#Nieto121: renaciendo desde las cenizas

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“Imagino lo que debe estar pasando”, dijo a FM De la Calle Ramiro Menna -hermano del nieto 121 cuya identidad fue restituida por Abuelas de Plaza de Mayo- y a pesar de la “ansiedad” familiar se mostró dispuesto a “esperar lo que él necesite que esperemos para encontrarnos, para abrazarnos y para contarnos lo que somos, lo que creemos, lo que vivimos”.

El organismo pospuso hasta mañana a las 13 la conferencia de prensa prevista en principio para este mediodía, en la cual brindará detalles sobre el caso y la historia de la familia de Ana María Lanzillotto y Domingo Menna, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores desaparecidos en 1976.

“Esto es una Argentina con un tejido social destrozado por una dictadura criminal que se recompone, que va desde la ceniza renaciendo como un milagro (…) veo que el sueño por el cual 30 mil compañeros y compañeras dieron la vida, los sueños que nos costaron tanto dolor a tantos están dando vida desde donde no hay, desde donde se quiso que no hubiera, y es maravilloso”.

“Por eso esto no es privado, no es de nadie, podría hacer una lista larga de sobrevivientes de la dictadura que podrían sentirse padres también de nosotros, de este chico que recupera su identidad, que podrían decir ‘este también es mi día de victoria'”, dijo Ramiro en el diálogo con el programa En Eso Estamos que aquí se reproduce.

-¿Tu historia tiene que ver con Bahía Blanca, acá cerca viviste tu infancia e iniciaste tu militancia en H.I.J.O.S.?

Ahí en Bahía Blanca junto con Ale Santucho, con el “Monchi” Ramón, y varios más, no quiero nombrar más porque me voy a olvidar de alguno y después voy a tener que pagar la deuda, pero con un montón de changos y chicas, hoy hombres y mujeres, fundamos H.I.J.O.S. Bahía Blanca. Creo que fue en FM De la Calle que teníamos un programa que se llamaba “Nadie, nunca, nada”, que era un programa vinculado a esto. Ahí hice mis primeros pasos como salesiano. Ahí en Bahía Blanca estudié física, estudié en el Juan XXIII también.

-¿Cuándo supiste de la posibilidad de que hayas tenido un hermano y que estuviera en manos de alguna familia apropiadora?

Desde los 13 años. A los dos años, cuando se produce el secuestro de mis viejos, el 19 de julio, a los doce días más o menos me recuperan, veinte días después ponéle, primera o segunda semana de agosto del 76 me recuperan. Estuve desaparecido ese tiempo. A partir de ese momento me cría una tía. Cuando tenía doce o trece años estaba convencido que mis padres eran mis tíos y ahí fueron los psicólogos de Abuelas que, por la edad que yo tenía, era tiempo de que me hablen de esto.

Mis tíos me hablaron, me dijeron las cosas como eran y aconsejados por los psicólogos de Abuelas ellos me iban dando la información que yo pedía, como que el cuerpo pide lo que puede. Así fui despacito sacando información de un lado y otro, me fui encontrando con compañeros de militancia de mi mamá y de mi papá y se fue construyendo en mí toda la historia, me fui reencontrado conmigo mismo de alguna manera, me fui enorgulleciendo cada vez más de quiénes fueron Ana María Lanzillotto y Domingo Menna, dos personas de una entrega heroica por lo que creían, por sus convicciones, jugados de corazón por todo eso, y me fui encontrando no solo con una madre y un padre sino con compañeros, con gente con quien compartí ideales, con quien compartí sueños.

Alrededor de los 16 es que me enteré específicamente que mamá había desaparecido embarazada y que ese embarazo podría haber llegado a término y que estamos buscando a ese hermano o hermana mía, no sabíamos si era varón o mujer. ¿Por qué a los 16? Porque me iban dando la información a medida que iba preguntando. Me fui encontrando con eso.

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A partir de ese momento siempre, bueno la sangre nuestra, la mía y la de todos los familiares en el Banco Genético, hubo dos casos que pensamos que podrían haber sido y que no fueron, las pruebas de ADN los descartó y este es el tercero. Según tengo entendido, hasta donde yo sé es el tercero. Fue una sorpresa enorme porque no es que estábamos en un proceso que hace un mes o dos nos decían “hay una pista”, “estamos buscando”, no, nada. Fue ayer a la tarde todo de golpe, así, pum.

-Según planteaban las Abuelas se presentó él voluntariamente con alguna duda y a partir de allí se hace el estudio…

Sí, en realidad creo que más que por una duda de él, en el marco de una investigación que yo no sé bien de qué es, se le sugirió la posibilidad y él lo descartaba porque no tenía duda, el análisis lo fue a hacer pero como quien dice estoy seguro que soy hijo de los que me criaron pero lo hago porque me sugieren que lo haga, una cosa así.

Pienso que él está viviendo un momento difícil porque tiene que ponerse en un lugar en que él no pensaba que iba a estar. Ayer a las seis o siete de la tarde cuando le dijeron a él fue un momento en que se enteró de todo, antes para él su vida era otra cosa. Imagino lo que debe estar pasando, el tiempo que necesitará para ir procesando y nosotros con la ansiedad de encontrarnos pero dispuestos a esperar lo que él necesite que esperemos para encontrarnos, para abrazarnos y para contarnos lo que somos, lo que creemos, lo que vivimos.

-Decían las Abuelas que tus abuelos no están para recibirlo pero sí son una familia numerosa para abrazarlo.

