Volvieron a acosar a Cristina Castro en su trabajo
La madre de Facundo Astudillo Castro denunció que volvió a sufrir hostigamiento en la Shell de Pedro Luro, donde se desempeña como personal. Esta vez, dejaron en un baño un objeto similar a un dedo humano de un varón. “Parece de verdad”, contó.
Ocurrió el domingo 22 de enero, fecha en la que su hijo mayor cumple años. El elemento de plástico fue encontrado por un grupo de personas que ingresó para utilizar el sanitario. “Ellos pensaron que era un dedo humano, parece de verdad”, explicó a FM De la Calle.
Castro planteó que fue dejado para que ella lo encontrara, ya que el momento y lugar corresponden al turno en el que realiza sus labores. “Lo dejaron para que yo lo encuentre a las 10 de la noche. Para mí fue un mensaje, es clarísimo”, agregó.
“Esta semana habíamos denunciado que estaban pidiendo dinero en nombre dela causa de Facundo. Eran mujeres, tenemos 3 números distintos que llamaron pidiendo dinero y un número con identificador bloqueado que también se puede denunciar”.
En este camino, vinculó las denuncias con la posterior aparición del dedo falso. Además, la lurense afirma que los responsables de las amenazas y mensajes “tienen el agua hasta el cuello”.
Días atrás, la Cámara Federal ordenó realizar nueva prueba antes de resolver un pedido de la Fiscalía sobre una medida de restricción para que la denominada Testigo H no pueda acercarse a Castro.
Las madre de Facundo contó en una entrevista realizada días atrás, en este medio, que los “episodios empezaron hace dos años con la Testigo H. Esta señora no ha dejado de hostigarme en mi lugar de trabajo. Cada uno del equipo de trabajo, hemos ido teniendo distintos ataques de distintas personas”.
“Luciano Peretto con la ex jueza Gabriela Marrón, Leandro Aparicio con el Colegio de Abogados y yo con esta mujer que no ha dejado de hostigarnos. Se ha presentado en mi lugar de trabajo muchísimas veces, presentándose como la Testigo H, amedrentando a cajeras y compañeros de trabajo con ese tono amenazador”, relató.
Castro agregó que “nunca le di importancia porque me concentré todo el tiempo en la causa principal. Esos episodios siguieron, (…) inclusive un día a la gente que estaba recogiendo la basura, compañeros de trabajo, se les paró enfrente, sacó el libro de Sasso y los amenazó. Les dijo: ‘Acá está la verdad, manga de ignorantes’”.
La restricción de acercamiento se solicitó luego de que “se presentó en la mesa de entrada exigiendo ver a las dueñas del lugar (la estación de servicio), a mis empleadores, exigía golpeando directamente la caja” y pidiendo que dejaran de “patrocinarla”.
“Ahí nos amenazó. Fue en esos días que estábamos por allanar los domicilios (…) donde fue rescatada la famosa libreta donde hay anotaciones que se están todavía analizando”.