Patricia Acevedo y Carlos Príncipi
Al momento de los hechos, ambas víctimas eran pareja y vivían en el domicilio de Chiclana 1009 de esta ciudad.
Carlos Raúl PRÍNCIPI era estudiante de la carrera de Agronomía en la Universidad Nacional del Sur, y militaba en una agrupación estudiantil peronista de esa Casa de Estudios.
La persecución ejercida por el Estado para dar con las víctimas tiene como antecedente el intento de secuestro de PRÍNCIPI en el domicilio de sus padres, ubicado en 19 de Mayo 598 de Bahía Blanca, en el mes de septiembre de 1976.
El 26 de febrero de 1977, los efectivos del Ejército Argentino intensificaron esta empresa de persecución sobre el entorno de las víctimas, situación que incluyó el previo secuestro e interrogatorio de Mirna Edith ABERASTURY, amiga de ACEVEDO y víctima sobreviviente cuyo caso –al que nos referiremos a continuación– también forma parte de esta causa.
Ese mismo día, alrededor del mediodía, Carlos Raúl PRÍNCIPI fue secuestrado en la vía pública, por un grupo de personas vestidas de civil que lo introdujo con violencia en un vehículo, lo sometió en el acto a una golpiza y lo trasladó al CCDT “La Escuelita”.
Por la tarde de aquella jornada, miembros de la Agrupación Tropas montaron un amplio operativo en el domicilio de Chiclana 1009, a través del cual fue asesinada Patricia ACEVEDO.
El episodio fue presentado al público como un enfrentamiento generado por las víctimas en el marco de un procedimiento regular, versión que fue plasmada en el expediente judicial de reconocimiento y entrega de cadáver, así como en el diario “La Nueva Provincia”.
De acuerdo con las manifestaciones del comisario de la Policía Federal Argentina, Alfredo Abel FERNÁNDEZ, “…el cuerpo de la ACEVEDO se hallaba casi totalmente destrozado…”, estado que pudo observar al constituirse en la morgue del Hospital Municipal local.
Las constancias médico-forenses de los expedientes de la época dan cuenta de la presencia de numerosas heridas desgarrantes, y del acribillamiento por disparos de armas de fuego, con orificios de entrada y salida de proyectiles en diferentes regiones corporales.
El 21 de marzo de 1977, con sólo 13 hojas, las actuaciones fueron archivadas por el juez federal Guillermo Federico MADUEÑO.
Por su parte, al día siguiente del asesinato, el diario La Nueva Provincia publicó la noticia bajo el título “PROCEDIMIENTO EN CALLE CHICLANA. SEDICIOSA ABATIDA EN BAHÍA BLANCA.”, dando a conocer que se trataba de Patricia ACEVEDO. Asimismo, en su edición del 1 de marzo de 1977, publicó un artículo titulado “Pormenores Sobre Una Acción Antiextremista”, en el que se transcribía un comunicado del Comando de Zona 5 referido al hecho, afirmando que “…ACEVEDO era una activista enrolada en la banda de delincuentes subversivos autotitulada Montoneros”.
En cuanto a Carlos Raúl PRÍNCIPI, con carácter inmediato a su llegada a “La Escuelita” fue intensamente torturada con aplicación de picana eléctrica, “submarino”, golpes y otras formas de tortura.
Durante la mayor parte de su cautiverio, PRÍNCIPI fue mantenido vendado y aislado del resto de los secuestrados, alojado en una especie de cabina o casilla ubicada en el exterior de la construcción principal, alternando el lugar de encierro con esta última.
Las prácticas de tortura continuaron reiteradamente con feroces golpizas, aplicación de corriente eléctrica y estaqueamiento.
Tras alrededor de quince meses de cautiverio en “La Escuelita”, PRÍNCIPI fue retirado en vehículo y entregado a otro grupo de militares que lo condujo en camioneta a la Unidad Penitenciaria n° 4 de Villa Floresta. Allí fue aislado en una celda sin poder informar siquiera a su familia sobre su situación.
Durante su permanencia en la sede carcelaria, PRÍNCIPI fue trasladado al Comando Vto. Cuerpo de Ejército para su sometimiento a al Consejo de Guerra Especial Estable del Comando V Cuerpo.
La puesta en escena para “blanquear” su secuestro se inició con un acta fraguada confeccionada por personal militar, en la que se hizo constar falsamente que Carlos Raúl PRÍNCIPI se había presentado voluntariamente el 8 de mayo de 1978 en la sede del Comando Vto. Cuerpo para entregarse a las autoridades militares.
El Consejo de Guerra estuvo presidido por el Cnel. Mario Horacio TORRES, e integrado, en calidad de vocales, por el Cnel. Daniel Ricardo RODRÍGUEZ, el Tte. Cnel. Eduardo Tomás RODRÍGUEZ, el My. Carlos Alberto MARTÍNEZ y el My. Ricardo CORREA.
En dicho seno, actuaron los roles de Fiscal el My. José Eduardo CALDERÓN, de Auditor el Cap. Jorge Alberto BURLANDO, y como Secretario el Tte. Cnel. Juan Miguel ESCOLA.
Por su parte, la figura de defensor fue protagonizada por el Tte. 1ro Jorge Norberto IGOUNET.
Luego de tres días de actuación, el 11 de mayo de 1978, Carlos Raúl PRÍNCIPI fue condenado a la pena de veinte años de prisión por el delito de asociación ilícita calificada, la cual fue reducida a 6 años y 8 meses en función de la farsa de la presentación voluntaria.
PRÍNCIPI continuó privado de la libertad en la Unidad Penitenciaria N° 4 hasta el 19 de junio de 1978, fecha en que fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N° 21 de Ezeiza, recuperando la libertad recién el 24 de diciembre de 1982.