Niñez y aislamiento: “Hay que plantearlo desde la excepcionalidad”

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La psicóloga Alba Picardi aseguró que las posibilidades de niñas, niños y adolescentes de procesar las consecuencias del aislamiento dependerán de “la actitud que asuman los adultos referentes”.

“A esta situación hay que plantearla desde el lugar de la excepcionalidad. El aislamiento tuvo un sentido de cuidado, las restricciones también. Siempre situarlo en lo transitorio, en algo que va a pasar, la sensación de desvalimiento y de algo que no termina genera mucha limitación emocional en los niños”, dijo a FM De la Calle tras la difusión del informe realizado por el Consejo Local de Niñez y Adolescencia sobre el impacto de la cuarentena.

Picardi afirmó que “probablemente a todos nos vaya a dejar una marca en términos de salud mental y todos tengamos que elaborar ciertas pérdidas y duelos”.

Reclamó que “las políticas públicas contemplen y tengan una mirada pensando en la necesidad de niños y adolescentes. Se ha vuelto una contienda de adultos de presencialidad sí o no, hay que salir de eso, pensar quiénes la necesitan, cuáles pueden esperar un poquito más”.

La encuesta realizada a pedido del Consejo Local de Niñez y Adolescencia acerca de la percepción de niñas, niños y adolescentes respecto del proceso de aislamiento implementado en 2020 arrojó que sus principales emociones fueron cansancio, aburrimiento y estrés.

“En algunos casos eran respuestas esperables. La mayor cantidad se dio entre los 14 a 16 años que es el momento donde un chico requiere de un contacto con sus pares para su desarrollo”, dijo Picardi.

Aseguró que les sorprendió la referencia a “la dificultad para conectarse a través de las pantallas .Creíamos que era un elemento más natural de los chicos y, sin embargo, les generó malestar a los adolescentes utilizar la virtualidad para la escolaridad o el contacto y manifestaron cansancio en relación a no poder tener el contacto físico habitual. Pudieron empezar a tener algún tipo de acercamiento y este tipo de sentimientos entendemos que han ido disminuyendo”.

La titular del Colegio de Psicólogos destacó que en la adolescencia “la salida de la casa es fundamental para la constitución de su identidad. En este punto se jugaron dos cuestiones, el alejamiento de sus grupos de pares y la cercanía permanente con los adultos referentes con los que necesariamente terminan chocando porque necesitan constituir sus formas y sus ideas”.

En niñas y niños más pequeños, comentó Picardi, “los sentimientos eran similares, los trastornos de sueño son algo a tener en cuenta, la presión por el encierro, la añoranza de las actividades extras. Es llamativo que han perdido las referencias con las actividades que eran importantes para su desarrollo y que tenían que ver con sus gustos personales, deportes, actividad artística, talleres”.

Por último, entre los aspectos positivos aun en contexto del aislamiento mencionó “el recurso humano” y que “había instrumentos que estaban a nuestro alcance y no se usaban”.

“Está a la vista la necesidad de pensar en políticas más unificadas, que no sea todo tan estanco y de a quién le toca cada cosa. Empezar a pensar la educación desde otro lugar. La escuela tiene que cambiar, hace mucho tiempo la forma de aprender cambió, nos deja ese desafío: cómo empezamos a pensar el aprendizaje de los niños desde otros lugares. Esto no puede ser un año perdido para los chicos tiene que ser experiencia ganada”, concluyó.