“Quienes conocían a Angelelli no dudaron nunca de que lo habían matado”

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El director de la película “Un tropiezo de ternura”, Carlos Ruiz, visitó los estudios de FM De la Calle y recordó la labor Enrique Angelelli. El obispo riojano fue asesinado por el Terrorismo de Estado en 1976.

“Lo que me conmovió de esta historia es que Angelelli era una persona firme, coherente, iba al hueso, era como un huracán. Y al mismo tiempo era una persona muy tierna, cada persona cuando estaba con él sentía una cercanía, una empatía. Hice como 60 entrevistas y casi todos usan la palabra ternura en su definición de Angelelli”.

“Sentía que era una historia que estaba siendo invisibilizada, que no se hablaba, que la había vivido de cerca por vivir en La Rioja. Cuando lo matan yo tenía 5 años. Ese día fue terrible: “Lo mataron al pelado”, decía la gente.  Quienes conocían a monseñor no dudaron nunca de que lo habían matado”.

“En el ’84 se reabrió la causa, yo tenía 13 o 14 años, y volví a seguirla. El juez determinó que había sido un asesinato, premeditado y conocido por la víctima. Después eso quedó en la nada por las leyes de Obediencia Debida y luego el indulto”, comentó Ruiz.

El 4 julio de 2014 el Tribunal Oral Federal de La Rioja consideró delitos de lesa humanidad el homicidio del obispo y  condenó a los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella a prisión perpetua y cárcel común.

Angelelli participó de los debates del Concilio Vaticano II e impulsó su aplicación en la provincia de La Rioja. “Disolvió todos los movimientos y convocó a todo el mundo y dijo: ¿Iglesia riojana que dices de ti misma? Fueron jornadas largas, participaron incluso sectores ateos, debatían de la realidad riojana”.

“Se elaboró un documento que fue el punto de partida de su pastoral, la realidad era una situación de pobreza alarmante. De entrada hubo resistencia de esos poderes, eso llega a su máxima tensión cuando empezó a fomentar las cooperativas, había gente pueblos enteros pobres. Había que expropiar tierras para que esas familias pudieran trabajar”, recordó.

Una de las iniciativas en ese sentido fue COODETRAL, Cooperativa de Trabajo de Aminga Ltda., para la cual era necesaria la expropiación de un gran latifundio para su posterior explotación colectiva. La adhesión fue tan masiva que el entonces candidato a gobernador, Carlos Menem, la utilizó para su campaña y una vez electo traicionó a sus votantes.

“Los pobladores de los pueblos vecinos -10 o 12 pueblos sobre la costa, uno de esos es Anillaco de los Menem-, no vieron con buenos ojos a las cooperativas. Todos los campesinos de la provincia se encolumnaron detrás de esa lucha porque si salía COODETRAL podía salir en otros lugares. Los terratenientes veían lo mismo, entonces impusieron la resistencia”.

“Les empezaron a acusar de comunistas, marxistas, Angelelli era como un líder de la subversión que venía a llenarles la cabeza de ideas. El Concilio planteaba eso, si la Iglesia ve que en algún lugar hay un pueblo empobrecido y hay tierras ociosas, la iglesia fomentará la expropiación de tierras para que esa gente pueda trabajar. Era el Concilio puesto en práctica”, finalizó.

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