Liliana Herrero interpreta a Fito Páez

(Por Astor Vitali) La canción es un universo propio que habita el aire y toma vida en los cuerpos. Es tan propia que encuentra un sitio distinto en la emoción de cada escucha y hasta es moldeada por la subjetividad de cada oyente.

Liliana Herrero acaba de editar un disco en el que aborda una selección de la obra de Fito Páez. La artista buscó contar la historia de Páez de la que además es parte desde la música, la amistad y el escenario rosarino. Las obras elegidas van desde 1984 hasta el 1999. “Fue un trabajo de orfebrería muy extenso. Trabajé sobre este disco casi dos años. Me quedaron muchos temas afuera que me hubiera interesado cantar, como Tumbas de la gloria”, dijo a FM De la Calle.

El repertorio de este autor está atravesado por reflexiones y sensaciones sobre la existencia humana, a través del relato de sus experiencias y de su vínculo con el mundo. En el dolor, en el festejo, en los vínculos, es posible identificarse en imágenes existenciales a las que la vida nos va introduciendo, en general, sin mediar aviso. “Las canciones de Fito, si uno las escucha con atención, son reflexiones sobre su propia vida y por lo tanto son reflexiones sobre la condición humana”.

En torno del trabajo interpretativo, Herrero explicó que encontró “textos o frases que son muy personales y dolorosas y puse el acento en esas frases, en todos los temas. Por eso omití algunas frases, modifiqué armonías y cambié la estructura de los temas”.

En este sentido, la estética del disco es continuidad de la que viene “buscando hace muchísimos años” en la que la historia de la canción, su concepto y su interpretación aparecen “en un lugar preponderante”.

“La obra de él es una obra abierta. Permite revisitarla y hacer otras cosas. Eso me parece que pasa con las grandes obras. También pasa con Spinetta, con el Cuchi Leguizamón o con Yupanqui. Yo sé que se pueden intervenir y que se puede conversar con ellas”.

En Canción sobre canción hay dos citas. Uno “sobre un tema de Charly García y luego otra de Luis Alberto Spinetta”. Se trata de “un paseo sobre la memoria musical que para Fito son importantísimas”.

Por otra parte, Herrero también buscó sonoridades de las músicas que escucharon cuando compartían tiempo en Rosario. “En el caso de Dejarlas partir hay una referencia clarísima en la guitarra de Pedro Rossi al modo en que Joni Mitchell tocaba la guitarra”. Durante los intercambiamos entre el compositor y la cantante en horas de reunión, “hubo una transferencia de músicos que nos pasamos mutuamente. Yo te podría decir que él escuchó al Cuchi por mí y yo escuché a Spinetta por él”.

De esta manera, este nuevo trabajo de Liliana Herrero nos ofrece su característica búsqueda interpretativa, su compromiso con la obra y un repertorio que nos va sumergiendo cada vez más dentro del desarrollo del disco. Los timbres utilizados, los arreglos, los recursos interpretativos, la guitarra de Rossi, las inflexiones, los cambios de estructura, las sonoridades que encuentran lugares profundos de cada canción son elementos que aportan a una visión artística de este repertorio que, además del goce estético en la escucha, interpela, conmociona y sacude a la audiencia ahí donde nace la lágrima.

“Fito es un tipo que la música la piensa con trabajo, búsqueda, honestidad y mucho amor. Siempre pensó la música así”, nos cuenta Herrero. Este disco también.


Foto: Carlos Briego