Brasil: pensar las resistencias

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Días después de la victoria de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil, Julia Giménez, licenciada en Historia, doctoranda en la Universidad Estadual de Campinas y colaboradora de FM De la Calle pasó por los estudios de la radio para analizar la situación actual del país más grande de Latinoamérica.

Brasil se encuentra convulsionado luego del triunfo del candidato de la derecha. Desde la campaña se registraron manifestaciones de violencia en aumento y se profundizaron la militarización y la persecución directa a sectores organizados.

Giménez participará de una charla-debate mañana martes 13 a las 19 en la Sala de Conferencias del 8º piso del Departamento de Humanidades de la UNS, 12 de octubre y San Juan.

“Es preocupante pero, al mismo tiempo, lo que se vio desde el primer turno, quizás tarde, hasta hoy, es un proceso de resistencia que de alguna forma nos tiene a todos unidos. Esa frase que circula ‘nadie suelta la mano de nadie, todos juntos y unidos’, es lo que se espera que se mantenga; tanto de los sectores organizados, de las izquierdas, como también de aquellos que pos primera vuelta salieron a las calles auto convocándose para intentar dialogar con esas personas que estaban confundidas, que estaban engañadas por el uso de determinadas empresas que circulan información falsa y cómo eso interfirió en el final de las elecciones. Se requiere de un trabajo que va a ser cotidiano, tanto de resistir, de protegernos, porque sabemos que eso también va a ser un elemento importante para continuar la lucha en Brasil”.

Para la historiadora de la Universidad de Sur residente en Brasil, la figura de Paulo Guedes es fundamental para entender lo que sucedió el 28 de octubre. “Pablo Guedes es un aliado, un Chicago Boy, que se enlaza directamente con el proyecto de Pinochet en Chile, que sigue vigente hoy, y que lo que promete es traer ese paquete neoliberal que circula en la región desde los años ‘70 para acá e implementarlo finalmente en Brasil. No es un proyecto novedoso, más allá de las figuras, pero cuando se empieza a escarbar un poco de dónde viene este proyecto que intentan implementar estos sectores y cuáles son los intereses que hay detrás… vemos el juego que estaban preparando”.

Giménez aseguró que “con el nombramiento de Moro como ministro de Justicia se termina de evidenciar la catástrofe en la que está el Brasil y pone en evidencia todo el juego que se hizo, motivado por sectores que son de la élite brasilera que estaban ansiosos por dar vuelta esta situación de Brasil y por intereses internacionales. (…) Ya a principios del siglo XXI, adelante de esta marea rosa, adelante de estos gobiernos progresistas, se pusieron en marcha para intentar activar el proceso de recuperar completamente el poder. Porque, claro, tampoco lo habían perdido, los banqueros ganaron mucho, por ejemplo, y muchas de las críticas que se le hacen al PT es en relación a esto: no desmantelaron el sistema político”.

Brasil sigue acumulando experiencia en las bases organizadas, sin embargo, no pudieron frenar la victoria de Bolsonaro. Para Giménez “de por sí no hay una cultura política como en Argentina de ocupar las calles masivamente, pero tampoco lo generó el PT estos años. Algunas de las críticas es haberse quedado dentro de los gabinetes y no haber potenciado eso y en el 2013, cuando sí sale mucha gente a la calle, haber reculado y haber dejado eso a mano de las derechas”.

“Todo el proceso de organización del MST como del MTC donde se lucha por una Reforma Agraria y Urbana que apunta contra la concentración, sea de tierras o de viviendas, son dos sectores fundamentales para entender las formas de organización. Quizás la cultura política no conseguimos verla en las calles y quizás ese es un gran problema que tuvo el PT: que durante los años de gobierno no mudó esa cultura política de manifestarse en las calles, de salir al repudio”, afirmó Giménez.

Sobre el proceso de organización del cual es parte, la historiadora contó que “el MST  tiene tres pilares básicos. Uno es la lucha por la tierra, entender que la concentración de la tierra es parte del eje del conflicto en América Latina y que se apoya en un pilar que fue construido a partir de la última Constitución del ‘88 que es la Reforma Agraria. Es decir que ningún tipo de tierra puede quedar ociosa sino que tiene que estar dirigida a una función social. Esto también va para las propiedades inmuebles. El segundo eje es la Reforma Agraria apoyándose en la ley. Y el tercero tiene que ver con una sociedad diferente, fraterna y socialista y que una la podría entender en una forma diferente de producir”.

Giménez analizó el impacto del Movimiento Feminista y sus estrategias como el Elle Nao: “Aquello que surgió previo a la primera vuelta que tenía que ver con denunciar cuáles eran las prácticas cotidianas de Bolsonaro y sus manifestaciones públicas, donde él entendía a la mujer como algo inferior al hombre. Lo que no sé es si ahora hay una estrategia específica porque junto con Bolsonaro lo que se tiene es un Poder Legislativo excesivamente conservador. Las bancadas evangélicas ya eran fuertes”.

“Quizás el Movimiento Feminista con el Elle Nao fue el primero que salió a las calles a denunciar lo que estaba pasando y lo que se espera es si esa fuerza que se viene en toda Latinoamérica pueda traer una nueva energía, que no es nueva porque ya hace muchos años que se está luchando, pero que sí pueda renovar un poco ante el desgaste que ahora tienen otros sectores. (..) El movimiento de mujeres negras carga con un elemento que es fundamental que es denunciar el racismo estructural en Brasil, una esclavitud que nunca fue abolida, sí en los términos liberales, pero que denuncia cómo eso se siente más profundamente en el cuerpo de las mujeres negras. Acá la figura de Marielle es fundamental para entender todo eso”, finalizó.