El hombre que desafió la censura
Rodolfo Walsh tiene tres fichas personales en el archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) e integra una nómina de autores con “antecedentes ideológicos desfavorables” por la obra que inaugura el nuevo periodismo: “Operación Masacre”. Del escritor al militante, criptógrafo en Cuba, jefe de inteligencia de Montoneros luego. En plena dictadura militar, desde la clandestinidad, siguió haciendo periodismo hasta el final, hasta su muerte luego de enfrentarse con una patota militar. En un homenaje por el día del periodista, la Comisión provincial por la Memoria (CPM) compartió estos documentos que le fueron entregados a la hija de Rodolfo, Patricia Walsh.
Una noche asfixiante de verano, frente a un vaso de cerveza, la vida de Rodolfo Walsh cambia para siempre. La historia es bien conocida, un hombre le confiesa “hay un fusilado que vive” y Walsh pide hablar con él: “Livraga me cuenta su historia increíble; la creo en el acto”. Menos de seis meses después, entre mayo y julio de 1957, se publicó por entregas en “Mayoría” la investigación sobre los fusilamientos clandestinos en José León Suárez la noche del 9 de junio de 1956.
En lo estadístico, Operación Masacre inaugura el nuevo periodismo, antes incluso de la creación de esa corriente periodística en la década del 60 y con epicentro en Estados Unidos. En lo personal, Operación Masacre es el punto de inflexión en la obra de Walsh que, desde entonces, comenzará a volcarse a temas más políticos, a la denuncia de la violencia estatal y la opresión. Y la obra fue una continuación de la militancia. O viceversa.
A partir de 1973, la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) produjo, recolectó y archivó material de Rodolfo Walsh y su labor como escritor, periodista y militante. Hasta el momento de su desaparición hubo un seguimiento focalizado de sus “antecedentes” e investigaciones sobre las agencias, semanarios y diarios donde trabajó o colaboró. Después de su secuestro y muerte, la persecución ideológica sobre el periodista continuó a través de la incorporación de su obra y de su nombre al corpus de producciones culturales que los organismos de inteligencia aconsejaron prohibir.
Todos los legajos sobre Rodolfo Walsh en la DIPPBA se reúnen en tres fichas personales: la primera se creó el 20 de diciembre de 1973, tiene sólo dos datos: la profesión periodista y Diario Noticias como antecedentes sociales. Esa ficha remite al legajo de Referencia N 16.509, su carátula dice, escrito a mano, Walsh Rodolfo, y tiene una única foja que destaca la pertenencia del periodista al directorio del periódico Noticias y hace un análisis de los “lineamientos ideológicos” del medio y del escritor.
Sobre Walsh, el legajo de inteligencia describe: “Se lo considera de neta extracción castrista. Participó en el “Congreso cultural de La Habana” —1967—, en el que emanaron directivas para el control de los medios de difusión en los países latinoamericanos”.
Lo que sigue no está en los documentos. La relación de Walsh con Cuba se remontaba a 1959, cuando fue junto a Jorge Ricardo Masetti cofundador de Prensa Latina; agencia a la que renunció en 1961. Aquel paso por la isla dejó otra historia muy conocida, una proeza táctica: descifró ocho teletipos de la CIA con información sobre un plan de Estados Unidos para invadir Cuba.
El legajo de Referencia N 16.509 afirma sobre los lineamientos ideológicos del Diario Noticias: “estarían signados por el marxismo-castrismo y seudo peronista, bajo la dirección de las organizaciones subversivas autodenominadas FAR-MONTONEROS, como así también sus periodistas serían elementos insurreccionales”. Según evaluación de la DIPPBA, Walsh compartía directorio con comunistas, castristas y marxistas-maoístas.
