Las cartas están echadas
(Por Astor Vital) Este fin de semana Cristina Fernández sorprendió a propios y ajenos anunciando que buscará competir en las PASO con una fórmula encabezada por Alberto Fernández. Buena parte del periodismo, aunque parezca joda, se quedó de que el anuncio les agarrara en medio del fin de semana y se vieran obligados a trabajar…
La táctica de la ex presidenta no es sorprendente. Desde hace rato se sabe que es la figura que más mide con su 30 o 35 por ciento pero que sin otros sectores no alcanza. La foto con el PJ anticipó que estaría más cerca de recostarse sobre los clásicos en lugar de apostar a quienes, desde el movimiento popular, esperan una dirigenta contestataria y transgresora.
Alberto Fernández se fue del gobierno kirchnerista por derecha. Sus vínculos con los grupos de poder, incluso Clarín, trajeron mucho debate interno ante su rechazo por la ley de medios y otras políticas públicas de pluma progresista.
La autora de Sinceramente busca conformar a todos los sectores. Para quienes sufren la desesperación de la angustia que el desastre de las políticas económicas que recaen sobre los sectores populares genera, una fórmula amplia implica la posibilidad concreta de que Macri no tenga continuidad. Y con eso alcanza.
Por el centro, una gama amplia que oscila entre el progresismo y el conservadurismo (cuya línea divisora es tan difusa como ecléctica) verá en la figura del ex jefe de Gabinete la garantía de un gobierno “serio” que contemple políticas públicas “aceptables” del kirchnerismo pero con un estilo sobrio de gobierno, sin lo que consideran los “excesos” del estilo kirchnerista.
Por derecha también es tentador. Porque si bien estuvieron orgullosos de que Macri, uno de los suyos, presida el país sin la mediación de los partidos clásicos ahora la cosa no les resulta cómoda. El gobierno propio les garantizó rentabilidad. Pero más cierto es que saben que las estructuras históricas como el PJ pueden garantizar gobernabilidad sin necesariamente afectar su rentabilidad. Por derecha podrían volver a aceptar al “populismo” en tanto les ordene un poco la crisis social que generar pero que no quieren ver. Buscaron un saqueo sin pataleo. Así de cínicos son.
El anuncio de la fórmula entonces es el ordenamiento de lo que vendrá en términos de discusión política. No acaba nada. Ordena y comienza a transitar un camino sobre el que el resto de los peronismos y parte de los progresismos deberá orbitar.
El movimiento social y el movimiento obrero tendrá el desafío de conocer qué lugar les aguarda bajo el esquema Fernández-Fernández. Está claro que hasta ahora comenzaron por acordar en la superestructura en la idea de “interpretar” a esos sectores. Hasta el momento podrían ser convidados de piedra o partícipes. ¿Qué lugar esperás que otorgue Alberto a los sectores populares?
No se puede hacer futurología. Por el contario. Quedan muchos interrogantes a develar en las próximas semanas y lugares donde ubicar a cada actor social y económico de este país. Ahora sí… las cartas están echadas.