“Tenemos que reinventarnos en tiempos de pandemia”

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Marina Huentenao, integrante del área de Economía Solidaria de Cáritas Bahía Blanca analizó la situación que atraviesan las familias que acompañan tras más de veinte días de aislamiento obligatorio.

La ex directora de la institución afirmó que “hay bastante contención en el grupo, hay una red familiar que permite no entrar en el pánico de no tener qué comer” y comentó que están “buscando alternativas y pensando mucho a través de reuniones virtuales. Quienes trabajamos en lo social, todo el tiempo, por más que no estemos en un horario de trabajo estamos pensando en eso”.

“No es lo mismo cuando los barrios o los territorios no están trabajados que cuando ya tenés una red de trabajo inserta. Va a ser muy difícil proyectarnos, está bueno pensarnos con otros pero hay que apelar siempre a la memoria”, dijo a FM De la Calle.

La comercialización de las Producciones de la Agricultura Familiar que se realiza una vez por mes fue suspendida en marzo. Meses atrás, el INTA coordinó ventas similares con organizaciones de distintos sectores de la ciudad con frecuencia semanal.

“Cuando comenzó la cuarentena tocaba con un grupo de voluntarios que tiene su desarrollo territorial en San Agustín y desde allí se estructuró el funcionamiento actual y que posiblemente se amplíe en los próximos días. Es una modalidad de venta mediante formulario con entrega a domicilio”, explicó.

Dos veces por semana integrantes de la agrupación “Animate Vale Oro” y el INTA gestionan el formulario de venta y arman 400 bolsas de verduras cosechadas por Productores del Sauce Chico y un centenar de bolsas solidarias que se entregan a organizaciones sociales.

En la experiencia que desarrollan hace más de dos años Cáritas, INTA, FM De la Calle y el Anexo de la UP4 del CFP 401, se incluyen productos de otros grupos asociados. “Parte de ellos pudo mantener la comercialización y estamos pensando alternativas para los otros. En el caso de Runtu Thani, productores de huevos, no están entrando porque las familias de los sectores populares están consumiendo más su propia producción y compartiéndola en el barrio. Tampoco participan el productor de miel ni los pescadores artesanales de Pehuen Co. Y en el caso de las chicas de Moras Brix coincide que el lugar de producción es el CIC de Spurr que se puso a disposición de los centros respiratorios”.

Huentenao sostuvo que entre las familias que acompaña EcoSol “la incertidumbre total. Es difícil, es un sentir diferente. La gente está cumpliendo el aislamiento salvo algunas personas que trabajan en la limpieza de algunos lugares, está la actividad permitida y aun así van con mucho miedo y los que se quedan en casa tienen mucho miedo a la vuelta”.

El Ingreso Familiar Extraordinario “ha sido un alivio para muchos, eso descomprimió y generó alternativas interesantes. Una familia compró un cajón de pollo para vender milanesas en el barrio, le venden al almacén. Inclusive dentro de todo este contexto difícil la gente tiene creatividad y se va reinventando. La venta de comida es uno de los nichos que más se está implementando en los barrios. Cuando llega algo a la casa se piensa en el autoconsumo y en ver qué podemos vender para que la comida no falte”.

Huentenao afirmó que la crisis actual no es comparable con la vivida en 2001 pero destacó que hoy contamos con los aprendizajes que dejó aquella etapa. “Me acuerdo que cuando entré a Cáritas en 2001 todos hablaban de la crisis del ‘89. Hoy nos llega esto, hay mucho saber porque en 2001 no estaban las redes que están hoy, no estaba la tecnología de hoy, si bien esto es algo inédito creo que también en el bagaje de lo social, de lo comunitario, hay un montón de potencial”.

“En esta sociedad nos faltan 30 mil. 30 mil que proponían una forma de construcción como escuchamos ahora, que llegue a todos, que la economía no puede ser más importante que un ser humano. Como sociedad nos harían falta ciertos cuadros que ya no están, que alguien decidió que no estuvieran precisamente para que esto vaya explotando como está explotando en todas partes del mundo”.

“Es una oportunidad para que con esos saberes aprendidos podamos empezar a reconstruirnos en tiempos de pandemia. No solamente en la cuestión de la salud sino en un montón de tipos de pandemia que hemos creado como seres humanos como la violencia, las desigualdades, la inequidad, la falta de oportunidades. Si todos tuviéramos una casa donde quedarnos esto hubiese transitado desde otra lógica. Más allá de lo difícil del momento es una oportunidad para replantear, volver, desandar caminos y arrancar de nuevo”, concluyó.