La disputa por la Justicia y la Memoria

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Casi la totalidad de los genocidas condenados y en prisión por delitos de lesa humanidad configuran grupos de riesgo, ya sea por su edad o por alguna patología de salud.

En el marco del aislamiento por la pandemia del coronavirus muchos aprovechan para pedir la prisión domiciliaria. La abogada de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Guadalupe Godoy, comentó en FM De la Calle cuál es la realidad de las cárceles y de los genocidas detenidos.

“Es una vieja discusión respecto si la condición etaria es motivo de otorgamiento de prisión domiciliaria. Muchos tribunales han dicho que no. Las condiciones sanitarias mínimas no son las condiciones de los pabellones de quienes están condenados por delitos de lesa humanidad, la mayoría de ellos fueron trasladados al complejo de Campo de Mayo, allí hay pabellones acondicionados y hay a seis minutos dentro del complejo el Hospital Militar, son condiciones que nada tiene que ver con las cárceles”.

Godoy agregó que “hay algunos jueces que están esperando algún tipo de decisión en materia de salud pública más genérica. En otros países se están tomando medidas que tienen que ver con el aislamiento a determinados grupos de riesgo y, por otro lado, según el tipo de delito, hay personas que están privadas de su libertad porque están por delitos con poca cantidad de pena, como por ejemplo por comercialización de estupefacientes. Hay jueces que dicen que hasta ahora no hay ninguna medida del Poder Judicial, en cambio otros jueces sin preguntar a la querella, sin pedir informes de condiciones otorgan las prisiones domiciliarias”.

A 44 años del comienzo de la dictadura cívico militar eclesiástica, Godoy destacó una anécdota: “Hace unos años un grupo de militantes habíamos ido a España, se habían hecho unos paneles sobre genocidio, en el momento en que se trataba de abrir las causas contra el franquismo. Los argentinos estábamos con que solo teníamos imputados a 200 genocidas, de que la mayoría estaban con domiciliaria y, en realidad, cuando se ven las posibilidades de justicia de los pueblos del mundo ante el genocidio nos damos cuenta de que como pueblo hacemos y hemos hecho cosas maravillosas”.

“Hemos podido construir esa memoria, ese valor. Lo tenemos que destacar siempre, más allá de todos los avatares, de lo que se sufre. Es algo que nos construye como pueblo. El valor es que el Movimiento de Derechos Humanos es mucho más que los organismos de derechos humanos sino todos los que disputan la memoria todos los días”, finalizó.