Esteban Cereijo: “El sanador”

(Por Astor Vitali) Esteban Cereijo es guitarrista, docente y compositor. Recientemente editó su tercer disco El sanador. Abre con una versión de Ezquiel López de 9 de Julio de José María Padula. A partir de aquí, la variación de géneros va develando un entramado personal que lleva a quien escucha por distintos climas y estados.

La segunda pieza es la canción popular partisana Bella ciao en versión de Cereijo.

Daniela y el mundo, en referencia a la guitarrista Daniela Rossi es la primera pincelada de las características compositivas de este artista. La guitarra como modo de expresión y el bagaje interior como recurso narrativo de sentidos.

La dulzura profunda intercepta la placa a través de la interpretación de la popularísima (en todo sentido del término) creación sobre un tema de Grenet de Leo Browe Canción de cuna. Canción de cuna para la niñez pobre de recursos y rica en cantos de adultos que velan por sus sueños, su presente y sus futuros posibles.

Si bien se trata de un trabajo de composición basado en una invención de Bach, para la escucha latinoamericana, Invención a voces continúa como una serie de cantos que dialogan, cómo un cúmulo de rumores (hacia el final) de canciones latinoamericanas con ecos de la vieja trova universal, inquitas, recurrentes y vivaces. Preguntas de todos los tiempos en cualquier lugar, en unas pocas líneas de guitarra.

Luego, Conjuro para un brujo nos va envolviendo en una noche de magia donde las piezas de una elucubración se plantean en pocos segundos, y quedan resonando en otras noches.

Más tarde volvemos al repertorio rioplatense a través de Milonga de mis amores en versión para guitarra de Eythor Thorlaksson. Otro conjuro, tal vez.

Promediando la placa, Doña Juana nos devuelve al Cereijo compositor, preciso y suave en su mensaje, cualquiera que sea en los nervios que toque su música. Está claro que nos está contando algo, algo que cada narrador interno sabrá contar a su manera.

De las obras más enajenantes que pudo haber elegido de Johann Sebastian Bach, nuestro guitarrista interpreta, en versión para guitarra de Eythor Thorlaksson, el Preludio de la suite Nro 1 para violonchelo. Y la guitarra desdibuja fronteras entre unas cuerdas y otras, entre unos instrumentos y otros, entre unos timbres y otros. Cualquiera puede cantar algo bello de ser cantado.

Continúa la canción popular catalana  El noi de la mare, en versión de Miguel Llobet para dar paso luego a la remembranza de Cacho Tirao versionando a Mariano Mores en su Taquito militar, obra más musical que su título que inmortalizaron, entre otros, los genios de Salgán & De Lío.

El sanador, obra que titula el disco, de Cereijo, es una obra lograda magistralmente. ¿Qué es una buena obra? ¿Una llena de ideas e informaciones? ¿Una donde el instrumentista muestre su virtuosismo (clásico error de instrumentista que compone)? ¿Una que comunique con la información que pide el mensaje de la obra que tiene al artista como canal? Quien suscribe tiende a pensar que responder a esta última pregunta lo pone al buscador en la senda del compositor.

Memoria de la tierra, dedicada a un amigo perdido, tiene toda la fuerza de la evocación y de la evocación de un ser sustancioso. No cabe más que escucha.

Luego, Micromodo menor 4 es una obra breve que termina de exponer las virtudes compositivas de este artista.

En ante último lugar, Víctor, obra compuesta en base a un cuento de Santiago Bresciano va atravesando el relato e introduce a quien escucha a la interpretación del mundo narrativo.

Para finalizar, el guitarrista decide dejar en el aire el Vals venezolano Nro 3 “Natalia” de Antonio Lauro.