Carnaval: la familia murguera nuevamente en la calle

“En esta época todo renace y se viene un fin de semana que todos los murgueros y los amantes del carnaval esperan”, dijo a FM De la Calle Augusto, de la Murga La Cucharón. Guillermo Tellarini, director de la Vía Libre, añadió que “una murga es una familia”.

“En el 2010 vuelve el carnaval gracias una iniciativa muy peleada por las murgas porteñas y en general, con una decisión de la entonces presidenta que restituyó los feriados”, recordó Augusto.

Además, analizó que “la pandemia afectó muchísimo el interior de las murgas, se produjo una deserción de muchos murgueros, las más tradicionales siguen manteniendo vivo esto del encuentro de los corsos barriales”.

No es reducido el trabajo social y de inclusión que realizan estos espacios en los barrios, en ese sentido refirió que “hay un trabajo de hormiga en todas las agrupaciones, la murga es un espacio tan abarcativo y multifacético e inclusivo con todas las letras porque todo el mundo puede ser partícipe”.

“No hay cuerpos para la murga”, aclaró y señaló que “la alegría no discrimina”.

Si bien algunas agrupaciones no cuentan con un lugar cerrado para seguir en actividad durante los inviernos fríos, “se trabaja todo el año, se está permanentemente tomando la temperatura de lo que sucede en la escuela, la calle, la esquina, el club”.

El nombre de La Cucharón surgió por el centro comunitario donde se daba de comer en la crisis de 2001 y “desbordaban las mesas con chicos y chicas que iban a cenar y se les daba de comer con un cucharón. En ese contexto, se llamó Cucharón y su símbolo son dos cucharones cruzados”. Sus expectativas para este 2023 radican en la vuelta a las calles.

Por su parte, Tellarini, quien además de fundador del Centro Murga Vía Libre es es autor del libro “Bahía Murguera”, expresó que “con estos tiempos de pandemia nos vimos afectados” ya que hubo una reducción en la gente que asistía originalmente.

“El hecho que nos aconteció de la quema de la Estación Noroeste -abril del 2022-, de alguna manera nos tocó afectivamente y eso hizo que nos uniéramos y valoráramos el espacio y el lugar”, reflexionó.

En ese camino, refirió que el incendio “sirvió para convocarnos, seguir creciendo y que la gente viniera y se hiciera cargo del lugar, de remontar”.

“El año pasado hicimos un corso entre todas las murgas, porque las murgas no estábamos preparadas para sostener por la cantidad de gente y la cantidad de situaciones que se vinieron dando post covid”.

“Nuestra murga por su ubicación geográfica y su historia convoca a gente de todo tipo de condición social, cultural y de distintos barrios. Tenemos desde gente que estudia medicina hasta gente que ha vivido en los vagones de atrás de las vías”, remarcó.

“Una murga es una familia”, relató, ya que “se puede vivir en familia, uno es aplaudido, se sienten artistas, los chicos son los dueños del momento”.

Por otro lado, habló de Bahía Blanca como punto estratégico especialmente para el aprendizaje y la difusión: “Nosotros hacemos encuentros murgueros donde viene gente de todo el país, atajamos unas 500 personas”.

En la actualidad, se encuentran abocados a la reconstrucción de un galpón aledaño a la Estación Noroeste. “Cuando se prendió fuego se llevó todos nuestros recuerdos, cosas, nuestros instrumentos”, rememoró Tellarini.

“Lo que sí, todo este trabajo que hemos hecho repercutió en un agradecimiento a agrupaciones del país que hicieron durante dos o tres meses, todos los eventos murgueros o la mayoría y el dinero recaudado lo usaron para mandárnoslo a nosotros y pudimos remontar en lo económico”, reconoció.

El trabajo que están llevando adelante es muy amplio e incluyó que personas se formen en actividades que antes no desempeñaban -como electricidad- para poder trabajar en la reconstrucción del espacio.

El viernes 17 y sábado 18 de febrero, se realizará el 19° corso “Sacudiendo los durmientes”, en Blandengues esquina Sixto Laspiur y las vías.

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