Cuchán en libertad: “¿Cuánto vamos a tardar en hablar con el abogado de una nueva víctima?”
El domingo quedará en libertad por cumplimiento de pena Pablo Víctor Cuchán, autor del femicidio de Luciana Moretti. Por el crimen ocurrido en Ing. White en 2004, había recibido una condena de 18 años de prisión aunque luego Casación la rebajó a 17.
La abogada feminista Fernanda Petersen dijo en diálogo con FM De la Calle que cuando Cuchán cometió el crimen “no estaba la figura de femicidio. Él trascurre la totalidad de la pena, con períodos donde tuvo arresto domiciliario y estuvo fuera del penal. El domingo 24 se cumple el plazo total que los jueces entendieron que era la condena que se le imponía. No hay elementos para que persista en situación de detención y recupera la libertad”.
Agregó que “hay muchos interrogantes que nos debemos hacer, no creo que haya desde el Estado algún tipo de abordaje y ver en qué se puede aportar en esta situación y que al momento de recuperar la libertad Cuchán no sea un peligro para la sociedad”.
Petersen señaló que en el caso de haber existido la figura legal de femicidio Cuchán “hubiera tenido una condena a prisión perpetua. Hoy la perpetua significa que hay un mínimo de tiempo que es de 35 o 40 años, depende la figura, en los cuales la persona no puede pedir ningún beneficio, ni arresto domiciliario ni una libertad anticipada”.
“En este caso es esa la figura, no hay demasiado análisis que hacer. No solo porque configura el delito de un femicidio sino porque tiene todas las características de tipos de violencia que pueden haber en la teoría”.
Respecto a la supuesta función de resocialización que deberían tener las cárceles, la abogada aclaró que “ante un hecho de estas características, la única alternativa que hay es la aplicación de pena pero, una vez aplicada la pena, es poco lo que se hace. Al momento de agotarse esta pena cuando estos sujetos recuperan su libertad el Estado poco hizo para que la reinserción social sea adecuada o menos peligrosa para la sociedad”.
Cuchán estuvo 3 años en libertad condicional una vez cumplidos dos tercios de la pena con una “conducta ejemplar”. Sin embargo, fuera del penal protagonizó otro episodio en el cual una mujer denunció que tuvo que tirarse del auto porque él había intentado ahorcarla.
“Cuando recuperó la libertad tuvo otras causas, hubo otros hechos por los cuales se revocaron los beneficios. En ese caso queda demostrado que la persona, al momento de tener un beneficio, no actúa de la manera que se espera para aprovechar esa situación de libertad”.
“Esto habla en la responsabilidad del Estado desde el momento que alguien cumpliendo pena se encuentra en un sistema carcelario y al recuperar la libertad no cuenta con ningún tipo de herramientas como para poder atravesar esta situación de otra manera. Cuchán cumple la pena y al agotarse no hay desde lo legal alguna herramienta”.
“Claramente es un peligro para la sociedad, es una amenaza para la familia de la víctima. No hay un abordaje que, al menos, diga que se está haciendo tal o cual cosa para ver cuál es la salida. No hay especialistas convocados para trabajar, para determinar supervisiones y acompañamientos”, dijo Petersen.
“¿Cuánto tiempo vamos a tardar en volver a hablar con el abogado de la familia Moretti o el abogado de una nueva víctima, es cuestión de tiempo, lamentablemente. Eso por otras experiencias ya se sabe”, se preguntó.
La abogada se preguntó “en qué momento podemos creer que una persona que lleva adelante semejante hecho va a internalizar una norma de conducta o va pensar que el mismo es la ley y que el puede hacer y deshacer a su antojo”.
Por último, Petersen dijo que “la alternativa es decir esta persona cometió este hecho, pasó esto, estar atetas. No tenemos otra. Más allá de que técnicamente haya cumplido la pena que la justicia le impuso, para cada mujer y joven que este a su lado es un peligro. Militar esto de ‘acá vive esta persona’, ‘esta persona hizo esto’, es la única alternativa que tenemos para cuidarnos. No tenemos porqué nosotras ponernos a desarrollar estas medidas de prevención o cuidado”.
El femicidio de Luciana Moretti
El 24 de octubre de 2004, Pablo Víctor Cuchán de 25 años mató e incineró en un fogón a Luciana Moretti de 15 años. Estuvo ocho días prófugo en Ing. White hasta que lograron capturarlo.
Los restos de la joven fueron encontrados en un terraplén del barrio Spurr, diez días después de su desaparición.
Un informe de la empresa de telefonía indicaba que las últimas dos llamadas del celular de Luciana habían sido a un tal Cuchán y que la última vez que habló con sus padres lo hizo desde un teléfono fijo a nombre de Cuchán.
Cuando allanaron la casa del acusado, debajo de un fogón en el quincho, la policía encontró seis bolsas con huesos carbonizados, una lata de pintura llena de pelos y manchas de sangre. En el patio, vieron tierra removida. Un perito excavó y encontró más huesos astillados. Días más tarde hallaron más restos entre la chatarra de un baldío.
El 7 de julio de 2007, Cuchán se sentó frente a un tribunal. Nunca reconoció haberla matado. Dijo que Luciana había muerto de sobredosis y que como no sabía que hacer con el cuerpo, lo metió a la parrilla y se fue a trabajar. Los jueces Mario Lindor Burgos, Hugo Alberto de Rosa y Enrique Montironi lo condenaron a 18 años de prisión.
La Cámara de Casación redujo la pena en un año. Por tener un “comportamiento ejemplar” en prisión, Cuchán obtuvo su libertad condicional al cumplir los dos tercios de la pena en abril de 2016.
Durante esa época organizaciones feministas alertaron sobre su presencia en redes sociales de citas. En abril del 2019, protagonizó un nuevo episodio: una mujer que lo acompañaba en su auto lo acusó de haberla golpeado y haberla tomado del cuello. La mujer declaró que se tiró del auto para salvarse. Luego se supo que Cuchán chocó a propósito el vehículo contra un árbol.