Matías Morelli en concierto
El Centro Cultural La Panadería reabrió sus puertas con un espectáculo que surge de la creatividad de Matías Morelli, un artista especializado en percusión, conocido por públicos diferentes. Hay quienes lo han escuchado como solista en percusión de la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca, otras audiencias por su participación en grupos históricos de la ciudad y hay quienes han presenciado sus propuestas de características contemporáneas. También es docente, entre otras cosas. A grandes rasgos, una figura que se mueve en diversos ámbitos de la música y del arte. Si la música es una sola –como reivindicamos desde este espacio- y, en todo caso, se expresa en distintos formatos, su práctica requiere de músicos integrales. Es el caso de nuestro convocado.
La propuesta que tendrá lugar –última función- este sábado a las 21:30 parte de una propuesta estética personal. “Siempre digo que si durante cinco minutos dijimos algo que solo nosotros podíamos hacer, de la hora que estamos tocando, salvamos la noche”, cuenta Morelli a nuestro medio.
Sobre el escenario participan otros y otras artistas que arroja una mixtura sonora y subjetiva. “Mi idea original era hacer un concierto solo. Yo tengo un ejercicio cotidiano de juntarme con gente a tocar y a improvisar. En un momento en el devenir de organizar este concierto, fui comentándoles y se fueron sumando. Al final armé un concierto donde en una primer parte toco solo y luego en un ensamble con músicos que por primera vez tocamos juntos, antes tocábamos por separado”.
El concepto no tiene que ver con la ejecución de una obra escrita. “Todos conocen la manera en la que se toca y no hay una pieza que hay que tocar: hay que estar en ese estado para poder tocar. Requiere un estado mental. El concierto quiere reflejar un estado de improvisación que cuando no nos debemos a un público, estamos como una hora sin parar donde pasamos por distintos momentos. La idea es reflejar esa espontaneidad pero controlada. Y ahí lo que hay que hacer es saltearse todo el tiempo aquel lugar común en el que sabés que podés…”.
“Tocar esta música, rechazar todos los lenguajes que uno ya conoce, responde a la situación que estamos viviendo. Por lo menos en el arte me rebelo”.
Marcos Marchegiani, uno de los artistas invitados, dijo a FM De la Calle que “desde la perspectiva de quien está en el escenario, el concepto musical que se trabaja es el concepto de la búsqueda constante. Es la sensación de que lo que encuentra uno arriba en el escenario no es el fin sino que el fin es la búsqueda. Cuando alguien encuentra algo, los demás estamos buscando cómo profundizarlo. Es una aventura a través del campo auditivo y de las emociones, sin la necesidad de un preconcepto”.
“Es una propuesta muy ambiciosa. Venimos de un año en el que es muy necesario que trabajamos nuestras emociones. Tenemos que saber valorar que exista gente como Mati en Bahía Blanca que pueda trabajar en este campo con conocimiento y experiencia para poder llevar adelante este tipo de propuestas que no son comunes pero son necesarias”.
El concierto está dedicado a Diego Maradona, en un gesto que no refiere a la literalidad de su presencia en el espectáculo sino más bien a una manera de percibir el mundo. “Sin ser futbolero ni necesariamente maradoneano, cuando murió, dije: cambio de era. Guardé todas las partituras y las archivé. Me puse a improvisar y encontré cosas muy interesantes. Cuando dejás de leer y estudiar terminás escribiendo. Me parece que es un poco el gesto maradoniano: cortarte solo y jugártela por ahí. Y asumir el riesgo”.
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