Feinmann: “Falta argumentación convincente, respuestas enérgicas, claras y valientes”

El filósofo y escritor José Pablo Feinmann dialogó con FM De la Calle acerca de la falta de ideas en la campaña electoral. Afirmó que el diálogo es imposible con una oposición destituyente y que el gobierno está “a la defensiva y contra las cuerdas”. “Lo que falta es en la discursividad, falta argumentación convincente, faltan respuestas enérgicas, claras y valientes. Eso es una gran debilidad”.

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¿Hay algún momento de nuestra historia que nos ayude a pensar este presente?

No creo, es un presente muy agresivo. Es un presente en el que la oposición quiere que haya elecciones pero está buscando reemplazar al gobierno. En general en las elecciones que hubo fueron respetándose los grupos que se presentaban, por lo que uno ha visto, los de Cambiemos y con Macri a la cabeza son un conjunto de gente destituyente.

Curioso porque enfrentamientos u odios en nuestra historia no han faltado…

No han faltado, la historia es un largo enfrentamiento, el conflicto hace mover la historia. Pero no es un conflicto dentro de las reglas de la democracia porque si alguien sale a decir “si pierden se tienen que ir” eso es una violación muy clara de la democracia. No estoy de acuerdo con el modo en que la oposición se ha manejado con este gobierno, agrediendo muy fuerte y no haciendo nada para colaborar en algo que es un poco el papel de la oposición.

¿Cuál es el origen del odio o la violencia que expresan dirigentes del macrismo y las nuevas derechas?

Es la violencia contra el peronismo, es un partido que genera mucha furia en los que se le oponen, es un partido popular que trabaja con el pueblo y recibe los votos populares y hace política populista. Eso mucho no se ha podido ver en estos casi 2 años del gobierno de Alberto Fernández porque está el problema muy serio de la pandemia.

La fuerza principal que tiene el peronismo para manifestarse siempre fue el pueblo en la calle y es el mismo gobierno el que pide que no sea así, y se pierde su metodología fundamental de expresión política que es el pueblo en la calle. Mientras que del otro lado tienen los medios más fuertes de comunicación con los cuales colonizan las conciencias de los lectores y les hacen decir y pensar lo que ellos quieren.

Ante el comienzo de la pandemia hubo quienes expresaban alguna expectativa de mejora en la humanidad. ¿A esta altura cree que es posible?

Ja, ja, eso lo dijo Slavoj Žižek al principio de la pandemia, que después de esto iba a venir un comunismo bueno, que yo nunca lo vi. Creo, estoy seguro que el hombre ha empeorado, se ha vuelto más egoísta, más reticente, no creo que la pandemia mejore nada.

¿Tiene que ver con la desigualdad?

Va acentuar la desigualdad y se va aprovechar de ella, esto se vio con la distribución de vacunas, los países poderosos han querido acaparar vacunas, esto es indecente en un mundo que sufre y muere. No lo veo como algo moralmente digno.

En este contexto y ante esa oposición, ¿cómo ve el desempeño del gobierno en relación a la necesidad que usted plantea de “devolverle dramaticidad a la política”?

El gobierno tiene que dejar de contemplar y ser débil e ir por un diálogo que ya se ve que es imposible con la oposición actual. No quieren dialogar, quieren que se vayan como dijo Macri. El diálogo se ha vuelto imposible. Los primeros días de pandemia Larreta se sumaba a la mesa con Alberto Fernández y Kicillof. Hoy en absoluto harían eso.

¿Desde el campo popular estamos bien rumbeados? Parece que hay una trama impuesta, la reacción como única posibilidad, la argumentación aparece como una pérdida de tiempo, ¿no es esto haber cedido a un discurso de la derecha? ¿Cuál es rol del pensamiento para los espacios populares?

Eso es lo que corresponde, ocurre que no lo hacen. No se por qué están frenados. Están a la defensiva y contra las cuerdas, no salió lo de Vicentin, no sale la renovación de la justicia, los presos políticos. Algunas cosas no las entiendo, tendrían que haberse realizado. La pandemia justifica cierta lentitud, ya llevamos mucho en pandemia y se ha hecho un buen trabajo. Las vacunas llegaron bien, se ha vacunado bien, hubo una gran preocupación del gobierno por frenar los efectos mortales de la pandemia. Lo que falta es en la discursividad, falta argumentación convincente, faltan respuestas enérgicas, claras y valientes. Eso es una gran debilidad.

Al que observo con verdadera admiración es a Leandro Santoro que me parece un cuadro político notable. Uno lo conoce a través de los medios, lo he visto polemizar y tiene garra, claridad y dice todo lo que hay que decir.

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