“Mientras los bienes comunes tienden a ser privatizados, la contaminación tiende a ser sociabilizada”
(Por Julieta Ortiz de Rosas) La licenciada en Historia e investigadora de la UNS y del Conicet, Emilce Heredia Chaz, visitó el estudio Heinrich y Loyola de FM De la Calle para compartir con los y las oyentes de En Eso Estamos, sus recientes investigaciones acerca de la relación que las empresas del complejo petroquímico construyen con las comunidades de Ingeniero White y Bahía Blanca.
Las investigaciones académicas que desarrolla Heredia Chaz se articulan con su participación en diversos espacios sociales y políticos que pusieron en discusión los modos de producción del polo y el puerto locales en los últimos años, como fueron la instalación del buque regasificador en cercanías a Ingeniero White en el 2008 y la propuesta de extensión del dragado del canal principal de la ría hasta General Cerri en el 2012. Ambas obras con graves consecuencias ambientales.
En ese mismo año también participó, junto a organizaciones sociales y políticas, en la confección de un Estudio de Salud Ambiental en la localidad de Ingeniero White. El objetivo de este censo fue conocer con mayor precisión en qué condiciones se encuentran la salud del ambiente y de los vecinos/as que conviven con el polo.
“Es necesaria la investigación para darle rigurosidad científica a los conocimientos que queremos generar y disputar otra ciudad, otra forma de pensar el desarrollo. Es necesario buscar herramientas para repensar y hacer la ciudad”, sostuvo, en referencia a la necesidad de poner en diálogo constante las ideas y una práctica transformadora. Desde el enfoque de la ecología política se puede repensar el trabajo del complejo portuario e industrial en función de, por un lado, la apropiación que realiza sobre los bienes comunes como el agua y el espacio urbano y, la colectivización de los efectos contaminantes, por el otro.
Debido a los discursos hegemónicos que defienden las actividades del polo, se vuelve cada vez más difícil instalar otro discurso que cuestione su forma de producir, anticipando que genera impactos negativos para el ambiente y la vida de las personas. “Hay que deconstruir la ingeniería social petroquímica que interviene en la comunidad como un dispositivo de gestión de la conflictividad socioambiental. Las empresas transnacionales saben que al producir generan ese conflicto, por eso, para anticiparse, desarrollan dispositivos de Responsabilidad Social Empresaria”, expresó la entrevistada.
Resistencias a las privatizaciones
Trazando una línea histórica, el complejo petroquímico nació como una iniciativa estatal a comienzos de los ’70, en aquél entonces era una Sociedad Anónima con mayoría estatal. “Había una incipiente política en relación con la comunidad, pero no estaba sistematizada como pasó durante las privatizaciones. Allí se expande territorialmente hacia Ingeniero White y hay un salto en el impacto socio-ambiental. En simultáneo, el polo desplegó mecanismos que apuntaron a legitimar su funcionamiento y eso se concretó con las articulaciones que inició con empresas de comunicación como REX y La Nueva Provincia: “Es la época en que los medios sacan los suplementos especiales como el del Día del Petroquímico, de la Responsabilidad Social Empresaria y Del medio ambiente. Dentro de las empresas, a su vez, se crean departamentos abocados a cuestiones que trabajen la relación con el Estado, la comunidad y los medios”, explicó.
Sumado a eso, las privatizaciones de la Administración General de Puerto y la Junta Nacional de Granos generaron un alza en los índices de desempleo. Los escapes de cloro y amoníaco desde Solvay Indupa en el 2000 terminaron de coronar el descontento: “entre los relatos de las personas resonaba la crítica de que ‘encima que nos contaminan, ¡ahora tampoco nos dan trabajo!’. Luego de este incidente, las empresas petroquímicas se nuclearon en la Asociación Industrial Química de Bahía Blanca para dedicarse con mayor fuerza a la Responsabilidad Social empresaria.
“Los vecinos pedían la erradicación del polo petroquímico. Se hacen asambleas y piquetes para evitar el acceso al polo. Luego, empieza a haber una diversidad de posiciones: radicales a favor de la erradicación del polo y quienes piden control. El Estado municipal selecciona este último pedido durante el gobierno de Tunessi. Por otra parte, el proceso APELL ya estaba en funcionamiento desde 1996; es un programa de la ONU en relación con la catástrofe de Bhopal, cuando una empresa que fabricaba pesticida generó 20.000 muertes”, agregó.
Frente a una eventual evacuación masiva, los habitantes de Ingeniero White no cuentan con vías de escape seguras, ya que la rotonda de acceso suele colapsarse por el tránsito de camiones. “La infraestructura está pensada para el desarrollo portuario y no de la ciudad. En White hay exiliados ambientales, de gente que se ha tenido que ir porque vivir es una constante preocupación”.
Cambios en las condiciones de trabajo.
En relación al trabajo, es importante hacer la diferencia entre el empleo directo (el registrado) y el indirecto. “El directo está en 1.100 desde que se amplío el polo y el indirecto es de 2.200, que son los trabajadores precarizados, como el caso de Juan Cruz Manfredi. Cada 1000 personas que trabajan en Bahía Blanca, sólo 10 lo hacen en el polo”.
Las fuentes de trabajo que genera el polo son uno de los argumentos principales a la hora de que empresas, Estado y diversas posturas sectoriales defiendan su permanencia. Sin embargo, los números reales se alejan bastante de ese objetivo: “de toda la torta, las empresas se llevan 95,97 %. Sólo un 3% se destina a remuneraciones laborales y el resto que queda, es para cubrir tasas municipales”.
Otra de las cuestiones vinculadas a la producción de las empresas polo, es preguntarse cuánta agua potable utilizan. “El anuncio de la obra de Río Colorado para traer agua, está en relación con el polo. Ya cuando el polo se amplió en los años ’90, empezó a consumir agua del dique Paso de las Piedras. Me pregunto, ¿se necesita agua para la ciudad o para el polo? Además, ¿de dónde sale el dinero para las obras?”, expresó Heredia Chaz, en relación con los recientes anuncios del gobierno de la provincia de Buenos Aires de construir el acueducto ‘Río Colorado-Bahía Blanca’, como una respuesta al desabastecimiento hídrico que padecen las localidades del sur bonaerense.
Clima de elecciones
Durante la entrevista se escucharon dos audios que pertenecían a dos de los principales candidatos a ocupar el cargo de intendente: Héctor Gay, del frente Cambiemos y Gustavo Feliú del Frente para la Victoria.
Esto es una parte de lo que reflexionó luego de escuchar al candidato de Cambiemos: “Héctor Gay con su programa Por Bahía es parte de esa maquinaria de expresión que se puso en funcionamiento a mediados de los ’90 con la privatización del polo. Continuamente hay ansias refundadoras de la ciudad, la tercera iba a ser con el dragado o con Vaca Muerta. El tiempo presente es pateado hacia el futuro”.
Y esta otra porción, luego de analizar el discurso del candidato oficialista: “El kirchnerismo marcó antes y después del neoliberalismo. Hay que problematizar las continuidades que hay. En Bahía Blanca, donde están las industrias petroquimicas y las empresas del agronegocio, las lógicas dominantes son de continuidades. Hay empresas transnacionales como Bunge, Cargill y Dreyfus que dejan poco en términos de impacto económico”.
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