda apreciación depende del lente con que se lo mire, dicen. Pero no siempre quien mira es la misma persona. Más bien, cambia el lente y también cambia la mirada. Avanzamos escuchando sonidos y preguntas. Sonidos y preguntas. Diagonales que a veces se tocan y, casi siempre, apenas se reconocen como accidente, sombras de futuros olvidos.
Luego viene La demora. Y no es que hayamos esperado tanto. Es bueno que la demora no tarde en manifestarse. La sombra como demora, los ecos que se adelantan como rumor de lo que se sabrá perdido. Y a esta altura, uno dice, que bueno que las letras de la autora sean más que una palabras que digan cosas y que, más bien, le hablen a las cosas que se desfondan, a las que ocupan el tiempo libre; más bien, el tiempo en que logramos sentirnos libres. Un camino que se elige. Los vientos que suenan aquí confunden la materia ¿es el río o son los vientos?
Ahora todo, todo que entra en un punto como en El Aleph. Un punto que guardamos en un lugar olvidado, a la vista. Un abismo que nos pone en peligro. Por eso vamos por otros callejones más livianos, menos oscuros que el silencio, ese espejo del espíritu, abombado de pantallas y publicidades. ¿El tiempo se va o se esconde? ¿Cuándo atinaré? ¿En qué baldosa estaré pisándome los fracasos por venir? La sorpresa y lo inmenso son cosas demasiado grandes para que nos entren en el cuerpo, como el otoño que se le fue metiendo en el cuerpo de la Tonada del viejo amor.
Desatar luego 15 nudos. Es tan difícil como escuchar el crujir de las cuerdas que nos atan las alas y las comisuras de la sonrisa franca.
El agua es cosa seria. Se requiere cierta rigurosidad artística para referirse a ella. Mojar el tiempo y el espacio con una canción no se parece a la lágrima, ni un escupitajo; ni siquiera a beso engominado. Por eso el arreglo musical se va moviendo, como el agua: vibra, según el cosmos.
Pero claro, Que rieras es inevitable. Porque hay algo jocoso en este drama que nos atraviesa y que nos excede. Sólo por reír, reír. Cuando dos miradas se reconocen tiernamente diminutas, se llama risa.
En última instancia, como todes, Lo dejo en tus manos, porque la voluntad es un mito. Y esta música sirve para reconocerlo, para reconocernos, para llorarnos y para festejarnos.
Nuevamente, lo dejo en tus manos, porque escuchar puede ser una forma sustancial del tacto en otra dimensión.
Ficha técnica
Composiciones originales de Irene Ruth.
El sexteto, surgido en 2018, está integrado por Irene Ruth en teclado y voz, Cecilia Dottore en saxo alto, Gabriel Sainz en trompeta, Manuel Calvo en trombón, Axel Filip en batería y Carlos Quebrada en bajo.
Irene Ruth en teclas, piano, voz, coros
Cecilia Dottore en saxo alto
Manuel Calvo en trombón
Gabriel Sainz en trompeta y bandoneón
Carlos Quebrada en bajo
Axel Filip en batería
Músicxs invitadxs
Victoria Lo Giudice: voz en “Ahora todo”
Juan Sarda Lerotich: guitarras en ” Canción vespertina”
Composición música y letra de todos los temas a cargo de Irene Ruth, excepto la letra de “El Agua”, de Leopoldo Castilla.
Preproducción Irene Ruth y Carlos Quebrada
Post producción:
“La Demora”, “15 Nudos”, “Cóncavos” y “Devenir de los días”: Irene Ruth y Darío Jalfin.
“El agua”, “Ahora todo”, “Canción vespertina” y “Que rieras”: Irene Ruth y Andrés Marino.
Mezcla: Mariano Miguez
Mastering: Pablo Lopez Ruiz
Grabado en Ideo Music por Pablo Lopez Ruiz y Mariano Miguez
Homestudios por Darío Jalfin y Andrés Marino
Arte visual y diseño gráfico: Josefina Chevalier