La inundación bahiense como consecuencia del cambio climático de origen humano
Un informe de ClimaMeter concluyó que las condiciones meteorológicas que provocaron la catástrofe presentan un aumento local de la humedad de hasta 4 mm/día (7 %) en comparación con el pasado. Entrevista a Marisol Osman, doctora en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos.
Osman es investigadora de la UBA, del CONICET y del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera e integra, además, el Instituto Franco-Argentino para el Estudio del Clima y sus impactos.
Uno de los objetivos del estudio de ClimaMeter fue realizar una “atribución rápida” para responder a una de las preguntas más urgentes en el ámbito del cambio climático: ¿cuál es el rol que este fenómeno juega en eventos meteorológicos extremos como las fuertes lluvias?
Osman destacó que, aunque las condiciones meteorológicas específicas no mostraron cambios significativos en la presión o la temperatura, sí se observó un aumento importante en la cantidad de precipitación durante eventos similares en el siglo XXI, comparado con los ocurridos en el siglo XX.
La experta, oriunda de Huanguelén, afirmó que “cuando ocurren estos fenómenos en este contexto donde escuchamos hablar mucho de cambio climático, la pregunta natural que nos hacemos es: ¿esto fue provocado por el cambio climático? o ¿cuál es el rol que tuvo el cambio climático en este tipo de fenómenos? Entonces, la idea con este trabajo fue analizar un poco las condiciones meteorológicas alrededor de este evento y mirar en los registros históricos cómo sucedieron o qué características tuvieron eventos similares a este y hacer algún tipo de comparación entre los eventos que ocurrieron en el siglo XX y los eventos que ocurren en el siglo XXI”.
“En un contexto de cambio climático estamos viendo que con una atmósfera más caliente tenemos más humedad disponible y la humedad eventualmentese va a transformar en nubes y en agua que va a caer. Entonces quizás ese mismo sistema antes, con una atmósfera menos caliente, producía lluvias menores que los que producen ahora”.
“La cantidad de lluvia que cae en estos eventos en el siglo XXI es mucho mayor que la que se registraba en el pasado”, subrayó Osman, indicando que, si bien estos fenómenos son excepcionales, han sido intensificados por el cambio climático. Un aspecto clave en el caso de Bahía Blanca fue que la lluvia no solo afectó la ciudad, sino que las precipitaciones fueron especialmente intensas en las áreas al norte de la ciudad, provocando un incremento en la cantidad de agua que finalmente llegó al área urbana, contribuyendo a la crisis.
El análisis del cambio climático también considera las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que advierten sobre el aumento de las lluvias en la región, particularmente en los meses de verano. Aunque los incrementos pueden parecer modestos en términos de milímetros por década, el efecto acumulativo y la concentración de los eventos son alarmantes.
Para finalizar, destacó la naturaleza excepcional de la lluvia registrada en Bahía Blanca: “Lo que llovió en un par de horas es lo que normalmente caerá en cuatro meses”. Según la investigadora, eventos como este no solo evidencian los efectos del calentamiento global, sino que también revelan la necesidad urgente de adaptar nuestras infraestructuras y políticas urbanas para mitigar los impactos de estos fenómenos extremos.
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