Jorge Antonio Abel

El 15 de diciembre de 1976, a las 6.30 horas, en ocasión en que se dirigía hacia su trabajo en la calle Lavalle a la altura del número 1250 de la ciudad de Viedma, Jorge Antonio ABEL fue secuestrado por un grupo de personas relacionado con la Policía Federal Argentina, delegación Viedma.

El operativo de secuestro estuvo a cargo del comisario de la Policía Federal Vicente FORCHETTI. Desde la vía pública, ABEL fue conducido en el piso de una camioneta Ford F 100 con cúpula de color celeste con franjas blancas, a la Delegación Viedma de aquella fuerza y tras permanecer unos minutos allí, fue trasladado a la sede de la Escuela de la Policía de la provincia de Río Negro.

A continuación de un duro interrogatorio en el que se le propinaron fuertes golpes con elementos contundentes e incluso se simuló ejecutar su fusilamiento, ABEL fue conducido a bordo de un Ford Falcon, desde Viedma directamente a dependencias del Vto. Cuerpo de Ejército en Bahía Blanca.

Ya en esta ciudad, fue introducido en el centro clandestino de detención “La Escuelita”, lugar en el que permaneció secuestrado y en cautiverio unos diez días, debiendo soportar continuos maltratos, tormentos psíquicos y físicos, los que incluyeron sesiones de tortura.
Allí pudo saber quiénes eran algunas de las personas que se encontraban en su misma situación de cautiverio, entre los que pudo identificar se encontraban Oscar José MEILÁN, Vilma RIAL de MEILÁN, Miguél Angel GARCÍA SIERRA, Héctor AYALA, Armando LAURETTI, Eduardo CHIRONI.

Además, ABEL fue fotografiado -sin vendaje en los ojos- por una persona con uniforme, y se lo obligó a firmar una declaración de la cual desconocía su contenido.

El 24 de diciembre del mismo año- tras permanecer diez días en calidad de desaparecido alojado en ‘La Escuelita’ fue trasladado a la Cárcel N° 4 de Villa Floresta de esta ciudad.

El trayecto desde el centro clandestino lo realizó en la caja de una camioneta. Cuando éste detuvo su marcha ABEL fue recibido por un oficial del servicio penitenciario bonaerense llamado “Mono” o “Negro” NÚÑEZ, quien actuaba de nexo entre ambos lugares de detención.
Jorge ABEL pasó a estar detenido a disposición del P.E.N en virtud de lo dispuesto por el decreto 1/77 del 3 de enero de 1977.

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