Reloj de Arena: trabajo local al precio justo
El 14 de marzo, este espacio encuentro entre quienes producen y quienes consumen que día a día abre sus puertas en la sede de Cáritas de Rodríguez 78, cumplió sus primeros 11 años. Las mujeres que lo gestionan se reunieron para celebrarlo y el móvil de FM De la Calle estuvo allí compartiendo sus historias.
“Es un proyecto que se desprende de La Feria del Lago. Había un grupo de gente que tenía un poquito más de capacidad productiva y quería empezar a comercializar los días de semana porque pasaba que había fines de semana que no se podía vender por la lluvia. Estos procesos son lentos, de reuniones, de debates, de lugares”, dijo Marina Huentenao, integrante del área de Economía Solidaria de Cáritas.
Recordó que el local comenzó en “el Mercado Municipal con un convenio que hicimos en su momento con la Municipalidad, estuvimos unos años ahí pero al no renovarse tuvimos que buscar un espacio propio que hoy es en Cáritas mismo, nos mudamos para acá y ahí se incorporaron otras mujeres también, llegamos a ser 11 pero por distintos motivos el grupo se redujo y actualmente somos 8”.
Ellas son: Noemí Dimeglio, Noemí Mandrini, Isabel Llanquihuen, Liliana Carreño, Nancy Pérez, Patricia Fernández, Carolina Galetti y María Angélica Bustos.
Para la mayoría de ellas, las producciones que realizan para el Reloj de Arena son el sustento principal de vida. “Muchas arrancaron haciendo tímidamente algunos trabajos artesanales y, con el tiempo, pudieron tener acceso a capacitaciones. Lili es una productora que empezó haciendo pintura en tela, en almohadones y hoy tiene un taller textil. Esta semana le llegó un (proyecto del) Banco de Herramientas así que también cuenta con la posibilidad de seguir equipándose en maquinarias. Ha crecido un montón, su ingreso principal es este. Ella ha desarrollado todo mediante capacitaciones, reuniones, de ideas que surgen cuando muchas personas se sientan a pensar algo en conjunto, van surgiendo ideas que luego todas se van apropiando y, a su vez, después le van poniendo el cuerpo, de la mano de las compañeras para pensar y mejorar estrategias de venta y de cuestiones a las que nosotras no tenemos acceso porque no somos empresarias. Esto hace que un espacio que creció chiquito hoy tenga dimensiones grandes y una estética”, comentó Huentenao.
La referente de EcoSol aseguró que “venimos de esta sociedad donde vos pensás en vos y en tu familia como bienestar único y cuando te encontrás con otras, te das cuenta que la cuestión es mucho más amplia, en eso de ser personas, todas tenemos nuestro carácter y nuestra forma de ser”.
“Hay que aprender a decir las cosas que nos molestan sin ser brutal. Intentamos hacer espacios de ternura y de disfrute. El disfrute tiene que ser parte del camino. Vos tenés un negocio en pleno centro, un local donde podés arreglarte, ponerte linda y estar atendiendo como parte de un laburo disfrutable. Si no estos espacios no tienen mucho sentido”, dijo.
“No solamente laburamos para que la gente tenga un mango más en el bolsillo sino también para que se genere un espacio donde se sientan bien, donde puedan compartir. Tratamos de desandar mucho camino que tenemos aprendido”.
Noemí Dimeglio integraba la Feria del Lago, desde EcoSol la invitaron a participar y hace 6 años que integra e local de comercio justo. Se dedica a las plantas desde hace más de una década.
“Para atender nos turnamos, ahora somos 8, hacemos un turno de 4 horas cada una, también hacemos rotativo o cuando una compañera no puede venir se le pide a otra que la cubra. Después, una vez al mes tenemos una reunión general con la coordinadora y tratamos todos los problemas que van surgiendo durante el mes. Es muy reconfortante que la gente vuelva”.
Isabel comenzó casi al mismo tiempo que Noemí. Tiene productos de sublimación y tejidos amigurumi.
“Marina me invitó para que le hiciera un pequeño favor sobre la sublimación porque yo me había capacitado. Hoy somos 8 productoras. Hay dos de textil, una que se dedica a niños y bebés, hay otra chica que se dedica desde 7 años para arriba, adultos. Después tenemos muñequería, carteras, mochilas, todo lo que es derivado de las cuerinas. También tenemos una chica que hace muy poco que se integró que hace cosmética natural, todo tipo de cremas y otra que trabaja con lo que es tejido, hace todo al crochet. Y por supuesto, Noemí que hace las plantas”.
“Trabajamos con precios justos porque no tenemos intermediarios. Los artículos que tenemos acá no los van a encontrar en ninguna otra parte”.
Mari hace un poco más de 4 años que integra Reloj de Arena, destacó el acceso a microcréditos y al Banco de Herramientas del Ministerio de Desarrollo Social a través de Cáritas
Incorporó una máquina de doble arrastre que mejoró sus productos “en calidad, en tiempo y en la presentación. El único requisito era que la use, que trabaje con ella”.
“También me donaron telas y una máquina cortadora de telas. Ahora estoy viviendo de mi emprendimiento. La verdad que me cambió la vida un 100%, me dedicaba a la costura desde los 14 años, ahora tengo 56. Siempre trabajé con patrón y siempre fue mi sueño trabajar por mi cuenta”.