Rodolfo Oscar Maisonave y Ana María Germani

Al momento de los hechos, la pareja de MAISONAVE y GERMANI vivían junto a su hija, Silvia Aylén MAISONAVE, de un año y cuatro meses de edad, en Hipólito Irigoyen 1451 de esta ciudad.

El 6 de julio de 1977, la familia completa fue secuestrada por un grupo de personas armadas y vestidas de civil que irrumpieron en la vivienda, y llevada en distintos vehículos al CCDT “La Escuelita”.

La niña fue mantenida en cautiverio en ese centro clandestino, para ser abandonada, a la mañana siguiente, en el domicilio de sus abuelos maternos.

Rodolfo MAISONAVE fue encerrado en una habitación de la construcción, vendado y atado. Durante las primeras sesiones de tortura, pudo escuchar que su hija se encontraba en una sala contigua. En los interrogatorios con aplicación de picana eléctrica y otras formas de tortura –atado, con la visión bloqueada– era preguntado por diversas personas vinculadas a su actividad laboral y política, así como por su esposa.

Por su parte, en los primeros momentos del cautiverio, Ana María GERMANI fue encerrada en una especie de casilla rodante o vagón dentro del predio de “La Escuelita”, en inmediaciones de la construcción principal, donde permaneció sola y con la vista bloqueada con vendas.
Luego fue trasladada a la cocina de la edificación principal en la que permanecían los guardias, donde pudo restablecer contacto con su hija. Más tarde, fue llevada con la niña nuevamente a la casilla. En las primeras horas del día siguiente al secuestro, fue separada de la menor.

GERMANI fue sometida a interrogatorios con utilización de corriente eléctrica en la sala de torturas de “La Escuelita”, donde también padeció abusos sexuales.

Al prestar declaración el 31 de mayo de 2010, la víctima relató: “me pusieron en la parrilla, como ellos le llamaban, me ataron, desnuda y me pasaron la picana por los dientes, las orejas y por otras partes del cuerpo […] En un momento me la pasaron por la vagina y uno de los que estaban allí dijo al que manejaba la picana que no continuara porque ‘me iba a excitar’. Esto continuó hasta la medianoche, cuando me llevaron al patio y me dejaron desnuda”.

El cautiverio del matrimonio en “La Escuelita” se extendió hasta el 10 de julio de 1977, fecha en la que fueron retirados en vehículo y trasladados, por camino de tierra, al retén de guardia del Batallón de Comunicaciones 181, en donde fueron destabicados y colocados en calabozos diferentes.

Durante su cautiverio en esa dependencia, MAISONAVE y GERMANI fueron sometidos a un proceso ante el Consejo de Guerra Especial Estable del Comando V Cuerpo de Ejército, constituido para la Subzona 51, a los fines de la “lucha contra la subversión”.

El procedimiento consistió en la teatralización de una brevísima audiencia de debate, en la que intervinieron el coronel Eduardo Andrés GARAYAR como presidente del órgano militar de juzgamiento, los tenientes coronel Eduardo Manuel FERRARI y Raúl Jesús AYALA y los mayores Alejandro Osvaldo MARJANOV y Hugo Jorge DELMÉ como vocales, el mayor Carlos Alberto MARTINEZ en el rol de fiscal, el capitán Jorge Alberto BURLANDO en el de auditor, y el mayor Ricardo BACCINI como secretario.

Asimismo, actuaron en el rol de defensores el Tte 1º Antonio SEGHIGHI –en el caso de GERMANI– y el capitán Francisco Juan DEPALO –en el de MAISONAVE–.

El 13 de julio de 1977, el matrimonio fue condenado por los delitos de asociación ilícita y acopio y tenencia de armas y explosivos de guerra, a las penas de 25 años de reclusión e inhabilitación absoluta perpetua, siendo un día más tarde trasladado a la Unidad Penitenciaria nº 4, donde permanecieron en pabellones separados y sin contacto entre sí.

El 15 de agosto de 1977, Rodolfo Oscar MAISONAVE fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 6 de la ciudad de Rawson, Más tarde, volvería a la Unidad de Villa Floresta, donde permaneció hasta su liberación el 14 de junio de 1984.

Por su parte, Ana María GERMANI permaneció en la UP4 hasta el 10 de octubre de 1977, fecha en que fue trasladada a la Unidad Penitenciaria Nº 2 de Villa Devoto. En febrero de 1984, fue conducida a la Delegación Local de la Policía Federal, donde continuó privada de su libertad cerca de un mes. Luego de un nuevo período en la UP4, fue liberada el 14 de junio de 1984.

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