Esa primera ficha de Walsh remite a otro legajo también de la Mesa de Referencia, N° 7880, caratulado “Diario Noticias. Editorial Hoy” que se inicia con un memorando del 12 de diciembre de 1973 y se cierra el 29 de agosto de 1974 con dos recortes periodísticos sobre la clausura del diario ordenada mediante el decreto 630/74 del Poder Ejecutivo. Eran ya los tiempos de la Triple A y la interna por la conducción de un movimiento que el 1º de julio había perdido a su líder.
Lo que ocurrió entre 1974 y 1978, cuando se crea la segunda ficha personal de Walsh en la DIPPBA, también es historia conocida: el desmoronamiento del gobierno de Isabel de Perón, la radicalización de la lucha armada, la clandestinidad, el golpe de Estado de 1976 para la ejecución de un plan de exterminio. En ese tiempo, Walsh fue el jefe de inteligencia de Montoneros y creó ANCLA, la agencia de noticias clandestinas para romper el cerco de la censura y el silencio que quiso imponer el poder militar.
El 29 de septiembre de 1976 sufre el primer gran golpe: la muerte de su hija María Victoria durante un enfrentamiento. Walsh le escribe una carta de despedida: “Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más”.
En esa carta también preanuncia, de alguna manera, el círculo que comienza a cerrarse: “Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria”. La muerte, su muerte, estaba cerca. Pero faltaba su última gran obra, un hito en la historia del periodismo argentino: carta abierta de un escritor a la Junta Militar. El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer año del golpe de Estado, Walsh la envía a las redacciones de los diarios argentinos y a corresponsales extranjeros. La carta no fue publicada en ningún medio local.
Un día después, en la intersección de las calles Humberto 1º y Entre Ríos de San Cristóbal, Constitución, Capital Federal, se enfrenta a tiros con un grupo de tareas. Herido lo cargan y lo llevan a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Tenía 50 años y continúa desaparecido.
En la DIPPBA no hay nada directamente vinculado al secuestro y desaparición. En cambio, un archivo desclasificado del Departamento de Estado de Estados Unidos aporta algo de información: en mayo de 1977, un agente —que firma como Chaplin— informa de la detención y posiblemente muerte de Walsh. Ese cable de la Embajada entrega, además, un dato sobre otra de sus proezas: “según los reportes tenía tres mujeres oficiales de la Policía Federal que trabajaban para él”.
Walsh, después de su desaparición
Como se mencionó, Rodolfo Walsh tiene tres fichas personales en el archivo de la DIPPBA: dos son posteriores a su muerte. La primera de ellas [la segunda con su nombre] se inicia el 28 de julio de 1978 y remite al legajo de Referencia N° 17470, caratulado “Antecedentes ideológicos de artistas nacionales y extranjeros que desarrollan actividades en la República Argentina ”.Walsh aparece en una “nómina de autores de obras teatrales con antecedentes ideológicos desfavorables”.
En la foja 175 de ese legajo, la inteligencia bonaerense desglosa los antecedentes del escritor y periodista. Sobre sus únicas dos obras teatrales dice: La granada —estrenada el 22 de abril de 1965 en el teatro San Telmo— constituye una aguda crítica a las institucionales militares; La batalla señala “se basa en un enjuiciamiento a los regímenes militares”.
El legajo también agrega que Walsh escribió la obra periodística Operación Masacre y fue el libretista del filme homónimo: “Dicha película constituye un alegato a la subversión”, evalúa la DIPPBA.
Esa misma foja se completa con otros tres párrafos donde cuenta de manera apretada un breve repaso de su trayectoria: co-fundador de Prensa Latina, el semanario CGT de los Argentinos, que respondía al sector de Raimundo Ongaro y, por último, agrega integró el jurado del premio “Casa de las Américas 1974”.
Si bien el secuestro de Walsh no se encuentra asentado en el libro de registro de la DIPPBA, hay un informe donde aparece tangencialmente su desaparición. El 3 de mayo de 1977, con el número de orden 1038, el Batallón de Inteligencia 601 realiza un informe de seis fojas sobre los artículos 168 a 171 del “Parte de ANCLA”. Informe que se encarga de distribuir a las distintas agencias de la comunidad informativa.