Muchos tíos, primos. Yo te digo la verdad, mirá, el lunes me enteré de esto pero desde el viernes veníamos sintiendo cosas que sería largo de contar pero yo digo que los abuelos sí están. Están mis abuelos paternos Pánfilo e Irma están, digo que Nicolás y Brígida que son los abuelos maternos están los dos, están, los siento muy presentes acá, hay fiesta en el cielo en este momento, los siento muy vivo a todo esto.

-Respecto de lo que fue la búsqueda hablabas de dos casos fallidos…

Sí, dos que yo sé. Uno fue el caso del capitán médico Bianco, que fue un médico en Campo de Mayo, que tenía dos hijos adoptivos, ninguno de ellos era hijo biológico de la familia, se sospechó de esos dos, fue difícil porque al principio no querían los chicos hacerse el ADN. Finalmente primero el hijo aceptó, resultó que era hijo de desaparecidos y pudo reconstruir su historia y después de un tiempo también la hija se hizo el ADN pero dio negativo, la hija, que era la que nosotros creíamos que podía ser mi hermana.

Cuando yo estaba en Etiopía de misionero, entre 2000 y 2005, no recuerdo en qué año exacto, también sé que hubo una chica de la cual se creyó la posibilidad de que sea hermana pero también dio negativo.

-¿Y los testimonios confirman que tu mamá dio a luz en Campo de Mayo?

No sé en dónde dio a luz, sabemos que estuvo en Campo de Mayo porque hay testimonios, (Eduardo) Cagnolo por ejemplo, un soldado que fue secuestrado y desaparecido y sobrevivió a Campo de Mayo cuenta que cuando estuvo ahí se encontró con alguien que creo que era (Eduardo) Merbilhá, era un compañero del PRT de mi mamá y mi papá, y cuando estuvo con él uno al lado del otro, en un momento estuvieron en el mismo lugar, que sé yo, en la misma habitación, en el mismo galpón, lo que sea, él le dijo “antes que vengas vos, acá estuvo la compañera del Gringo Menna, Ana María Lanzillotto”.

Aparte de eso hay otros testimonios que pasó por Campo de Mayo, por ejemplo Patrica Erb. Después no sé yo si no estuvo en otro lugar también, puede haber estado. Y no sé en dónde dio a luz, pero ahora capaz que se sepa, capaz que esto termine de cerrar todo eso.

-¿Hubo un par de juicios vinculados a la desaparición de tus viejos?

Vinculado a mis papás hubo juicio, el juicio Campo de Mayo, yo declaré, declararon estas personas que te nombré y muchas más vinculado a mis papás. A Domingo y Ana María. Hubo juicio sí. En ese juicio, fue hace varios años atrás, vine acá a Buenos Aires, declaré y fue también un momento muy intenso.

-Recién dábamos cuenta de la noticia, lamentablemente, de la postergación del anuncio por el fallecimiento del yerno de Estela Carlotto pero supongo que mañana ya estarán cumpliendo con ese encuentro, ya se había anunciado que él no iba a participar, es cuestión de tiempo ahora…

Sí, sobre todo los tiempos de él, de mi hermano, de los tiempos que él necesite para ir procesando esto y para que esta experiencia que es traumática -la restitución de la identidad de alguien, sobre todo en estas circunstancias, es traumática-, para que se haga lo mejor posible, de una manera que él pueda procesarla, compartirla con su familia y vivirla de tal manera que sea un momento de crecimiento, siempre la verdad te hace libre pero las formas pueden ayudar. Hay que respetar eso.

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-Leía una declaración que hacías esta mañana hablando de esta situación no como una historia personal sino colectiva.

Exactamente, esto no son historias privadas, no son luchas ni victorias privadas. En este momento tenemos la suerte de estar bien cerca del fuego de lo que pasa pero esto es una Argentina con un tejido social destrozado por una dictadura criminal que se recompone, que va desde la ceniza renaciendo como un milagro, como dice la canción esta que canta Silvio, creo que la letra es de José Martí, que dice solo el amor engendra la maravilla, solo el amor consigue encender lo muerto.

Acá hay cosas muertas que se están encendiendo, que vienen encendiéndose, los 121 nietos son eso, y hay un montón de historias que podríamos contar de cómo la lucha por la emancipación de nuestra patria, nuestra América, por la justicia, la lucha por más igualdad y todo eso, despacito se va reconstruyendo en el tejido capilar de nuestro territorio.

Yo lo veo en Chepes, ahí en los llanos riojanos, lo veo en muchos lugares y veo que el sueño por el cual 30 mil compañeros y compañeras dieron la vida, los sueños que nos costaron tanto dolor a tantos están dando vida desde donde no hay, desde donde se quiso que no hubiera y es maravilloso ver eso, es maravilloso ser testigo de eso. Por eso esto no es privado, no es de nadie, acá yo podría hacer una lista larga de sobrevivientes de la dictadura que podrían sentirse padres también de nosotros, de este chico que recupera su identidad, que podrían decir “este también es mi día de victoria”.

Todo el mundo, La Rioja recuperó un nieto, un nieto de don Nicolás Lanzillotto que era un maestro rural de La Rioja, un nieto de doña Brígida Cáceres, que era una mujer de campo, del interior profundo de los llanos, de un paraje que se llama La Jarilla, es nuestra gente, tenemos que tomarlo de esa manera, ninguno de nosotros puede privatizar este tipo de cosas.

-Muchísimas gracias, te mandamos un abrazo enorme y ojalá tengan una buena vida juntos a partir de ahora.

Que así sea che. Un abrazo a todos los amigos de Bahía Blanca que hace rato que no nos vemos y me han mandado mensajes y me han acompañado en esto, les mando un abrazo a todos.