Juicio a la precarización: ¿Quién escribe?
¿El alumno que acaba de salir de su escuela?
¿Una madre que tiene un dolor enorme por la muerte de su hijo? ¿Un apellido al que le robaron parte de su linaje?
¿Una hermana que no puede cumplir el deseo de decirle que será el padrino de su hija/o?
¿Un padre el que no dará más consejos?
¿Un amigo que se quedó sin compañero de salidas?
¿Un sueño que alguna fue soñado y ahora no podrá ser cumplido?
¿Una familia que lucha por la memoria, el recuerdo y la justicia?
¿ Y para qué escribimos?
¿Sirve de algo si la persona que queremos que lo lea no lo leerá?
Escribimos mostrando la necesidad de llegar a un solo destinatario, ocultando lo que realmente necesitamos, que él nos hable.
Necesitamos escuchar su voz, sentir su presencia, verlo, olerlo. No exagero, el aroma de una persona se va cuando esta se muere. Cuando la matan también. En lugar de él nos dieron una ausencia, nada que escuchar, nadie a quien hablar, nada que recordar más que imágenes con telarañas y polvo que desenterramos desde lo más profundo de nuestros recuerdos para tenerlo más presente. Buscamos la forma de hacer que siga con nosotros, sabiendo que le arrebataron la vida y que ya no está.
Muchos nos dicen que tenemos que dejarlo ir, que la vida sigue y hay otros enfoques en los que centrarnos, que si lo dejamos ir va a estar mejor, él y nosotros… Pero, ¿cómo lograrlo si aún no hay justicia? Si la memoria de él, de Juan Cruz Manfredini, no es respetada y sí es pisoteada. Así como los miles de tercerizados que tiene este país. Ni hablar de esta ciudad.
CUANDO UNA PERSONA SE VA, EL VACÍO LLENA TODO HUECO.
Apoyamos la cabeza en la almohada fantaseando que por la mañana nos despertaremos y reiremos, porque todo es un sueño, una pesadilla. Pero, ¿sabes qué?, todo es verdad, es un día a día de lo mismo. Es despertarse y saber que el desayuno por la mañana no tiene sentido porque hoy él está celebrando el día de la madre y treinta minutos después está internado en terapia intensiva, con el 95% del cuerpo quemado. ¿Te cuento lo peor de todo? Pasamos, como familia, seis años de lucha, manifestaciones, marchas, CUMPLEAÑOS SIN SABER QUÉ FESTEJAR; ¿hacemos una torta o le llevamos flores? Por si no te imaginas los festejos de fin de año, es brindar al cielo, creyendo, de alguna manera, que él está allá arriba, brindando con nosotros…
Estamos en los seis años de lucha y hoy comienza el juicio. Hoy empieza la cuenta regresiva. Basta de sumar días, semanas, meses y años para que llegue el día en que vamos a poder dejarlo descansar a él, que fue, es y si no hay justicia, seguirá siendo el más lastimados de todos, porque que te quiten la vida es lo peor que te pueden hacer. No hay nadie que decida quién vive y quién muere.
PD: Si hay un ente que diga quién va a la cárcel, que ejerza la justicia, entonces, ¡QUE LO HAGA!
A partir de las 9:30 am en Estomba 34. Ayúdanos para que se haga justicia.
Manfredini Gino N.
39.483.444