El último de esos artículos de la agencia es del 25 de marzo y se titula: “Denuncia secuestro de renombrado escritor argentino”. Sobre ese parte, el informe de inteligencia dice: “Lo describe como el secuestro de un escritor y periodista (RODOLFO J WALSH) realizado por las FFSS el 25 Mar 77. El secuestrado sería peronista de izquierda, tal como lo presenta el contexto del artículo”.
Este registro integra el legajo 280 de la Mesa DE (factores religiosos y entidades comunales), caratulado “Agencia Noticiosa Clandestina ANCLA”, que se inicia el 16 de julio de 1976 y se cierra en mayo de 1977 tras ese último informe. El legajo se trata de una investigación “estrictamente confidencial” de la DIPPBA sobre la agencia creada por Walsh.
El informe exhaustivo contiene resúmenes de partes emitidos por ANCLA desde el 6 de julio de 1976. También realiza una apreciación completa de la agencia: la ideología, para quién “opera”, cómo se distribuyen, cuáles son los temas y objetivos políticos. El primero de esos informes que se irá complementando con nueva información, producido por la DIPPBA y la SIDE, señala que ANCLA “constituye un apéndice de la OPM [organización político militar] MONTONEROS, dedicada a la difusión de noticias relacionadas con la BDS [banda de delincuentes subversivos]”.
Epílogo y justicia
La tercera y última ficha personal de Rodolfo Walsh en el archivo de la DIPPBA es del 14 de abril de 1980 y remite a sólo dos legajos que se inician para solicitar información del paradero de personas desaparecidas, entre ellas el escritor. La ficha contiene los siguientes datos: “Walsh, Rodolfo Jorge. 50 años. Matrícula Nº 4380754. Localidad: Vte. López. Antecedentes sociales: sol paradero”.
El legajo 14.274 de la mesa Ds [delincuentes subversivos] se inicia el 29 de junio de 1979 y la solicitud se cierra con respuesta negativa sobre el paradero mediante un radiograma fechado el 8 de octubre del mismo año. El segundo de los legajos, Nº 19.660 y también de la Mesa Ds, comienza con un teleparte del 26 de octubre de 1981 y cierra, una vez más, con respuesta negativa mediante un radiograma recibido casi un mes después, el 25 de noviembre.
Si bien la ficha personal no remite a otros legajos, en el archivo de la inteligencia bonaerense se encuentra más documentación que da cuenta de la búsqueda emprendida por familiares de y organismos de derechos humanos a partir de su desaparición.
Estos documentos de la DIPPBA formaron parte de un informe técnico que la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó en la causa Nº 1271, conocida como causa ESMA. El 26 de octubre de 2011, el Tribunal Oral Federal N 5 condenó a prisión perpetua a Jorge “Tigre” Acosta, Alfredo Astiz, Antonio Pernías, Oscar Montes, Raúl Scheller, Ricardo Cavallo, Alberto González, Néstor Savio, Adolfo Donda, Julio Coronel, Ernesto Weber y Jorge Radice por el secuestro y desaparición de Rodolfo Walsh, Azucena Villaflor y las monjas francesas, entre otras víctimas.
Manuel García Tallada, Juan Carlos Fotea, Carlos Capdevilla y Juan Antonio Azic también fueron condenados con pena de entre 25 y 18 años de prisión.
Recordamos la figura de Walsh el día del periodista aunque, como él mismo remarcó, lo que hacía no era periodismo. Fue periodista y escritor como podría haber sido cualquier otra cosa: “He sido traído y llevado por los tiempos; podría haber sido cualquier cosa”, escribió.
Para volver al principio, a la obra que cambió para siempre y por azar su vida. Quizá, como dijo Osvaldo Bayer en el prólogo: Rodolfo Walsh no existe. Es sólo un personaje de ficción. El mejor personaje de la literatura argentina. Apenas un detective de una novela policial para pobres. Que no va a morir nunca.